Si entretenido había estado el ruedo político leonés a cuenta de la reconstitución de
En los últimos episodios del culebrón leonesista observamos la apelación a un debate de verdulería de Soto -en el que llama “cobarde” a su compañero de grupo y portavoz municipal en un medio- y el repliegue posterior de su jefe, con lo que ambos quedaron en evidencia. Se pudo comprobar que la terna Chamorro-Herrero-Otero no quiso entrar en ese lodazal dialéctico. Así, con la fractura del grupo municipal consumada, los defrancisquistas quedaban en una posición de debilidad negociadora sin precedentes. Por ejemplo, en los órganos de su partido apenas significan nada, pues se autoexcluyeron al no comparecer en el congreso. Casi nadie de la militancia ideológica parece apoyar al grupúsculo disidente.
Después de haber cerrado otra vía de escape al criticar a Mario Amilivia y mostrar explícitamente la aversión personal que profesa por él, de Francisco tampoco podría ya negociar acuerdo alguno con el PP. Por ello un desencuentro con el PSOE le dejaría fuera del equipo de gobierno municipal, en tierra de nadie. En esta coyuntura el sublevado ha quedado con poco margen de maniobra.
Por otro lado, el grupo leal de
Asistimos, por tanto, a un momento de grandes retos para los concejales y, en especial, para los cuatro cabezas de grupo: Francisco Fernández, Javier Chamorro, Mario Amilivia y José María R. De Francisco. Será ilustrativo ver quiénes aguantan mejor la presión, quiénes gestionan más acertadamente la crisis y, finalmente, quiénes salen triunfantes de este difícil trance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario