martes, 30 de julio de 2013

La Conciencia del Leonés

Dice la Real Academia de la Lengua que “conciencia” es la propiedad del espíritu del individuo de reconocer sus atributos y las modificaciones que experimenta. Esta es mi última columna en La Crónica y considero que es un momento para tomar conciencia de lo que es León, de los cambios que ha sufrido, para así abordar la idea de hacia dónde queremos ir. León es una provincia que perdió el tren autonómico y cayó en una comunidad con un agresivo competidor en posición de superioridad. Eso ha sido un factor decisivo para explicar los cambios de esta provincia. Hemos perdido el medio millón de habitantes, varias de las actividades primarias más importantes dejaron de serlo tras dramáticos cierres, no se ha actuado para sustituir estas actividades, se oculta o devalúa cualquier elemento diferenciador aun a costa de mentir desde las instituciones, quienes debieran defender nuestros intereses se volvieron mansos unos y mercenarios de lo público los otros. León está en una posición de la que cabe decir que, por su dimensión humana, cultural y económica, no puede caer más en términos relativos a España. Quienes se empeñan en decir que León importa lo que en realidad no importa dañan el proceso de posible recuperación, si ésta llega. León tiene lo que tiene y en este momento no puede tener ya menos. Es mejor tomar conciencia. Además, sabiendo dónde estamos, podemos hacer planes para mejorar nuestra posición relativa. El futuro ya no es de las regiones, sino de las ciudades con sus áreas de influencia. Aprender a jugar con esas reglas es imprescindible. Cuanto antes lo hagamos, mejor nos irá. León no ha perdido posibilidades, sino logros. Podemos llegar a ser el corredor de interconexión entre el noroeste y el centro peninsular, un lugar interesante para asentarse. Podemos ser una referencia en gestión integral de recursos patrimoniales y naturales. Podemos ser el ejemplo de una gestión eficaz de los vacíos poblacionales. Podemos desarrollar un centro de influencia biotecnológica y farmacéutica. Posibilidades tenemos muchas, logros pocos. Revisemos lo que podemos mejorar. Hay que cambiar nuestro relato.

martes, 23 de julio de 2013

La Liquidación del Estado Servidor

Los continuos recortes que sufren la sanidad, la educación y, según se prevé, las pensiones hacen que el estado vaya cambiando su papel. La administración central, concebida como la gran redistribuidora de riqueza mediante la prestación de servicios a la mayoría de los ciudadanos, se deteriora. El estado da menos asistencia y de peor calidad. Hay casos extremos en que servicios públicos como los del Consejo Superior de Investigaciones Científicas o el del ejército, se sitúan al borde de la inoperatividad. Y ello a pesar de que ambos son cruciales. En el CSIC ya se ha comunicado una paralización casi total en breve plazo por falta de fondos para sostener la actividad. En el ejército, imprescindible para que ocupemos un lugar relevante en el mundo y para disuadir de posibles agresiones a potenciales adversarios, no hay dinero para mover los vehículos, para que los aviones vuelen o para mantener la flota. Con esta perspectiva el país se aproxima abiertamente al perfil de estado en desarrollo, de economía de las llamadas con paños calientes “emergentes”. Lo doloroso del caso es que, cuando uno examina qué sacrificios han realizado los políticos en paralelo a los recortes, concluye en que prácticamente ninguno. Hay los mismos asesores, enchufados, secretarios y demás tropa de carnet político. Todos ellos cobrando de la misma administración que se muestra incapaz de bajar del 10% su déficit presupuestario. La publicación ahora de las leyes de ordenación de las administraciones públicas central y autonómica sirve para corroborarlo: no se suprimirán ayuntamientos ni instituciones; las autonomías decidirán lo que les convenga; se seguirá gastando lo mismo con el dinero de todos y el de la deuda pública, que ya se aproxima al 90% del PIB. La sensación de que a los afines a los grandes partidos políticos les importa un bledo el país y de que están dispuestos a salvar como sea lo suyo, aunque nuestra economía quiebre, empieza a ser una certeza. Que los juzgados actúen contra sus desmanes sobre todo -aunque no solo- cuando la prensa presiona es un síntoma más. ¿A dónde nos conduce esta cuadrilla de irresponsables?

