lunes, 2 de julio de 2007

León en Campaña

Los dos partidos mayoritarios han roto el silencio preelectoral en la ciudad de León y se han lanzado por el tobogán de la campaña, que concluirá en mayo. El PSOE ha actuado con acometividad en estos lances con un objetivo palmario: ocupar el espacio de la UPL, donde residen los votos que necesita para ganar. El PP ha respondido con alusiones a los incumplimientos de Zapatero con esta ciudad. En ambos casos se ha puesto de manifiesto la estrategia predominante.

Para el PSOE comienza una campaña de ofensiva para captar el voto indeciso y leonesista. Esto será aprovechado por el reducto de socialistas afines a un autogobierno leonés para que el partido acepte ciertos postulados que hace sólo un par de años resultaban innombrables en las reuniones de sus órganos de gobierno. Aún cuando es pronto para vislumbrar los resultados de mayo, puesto que se desconoce quiénes integrarán las listas de cada partido, hay encuestas serias que apuntan a una mayoría absoluta socialista como posible. En consecuencia Fernández va a abordar esta campaña como si fuese su acto político definitivo, poniendo en juego cuantos recursos tiene.

El PP pone ante sí una campaña defensiva. La realidad del balance municipal popular es dura, tanto que no puede ser presentada a las ciudadanos como activo. Esto provoca que, una réplica tras otra, todos los ataques de Amilibia se vuelquen en lo que Zapatero no ha hecho. Y esta coyuntura se debe a que la dinámica del partido, que mantiene empotrados a una serie de notables de propuesta agotada, impide la renovación. El PP sólo puede ofrecer lo mismo que ya ofreció y parece incapaz de operar una rotación en los puestos. En estas condiciones sólo puede aspirar a perder los menos votos posibles y a mantener el suelo de diez concejales si la participación es alta.

En un segundo nivel la posición de la UPL resulta llamativa. Las propuestas de los socialistas ocupando su espacio permanecen sin respuesta. El candidato no parece tener capacidad de reacción, ni de propuesta. Esa agrupación queda en silencio en el momento en que Valderas calla. Con Abel Pardo trabajando para las elecciones en Zamora y Salamanca, y a falta de confirmar públicamente su tercer puesto en la lista, la ausencia de liderazgo se palpa.

Por otra parte, Valderas se desmotiva ante su posible exclusión de los puestos de salida, con lo que el concejal más trabajador adopta la pasividad. Si bien Chamorro se muestra como un político limitado, no se entiende que no confirme su lista, que le serviría para rodearse de un equipo y salir de la indefensión que acusa.

En definitiva, es necesario esperar a que se hagan públicos los nombres que llenarán las listas para que veamos estas discutidas elecciones en su apogeo. Esperemos que pronto podamos disfrutar del espectáculo.

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