jueves, 17 de julio de 2008

Laciana sin Carbón

En fechas recientes tenía lugar en Villablino la conmemoración de los diez años de la marcha negra. Este hito ha propiciado, entre otras cosas, un debate sobre lo que ha supuesto el Plan del Carbón para la cuenca. Se viene observando con escepticismo el desarrollo de las inversiones de los fondos MINER en el Valle. Una parte notable se derramó en mil pequeñas obras, de poco impacto, que intentaban hacer llegar a cada pueblo un sentimiento de atención del que, hasta entonces, se había carecido. Otra parte importante de los fondos se concentra en la construcción de un hospital: obra singular, puesto que la despoblación de esta área de montaña avanza rápida, y nadie sabe qué enfermos van a ocupar esas camas. La sensación de irreflexión y de gasto poco útil ha calado en quienes observamos, preocupados, cómo el valle de montaña con más posibilidades de futuro de nuestra provincia arrumba su trayectoria hacia el desastre.
Laciana, sin embargo, tiene un punto fuerte a su favor: un contingente de población sólo comparable al de los valles cantábricos del Alto Campoo y del alto Narcea. Esto permite prever -aunque por poco tiempo si el censo sigue bajando- una buena respuesta a inversiones acertadas. Asumimos que Villablino no reúne condiciones para ser atractivo a los ojos de los inversores privados, por lo que las posibilidades de fundamentar un centro urbano en ese fondo de saco son escasas. ¿Cómo podemos romper tal debilidad? Haciendo de Laciana un punto de paso relevante hacia alguna parte. La oportunidad más clara para atraer tráficos y fijar población es eliminar el puerto de Leitariegos. Al otro lado –treinta kilómetros en línea de aire- existe una población –Cangas- que supera en efectivos la de Villablino. Para unir ambos núcleos la solución óptima es un túnel. Plantear esto sería disparatado si no existiesen los fondos MINER. Dichas ayudas son muy adecuadas para la realización de obras singulares como ésta. Ese corredor permitiría pasar de contar con dos poblaciones aisladas -de 14.000 y 20.000 habitantes respectivamente- a tener un área, interconectada, con unos 35.000. Proyectar así la construcción de nueva infraestructura y estructura -pública o privada- se percibiría más ventajoso. La posibilidad de abordar la costa en una hora por el corredor del Narcea, la de alcanzar la autovía N-VI aún en menos tiempo o, incluso, el ofertar el mejor acceso posible a zonas de enorme valor ecológico –Somiedo, Muniellos, Ibias, Mampodre, etc- abriría posibilidades que hoy son inimaginables. Las oportunidades de Villablino y Cangas de Narcea unidos por un túnel son muchas. Separados son mínimas. ¿Habrá alguien capaz de plantear esta obra como una prioridad?

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