Una vez consolidados los últimos votos de las elecciones locales podemos hacer ciertas observaciones con carácter definitivo, hasta la llegada de un nuevo ciclo electoral. En términos generales se puede afirmar que esta convocatoria ha sido instrumentada por los dos grandes partidos nacionales como un anticipo de las generales del año que viene. Esto ha supuesto que ambos hayan dedicado una cantidad enorme de recursos y esfuerzos para obtener un resultado positivo en general y en cada territorio en particular. Tal situación ha provocado dos efectos apreciables en toda España: el drástico aumento de la participación a favor de ambas fuerzas, y la minoración o eliminación de todas aquellas siglas sin fundamentos teóricos sólidos. En esa línea observamos un barrido de formaciones independientes o con poca base social. En cambio, otros concurrentes como BNG, UPL, PRC, CHA, etc, han visto confirmada su fortaleza y apenas han acusado el choque de los dos grandes grupos de la política nacional.
UPL ha logrado una entrada contundente en Zamora, ha crecido en las autonómicas y municipales de la provincia de León, pese a la penalización provocada por el inusual –y, seguramente, transitorio- grado de participación, y se ha hecho fuerte en el cinturón de la capital, con notables aumentos de voto en San Andrés, Villaquilambre y Valverde. Incluso los resultados en El Bierzo son los mejores que ha cosechado esta formación.
En medio de ese tono expansivo, y asumidas las esperadas derrotas en Bembibre y
Por otra parte, se da la paradoja de que los dos concejales salientes y excluidos por quién sabe qué consejos, salen reforzados de esta contienda electoral en la que, a priori, quedaban como perdedores dentro del partido. Se acerca un momento de reflexión y cambios en los planteamientos y en las personas de
No hay comentarios:
Publicar un comentario