jueves, 26 de diciembre de 2013

BUENOS DESEOS E INTEGRISMO

Es curioso cómo la idea de la Navidad, que es la celebración del advenimiento de la luz, puede dar soporte a teorías religiosas o morales positivas o negativas para el espíritu humano. La ceremonia pagana que celebraba el cambio en el ciclo solar, en las fechas en las que el día va avanzando sobre la noche, fue absorbida por teorías morales sobrevenidas. Las ceremonias del ramo en las que se hacía una ofrenda al dios sol fueron solapadas por otras en las que advenía Jesús de Nazareth, el símbolo cristiano de la luz. Los ramos debieron pasar entonces a llevarse hasta los altares eclesiales, con sus cirios encendidos, por mujeres vestidas de negra noche. Pero en la misma ceremonia cabían significados paganos y cristianos. Por eso es la pérdida de perspectiva la que daña ideas como la cristiana; es la elevación a la categoría de mandatos legales de sus preceptos religiosos o de las interpretaciones de sus exégetas. La ley del aborto de Gallardón, más allá del debate sobre el valor del embrión y el feto, que daría para hablar mucho, es la erección a norma legal de las creencias de una minoría ultracatólica. En otras palabras, se pretende que la creencia de unos pocos se imponga a todos los ciudadanos sin que entiendan que están en minoría, que sus ideas son discutibles, que están en la libertad de cumplir con lo que ellos crean, pero que en ningún caso tienen la legitimidad de imponernos a los demás sus creencias. De proseguir en este camino los ultracatólicos no se diferenciarán de los defensores de la ley islámica, de los que también hay sectores moderados e integristas, como los cristianos de aquí. No nos engañemos, los que compran en Serrano, van a misa diaria y salen en las manifestaciones provida, que quieren imponernos a los demás sus comportamientos por ley, no difieren de los alumnos de cualquier escuela coránica integrista. Empiezan con el aborto y seguirán … quién sabe con qué. Por eso estos colectivos son un grupúsculo a reeducar en valores ciudadanos universales. En definitiva, nadie quiere imponerles nada, nadie quiere impedirles que hagan nada, pero hay que evitar que tomen el estado de derecho como quien conquista una nueva Jerusalén. Si actúan así son dañinos para la convivencia y sería bueno que alguien se lo dijese desde las más altas instancias de la sociedad democrática que nos hemos querido dar. Si los integristas cristianos quieren tomar el aparato del estado por la vía de trocar las leyes a su gusto serán considerados un peligro para la convivencia.

jueves, 19 de diciembre de 2013

LA UNIVERSIDAD Y LA REFORMA PENDIENTE

La Universidad de León es una entidad afectada por la crisis económica. Sin embargo no es ésta la única crisis que sufre. Tras el ruido de los ajustes presupuestarios se esconde una aguda desorientación en cuanto a planteamientos. La falta de dirección efectiva de que adolece, como una parte amplia del aparato público, hace que los cambios que se acomenten vayan más en la línea de mantener las cosas como están en la medida en que se pueda, que en aprovechar la ocasión para que, tras este episodio febril, surja una institución de referencia en el mundo académico, social, empresarial e institucional. Es indudable que se están produciendo unos recortes presupuestarios que provocan por sí mismos cambios. No es menos cierto que la Universidad de León es una entre un millón y no se ha constituido en referente ineludible de nada. Ni siquiera de aquellos temas en los que su entorno territorial y social, León, le facilita campos de estudio inmediatos y con menos costes. Incluso alguna de sus facultades más famosas, como Veterinaria, ha caído en cierto grado de descrédito por la pasividad ante el lamentable episodio del cierre del Hospital Veterinario, medio imprescindible para dotar de validez europea a los titulados. Este y otros sucesos no más edificantes discurren en medio de una modorra que preocupa. El título universitario en el mundo desarrollado ha pasado de ser un elemento diferencial del currículo a una base que muchos tienen sobre la que adicionar otras cosas para acceder al mercado laboral. Hay millones de ingenieros, de médicos, de abogados en el mercado global y en España, proporcionalmente muchos más. Las universidades han de aspirar a una diferenciación a la que se llega a través de criterios de dirección claros, pero el campus sigue pareciendo una reunión de bandas de ilustrados donde cada uno defiende sus intereses sin que nada le pueda pasar. No es lo que podríamos llamar una situación ejemplar. Los leoneses aspiramos a una universidad que opine, a una universidad que marque la diferencia en dos o tres temas, que trabaje con ritmos de esfuerzo de la economía privada, que tenga objetivos claros, ambiciosos y medibles, y que los alcance en términos generales. Los ciudadanos no aspiramos a proletarizar a los docentes, pero a cambio queremos el nivel de excelencia exigible –no sujeto sólo a la voluntad individual- para unas condiciones de privilegio. Y si esto no se logra es que alguien está mintiendo a los alumnos, a los ciudadanos y, lo que es más triste, a sí mismo.

