Se acaba de conocer la segunda edición del BAROCYL. Se trata del conjunto de conclusiones que se obtienen a partir de una encuesta recogida en el ámbito territorial de
Las conclusiones del primer BAROCYL ya resultaron polémicas, puesto que de ellas se infería un negativo panorama para
El estado de cosas no varía sustancialmente en estos aspectos en la segunda oleada. Incluso algunos temas conflictivos han empeorado, como el sentimiento de pertenencia a esta autonomía, que es todavía más residual. Sin embargo resulta llamativo que otras tendencias varíen sustancialmente en el corto espacio de un año, entre una encuesta a otra.
Mientras ante el primer cuestionario casi el 50% de los leoneses decían sentirse más leoneses que de la autonomía, ahora sólo lo manifiesta un 27%. De ello se induce que tal tipo de sentimientos son mucho más variables de lo que se piensa y que la eficacia de cierto liderazgo social apoya la propagación de tendencias que sigan su estela.
En consecuencia, la capacidad de convicción de quienes apoyan las tesis que dan preeminencia a lo leonés se ha diluido sensiblemente. Por la misma causa, la encuesta de intención de voto da a UPL menos de un 5%. Esto supone que los actuales rectores de la formación no habrían logrado mantener su 15% de voto y que, además, se alejarían de su nicho de votantes potenciales, que abarcaría entre el 30% y el 50% de ciudadanos leoneses. En conclusión, la militancia leonesista debería leer cuidadosamente los datos del BAROCYL, porque evidencian cambios y aportan información valiosa y aprovechable para ellos.
Igualmente los dos partidos mayoritarios han de valorar lo que supone que sólo el 3,5% de los leoneses se sientan más cercanos a la autonomía que a otras opciones territoriales, a pesar del derroche de propaganda. La mayoritaria falta de identificación con la autonomía tiene poderosos fundamentos. Es responsabilidad de los partidos atender específicamente una necesidad civil frustrada de tal entidad.
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