martes, 18 de diciembre de 2012

Sobre Garoña

El cierre de la central nuclear de Garoña está ocasionando multitud de reacciones en las que privan dos argumentos: el fiscal y el social. El fiscal porque se está esperando un impuesto especial a la producción eléctrica con energía atómica y el social porque se emplea como argumento de fuerza la extinción de mil empleos en una zona rural sin alternativas. Sin duda ambas razones son de importancia, pero se debe argumentar algo más a favor o en contra porque hay muchas más razones y sobradamente poderosas. Por ejemplo, no se dice que en este momento es imprescindible cerrar capacidad de producción eléctrica que esté amortizada. El parque de centrales español de todos los tipos está sobredimensionado hasta más allá del absurdo. Hay que cerrar definitivamente y cuanto antes una parte de esa capacidad. Cada central abierta genera gastos, produzca o no electricidad. Todos ellos van a la factura eléctrica, sin que el gobierno haga lo suficiente por poner coto a unos costes cuyo origen está en la errónea planificación de las compañías generadoras. Tenemos un recibo energético de los menos competitivos del mundo y la prioridad ha de ser cerrar lo que se pueda, interese a las eléctricas o no. En cuanto a los costes sociales son altos, pero mucho más lo pueden ser si se produce un fallo en una central que rebasa ya en un año su vida útil estimada. Las centrales nucleares no se evalúan por su capacidad contaminante. Directamente se estima si son seguras o no, porque un fallo origina costes económicos y humanos gigantescos. Garoña ya cumplió su ciclo y a nadie le puede sorprender que se cierre. La situación de los trabajadores se parece mucho a la creada en las comarcas mineras, pero aquí hay que evaluar si es posible mantener la actividad -lo que supondría construir otra central- o es una quimera. Al menos en Laciana hay carbón y no se va a ir de allí, pero una central eléctrica se puede poner casi en cualquier lugar. Por eso, más sabiendo en el mal momento que llega, los burgaleses han de plantear contramedidas realistas, que seguro que las hay. Hay cabeceras de comarca importantes cerca. Ahí puede haber un camino.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La Ciudad Sin Norte

Año y medio después de las elecciones municipales la ciudad de León no conoce qué proyecto de urbe abriga la alcaldía a medio y largo plazo. Se argumentó hasta ahora que la grave situación económica requería de toda la energía del nuevo equipo. Sin embargo las grandes líneas de ahorro de la institución, la senda hacia el equilibrio financiero, ya está trazada; sólo requiere continuidad. Un ayuntamiento no es una gestoría. Las decisiones municipales garantizan de forma automática ciertos servicios, pero deben marcar también la trayectoria futura. ¿Qué ciudad será León dentro de 10 años? En el marco de una España en recesión, donde los papeles de los territorios se están transformando ¿qué papel se quiere que juegue esta ciudad? Indudablemente ser buen alcalde requiere capacidad de trabajo, entrega y orden, pero el primer edil también deber ser soñador. El líder de una aglomeración de 200.000 personas (puesto que los ayuntamientos del alfoz son sólo acompañantes) debe ser ambicioso y capaz de proyectar una imagen de ciudad en la que los ciudadanos se identifiquen. En León esto no está sucediendo. El problema es que, si no se sabe a dónde se quiere ir, aunque se dé una apariencia de orden jesuítico, se tomarán decisiones contradictorias. Estamos viendo cómo se demoran y bloquean distintas iniciativas como las obras del Parador de San Marcos, las de la autovía de Valladolid, etc con el silencio de la alcaldía. ¿Es que importan lo mismo? Aceptemos que habrá que sacrificar una parte de las obras como hipótesis. Entonces, ¿cuáles son las más relevantes y cuáles las prescindibles? Dudo que alguien en el ayuntamiento tenga madura esta reflexión porque no hay objetivo explícito y, en consecuencia, no hay unas palancas para alcanzar esa meta. En el Ayuntamiento de León hay gente de sobrada valía: políticos y técnicos. Hay otros recursos en la ciudad, como la universidad, grupos de opinión, colegios profesionales … ¿No sería una buena idea preparar unos foros de debate para reflexionar sobre el futuro de esta ciudad? Eso cuesta bien poco, pero serviría para visualizar lo más valioso: lo que queremos y podemos ser.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La Autovía del Agua

León dispone de una red de embalses que cubre las principales cabeceras fluviales. Se trata de infraestructuras para distintos usos, desde las dedicadas al riego agrícola, hasta las que garantizan el suministro urbano, pasando por las que garantizan el funcionamiento de las centrales térmicas. Es una red de represas estratégica para la economía de nuestro territorio y otros circundantes. Desde hace algunos años, como producto de los cambios en la climatología, se vienen sufriendo periodos de cierta sequía en algunas áreas montañosas, como la que afecta a Los Barrios de Luna. A ello se suma que los registros de precipitaciones mantienen una tendencia decreciente en general. Por esta razón es necesario que las autoridades comiencen a trabajar sobre la hipótesis de un descenso acusado de las lluvias y nevadas. Un problema similar se registró en la Comunidad Autónoma de Cantabria, donde el gobierno regional adoptó como prioridad estratégica la denominada “autovía del agua”, ya construida actualmente. Esta medida ha servido para eliminar los problemas de suministro hídrico durante el verano en las comarcas orientales de Cantabria. Explicado de manera muy simple, se trataría de enlazar linealmente mediante un tubo y estaciones de bombeo toda la red de embalses. De esa forma los descensos de precipitaciones en una cuenca se verían compensados con aportaciones desde otras presas por sus lados. La autovía del agua de León podría resolver los problemas que, año tras año, se registran en Barrios de Luna y Villameca a través de aportaciones desde Casares de Arbas y el alto Sil. La propuesta realizada últimamente de hacer dos pequeñas represas en torno a Carrizo de la Ribera para elevar el agua hacia Luna es una buena solución, pero parcial. Cuando la prioridad debiera ser mejorar la eficiencia, lo lógico es buscar la forma de explotar mejor las infraestructuras ya realizadas sin pantanizar más. La autovía del agua de León sería una opción que ya está probada y que no inutilizaría más territorio, por pequeños que sean los nuevos embalses. El único punto negativo es que sería gestionado desde Valladolid y...