miércoles, 30 de marzo de 2011

Los Pensadores y las DOT

Este martes se reúne un grupo de expertos designados por la Junta –más conocido como “banco de pensadores”- para hablar de ordenación del territorio bajo la batuta de De Santiago-Juárez, Consejero de Presidencia. Como si quisiera poner la venda antes que la herida, De santiago ha manifestado que ni es la “panacea” ni un “remedio mágico y universal para resolver cualquier problema”. En otras palabras, la reunión y el tema son importantes –por eso se convoca-, pero no se anticipan grandes conclusiones, por si acaso.
Sin embargo las directrices de ordenación del territorio son una herramienta fundamental de la gobernanza, si se entiende para qué sirven. Las DOT debieran derivar de una idea general de lo que tendría que ser esta autonomía y de los caminos para alcanzar ese horizonte. El mayor problema que tiene la Junta es que ese escenario final, del que se desprendería toda la estrategia de las DOT, debería ser pactado y aceptado por la generalidad de los ciudadanos.
Como el modelo de crecimiento desplegado por la Junta es centralista y contrario a los intereses de León, y contestado también desde provincias castellanas, no se puede pactar. De esta manera las DOT se van pariendo a salto de mata, según conveniencias puntuales o intereses empresariales, como las de la Montaña Cantábrica, redactadas a la medida para legitimar una actividad privada contaminante en un espacio protegido.
Contrariamente a lo que dice De Santiago, la clave para resolver los grandes problemas son las directrices. Con ellas se evitaría el sindiós de mapas sanitarios, educativos, etc no coincidentes, lo que subraya la incoherencia entre consejerías y el desenfoque en la visión global del ente. Pero unas DOT pactadas harían imposible el centralismo y el clan de Valladolid no puede admitirlo. El centro crece vampirizando el resto del territorio y en León crujirían una vez más las costuras autonómicas. Y ahora se suma Burgos, Salamanca, etc. En esa tesitura la Junta de Castilla y León prefiere seguir sin aplicar un auténtico plan estratégico, unas DOT de verdad, para que así las medidas de tal o cual consejero no se vean coartadas.

jueves, 24 de marzo de 2011

León y la Fusión de Cajas

Los acontecimientos en torno a las fusiones de cajas se han precipitado en las últimas semanas. El anuncio inesperado de la operación entre Caja España-Duero y Unicaja parece indicar que la presión del Banco de España no ha permitido ya más dilaciones. La caja leonesa no estaba en condiciones de continuar en solitario y parece haber sido forzada, por segunda vez, a una fusión con una entidad más fuerte. El resultado será una absorción, ya que no quedaba otra alternativa, en la que la sede se quedará en Málaga, algunos órganos en Madrid y ¡vaya usted a saber qué! en Salamanca y en León.
Recordemos que la caja salmantino-leonesa nombraba un director general ejecutivo, de Salamanca, y un presidente de corte representativo, de León. La situación ha terminado siendo completamente distinta, con un presidente que ha tomado las riendas dejando en fuera de juego al director general, que ha optado por dimitir. Del Canto ha resultado un técnico eficiente y proactivo que ha protagonizado la negociación sin dejar resquicios apenas.
Del Canto salió de una manera lamentable de la caja leonesa hace unos años, dejando un mal sabor de boca. Tiene ahora la oportunidad de la redención en estas tierras porque, si consigue que algún centro operativo de la nueva caja quede en León, habrá borrado aquel desacierto de su historial. La realidad es que la nueva caja podría dejar León y Salamanca sin una sola sede, salvo las obras sociales. Cualquier avance en ese aspecto debe ser tomado como una conquista en este momento, y del Canto tiene la iniciativa y la responsabilidad para lograrlo.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Nucleares y Costes

El accidente en la central nuclear de Fukushima ha despertado muchos recelos en la opinión pública sobre esta fuente de energía. Sin embargo los efectos de los accidentes de estas plantas sobre la economía general eran de sobra conocidos. El grupo de presión pronuclear se ha apresurado a argumentar que no es el momento de debatir la conveniencia de estas centrales porque hay que evitar posturas apasionadas. Por el contrario, somos otros los que creemos que es ahora precisamente cuando hay que hablar de las desventajas de la energía nuclear.
No se puede esperar a otro momento para discutirlo porque lo que invalida esta alternativa es precisamente los efectos de sus fallos. Las consecuencias de un accidente en una central nuclear en nada se parecen a los inducidos por cualquier otra fuente de energía. Los costes que suponen las medidas precautorias cuando se produce un fallo exceden cualquier otro elemento de comparación. Son esos costes precisamente los que hay que imputar al kilovatio nuclear y que nunca se le atribuyen, así como los de la gestión de sus residuos durante varios siglos.
Lo que ha consumido la central de Fukushima en evacuaciones, contaminación, alarma social, equipos de intervención urgente, … es una cantidad de recursos gigantesca que no se hubiese destruido de no haber sido atómica. Por lo tanto es un coste directo que hay que ligar a los kilovatios producidos. Eso por no hablar de los riesgos personales, que son incuantificables en términos económicos.
En consecuencia las centrales nucleares sólo pueden ser interesantes en una situación de cero fallos, lo que es imposible. Ese es el mensaje que el grupo pronuclear quiere evitar, eludiendo un debate que es ahora imprescindible y oportuno porque las centrales no sólo funcionan bien; también fallan. Además los países sufren guerras, caen en depresiones económicas, etc. ¿Quién garantiza el correcto mantenimiento? ¿Quién pone el límite de riqueza en que un país puede construir o no estas plantas? ¿Cómo se valoran los riesgos futuros de un país ante las catástrofes nucleares? Eso es el debate ahora porque estamos ante ese escenario.

