jueves, 29 de diciembre de 2016

SIGLO XXI Y TRABAJO

Si los últimos veinte años del Siglo XX cambiaron el mapa del empleo en España, los dieciséis primeros del Siglo XXI han resultado aún más turbulentos. A consecuencia de tales transformaciones el reparto de la población en España también está modificándose rápidamente. Por eso actuar sobre el empleo es decisivo si se pretende que la población provincial evolucione en un dirección acorde. En el Siglo XXI encontramos 3 grandes grupos de evolución, que son las provincias con autonomía uniprovincial por un lado, las que son sedes de autonomías multiprovinciales por otro y finalmente las provincias sin sede autonómica. Las principales locomotoras del empleo y la población son las autonomías uniprovinciales, cuyo volumen de trabajadores ocupados ha crecido un 37,45%. Las sedes de autonomías multiprovinciales iniciaron la centuria al mismo ritmo, pero luego se ha enlentecido. El crecimiento consolidado en los 16 años del siglo es del 23.17% tras un fuerte desplome en la crisis, probablemente debida al cambio tecnológico. Las delegaciones autonómicas de las empresas se están cerrando masivamente ante la posibilidad de centralizar la mayor parte de los servicios, justo al contrario de lo sucedido al inicio del proceso autonómico. La incidencia ha sido más grande en las provincias que mayores delegaciones tenían: las sedes multiprovinciales. Por último, las provincias sin sede autonómica han crecido un 23,13%, pero con una trayectoria más discreta. Madrid y Barcelona agrupan el 28% del mercado laboral español y, sumando las siguientes 6 provincias por tamaño, ya se alcanza el 50%. Son casi todas mediterráneas y no hay ninguna en el norte de España. Las primeras septentrionales, Vizcaya y Coruña en noveno y décimo puesto, pierden peso cada año. León es la trigésimo segunda en este cuadro. Dentro de las provincias sin sede autonómica hay un pequeño grupo de 5 que crecen muy rápido: cuatro mediterráneas y una en la periferia de Madrid. El resto repuntan menos que las sedes uniprovinciales. Por su parte, el noroeste se mueve entre la decadencia y la debilidad. De las provincias de todo tipo, solo Asturias va un poco mejor que el resto. Galicia, salvo La Coruña, tiene los peores resultados del país. Y si consideramos la autonomía, Segovia (periferia de Madrid) y Burgos van algo mejor, pero las otras siete provincias solo destacan sobre Galicia. En conclusión parece haber tres claves para el crecimiento: ser sede autonómica (aunque es menos importante de lo que fue), ser autonomía uniprovincial (la ventaja más clara) y estar en el Mediterráneo o en torno a Madrid.

LEÓN Y LOS PARQUES EMPRESARIALES

La provincia de León va tomando conciencia de su peso creciente en determinados campos. Es como un despertar progresivo, de sector en sector. Los dos campos en los que este proceso resulta más evidente son el químico-farmacéutico y el de las tecnologías de la información, aunque con el tiempo lleguen a existir más. Ese tirón debería traducirse en una proyección exterior de la importancia de tales sectores en la sociedad leonesa. Para lograrlo se pueden ejecutar dos acciones. La primera es agrupar instalaciones ligadas a una actividad en un campus o parque empresarial. Eso es más fácil en sectores que no requieran potentes instalaciones fijas como el TIC. En cambio pensar en llevarlo a cabo con empresas e institutos como DSM, Wacker, Antibióticos, Laboratorios Syva, Laboratorios Ovejero, Laboratorios Calier, 4D Pharma, Chemo, Inbiotec, Gadea, MabXcience, BIomar o Labotec, es complicado e incluso inconveniente. En laboratorios de este tipo las contaminaciones cruzadas podrían ser un problema si compartiesen espacios industriales. En fin, que mover una fábrica con fermentadores y medidas de esterilidad es difícil, y por añadidura, poner cerca a varias poco adecuado. Sin embargo se puede hacer un parque empresarial virtual desde el que se proyecte la imagen de innovación. El propio Ayuntamiento de León debería tener el interés en hacer una web con todas las empresas biotecnológicas y sus links correspondientes. Ese sería un gran escaparate para la ciudad. El sector de las tecnologías de la información sí permite el desplazamiento físico de buena parte de sus instalaciones. En este caso hay que pensar cómo se podría aportar un valor añadido a estas empresas. Un lugar idóneo para concentrar organizaciones del negocio cibernético es el edificio que fuera sede de Caja España. Se trata de la mejor instalación para este cometido en todo el noroeste español. En él caben muchos puestos y sus dotaciones son muy avanzadas. Incluso el INCIBE, que requiere unas medidas de seguridad crecientes, podría tener en el Portillo la sede más adecuada. Que HP, INCIBE, Caléndula, PROCONSI, el nuevo CPD de Mercadona y todo el cluster TIC puedan contar con una referencia en un solo área, nucleada en torno a un edificio inteligente y representativo, supone maximizar las ventajas de tanto talento acumulado. Y para movilizar ambos sectores se necesita un gestor, que podría llegar del Ayuntamiento de León tanto si las empresas se encuentran en el municipio como en la periferia urbana. Se trata de una actuación lógica que contribuiría a generar empleo y a dar más notoriedad al nodo leonés.

FIESTAS, COMEFCIO Y URBANISMO

En estos días prenavideños podemos apreciar cómo la liberalización de horarios permite que las grandes superficies abran en numerosos festivos. Si el pequeño comercio mantuviese sus mostradores abiertos las mismas horas, caería en la esclavización de sus trabajadores. Es inviable que un pequeño establecimiento abra el mismo rango horario que un hipermercado. Por lo tanto la liberalización excesiva tiene una consecuencia directa: la entrega de buena parte del mercado a las grandes superficies. Eso implica el cierre de muchos locales comerciales, que quedan vacíos y a la vista. El proceso se agudiza cuando las condiciones económicas del lugar son desfavorables, como es el caso de León ciudad. No vale como solución decir que “hay que adaptarse para sobrevivir”. La realidad es que León ha perdido potencia comercial, que el pastel a repartir es más pequeño y que las principales víctimas son los comercios pequeños porque así lo han decidido los políticos. La ultraliberalización horaria y laboral les ha rematado. A consecuencia de esto un paseo por León transmite la imagen de una ciudad venida a menos. La estética urbana se ha empobrecido y hay locales vacíos y comercios cutres con profusión. Eso por no hablar además de los miles de pisos en venta en una ciudad de bajos salarios que pierde población. En consecuencia la decisión de liberalizar las condiciones comerciales tiene incidencia en el vigor de la trama urbana, muy especialmente en esta ciudad. Pero supone también mermas en otros aspectos, como la desvitalización del mercado central de abastos, que ha reducido su importancia notablemente, o en el descenso de precio de los bajos comerciales y los pisos, o en la evacuación de recursos económicos hacia otros lugares –recursos que el comercio local hubiese recirculado en León-, o en la imposibilidad de los pequeños proveedores locales de colocar aquí todos sus productos. La ciudad se empobrece cuando la balanza se desequilibra hacia la hiperestricción o hacia la ultraflexibilidad. Existen otros modelos, más equilibrados, y más restrictivos que éste, con horarios comerciales y laborales humanizados, y remisos con el establecimiento de nuevos hipermercados. En el País Vasco no hay más que comparar su comercio con el de León para darse cuenta de los efectos de esa política, a pesar de que Euskadi ha sufrido la crisis y está decayendo año tras año. En definitiva por una parte la decisión de ultraliberalizar el comercio en León es puramente política puesto que hay otros caminos, y por otro lado tiene muchos efectos negativos inducidos.

