jueves, 27 de agosto de 2015

PONFERRADA Y LA CULTURA

Escuchaba a un concejal de Ponferrada hablar a propósito de la posible apertura como recintos expositivos de varias iglesias en Los Barrios. Es un acierto. Ponferrada no está explotando todo su potencial de turismo cultural y se puede decir que tiene posibilidades de reunir una oferta de primer nivel en su entorno próximo. Tener un área expositiva de referencia, con una publicidad concentrada, distinguirá a la ciudad. El mundo tiene que saber que la Ciudad del Puente no solo son las Médulas. Y no es que las Médulas estén en esa ciudad, sino que la base hotelera desde la que se visitan es fundamentalmente Ponferrada. La oferta cultural pasa actualmente por una programación teatral y musical al nivel de cualquier capital de provincia de su tamaño. El Museo de la Energía es uno de los mejores proyectos museográficos que he visto y apenas se publicita fuera de su recinto. El castillo, una visión rutinaria para muchos ponferradinos, resulta excepcional para los visitantes por su ubicación, tamaño, presencia y contenido. Ponferrada cuenta en su proximidad con una ramillete de iglesias del prerrománico y el románico con elementos de transición singulares: las dos de Corullón, Vizbayo, Peñalba y Santo Tomás forman un conjunto que permite apreciar como en pocos lugares el paso desde el arte local a las primeras corrientes europeas del año 1000. Eso por no hablar de algunos lugares excepcionales como Carracedo o los restos medievales del monasterio en Vega de Espinareda. Si juntamos una buena oferta hotelera, el casco antiguo de Ponferrada, las iglesias medievales, las Médulas, la cultura del vino, la buena conservación de la arquitectura popular y una población que aprecia los espectáculos musicales y el teatro, gente que entiende y que deja su impronta en las redes sociales, tenemos un paquete turístico completo y alejado de los manidos tópicos bercianos. No se trata de olvidar todas las virtudes comarcales que llevan años ensalzándose, porque están ahí, son buenas y juegan su papel como atracción de visitantes. Se propone ahora una reinvención de la imagen de Ponferrada; transmitir que es una ciudad moderna con toda una oferta cultural y un público a la altura de esa oferta. En ese camino hay un intenso y prometedor itinerario promocional que transitar. Por eso el que haya entrado gente con ideas nuevas en el ayuntamiento es positivo y necesario. Ahora debe demostrar que es capaz de aunar lo viejo con lo nuevo para hacer del icono “Ponferrada” una referencia en el noroeste de la península. La hostelería ya lo logró. Es posible hacerlo con el resto.

jueves, 20 de agosto de 2015

LA ESTACIÓN DEL TREN

Existe un debate abierto sobre la estación de ferrocarril de León. Se ha podido escuchar al alcalde de la capital decir que la solución será la que más convenga a la ciudad. Este hombre debería acostumbrarse a opinar. Es lo que se espera de un alcalde. Se ha escudado en dar el patadón a la pelota para despejar, pero gobernar no es eso. Espero que sea producto de su bisoñez en el cargo porque la respuesta adecuada no puede ser “hagamos un concurso de ideas”. De él se espera criterio, que se puede compartir o no -lo que es muy saludable para la democracia-, pero se espera opinión. La estación de ferrocarril de León ha supuesto durante años una frontera. Marcaba dónde estaban las vías que, como un abismo profundo, cortaban el espacio urbano marcando un “más allá”. La ruptura de esa frontera con la prolongación de la calle fue solo un primer paso. Ha servido para poner de relieve que ese límite a ambos lados tiene un aspecto suburbial y degradado. Por eso el papel de la nueva estación y su entorno ha de ser coser lo que hay al otro lado, integrar. Nada mejor para conseguirlo que dignificar la zona y convertirla en un centro de atracción que asegure el flujo de gente y la actividad social. Por eso hay que pensar en dar un papel a la estación nueva, a la vieja y al Palacio de Congresos. La estación nueva puede continuar siéndolo, puesto que cumple su función bien y está muy cerca de la estación de autobuses, aspecto que tiene importancia. Por otra parte, si no fuese estación de trenes ¿qué otra función podría cumplir? La estación antigua -con su marquesina, que es nueva y diferente de la que se llevaron a “restaurar” hace unos años y que jamás volvió- puede ser un recinto polivalente. En él se aúnan un gran espacio cubierto y un fondo de saco de vías. Podría ser el lugar adecuado para realizar un museo al aire libre de material ferroviario, asesorados por la Asociación de Amigos del Ferrocarril, y un área comercial y de gastrobares, como se ha dicho, al estilo de tantos mercados de abasto recuperados y reconvertidos en España (San Miguel en Madrid, Cañadío en Santander ...). No tiene sentido obsesionarse con su viejo uso porque las necesidades urbanas de hoy son otras. Se requiere potenciar la vida social de la zona. Y lo que no sería comprensible es dejar rodeada de suburbios una obra magnífica y representativa como el Palacio de Congresos. En resumen, el papel del triángulo Palacio-estaciones es fundamental para el nuevo desarrollo de la ciudad en esa zona y hay que darle la importancia y el criterio que requiere.

