jueves, 21 de junio de 2012

Razones y Sinrazones de los Mineros

El conflicto de la minería se está convirtiendo en un marasmo confuso en el que se mezclan razones plenamente justificables con motivos que carecen de razón; formas firmes, pero adecuadas, con ademanes de matón mafioso. Es muy peligroso para el colectivo minero que no se transmita con nitidez sus reivindicaciones más justas porque pueden perder el apoyo social y quedar vencidos al final del conflicto.
Los mineros reivindican el cumplimiento de un plan ya firmado entre el gobierno y el sector, y convenido con Europa. No se trata de un plan cualquiera de subvenciones, puesto que compromete el cierre de las minas; ahí es nada. El incumplimiento de lo pactado por el gobierno es inaceptable, por muy grave que sea la situación económica. No son ayudas ad infinitum las que se están discutiendo, son para cerrar y pactadas por todos. En la medida en que es así la reivindicación minera se cubre de razones.
Por el contrario toda manifestación que, aprovechando la coyuntura, sale en defensa del carbón subvencionado más allá de 2018 está fuera de lugar. En todo caso no toca ahora hablar de eso y cuando se hace sólo se consigue desvirtuar las razones de la huelga.
Respecto a las formas, la firmeza es buena siempre. Forzar con posturas sobreactuadas o crear tensión está dentro de la lógica en una reivindicación como ésta. Liarse a palos con los policías o los periodistas, bloquear vías de comunicación indiscriminadamente o realizar actuaciones abiertamente peligrosas para la seguridad de las personas no lo está. Mineros: no os confundáis. Vuestra reivindicación de lo pactado es justa, pero no vale todo. El resto de los ciudadanos también sufre y no hacen esas locuras. Podríais llegar a que la gente desease la liquidación de vuestro sector y eso no es bueno ni para vosotros ni para León.

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