miércoles, 16 de marzo de 2011

León: Aeropuerto y Evolución

Últimamente se escuchan con frecuencia las críticas a las inversiones en aeropuertos regionales y, más concretamente, se ha escuchado muchas hacia el de León. Se argumenta que se trata de una inversión irresponsable y carente de sentido; una cacicada. Quienes esgrimen estas razones no suelen referirse a otras inversiones en aeropuertos mayores, como Barajas o el Prat. Merece la pena tomar un poco de distancia y hacer juicio de valor del conjunto de inversiones en aeródromos.
Conviene saber que la reforma que incluyó la T4 de Barajas supuso un coste de 1,5 billones de las antiguas pesetas en esa infraestructura. Tamaña inversión es completamente irrecuperable, ya que el aumento de capacidad del aeropuerto –pequeño en términos relativos- no la justifica en absoluto. Casi ningún aeropuerto en el mundo ha recibido una lluvia de obras de ese nivel, razón por la que los visitantes extranjeros se quedan boquiabiertos al llegar a Barajas. El recorrido de esta terminal al alza es pequeño.
Por su parte, la T2 del Prat y sus obras asociadas se acercaron al billón de las antiguas pesetas. El recorrido de este aeropuerto al alza es pequeño y la inversión resulta injustificable desde cualquier planteamiento racional.
En esta línea retomamos las obras en el aeropuerto de León: 70 millones de euros, o lo que es lo mismo 12.000 millones de pesetas. Puede resultar abultado pero, si se considera que la antigua terminal carecía de posibilidades de crecimiento y que este aeródromo tiene un potencial al alza que multiplica por 3 ó 4 los viajeros actuales, resulta que es una inversión adecuada y hasta conveniente. Lo que pone de manifiesto la incapacidad para hacer que crezca es la ineptitud o dejación –que tanto da- de quienes deben impulsarlo. Ese y no otro es el problema de nuestro aeropuerto, problema detrás del que hay nombres y siglas. Que cada uno tome nota.
Por último, los aeropuertos regionales son una apuesta inteligente para un país que se ha marcado el camino de crecer como una red de ciudades, con sus ventajas e inconvenientes. Basta ya de complejos de inferioridad cuando otros observan con envidia nuestro modelo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

La Reforma de la Administración

En estos momentos ningún técnico prevé que España vaya a superar la crisis a corto plazo. Mucho menos que alcancemos los niveles de crecimiento de 2007 y años anteriores. El resultado más inmediato es un descenso acusado de la recudación fiscal y por ende de los fondos públicos que hay que administrar. Ahora tenemos que distribuirlos entre una constelación de instituciones, empresas públicas, fundaciones y artificios administrativos de toda raza que reclaman como lobos hambrientos su trozo de pastel.
La administración pública que surgió de la expansión del 2000 creó nuevas estructuras sin desmontar prácticamente las anteriores, porque había dinero para todos. Ahora ya no es así. Es necesario exigir a los partidos propuestas concretas para simplificar la administración pública. Hay que reducir ayuntamientos eliminando por absorción los poco poblados, y los unidos de facto por sus núcleos a otro más grande. Hay que elegir entre diputación y delegación territorial de la autonomía. Hay que ajustar el número de consejerías y ministerios. Sobran empresas públicas, monstruos que gastan sin control dineros que son de todos.
Hay que eliminar o concentrar. Tenemos que tener claro que o recuperamos la capacidad para invertir o nuestra economía seguirá herida, sin capacidad para crear empleo, riqueza e innovación. Si las administraciones gastan todo en su funcionamiento se convierten en un parásito para el conjunto del país e impiden el relanzamiento. León debe tomar la delantera en esa carrera porque con esa iniciativa llegará un progreso que nos sitúe mejor en la escala de las regiones españolas. Ese es nuestro reto más inmediato.