jueves, 8 de diciembre de 2016

ACERCAR EL OESTE

La cultura leonesa se caracteriza por mantener un patrón a lo largo del territorio: la ocupación humana se realiza mediante aldeas muy autónomas que se arraciman en espacios cerrados. Esas demarcaciones comarcales compartimentan fuertemente el territorio. Cada comarca tiene unas peculiaridades asentadas sobre el patrón base: la red de aldeas con un alto grado de autogobierno (concejo, comunales, una iglesia parroquial y un cementerio) y un mercado comarcal que actúa como cabecera. Durante el Siglo XX esos espacios casi cerrados vieron abrirse las comunicaciones, salvo en algunos casos concretos. Es el arco oeste de la provincia el más afectado por el retraso de las carreteras. Eso, que hoy es una desventaja, puede resultar una oportunidad para el desarrollo. La llegada de la autovía a Galicia ha facilitado el asentamiento de población en el Valle de Valcárcel y el desarrollo de un núcleo de referencia turística en el muy accesible Valle de Balboa. Éste último contiene la mayor concentración de pallozas que existe, y ha dado pie a un pequeño y activo complejo turístico en torno a esas construcciones y su recreación. Sin embargo se trata de un espacio reducido, por más que resulte bellísimo. Por eso abrir una carretera aprovechando las pistas desde Balboa hacia el Valle de Ancares y, desde allí, hasta el de Fornela es una oportunidad que la Diputación y los alcaldes de la zona debieran valorar con seriedad para ampliar el horizonte del turista. Si desde Fornela se pudiese continuar hasta la carretera de Anllares a Cerredo, la ruta sería perfecta. Nos encontraríamos ante un hito turístico de primer orden, que daría más importancia todavía a Balboa y que impulsaría los alicaídos valles contiguos, todos ellos diferentes, todos ellos apartados, pero todos ellos también muy atractivos. De la misma manera que la carretera de las Portillinas, que surca los Montes de León desde Corporales hasta el Morredero rozando los 2000 metros de altura, es una de las grandes rutas de España, la que puede atravesar Balboa, Ancares y Fornela sería un itinerario prodigioso. Aprovechando esa mejora de la accesibilidad se podría multiplicar las posibilidades de todos los negocios que allí permiten ganarse la vida a la gente. La ocasión es tan clara que solo hace falta voluntad política para abrir una carretera rural que permita experimentar una aventura inolvidable en el recóndito oeste leonés, el último reducto de las pallozas. Por otra parte, que Galicia esté aprovechando más -con buen criterio- un recurso fundamentalmente leonés, carece de explicación lógica.

jueves, 1 de diciembre de 2016

LA BIOMASA Y LO SUBYACENTE

El Ayuntamiento de León no ha podido sacar adelante el proyecto de central de biomasa. La razón de fondo no es la oposición de ningún grupo político, como se quiere dar a entender. La causa fundamental es que es imposible situar a una distancia prudencial de las zonas residenciales del casco urbano una central térmica (que no es otra cosa lo que se quiere construir). Y eso sucede porque la ciudad de León está fragmentada en varios ayuntamientos. No es normal que el espacio municipal de León esté prácticamente colmatado por edificios porque es minúsculo. No es lógico que los 50.000 habitantes que son ciudad de León, pero residen en barrios con ayuntamiento (llamados san Andrés del Rabanedo y Villaquilambre) no tributen en la ciudad que les da buena parte de los servicios. No es aceptable que los proyectos de la ciudad se bloqueen porque el que tiene espacio para hacerlo no tiene el tamaño ni la iniciativa, y el que tiene el tamaño y la iniciativa no tiene espacio. No se entiende una ciudad con 3 alcaldes, con tres cuerpos de policía municipal, con dos redes de autobuses superpuestas, con 50 concejales y decenas de puestos políticos de confianza. No hay justificación para que lo mismo que Burgos (175.000 habitantes) resuelve con 1400 empleados necesite en esta ciudad trimunicipal 2500. No hay forma de explicar que los pisos de San Andrés valgan menos porque no son de León y los de dos calles más allá valgan más porque sí son León. O no se explica el abandono de muchos parques en Villaquilambre por falta de recursos, mientras León cuenta con un equipo experto de jardinería. Lo que ha pasado con la central de biomasa es lo mismo que con muchos otros proyectos, como grandes avenidas que quedan cortadas al cambiar de municipio, o riberas de río cuidadas hasta que se llega a un límite municipal absurdo, o patrullas de policía que no pueden seguir al delincuente por una calle que termina en otro ayuntamiento. La auténtica urbe de León son los 200.000 habitantes que viven en un radio de 10 kms de la Catedral. Mientras que eso no se traduzca en una autoridad municipal única, esta ciudad verá cercenado su futuro por falta de operatividad, porque todo es muy difícil de desarrollar aquí, porque hay un millar de reyezuelos que influyen en cada decisión. En esta ocasión hemos podido ver cuáles son sus efectos: una iniciativa positiva, pero imposible por lo constreñido del espacio municipal. Y la solución es muy fácil conceptualmente: fusionar los municipios y usar los espacios. Es un beneficio para todos los ciudadanos, aunque algunos ediles se quedarían sin sillón.

¿LEÓN DE MODA?

Parece que el lema “León está de moda” es la coletilla de las intervenciones de algunos políticos. Parece más una frase hecha que algo que esté fundamentado y es hora de asumir que, si queremos que León esté de moda (que en verdad no lo está), hay que hacer algo más que decirlo. Al respecto merecería la pena realizar un plan de márketing de ciudad que subsane la carencia más grave de nuestra capital y su provincia: la falta de visibilidad exterior. Y los planes, una vez hechos, son para llevarlos a cabo, claro, que de buenas intenciones está el infierno empedrado. León necesita venderse argumentando elementos diferenciales respecto a otras ciudades. Con el marchamo de ciudad muy mona no se puede llenar las camas de los hoteles ni los comedores de los restaurantes. El márketing supone poner en valor lo propio haciéndolo pasar de elemento descriptivo a ventaja frente a los competidores. Por eso León necesita toda la información de qué se puede ver en la web, en una web oficial, cosa que aún no sucede. Además debe ofertar un lugar donde se vean todas las convocatorias de la ciudad y provincia: desde el magosto más humilde al concierto más llamativo en una sala privada, pasando por el auditorio. Poner a León de moda supone también entrar en una dinámica de celebración de efemérides que deje claro el papel fundamental de la ciudad y del Pueblo Leonés en la configuración de España. No es León un lugar con poco que celebrar. Por ejemplo tenemos el año que viene el milenario del Fuero de León, un documento de hace mil años que reconocía nada menos que la inviolabilidad del domicilio en la ciudad. Se trata de una referencia en la Europa medieval. Pero a uno se le pone la cara alegre cuando piensa que cada diez años se podría celebrar cosas como la fundación del campamento romano en torno al año 29, la reconquista en 853, la llegada de la sede regia a León en 910, la fundación de la iglesia de Palat del Rey, la más antigua de la ciudad, en 931, la fundación de lo que hoy es San Isidoro en 956, que entonces tenía la advocación de San Pelayo, el ataque de Almanzor a León en 987, la coronación de Alfonso VII como emperador, las cortes de 1188… y un montón de efemérides más. León tiene una historia como para dar envidia. En consecuencia preparar una selección de años para celebrar efemérides destacadas no plantea ningún problema. Dar el paso para proyectar la imagen-ciudad hacia el exterior es poner la ciudad de moda, pero de verdad. Por lo tanto, como ya están hechos los carteles, ahora toca crear contenidos que atraigan a los visitantes.