viernes, 13 de diciembre de 2013

LEÓN Y EL PALACIO DE CONGRESOS

El futuro Palacio de Congresos de León constituye la mayor obra de construcción que se desarrolla en la ciudad en este momento. Situado sobre los restos de la antigua Fábrica Azucarera Santa Elvira, despliega su costillar de hierro y ladrillo más allá de las vías de la RENFE. Se trata de un proyecto arquitectónico de autor, una estructura que evoca singularidad y magnificiencia. Con él la ciudad completará un ramillete de edificaciones modernas de primer nivel en el que se encuadran el auditorio, el MUSAC, el EREN, el tanatorio de SERFUNLE, la cúpula del edificio de la Junta y el Centro del Fuego, un conjunto con el que muy pocas ciudades españolas podrían competir. Sin embargo no es el avance de las obras del Palacio lo que más puede preocupar en este momento, ya que parecen haber recibido un impulso decisivo en estas últimas semanas. Lo que más incertidumbre genera es la gestión futura del complejo, de la que nadie parece preocuparse aún. La explotación del llamado “palacín”, anejo a las obras, no invita al optimismo, puesto que parece desocupado e inhábil la mayor parte del año. Del Palacio de Congresos depende la sutura de los barrios de la ciudad en esa zona creando un nuevo centro de actividad. Sin embargo si ese recinto se convierte en un enorme cascarón vacío el efecto es justo el contrario. Por esta razón, si se quiere dar actividad a un equipamiento tan grande, que debería estar terminado dentro de dos años, el ayuntamiento debe empezar a pensar en cómo dotarlo de una programación de actividades adecuado a su rango. Y se ha de tener tanta previsión porque para llenar un espacio así se requiere unos niveles de organización de cierta complejidad, sin precedentes en nuestra ciudad. Item más, la institución municipal debería ir formando el equipo que se responsabilizará de la puesta en marcha y el funcionamiento del Palacio de Congresos, tanto si se realiza una gestión directa como si se subcontrata a un tercero. No se puede esperar a que la obra esté terminada para decidir lo que se va a hacer con ella tras la enorme inversión que supone. Es previsible además que quienes rijan los destinos del Palacio requieran una primera fase de formación y posteriormente un periodo de inmersión en el campo de la organización de congresos que requieren tiempo. De esta manera se llegaría a la inauguración con un cronograma de partida con el que el Palacio no pasaría a engrosar la lista de infraestructuras de propósito fallido que salpican el mapa de este país.

viernes, 6 de diciembre de 2013

PONFERRADA Y EL PLAN ESTRATÉGICO

España se ha modificado en los últimos años por sus habitantes. La población ha abandonado amplias zonas del campo, que han devenido semidesérticas, para concentrarse en torno a centros urbanos de cierta dimensión. Esas concentraciones humanas son capaces de ofrecer servicios a los ciudadanos de sus áreas de influencia. A veces existen agrupaciones de núcleos de este tipo con ciertas relaciones de jerarquía (León, Astorga, La Bañeza, Benavente), pero entre un área poblada y otra quedan grandes vacíos. Esto permite considerar las aglomeraciones urbanas como unidades independientes, más allá de divisiones que tuvieron sentido en otros momentos como el partido judicial o incluso la provincia. En el caso de la provincia leonesa existen dos aglomeraciones urbanas con un evidente vacío en el medio, que ocupa desde Astorga hasta Bembibre. Por esa razón es conveniente empezar a pensar estrategias urbanas para Ponferrada y para León -coordinadas, pero separadas-, que permitan garantizar la población de ambas aglomeraciones, que ahora se halla en franca regresión. Y es que si León sigue perdiendo población globalmente corremos el peligro de convertirnos en definitivamente irrelevantes. Ponferrada tiene una serie de intereses que debieran reflejarse de una manera ordenada y priorizada en un plan. Ese plan tendría unos objetivos concretos en un marco temporal de unos 10 años. Hay que encajar la colmatación de su casco urbano, la puesta en valor de la puebla vieja, la ronda sur, la consolidación hacia Cacabelos, la valorización de sus entornos culturales (ENE museo, las Médulas, Villafranca, Peñalba …), la atracción sobre Valdeorras y Becerreá, el impulso a sectores emergentes, la consolidación y especialización del campus, las vías a Sanabria y Asturias … En resumen, habría que concretar en un documento de compromiso de todas las fuerzas políticas y sociales, unas líneas de trabajo para los próximos años con el fin de avanzar juntos hacia una ciudad soñada, pero posible. Todo eso cabe en un plan estratégico, que tendría que ser redactado por personal ajeno a la Autonomía, desprejuiciado, con experiencia en estas lides y abierto a todo tipo de planteamientos. Eso podría dar a Ponferrada un horizonte necesario ahora que ha llegado el temido final del carbón tal y como siempre lo concebimos. Ponferrada ya configuró un espacio urbano amable en los últimos años. Hay que ir un paso más allá y desarrollar un concepto metropolitano ambicioso y realista.