martes, 16 de julio de 2013

Ponérselo Fácil al Poder

León tuvo dos periódicos durante muchos decenios. Eso ha marcado una diferencia cualitativa fundamental respecto a otras provincias, donde sólo se podía encontrar una cabecera. El hecho de que existan dos líneas editoriales obliga a los poderes locales a mantener un cierto equilibrio en sus decisiones. Es mucho más difícil contentar a dos, que compiten entre sí, que a uno. En aquellos lugares donde el periodismo de rotativa es practicado por un solo equipo de redacción, se hace con el ronzal tenso por la mano del poderoso local, con el que hay que llevarse bien. El periódico único es la mula dócil del cacique. Y León no debe entrar en esa dinámica. La desaparición de La Crónica de León debe ser parcial porque más allá del ramillete de sueños que ha representado para todos los que colaboramos en el proyecto, ha sido una garantía de diversidad, un desafío extra dentro del complejo panorama informativo de León, un coro que no cantaba al son de otras cabeceras. La Crónica ha sido para mí en estos últimos trece años un ejercicio de libertad de pensamiento, y la expresión escrita de mis inconformismos y propuestas. Y como para mí, para resto de los que aquí se expresaron. Puede que la noticia de estos días sea el cierre del periódico, pero se siente latir nuevos proyectos en ese útero intelectual que es la mente del periodista. En León casi nada es fácil y mandar sin ataduras tampoco debe serlo ahora, cuando más se necesita la auditoría de los medios sobre la acción de los poderes establecidos. Los titulares disonantes de cada mañana son la mejor garantía de que alguien no hará lo que le da la gana, violando las leyes y el interés común, bajo un manto de silencios y aquiescencias. Periodistas de La Crónica: nunca dejéis de hablar con esa tinta que dibuja la realidad sobre el papel, que inunda las calles y los bares, que detiene a los paseantes ante el kiosco por la necesidad irrefrenable de conocer lo que nos pasa. Y nunca olvidéis que La Crónica fue un bonito proyecto, pero nada más que eso: una etapa en la vida profesional, porque lo importante de La Crónica sois vosotros, que seguís aquí. Y León os necesita.

viernes, 12 de julio de 2013

Actividad y Palacio de Congresos

La obra pública más notoria que se desarrolla en la ciudad de León es la construcción del palacio de congresos. Es relevante por los importantes recursos que se dedican a ella y también porque su posición, rodeada vías del ferrocarril, descampados y avenidas, produce gran impacto visual. Además el palacio de congresos, junto con la estación de tren, actúa como enlace entre dos zonas bien diferenciadas: la ciudad primigenia y los barrios del municipio de San Andrés del Rabanedo. Del ritmo vital que se imprima a esa zona depende que el espacio urbano quede unificado a través de una zona marginal o bien de un área de abundantes actividades. En consecuencia, que el Ayuntamiento de León esté preparando qué actividades va a desarrollar en el recinto congresual es decisivo para el futuro del barrio, hoy bastante degradado. Sin embargo los precedentes indican un camino poco esperanzador. Hace unos años se anunció con gran ruido la apertura del “palacín”, una nave de la azucarera recuperada como anticipo de lo que podría ser el palacio de congresos. Pues bien, la presencia del palacín en la vida urbana es prácticamente nula. No existe una programación, no se realiza una comercialización activa de ese espacio, no se atrae dinamismo a ese entorno con asiduidad. El palacín es hoy poco más que una instalación redundante para la ciudad, un espacio que cuesta mantener, pero que no genera vida social. Esa circunstancia parece indicar que nadie en el Ayuntamiento de León se preocupa de la explotación de ese espacio y, lo que es peor, no tiene en cuenta su importancia en el desarrollo del esquema urbano hacia San Andrés. Al igual que la estación de ferrocarril, de la que ya hablamos hace unos días, el espacio palatino parece dormir en las agitadas conciencias de quienes programan los cambios urbanos de León. Al palacín y luego al palacio hay que buscarles programación; convertirles en centros de encuentro en la ciudad; hay que hacerlos atractivos. En realidad el palacio y la estación tienen un destino común: o la ocupación de un área marginal que seguirá siéndolo, o la transformación y valorización de todo su entorno.

martes, 2 de julio de 2013

El Censo de Población como Síntoma

Según las cifras del censo de enero de 2013 facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística, León descendió hasta los 490.000 habitantes. En este proceso, que viene registrándose desde hace más de dos décadas, es importante que se conozca cómo van resistiendo la erosión las ciudades. Sabemos que el campo se vacía en toda España, pero el futuro de cada provincia se cifra en que las áreas metropolitanas mantengan o incrementen su población. Si la red urbana se debilita, es inevitable el decrecimiento a largo plazo. La actividad económica y humana se concentra en las ciudades. Su declive marca el declive de todo el territorio, que perderá servicios, oportunidades de negocio, empresas, atractivo y finalmente calidad de vida. La diputación y los ayuntamientos urbanos deberían ejercer una estrecha vigilancia sobre estos parámetros para actuar en consecuencia y no permitir su degradación. En este censo se observa que además León se encuentra inmerso en un entorno provincial depresivo: La Coruña, Lugo, Orense, Asturias, León, Palencia, Zamora y Salamanca pierden población con rapidez. La configuración del poblamiento está cambiando deprisa. Vamos hacia una amplia zona con grandes espacios vacíos, con una orografía a veces complicada. Cada cierto trecho encontraremos ciudades rodeadas de otras poblaciones más pequeñas formando una nube de puntos. Si esas zonas más pobladas no se protegen, como se protegen áreas con otras cualidades, el destino es la desertización. En otras palabras, por ejemplo, el debate ya no es si Villablino o Guardo resistirán, sino que lo es si se mantendrán Palencia y León ciudad. Como se aprecia estamos en un debate de visión de estado a largo plazo; debate en el que no parece estar presente ningún partido. Por eso los servicios técnicos de cada institución (ILDEFE, gabinete de planificación de la diputación …) deben pronunciarse, ganar visibilidad. Este debate supera con mucho si el cabeza de lista de un partido será fulano o perantana. Es el futuro de todos lo que tenemos que intentar arreglar. Si las cosas terminan por ir bien, algo nos llegará a cada uno de los que aquí vivimos.