Carrizo de
En estos dos decenios las cabeceras de comarca más destacadas fueron rellenando los espacios vacíos de sus cascos urbanos para aumentar su densidad demográfica y crear así auténticos centros cívicos. Los elementos monumentales más destacables fueron recuperados y embellecidos en un intento por dotar de atractivos lo que antes eran agrupaciones de casas desordenadas y feas. Las áreas de más trajín comercial empezaron a ser peatonalizadas y los tráficos pesados fueron trasladados a rutas cada vez más alejadas del núcleo urbano.
Así hemos visto crecer como pequeñas ciudades Valencia de Don Juan, Santa María del Páramo o Benavides de Órbigo, por poner ejemplos no muy lejanos de Carrizo de
La localidad se enfrenta actualmente a dos transformaciones que pueden marcar su trayectoria futura. Por una parte está la recuperación y puesta en valor de su patrimonio monumental más valioso. Los dos elementos más sobresalientes en este aspecto son el monasterio y el puente de hierro. Pese a todo, existe un colectivo en Carrizo que pretende la destrucción del monumental puente. Si la construcción singular más visible de la población es destruida ésta perderá una oportunidad más para atraer visitantes o para crear, por ejemplo, un paseo romántico aprovechando la ribera fluvial.
La otra clave es la circunvalación. Carrizo ha perdido capacidad de atracción frente a otros núcleos como Benavides de Órbigo. Su mercado se reduce ya a aquellas poblaciones ubicadas en el curso superior del río. Dichas entidades se encuentran en un preocupante proceso de depauperación provocado en buena medida por su pésima comunicación, condicionada por la obligada travesía de Carrizo. No obstante, una parte de este pueblo se opone a la circunvalación.
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