jueves, 13 de agosto de 2015

TURISMO Y ESTACIONES DE TRANSPORTE

Las estaciones de transporte son el lugar de recepción de visitantes. Por esa razón resultan esenciales para que el recién llegado tenga una primera impresión positiva de la ciudad. León no ha cuidado en exceso este aspecto y merece la pena hacer un repaso al aeropuerto y a las estaciones de ferrocarril y autobús. La estación de tren es una instalación funcional, que garantiza el embarque y desembarque rápido. Esto es una de las grandes ventajas competitivas que tiene, junto con el hecho de que deja al viajero cerca del centro de León. Muchas personas creen que es necesaria una gran estación, como en otras ciudades. La tendencia es justamente la contraria. Las estaciones complicadas son disuasorias y deprimen el tráfico. En este sentido la estación “provisional” de León es perfecta. Tiene dos fallos que se deberían corregir rápida y fácilmente: carece de aparcamiento suficiente para corta estancia y no existe punto de información turística en la propia instalación, así como indicadores. La estación de autobuses es funcional, pero está sometida a un abandono incomprensible, aun siendo utilizada por miles de personas. Es un edificio en buen estado, pero no existe información de llegadas y salidas, la decoración no se ha renovado, no hay puntos de información de la ciudad, ni indicadores. En Europa es común el uso del autobús y son numerosos los visitantes jóvenes que llegan a la ciudad por este medio. Sin embargo el aspecto es descuidado y algo desolador. El nuevo equipo consistorial debería actuar al respecto, ya que resulta estratégico para potenciar la imagen turística de la ciudad. Por otra parte es necesario mejorar la conectividad entre las estaciones de tren y ferrocarril, que son complementarias y contiguas, aunque ningún visitante pueda ser consciente de ello con la información visualmente disponible. Por último está el aeropuerto, que este año va a superar los 30.000 pasajeros, lo que le convertirá en el más relevante de su segmento de 15 aeródromos. Es difícil y lento llegar a la terminal de La Virgen del Camino, por lo que el nuevo enlace desde el polígono de Trobajo es imprescindible. Mucho más si se considera que es un aeropuerto contiguo a la ciudad –cosa nada usual- y que puede permitir el embarque y desembarque rápidos, ventaja competitiva fundamental para el pasaje de las provincias contiguas. Por otro lado el pasajero que llega por este medio es el más dispuesto a realizar gastos en la visita por lo que un punto de información turística sería fundamental para potenciar este turismo de calidad.

jueves, 6 de agosto de 2015

LEÓN Y LOS COTIZANTES

El Partido Popular ha llamado a la movilización para intentar ganar las elecciones generales de fin de año con holgura. Se basa en mandar un mensaje positivo a la ciudadanía sobre la evolución económica. Eso también es la directriz en León. Pero este optimismo está basado en las cifras, que son de dominio público, por lo que merece la pena repasarlas. Acaba de publicarse la tabla de cotizantes a la Seguridad Social de julio. Se ha comentado que sigue una tendencia ascendente, lo que es verdad. Por otra parte podemos revisar cuándo hubo una situación similar a la actual. Hablando de España, fue en octubre de 2011, justo antes del las elecciones generales anteriores, cuando se contaban diecisiete millones trescientos mil trabajadores cotizando. Es decir, estamos aproximadamente donde estábamos en el final de la etapa de Zapatero. Si bien es cierto que entonces la tendencia era de descenso y ahora es de ascenso, también es cierto que la cotización media por trabajador es ahora menor porque los salarios han bajado. Si atendemos a las cifras de la provincia de León, para observar unos ciento cincuenta y tres mil cotizantes, hay que irse a noviembre de 2012. Aun pareciéndose a la media española, entonces la tendencia era de fortísima caída y ahora es de subida moderada. Y hago esta valoración porque para llegar a donde estábamos en octubre de 2011 (que es lo que ha hecho España) nos faltan doce mil cotizantes, que es mucho, porque al ritmo actual tardaríamos casi año y medio en llegar. Y es que hay que decir que la evolución de León en esta legislatura ha sido pésima. Arrancó en 160.000 y ahora tenemos 7000 cotizantes menos. En cambio España está ya por encima en medio millón para ese mismo periodo. En la serie estadística que compara León con España hay siempre una diferencia negativa interanual contra León, que arranca en mayo de 2012, ya con el PP en el gobierno, y que se ahonda hasta llegar a hoy. No es por tanto el partido conservador el que mejor puede esgrimir sus bondades para León. Si comparamos con las provincias cercanas, hay argumentos todavía más preocupantes de la pérdida de peso. La diferencia entre León y Burgos a febrero de 2012 era de 17000 cotizantes. Hoy es de 12000. Con Valladolid había 41000 cotizantes de diferencia y 46000 hay ahora. En conclusión, León tiene una aguda tendencia negativa que coincide con la llegada del Partido Popular al poder en 2011. A los leoneses se les pueden dar muchos argumentos para votar a los conservadores, pero a la luz de los resultados, que lo han hecho bien en León, no.