viernes, 18 de noviembre de 2016

LEÓN Y LA TRADICIÓN AERONÁUTICA

La ciudad de León está fuertemente enraizada en los orígenes de la navegación aérea española, aunque para muchos sea un hecho desconocido. En los campos aeronáutico y naval la tradición ha marcado el devenir de ciudades y bases porque se sigue considerando un elemento esencial para fijar nuevos proyectos y desarrollar otros. Por eso la historia aeronáutica de León es una fortaleza que las fuerzas vivas de la ciudad deben hacer valer ante todas las instancias para desplegar nuevas potencialidades. La historia empieza con el decreto de 1920 que dispuso la creación de las 4 primeras bases aéreas militares en España: Madrid, Sevilla, Zaragoza y León. En 1923 aterrizaba el primer avión, aunque el aeródromo no se inaugurase hasta 1929. Entre 1937 y 1939 trabajaban 1800 personas entre la base y la maestranza, cuando la ciudad apenas tenía 40.000 habitantes. Tras la guerra se creó la escuela de oficiales de aviación, que luego se fue a San Javier casi al tiempo que llegaba la que hoy conocemos como Escuela de Suboficiales. Por lo tanto León ha sido una pieza clave en la historia de la aeronáutica española y fundamental en sus inicios. Fruto de esa trayectoria se encuentra en León un grupo de organizaciones de diversos tipos en torno a la actividad aérea. Existe un aeropuerto militar, también un aeropuerto civil público, otro aeropuerto privado en los Oteros, una escuela de suboficiales del ejército, una escuela universitaria de ingeniería aeronáutica, una base de drones del Ejército de Tierra, una base de helicópteros de la Guardia Civil, Cartum que es el departamento de drones del Instituto de Automática y Fabricación de la universidad, una escuela de pilotos privada cuya primera promoción está a punto de salir, un club social, el Aeroclub, ligado a la tradición aérea leonesa, un fabricante proveedor de piezas de Airbus y dos campos de vuelo de ultraligeros. No hay ciudades en nuestro entorno que puedan aproximarse a una vocación aeronáutica como la leonesa. Por eso no se entiende la tibieza de ciertos políticos ante iniciativas para el desarrollo del sector, para mejorar el aeropuerto civil de La Virgen del Camino y su funcionalidad, o para desplegar definitivamente las posibilidades de León como plataforma de conexión de vuelos regionales europeos de una amplia zona región. Es probable que la mayor parte de los leoneses no tengan perspectiva sobre la proyección de esta ciudad en la navegación aérea, pero hay que salir del error. León entraña una larga historia en el sector aéreo y hay que dar a esta ciudad la proyección que le corresponde por tradición y vocación.

lunes, 14 de noviembre de 2016

EL PALACIO DEL CONDE LUNA

El Palacio del Conde Luna de León alberga la exposición “Raíces: el legado de un reino. León 910-1230”. Se trata de un espacio necesario en la ciudad y que en su momento se rellenó con un contenido interesante, pero marcado por la premura, ya que la muestra se elaboró con poco tiempo. A día de hoy su visita, estimulante, resulta manifiestamente mejorable. En primer lugar habría que revisar la ambientación de trajes y maniquíes, que sirvieron para salir del paso en su momento. No se puede mantener un disfraz de carnaval del medievo en un espacio que quiere dar una imagen digna del Reino de León. También la cartelería puede ser mejorada, así como la luz. Hay luminarias que producen reflejos en los carteles y que habría que reposicionar. Otro aspecto que no está puesto en valor es el propio edificio. El Palacio del Conde se encuentra sobre el solar del que fuera segundo palacio real de León, ya que el primero se ubicó en las termas romanas donde hoy admiramos la Pulchra Leonina. A aquel palacio regio pertenecen los muros de tapial que se aprecian en el interior del edificio actual y que siguen esperando una interpretación y explicación para los visitantes. También la ventana trifora prerrománica que luce sobre la puerta gótica parece provenir de esa construcción hoy desaparecida. Al espacio palaciego pertenece también la iglesia de Palat del Rey, que fuera primer panteón real. De esa capilla palatina queda una valiosa cúpula de gallones con 1100 años de vida a la que nadie hace apenas alusión, aunque sea de las piezas arquitectónicas más valiosas de la ciudad. Pero incluso más allá de la mejora de la exposición actual y de la puesta en valor del conjunto palatino del Conde Luna está la posibilidad de hacer exposiciones temporales sobre el Reino de León. La concentración de valiosos materiales en esta ciudad y su entorno daría para renovar cada cierto tiempo un área expositiva con ese destino. Ejemplos de las exposiciones que se podrían preparar son la arquitectura del Reino de León, el prerrománico leonés, los sellos documentales y firmas de los reyes, el fuero de León y sus homólogos, las cortes del Reino de León, la continuidad del Reino hasta nuestros días, las catedrales del Reino, peculiaridades del románico en el Reino, las relaciones internacionales de León medieval, las grandes batallas del Reino, la expansión territorial de León, los casas nobles del Reino, la joyería, los códices, etc. Como se ve, hay elementos para extraer mucho más jugo al Palacio del Conde y solo hace falta voluntad política para llevarlo a cabo.

jueves, 3 de noviembre de 2016

DESPOBLACIÓN Y MAL DIAGNÓSTICO

Los últimos días se ha puesto de moda hablar de la despoblación en esta autonomía, como si se tratase de algo nuevo. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística han mostrado que, frente al crecimiento de la población en España en los últimos 30 años (8 millones de habitantes), la autonomía ha perdido cien mil habitantes. Al hilo de esto algún medio de comunicación ha realizado reportajes especiales sobre el tema con cierta frivolidad. La noticia no es nueva. Quien haya seguido los datos de población cada año sabía ya que la autonomía es un ejemplo de lo que no tiene que pasar. Sin embargo la prensa llama a técnicos, a profesores universitarios, o a los miembros del Consejo Económico Social y el discurso que proporcionan es tan falto de rigor en este problema concreto y tan pobre en sus soluciones que uno toma conciencia de que no les importa apenas. Sin ir más lejos, escuchaba hablar en la radio de los datos de población de esta autonomía en los años sesenta. ¿Cómo se puede hablar de eso desde el ámbito académico si la Junta no existía? Al CES le pasa algo parecido, que no diferencia entre territorios y así les luce el pelo. El comportamiento de las dos regiones que conforman la autonomía ha sido diferente. Los sistemas de ocupación del territorio son diferentes. Los recursos para fijar población son diferentes. Lo único que parece uniforme es la incompetencia para hacer un análisis riguroso de los técnicos afines al régimen; para diferenciar territorios más o menos homogéneos y proponer soluciones adaptadas. El nivel de decadencia poblacional es directamente proporcional al grado de servilismo de la mayoría sedicentemente académica. En realidad hay que deducir que, pese a que la población se desploma en León desde hace años, es ahora cuando aparece la alarma porque empieza a caer en Valladolid. Incluso la ciudad pierde población. Pero nadie se pregunta qué ha fallado en el esquema global de promoción empresarial de la Junta. Porque el problema por el que se marcha la gente es la falta de oferta laboral. La política de la Junta, a juzgar por los resultados, es un desastre, pero nadie se atreve a decirlo claramente. Y por la misma causa hay que proclamar que, si continúan haciendo lo mismo, los resultados no cambiarán. Hoy no me toca hacer propuestas, aunque las tengo. Hoy toca subrayar que bajo estos pésimos resultados en la política de población lo que hay es incompetencia de unos, y cobardía y conformismo de otros. La situación es de extrema gravedad pero ¿alguien les ve preocupados de verdad o dispuestos a cambiar?

