La arremetida del gobierno autonómico, autoidentificado frecuentemente como castellano, contra León ha sufrido un recrudecimiento notable en las últimas semanas.
La ofensiva se está desarrollando en los planos cultural, económico y político, pese a que pudiera parecer una campaña de más corto alcance. En la vertiente cultural se asiste al vacío que
La última ocurrencia de esta oficina de propaganda es la potenciación de una especie de Sabino Arana castellanista. Parece que un catedrático de historia ha optado por convertirse en político dando consejos de política territorial al presidente Zapatero. Bien es cierto que mucho le debe a
Políticamente se intenta legitimar el proceso autonómico con una pléyade de jóvenes titulados vallisoletanos cuyas tesis doctorales se esmeran en apuntalar su gestación. Por añadidura, ahora
Al plano económico se ha aludido en otras ocasiones, pero el último episodio del embalse de Riaño merece ser destacado. Ahora se ha hecho patente que el crecimiento económico y demográfico en los secarrales pucelanos es insostenible porque carecen de los medios hídricos necesarios. Para subsanarlo se ha determinado despojar al aparato productivo leonés del recurso, arruinar dos comarcas –la inundada y la no regada-, y hacer contribuir a la región donante a la financiación del trasvase. Ya veremos cómo se justifica este nuevo atropeyo desde la corte de los disparates.
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