León: Elecciones y Programas

Ha llegado marzo, lo que quiere decir que quedan dos meses hasta las elecciones municipales. Esto se ha traducido en la entrada en campaña de todos los candidatos a la alcaldía de la capital. Se suceden las declaraciones sobre sus ideas para la ciudad de León. Sin embargo son manifestaciones sobre aspectos concretos. Se echa de menos una exposición global, capaz de explicar a los votantes qué pretenden que sea León cuando termine su mandato.
Se puede decir que Fernández ha dejado apuntes sobre lo que quiere: que si una ciudad luminosa, que si una ciudad de oportunidades, … Pero lo dicho no pasa de la inconcreción: declaraciones de corte lírico, pero con poco contenido. Necesitamos saber cuál es su visión global de León en 2015, si él gobierna, como lo necesitamos de los demás. También debe decir cómo va a hacerlo, porque gran parte de las transformaciones que ha sufrido la ciudad en su mandato proceden de fondos del gobierno central. En otras palabras, el papel de Zapatero ha sido fundamental para explicar por qué la ciudad no ha encallado sumida en la debacle económica que atenaza al ayuntamiento. ¿Qué nos espera más allá de ZP?
De Gutiérrez, candidato popular, sólo se aprecia que dice que sí a todo y a todos, menos al alcalde. No se percibe un criterio propio. Si no es capaz de explicar para qué quiere ser alcalde pasará por ser sólo un peón al servicio de otra persona. León necesita criterios para avanzar. Si la ciudad no tiene una idea de lo que quiere ser, de la mano de su alcalde, es imposible plantear un plan que dirija las cosas hacia ese punto.
De Chamorro tampoco sabemos gran cosa. Como el resto de candidatos, no ha sido capaz de transmitir su visión de la ciudad. Por esta razón es conveniente pedir una exposición clara del proyecto de cada uno para la capital: ¿en qué va a destacar León y qué se va a hacer para lograrlo? ¿Por qué tendríamos que creer que esa es su idea? ¿Cuáles son los cuatro vectores fundamentales que animan a llegar a cada uno de esos escenarios? Sabiendo esto ya se podría redactar y aplicar un plan estratégico, lo único que puede hacer de la ciudad un lugar competitivo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

León: una Potencia Alimentaria

Los precios del petróleo alcanzan estos días máximos. La inestabilidad política en buena parte de los países productores y el progresivo aumento de los costes de extracción, junto a un crecimiento de su consumo en los países emergentes ha disparado su cotización. Los efectos sobre la economía española aún no se han dejado notar de manera drástica, pero pueden ser contradictorios según el territorio del que hablemos.
Para León los efectos son ambivalentes. El impacto sobre los precios en general será negativo, porque subirán. Sin embargo esta tormenta político-económica ha subrayado la necesidad de mantener cierta independencia energética aprovechando recursos autóctonos. En este aspecto la crisis favorece el mantenimiento del sector del carbón como un elemento estratégico de soberanía económica. El enorme stock de mineral acumulado podría ser un recurso de primer orden si las revueltas se prolongan o extienden. León se ve así favorecido por esta coyuntura.
Por su parte, la escalada de precios de los hidrocarburos tiene un impacto directo sobre el precio de los combustibles. En estas condiciones las plantas que fabrican bioetanol y biodiesel se han puesto a trabajar a toda su capacidad. Sólo Estados Unidos dedica a producir etanol tanto maíz como producen Europa, Argentina y Brasil juntos. Argentina transformó en 2010 2,5 millones de toneladas de aceite en biodiesel. La repercusión directa sobre los precios de los alimentos no se ha hecho esperar y el repunte promete generar mucha más inestabilidad en todo el mundo. En consecuencia León, que es una potencia en producción agrícola y ganadera, debe rentabilizar sus vastos regadíos en este momento.

Crisis y Reforma Municipal

La pasada semana tuvo lugar una recepción de los representantes de los municipios en el parlamento autonómico. En la misma las autoridades del ente manifestaron su interés en la mayor financiación de estas instituciones para dotarlas de suficiencia. También expresaron el respeto a las decisiones de los ayuntamientos y la inhibición frente a una reducción de éstos mediante su concentración. Tal afirmación choca frontalmente con la situación económica del país en su conjunto y con la incomprensible irracionalidad municipal que persiste en esta autonomía.
Llegan noticias de que las obras en autovías de toda España se están deteniendo por la imposibilidad de pagar a las constructoras en el plazo previsto. Las obras del AVE se ralentizan, alargando sus plazos, de manera que tramos relativamente avanzados han retrasado su entrada en servicio. Todas las administraciones reducen sus inversiones y las pocas que se acometen es a costa de generar deuda. En otras palabras, la caída de recaudación por la crisis es aguda y apenas se pueden afrontar pequeñas obras, pero no hay reforma de la administración.
Castilla y León reúne más de 2000 municipios de los casi 8200 de España: la cuarta parte. Por otro lado, la autonomía cuenta con dos millones y medio de habitantes sobre los cuarenta y seis del estado, es decir, poco más del 5%. En consecuencia vivimos en una autonomía con más de dos millares de municipios, que permanecen en muchos casos casi deshabitados y, a causa de ello, inoperantes para prestar los servicios a que obliga la ley.
En los momentos difíciles que atraviesan las finanzas públicas oponerse a una optimización del gasto municipal mediante la racionalización -mucho más en Castilla y en León- resulta poco comprensible. En conclusión, rehuir el estudio de una concentración municipal en el grave trance que atraviesa el país, cuando en toda Europa se aplicó en los últimos años, no encuentra justificación. El gobierno autonómico y la diputación leonesa deberían acometer esta cuestión sin demora. De lo contrario podríamos encontrarnos ante una fusión irresponsablemente sobrevenida, impuesta desde Madrid.