LEÓN Y LA LOGÍSTICA

Durante muchos años ha estado de moda poner en valor la posición de poblaciones y áreas para la actividad logística. Todas tenían virtudes y cada representante político se dedicaba a argumentarlas en las entrevistas. Pasados los años y pese a que todas la ubicaciones tenían sus ventajas, sólo algunas han cobrado importancia para los operadores de carga y pasajeros. ¿Cuál ha sido la diferencia entre unos y otros? No fue por sí misma la construcción de infraestructuras la clave. La promoción y difusión entre los operadores actuó de revulsivo para que algunas áreas adquiriesen relevancia sobre las otras. Así que construir una autovía que mejore la eficiencia del desplazamiento en una ruta no es actualmente garantía para que ese itinerario cobre importancia en el transporte. Lo fue hace muchos años, al principio de la modernización de la malla de infraestructuras, cuando no había redes de gran capacidad y cada trayecto nuevo de vía rápida abría una ruta con espectaculares mejoras. Hoy existen muchas alternativas para el transporte entre un origen y un destino. Por eso a la nueva infraestuctura hay que sumarle una acción de divulgación hacia quienes gestionan las rutas de carga y pasajeros, y otra de promoción económica y administrativa. Se deberían proporcionar las facilidades y las razones para que un operador modifique sus rutas actuales y adopte otras nuevas. Después de conocer la ruta propuesta, los empresarios y directivos del sector logístico han de encontrar una red adecuada de gasolineras, de estaciones de servicio, una demanda de transporte de mercancías o pasajeros en el trayecto, la buena disposición en las administraciones públicas… Hay que darle a los “carrier” el trabajo de reflexión ya hecho. En resumen, debemos ser comerciales con las rutas que intentamos promover. En León hemos tenido ejemplos de ambos tipos. La Autovía León-Burgos vino a subsanar la ausencia de una ruta este-oeste que tenía muy malas alternativas. Por eso se ha convertido en la vía autonómica con mayor carga de camiones, que desplazan a diario unas 70.000 toneladas sin esfuerzo. Y tenemos otra de esas características en cartera: la León-Braganza. Un ejemplo de lo contrario ha sido la autovía de la Ruta de la Plata, abierta hace unos meses. Pese a que comunica una cadena de ciudades, que vertebra una gran ruta norte-sur y que sirve de enlace con otro país a través de varios nodos, no soporta apenas tráfico de camiones. En otras palabras, si las instituciones y colectivos empresariales no promocionan estas rutas, quedarán a título de inventario.

LA ARQUITECTURA DE UN REINO

Los 320 años que duró el Reino de León dieron para mucho: generaron centenares de documentos, una base legal fundamental para el ordenamiento actual, numerosas efemérides, personajes notorios, etc. Es tanta la herencia que podrían existir especialistas en el Reino de León en las instituciones. De todo ello lo más visible que ha llegado hasta nuestros días es la arquitectura de la época. Una parte guarda elementos comunes con otras de ese momento, sobre todo en los últimos 180 años, en el románico. Otra parte, fundamentalmente anterior a 1050, es de gran singularidad. Son 140 años en los que se construyó con criterios peculiares y con un marcado carácter local. Es tal singularidad lo que da un valor extraordinario al conjunto. Cuando los visitantes extranjeros llegan a León buscan aquellos aspectos que no pueden encontrar en sus lugares de origen. No es fácil sorprender a un francés con un edificio románico. Sólo si cuenta con unas pinturas como las del panteón de San Isidoro les resulta exótico. Incluso la catedral, siempre apabullante, sorprenderá menos a un centroeuropeo. Sin embargo visitar la cúpula de la iglesia de Palat del Rey, del novecientos y pico, donde escuchó misa Ramiro II, es emocionante para ellos; o la ventana trifora (una ventana de reyes por tanto) del palacio del Conde Luna, trasladada probablemente desde el primer palacio real, que es otra rareza. Por supuesto una visita a San Miguel de Escalada, con una zona netamente prerrománica leonesa y otra del primer románico, en la que probablemente hubo un scriptorium, puede mover al público culto. O ir a Santo Tomás de las Ollas o a la iglesia de Peñalba de Santiago e imaginar la liturgia mozárabe, que puede ser alucinante para el turista formado. Y existe también el capítulo de la arquitectura que empieza a ser románica, pero aún guarda detalles del prerrománico leonés como Vizbayo, en Ponferrada, como la entrada al panteón de San Isidoro desde la iglesia, como la iglesia de Villarmún, o las ventanas del ábside de la iglesia de Destriana y la torre de San Esteban de Corullón, o restos como el cancel de Felechas. León está lleno de lugares con arquitecturas y restos peculiares, ligadas al Reino de León y que merecerían quedar agrupados bajo un sello, enseña que podría extenderse fuera de la provincia. Hablar de Lebeña (Cantabria), del oratorio de Samos (Lugo), de Celanova (Orense), de Santa Marta de Tera (Zamora), de Mazote (Valladolid), de Priesca (Asturias), de Lourosa (Portugal) o de Olleros de Pisuerga (Palencia) es hablar del Reino de León. Y eso hay que ponerlo en valor.

viernes, 14 de octubre de 2016

LEÓN, JUVENTUD Y ALIMENTOS

La feria de los productos de León es una cita anual imprescindible para los que queremos tomar el pulso a la industria alimentaria leonesa. Nos permite conocer los nuevos productos, así como los nuevos productores que se incorporan al mercado. Sin que la feria llegue a ser una recopilación global de las novedades y productores, sí que actúa como un indicador de lo que se cuece en ese sector tan importante de nuestra provincia. Este año ha venido a confirmar una tendencia que se había manifestado en años pasados: que aparecen nuevos productos, reinvención de otros anteriores, como el queso de cabra con castañas, la cerveza con un toque de miel, los puerros o pimientos en dulce, o el queso con un acabado de tipo camembert. Eso muestra que existe una capacidad de innovación y cambio para buscar nuevos nichos de mercado, otras salidas a situaciones de estancamiento comercial y, especialmente, habilidades para avanzar hacia la diferenciación, cualidad imprescindible para mejorar precios y márgenes. Otro aspecto llamativo es el del nacimiento de iniciativas en comarcas leonesas atacadas por la despoblación. Que jóvenes residentes en las zonas urbanas de León y Ponferrada se desplacen para elaborar productos nuevos a las zonas de origen de su familia es una gran noticia: Fornela, el Curueño, Babia o Laciana son escenarios de este renacer económico, siquiera a pequeña escala. Una carencia dolorosa es que existan comarcas leonesas donde es muy difícil encontrar algo autóctono que comprar cuando acudes de ruta turística, sea unas pastas, un embutido, fruta o cualquier otro pequeño manjar. Que en La Cabrera, en La Cepeda o en el Selmo sea difícil adquirir una diversidad de productos de origen autóctono es una triste realidad que hay que subsanar si se quiere que estas áreas recobren población y atractivo para los que las frecuentamos como visitantes. Hay que producir y hay que distribuir con la implicación de los establecimientos locales más cercanos. Sin duda es difícil que la población autóctona tome la iniciativa en muchas comarcas por envejecimiento, desinterés o falta de perspectiva. Pero hijos de esos pueblos que hoy viven en León y Ponferrada, y que tienen la edad, las ideas y las ganas pueden tomar el relevo. Y las autoridades locales y los vecinos debieran poner todas las facilidades para que sus comarcas vuelvan a ser puestas en el mapa, para que signifiquen algo más que un vago recuerdo para los que no son eruditos ni folcloristas. La recuperación de la producción de alimentos con esos toques de innovación y modernidad puede ser la solución.

