Tocábamos hace unos días el debate sobre el Plan General de Ordenación Urbana. Decíamos entonces que el documento presentado a información pública presenta carencias notables que es necesario subsanar.
El plan pretende plantear el desarrollo de la ciudad hasta más allá de dos mil doce y aspira, según la declaración de intenciones hecha por el concejal de urbanismo, ordenar la posible duplicación de la población de la ciudad. Sobre esa base cabe pensar que, si hoy existen unos 62.000 vehículos en ella, el horizonte del plan debe prever unos 150.000, justo el doble más un plus procedente del aumento de segundos vehículos. Dado que la trama urbana de lo que hoy consideramos centro –casco antiguo, Ensanche, Chantría, Corredera- no sufrirá cambios sustanciales podemos esperar el caos. La mayoría de esos 150.000 vehículos van a acceder una o varias veces al centro de la ciudad durante la semana. Sin embargo, las calles serán las mismas en esencia. Se debería contemplar algunas soluciones a ese problema, aunque fuesen parciales.
Lo normal en el desarrollo urbano proyectado es, entre otras cosas, promover la movilidad interior dentro de la zona más densamente poblada de León ciudad. Además, se debería agilizar el acceso y salida hacia el centro por corredores rápidos. Para conseguir tal cosa es necesario romper las barreras Bernesga-ferrocarril y ronda este-Torío tantas veces como sea posible y necesario. Por ambas razones llama poderosamente la atención que entre el puente de
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