SAN FROILÁN EN LA CUMBRE

La fiesta de San Froilán ha llegado a convertirse en la mayor manifestación de orgullo colectivo de los leoneses. Y lo es porque, si es fiesta grande en la capital, en la provincia es un factor de movilización que no se puede comparar con ningún otro. Decenas de miles de personas acuden a los desfiles de pendones y de carros engalanados, que cada año son mayores. La ciudad leonesa se convierte en el lugar de acogida para celebrar en comunión nuestras cosas comunes y nuestra historia como pueblo. Y es una concelebración interclasista donde se mezclan autónomos, agricultores, funcionarios y trabajadores de todas las escalas para gozar de un elemento común: la recuperación y la reinvención de las tradiciones en una catarsis colectiva, una ruptura con la vida moderna, un buceo hasta lo más hondo de los fundamentos de esta sociedad antigua que no quiere olvidar ni de dónde vino ni lo que actualmente es. En el día de Las Cantaderas y en la romería de San Froilán León es más León que nunca, es la sociedad leonesa total. Nadie es excluido en San Froilán donde los hijos de cada pueblo, que en muchos casos ya no viven en él o ni siquiera en él nacieron, se aglutinan en torno a la peculiaridad regional. En esta convocatoria no faltan los símbolos de la aldea: el pendón; los símbolos del trabajo vecinal en común: el carro engalanado; los símbolos de la personalidad comunal de la aldea autónoma: la negociación entre la comunidad y los poderes eclesiales y aristocráticos; los símbolos de la unidad colectiva regional: la bandera de León omnipresente; los símbolos de la idiosincrasia gastronómica: la morcilla de cebolla, el prieto picudo y el chorizo; los símbolos de la fiesta: la música y el baile propios; los símbolos de una economía y una climatología singulares: el traje, los frutos de la tierra, las parejas de vacas y bueyes. San Froilán ha devenido en la fiesta de los símbolos de lo leonés donde cada vez concurren más comarcas y más lejanas. Y se hace sin convertirlo en arma arrojadiza contra nada ni contra nadie. Los leoneses lo somos a pesar todo y de todos. Nada importa que nos ignoren, para manifestarnos en torno a lo nuclearmente nuestro. Ese es el gran valor de esta fiesta: la ceremonia colectiva, el enaltecimiento del grupo, la expresión de una capacidad para reivindicarnos frente al mundo y a la historia. Y todo eso sin violencia ni postureo, sin malos gestos ni enemigos que atacar por más que enemigos de lo leonés haya muchos. Ya solo por eso, si no hubiese fiesta de san Froilán habría que inventarla. Que nunca nos falte.

sábado, 1 de octubre de 2016

EL DILEMA DE LA IZQUIERDA

El reparto de votos entre partidos de derechas y de izquierdas en España se suele decantar a favor de los progresistas. Sin embargo los conservadores ganan las elecciones por número de parlamentarios. Esto se debe al efecto de la ley electoral, que utiliza el sistema D´Hont y favorece al partido que más votos agrupa, rompiendo la proporcionalidad. En el Partido Popular esto es conocido y gestionado; por eso tiene una dirección autoritaria, única posibilidad de aunar bajo sus siglas el rango de voto que va desde la extrema derecha hasta la democracia cristiana. La posibilidad de una división del voto conservador con la aparición de Ciudadanos parece de efecto muy limitado, puesto que solo abarca a una parte de la derecha liberal más centrada. Por el contrario la izquierda se sustenta en varios partidos con direcciones más o menos democráticas o asamblearias. Eso propicia la división del voto, el fraccionamiento y dificulta alcanzar la mayoría parlamentaria. El episodio de división interna del PSOE es la muestra más clara de este proceso. Acabamos de ver cómo en las elecciones gallegas y vascas el desgaste sufrido por el PSOE ha tenido la misma raíz, lo que podría ser un indicador de lo que sucede a nivel nacional. En ambos casos una buena parte de los votantes socialistas se ha pasado a PODEMOS. Esta última formación establece en el centro de su discurso el “no a Rajoy”. Ese es el lema adoptado por Sánchez, dado que se lo ordenó su dirección federal (imposición, por cierto, que nunca había sufrido ningún secretario general del PSOE). El movimiento parece lógico si lo que se pretendía era frenar el paso del voto socialista a Podemos. Sin embargo una parte del aparato del PSOE, incluyendo a varios de los que votaron por el “no a Rajoy” en la federal, ha desautorizado a Sánchez por los resultados obtenidos tras hacer lo que le mandaron. Este es el efecto de una dirección poco autoritaria o relativamente democrática. El PSOE ha llegado a un punto en el que reúne a gente con intereses muy diferentes: desde militantes históricos acomodados en consejos de administración hasta idealistas que creen en la recuperación de los valores de la izquierda socialdemócrata. En consecuencia el PSOE, principal partido de la izquierda hasta hoy, sufre una crisis porque ya no es capaz de reunir todas las sensibilidades de su militancia bajo una dirección participativa. O se torna un partido autoritario, como el PP, o camina hacia la descomposición y la irrelevancia. Y no es que yo lo juzgue, es que resulta tan evidente...

LA AGENDA DE LEÓN

Ninguna ciudad que se precie como destino turístico puede carecer de información sobre las citas culturales que se celebren en ella. Mucho más hoy, cuando la consulta en internet puede decidir si un viajero de fin de semana acude a una urbe o cambia su destino. Pues bien, León carece de agenda cultural y deportiva a pesar de las continuadas declaraciones de los que dirigen el turismo. Que tengamos un AVE desde Madrid y que sea imposible saber qué oferta hay en León en una sola página es incomprensible para cualquier visitante. Se trata de un fallo de gestión que hay que corregir de inmediato porque es fácil y barato de hacer. En el ayuntamiento hay personal de sobra para mantener activa la agenda cultural y deportiva de León en internet. Y en esa agenda debe caber todo: desde los conciertos del Festival del Órgano hasta las jam session del Gran Café, desde los partidos del CLEBA hasta la carrera Transcandamia, absolutamente todo. Necesitamos una web que lo incluya para que un madrileño alucine con lo mucho que se puede hacer en León y por un coste razonable. Algunas veces se pone como disculpa que una web pública no puede incluir convocatorias privadas. Parece ser que esta ciudad es única en tener esos problemas. En otras web públicas no cuesta encontrar cuanta oferta existe en una ciudad porque si alguien va y gasta unos euros será bueno para lo público y lo privado. No se entiende que para arrancar cualquier iniciativa así se pongan problemas antes de haber empezado. Y por eso no existe actualmente ninguna web, ni pública ni privada, que oferte las convocatorias a las que se puede asistir en León y no hay noticia de que se vaya a hacer. Y cabe el mismo comentario con la información turística, que recae contumazmente en dar folletos de Valladolid en vez de ofrecer un mapa de León y centrarse en explicar qué hay que ver aquí. No se entiende la falta de dominio de idiomas extranjeros en la oficina. Tampoco el desconocimiento de la provincia. Mucho menos la desgana en diversas ocasiones. Uno tiene casi que pedir disculpas por la deficiente atención a conocidos que acuden a la ciudad. Es vergonzante. León necesita mucho más que palabras y declaraciones sonrientes sobre el turismo. Existen los recursos. Sólo hay que hacer los deberes: agenda de León, oficina con folletos de León, atención políglota y simpatía. Y si no se hace es culpa de quienes mandan, que son los que tienen los resortes para activar ese sector económico. Esa actividad es quizás lo único que nos queda para que la ciudad pueda competir con ventaja.

domingo, 18 de septiembre de 2016

COMPOSTILLA 2020

Llegan noticias de que, si no cambia el escenario actual, se cerrará la central térmica de Compostilla en 2020. La clausura sería sumamente perjudicial para la provincia, puesto que supondrá el final definitivo para la mayor parte de las explotaciones de carbón, la desaparición de un buen número de puestos de trabajo cualificados y la pérdida de una instalación industrial importante en el occidente provincial. También puede tener efectos negativos en el compromiso de ENDESA con Ponferrada, en el proyecto de la Ciudad de la Energía, etc. La cuestión del cierre de Compostilla es de la suficiente importancia como para que alguien más que el presidente comarcal pregunte lisa y llanamente a la cúpula de ENDESA cuál es el futuro de la planta. Habría que saber si el gobierno central tiene algún nivel de compromiso en el mantenimiento de la térmica, si el compromiso del gobierno autonómico es real y si ambos son del mismo partido. Cabría preguntar qué piensa el Partido Popular sobre la térmica de Compostilla, si es que mantienen una posición. En todo caso es lamentable que una cuestión de tanta gravedad pase desapercibida para la mayor parte de los políticos y los partidos de León. Lo lógico sería que las fuerzas vivas (empresarios, sindicatos y políticos del Bierzo y de la capital) tomasen cartas en el asunto. La economía local se desploma y parece que todo da igual. Así es difícil que esta provincia recupere algún día el medio millón de habitantes. Lo que sería lógico en un lugar con gente comprometida con su tierra y deseosa de cumplir su cometido es que este tema fuese primera plana en los periódicos y debates. Tanto el presidente de la Diputación, como los dos principales alcaldes, el delegado de la Junta, el presidente del Consejo Comarcal, los representantes de la patronal, de los sindicatos y de las cámaras de comercio deberían contestar a esta situación por separado y, llegado el caso, juntos. Hace mucho tiempo que en León no se ve un movimiento unánime por un objetivo relacionado con el bien general de la provincia. La térmica de Compostilla puede ser la oportunidad de hacerlo y el momento es ahora, porque más adelante será tarde. Por eso habría que actuar en tres frentes: reivindicar el papel del carbón autóctono en un país sin soberanía energética; reivindicar también el papel del carbón en general en el conflictivo mix energético español y reclamar el papel protagonista de Ponferrada en la generación eléctrica tanto hidroeléctrica como térmica y eólica del país. Es el papel que por historia le corresponde.

LA VALORIZACIÓN DEPORTIVA DE LEÓN

Hablábamos hace una semana de la necesidad de poner en valor recursos de fácil acceso en nuestras comarcas: cascadas o miradores fueron el ejemplo que he utilicé. De la misma manera es necesario dar a valer a las ciudades. Los espectáculos deportivos son una excelente oportunidad para lograrlo por el efecto altavoz que proporcionan. El partido de la selección española de fútbol de esta misma semana es un buen ejemplo de ello: León se hizo presente en todo el país y también en Hispanoamérica, donde hay numerosos seguidores de la “roja”. Unos días antes hemos asistido al paso de la Vuelta Ciclista a España por la Camperona, lo que aprovechó Cistierna para mostrarse al mundo con un impacto descomunal para sus dimensiones. En el mismo sentido se puede afirmar que el descenso de división de la Ponferradina es una mala noticia para la provincia y pésima para la ciudad del puente. Por la misma razón, la aportación del ADEMAR a la capital leonesa en términos de visibilidad desde el resto del país y Europa es impagable. Volviendo al partido España-Liechtenstein, si fue posible traerlo a la ciudad de León es porque existe un estadio de ciertas dimensiones para alojar un acontecimiento deportivo como el que nos ocupa. Sin embargo no todas las instalaciones que corresponden a disciplinas deportivas en las que León destaca están a la altura de los equipos que nos representan. León ha dejado de ser destino de partidos al máximo nivel en baloncesto o en balonmano porque carece de un pabellón cubierto de las dimensiones necesarias. El palacio de los deportes cumplirá este año el 46º cumpleaños y sus 5000 plazas resultan insuficientes para solicitar la sede o la subsede de un gran campeonato. El ayuntamiento debería plantearse o su renovación o la sustitución para que la ciudad no pierda oportunidades de proyectar su imagen en el mundo. En este sentido, se puede observar el avance de las obras en el recinto de la antigua azucarera, edificio espectacular, de alto valor representativo, cuyo uso final se desconoce a estas alturas, cuando está a poco tiempo de su conclusión. Ha sido concebido como un espacio polivalente y habría que repensar su uso en un momento en que las ferias para profesionales encuentran destinos muy asentados y se ven afectadas por el avance de internet. Mantener hoy un recinto ferial sin la afluencia suficiente de público es un deber ruinoso. Por esa razón estudiar las posibilidades de dotar a León de un gran espacio cubierto con capacidad para asumir eventos deportivos mayores podría pasar por la obra de Perrault.

LEÓN Y LAS CASCADAS

Uno de los aspectos más relevantes que definen la identidad de lo leonés es el medio físico. León se encuentra en el mayor punto de surgencia de aguas dulces del interior peninsular. Por esa razón nacen aquí el tercer y el cuarto río por aportaciones hídricas anuales: el Sil y el Esla. Los ríos de León discurren por zonas altas, por sus trayectos más abruptos. Eso supone que existen numerosos desniveles que el agua salva creando rincones muy bellos y silvestres; también obras humanas de aprovechamiento hidráulico de notable espectacularidad. Lo curioso del caso es que no se está aprovechando esta oportunidad para atraer a los visitantes en nuestras comarcas. Un ejemplo del enorme impacto que tienen estos accidentes orográficos en el turismo es la famosa cascada de Nocedo, que puede ser uno de los atractivos más visitados de la provincia de León; un motivo más para ir a La Vecilla, a una comarca bastante olvidada por lo demás. Si trasladásemos ese efecto a otras comarcas, como las mineras, los males serían menos. Este fin de semana visité tres hermosísimas cascadas. Las tres son accesibles tras un brevísimo tramo a pie y se pueden recomendar a todos los públicos si se adecenta el acceso hasta el pie del chorro de agua. La primera es la de Vivero, en los confines de Omaña. Se encuentra a unos 100 metros del pueblo. Es una hermosura fácil de disfrutar, pero habría que mejorar el acceso e indicar a los visitantes dónde está con indicadores. Otro tanto se puede decir de la cascada de Los Bayos, que se puede disfrutar desde la carretera que baja a Villablino. Faltan indicadores y accesos a este atractivo natural, así como lugar donde aparcar el coche. Otra más es la de Lumajo, que sufre los mismos problemas: falta de indicadores, de accesos fáciles y limpios a pie y un lugar para aparcar coches. En la misma zona, las vistas desde el Puente de las Palomas, entre Babia y Omaña, no se indican ni recomiendan. Pongo estos ejemplos porque se puede reclamar a Europa, a Madrid o a quien sea ayudas, pero si los propios leoneses no valorizamos los muchos atractivos del lugar en el que vivimos, vamos mal orientados. Los primeros que debemos movilizar y visibilizar nuestros recursos somos los leoneses, sin que esto exima a las administraciones de sus deberes. Pero si no apreciamos lo propio ¿en qué vamos a invertir las ayudas? ¿Para qué reclamamos? He hablado en alguna ocasión de habilitar para el turismo miradores en las comarcas más llanas. Las zonas de montaña deben mostrar sus secretos, que son su oportunidad. Si lo logramos, hay una esperanza para nuestros pueblos.

LOS CLUSTER DE LEÓN

Se habla con cierta frecuencia de “cluster” o racimos de empresas. Se trata de agrupaciones creadas en una zona, lo que hace que compartan ciertos intereses comunes. Que varias empresas se asocien para fines concretos aporta ventajas competitivas a su actividad. Los cluster se suelen formar con empresas del mismo sector de producción o con la misma clientela. Si bien puede parecer que asociar a competidores es un contrasentido, en realidad se puede conseguir grandes ventajas. Por ejemplo, un cluster es recibido por las autoridades públicas con un nivel de interlocución más potente que el prestado a una sola empresa. Por tanto la formación de un cluster permite acudir a las administraciones en busca de planes especiales. También es una oportunidad para proyectar al grupo en ferias sectoriales entre los proveedores, los clientes o empresas de intereses concurrentes. Un cluster es una forma más de poner a una corporación en el mundo. Por ejemplo, muchos proveedores no vendrían a León por una sola empresa, pero si existe un grupo de compradores visitables, sí vendrán. La presencia de un cluster en una convocatoria anual de la Fira de Barcelona o del IFEMA de Madrid ayuda a poner en el mundo a León y a sus empresas. Y ahora cabe preguntarse qué firmas y sectores son clusterizables en León. Hay varios casos de especial interés por su proyección en el futuro o por su dimensión conjunta. Por ejemplo, el sector de la tecnologías de la información y la comunicación, con presencia de empresas locales y multinacionales es un caso claro. Otro grupo clusterizable es el farmacoquímico, que cuenta con tecnologías que solo existen en Madrid y Barcelona fuera de aquí. Existe otra oportunidad clara de clusterización en las empresas dedicadas a las bebidas, como las bodegas de ambas denominaciones de origen, cerveceros, envasadores de agua, fabricantes de licores, etc. Hay una posibilidad en los envasadores de legumbre y productos precocinados, que concentran el 80% de la legumbre envasada en España. Un sector semiclusterizado es el de los productores de alimentos de todo tipo, especialmente los de embutidos, quesos, fruta y productos de huerta. Otro sector de cierto peso en León y digno de clusterización son los productores de aperos y útiles para labores agrícolas y ganaderas, que forman un colectivo numeroso, al igual que los que venden productos para el campo. Para finalizar con dos sectores tradicionales en León y clusterizables, está el ligado a la producción de energía en todas sus vertientes y el dedicado al transporte y gestión logística en general.

MALLORCA Y LEÓN

MALLORCA Y LEÓN Según los datos de población activa ocupada que tabulo cada tercer trimestre, Baleares es la zona española líder en creación de empleo de los últimos 30 años. Y la masa laboral siguió multiplicándose llamativamente en lo que va de siglo. No he resistido la tentación de comparar lo que allí se ve con lo que se visualiza en León. La primera observación es que en Mallorca no hay camiones en las carreteras, al contrario de lo que pasa en León. Es tan marcada la ausencia que uno no se da cuenta si no tiene una mirada economicista sobre los lugares que visita. Eso tiene una explicación: el valor añadido bruto de la industria en las Baleares supone un 7% sobre el total aproximadamente. La media española está sobre el 22% y León ronda el 20%. Los datos confirman que las Baleares crecen a base de una economía de servicios, puesto que la actividad agrícola es también reducida. De las otras lecturas que el panorama mallorquín permite hay dos que quiero resaltar: apoyar un modelo de crecimiento basado en el turismo tiene un gran recorrido al alza en un país con sol y temperaturas cálidas. La otra conclusión es menos agradable: la locomotora del empleo en España, el ejemplo a seguir de Rajoy, es una economía de camareros. Y ser camarero es muy digno -más si te remuneran bien, como allí-, pero sitúa a los países fuera del desarrollo tecnológico y del conocimiento. En otras palabras, como algo afecte al turismo balear, no habrá alternativa laboral. Otra de las evidencias llamativas es que hay una baja presencia del sector público. Hasta las Cuevas del Drach son de propiedad privada. Cierto es que funciona bastante bien, pero no es menos cierto, por ejemplo, que la ausencia de productos autóctonos con sello de calidad resulta sorprendente. Ni el pan mallorquin, ni los camaiots, ni… Sólo el queso de Mahón, las ensaimadas y la sobrasada son objeto de una limitada promoción. Queda claro que la iniciativa privada no funciona en ese campo sin soporte público. Esa es una de las causas de que no se produzcan alimentos en cantidades apreciables, de que todo llegue de fuera. Hasta el sistema eléctrico es deficitario y se complementa desde la Península. El desierto industrial se oculta tras la historia de éxito del turismo. Así, se deduce que el papel de la política industrial, en manos de las instituciones públicas, es fundamental. También el papel promocional, como el de la Diputación con los alimentos de León. En definitiva, una lección de este viaje es que sería importante configurar un plan industrial y promocional para León sin descartar el turismo.

AEROPUERTOS NOQUEADOS

La eclosión de instalaciones aeroportuarias en España se ha convertido en un elemento de crítica banal. Todo el que no tiene a mano algo de lo que hablar mal, se dedica a vituperar la red de nuevos aeropuertos. De nada sirve que algunos vayan bien. Tampoco que sea evidente que, mientras en otros lugares de Europa hay decenas de compañías operando vuelos regionales, aquí solo exista fundamentalmente una. En cuestión de aeropuertos hablar por hablar se ha convertido en la norma. Nadie aporta un solo número que acredite sus afirmaciones. Hace poco se ha conocido el rápido despegue del Aeropuerto de Castellón, que en 2017 superará, por ejemplo, al de Valladolid. Esa pista se puede poner al nivel de la almeriense en poco tiempo (unos 700.000 viajeros por año, es decir, tres veces Valladolid), pero nadie reconoce el cúmulo de tonterías que se ha dicho sobre tal instalación aeroportuaria. Pero volviendo a las toneladas de críticas sobre los aeropuertos, se dice que se subvencionan. Lo que no se entiende es por qué si cada billete de AVE nos cuesta un buen dinero en subvenciones (mucho más que cualquier billete de avión), y todavía más en las líneas del norte, como la de Galicia o la de Asturias, no se critica abiertamente al tren y sí a los aeropuertos de ciudades pequeñas, cuya inversión ha sido una minucia en comparación. Véase que el Aeropuerto de León supuso 80 millones de euros y la vía AVE a Valladolid con sus estaciones ronda la friolera de 2.500 millones, es decir, 30 veces más. Parece haber una voluntad expresa en no dar explicaciones a favor de la red aeroportuaria por quienes podrían hacerlo. ¿Y a quién beneficia eso? Sobre todo a los que quieren tener el mercado de vuelos regionales bajo su control. Pero es que esas líneas pueden ser clave para el desarrollo en este país, donde el AVE no compite porque pasa necesariamente por el centro peninsular. Los interesados en un mercado sin competencia, frenado en su desarrollo, trabajan para entes privados y públicos. Esa es la realidad por la que el Aeropuerto de León llegó hasta los 170.000 pasajeros al año y con una proyección de superarlos ampliamente con dos operadores principales. Sin embargo en 2015 solo registró 38.500 y prácticamente un solo operador: el de siempre. El problema de León es solo parte de un problema de Estado y harían bien las nuevas fuerzas políticas, Ciudadanos y Podemos, en denunciar este oligopolio consentido y apoyado durante años. ¿Habrá valentía para imponer una competencia justa en el sector y que así se despliegue la operatividad de nuestros aeropuertos?

SOTERRAMIENTOS Y PREFERENCIAS

El proyecto de soterramiento del ferrocarril en varias ciudades españolas ha sufrido profundas revisiones por causas económicas. En la mayor parte de las ciudades esta obra se financiaba con las expectativas de venta de los solares, que se liberaban al trasladar buena parte de las playas de vías y de los talleres, puesto que habían quedado absorbidos por la urbe. La venta debía financiar en gran medida la obra, por lo que se constituyeron sociedades al efecto para gestionar el proceso, como León Alta Velocidad. La llegada de la crisis económica ha dado al traste con el planteamiento inicial. Se han buscado soluciones con la implicación de las administraciones para resolver los problemas que implica un recorrido de alta velocidad por el interior del casco urbano. En León el soterramiento se ha reducido sustancialmente, dejándolo en unos 600 metros de longitud y convirtiéndolo en parcial. Para ello hay prevista una obra de unos 25 millones de euros. El caso de Valladolid resulta llamativo porque propuso un gran proyecto que incluía el traslado de los talleres de trenes fuera de la ciudad y un soterramiento de 5 kms. Esa transformación urbana integral se llamó Plan Rogers, arquitecto de renombre que lo diseñó. El coste previsto rondaba los 1.400 millones de euros. Los efectos de la crisis han sido demoledores para este proyecto, puesto que ha paralizado las obras y ha cogido a la sociedad gestora, “Valladolid Alta Velocidad”, con más de 500 millones de euros gastados gracias a un crédito, que no está claro cómo se va a devolver. El nuevo ayuntamiento vallisoletano ha revisado el proyecto inicial y estima que su ejecución se podría financiar con unos 1000 millones de euros. Para ello se requiere la implicación del ayuntamiento, Junta , ADIF, bancos y Ministerio de Fomento. Hay que tener en cuenta que el área metropolitana de Valladolid tiene el doble de tamaño que la de León: unos 400.000 habitantes. Por otra parte, esa provincia, a la que da servicio el tren, cuenta con 60.000 habitantes más que León, menos de un 12% de diferencia. Sin embargo, cuando comparamos la situación de las obras de FEVE o el nuevo soterramiento de las vías, observamos que existe un escandaloso desequilibrio entre la implicación de las instituciones con León y con Valladolid. En esta tesitura hay que preguntar qué se va a hacer para acabar de una vez las obras de FEVE, si se impulsará el proyecto de Torneros o cómo se va a actuar sobre la infraestructura vial hacia Ponferrada. Un criterio elemental de equilibrio exige reclamar otro trato.

jueves, 28 de julio de 2016

PUEBLOS, GUÍAS Y RECURSOS

Un viaje de fin de semana por la provincia de León permite descubrir recursos extraordinarios de la mano de la gente de los propios pueblos. Visitar las iglesias de Corullón, de Santo Tomás de las Ollas, el Monasterio de Santa María de Sandoval o la Casa del Humo y la Catedral de la montaña en Lois -por poner sólo cuatro de los miles de ejemplos que podríamos citar- depende de la buena voluntad y la disposición de los lugareños. Y resulta incomprensible que no se haya dispuesto una fórmula que permita mostrar a los visitantes por una vía normalizada todos esos puntos de interés. Es cierto que hay recursos que permiten ganarse la vida a un guía profesional de turismo, pero son un porcentaje bajo actualmente. Y no es menos cierto que este colectivo pone problemas a que otros enseñen lugares visitables en aquellos casos en que no darían para pagar a un profesional. Eso puede convertir al colectivo en un perro del hortelano, que ni come, ni deja comer. El cuerpo profesional de guías de turismo debe entender que, si bien todos estamos de acuerdo en que se ganen la vida, no es admisible que decenas de pequeños destinos de visita se queden sin poner en valor porque este colectivo no esté de acuerdo en el cómo. Todas las singularidades de esta provincia deben ser convertidas en recurso, si queremos prosperidad. Y no se puede dejar a la buena voluntad de la gente el mostrarlas. Si alguien se toma la molestia de abrir una iglesia, por ejemplo, y explicar lo poco o mucho que conoce de ella acompañando a los visitantes, incluso fuera de horarios comerciales, debe recibir una compensación. A pesar de ello en la mayoría de los casos los improvisados guías ponen reparos a una propina siquiera residual, lo que resulta del todo injusto. Y eso sucede por el temor al qué dirán en el pueblo y a las reacciones de los guías oficiales. Si un edificio interesante no da para generar el salario de un guía, no puede quedar cerrado a cal y canto. Es inadmisible. O el colectivo de guías de turismo propone una solución, o se normaliza una compensación económica –aunque sea testimonial- a quienes se molestan en abrir puertas, vigilar a los visitantes y dar explicaciones sean o no guías oficiales. Quizás con el tiempo, si la demanda crece, habrá recursos que lleguen a permitir contratar a alguien, pero mientras eso llega hay que abrirlo todo. La Diputación podría dar cauce a esta disfunción que afecta especialmente a los núcleos bajo su competencia. Son tantas las posibilidades de generar nuevos recursos que no se puede perder más tiempo en buscar una solución razonable.

PLATAFORMA LEÓN CONSTITUYENTE

Una plataforma ciudadana acaba de tomar la iniciativa de llevar a las Cortes de Castilla y León y al Parlamento Español un precepto fundamental: el reconocimiento explícito del Pueblo Leonés como una entidad diferenciada en la Constitución Española y en el Estatuto de Castilla y León. Por primera vez un colectivo nace con este fin, que rebasa las cuestiones de consumo interno, para llevar la singularidad leonesa a todos los habitantes de España a través de sus instituciones públicas. Sin que vaya en demérito de cuantas iniciativas tienen lugar en León sobre temas identitarios, el trabajo de este grupo resulta novedoso por su proyección extraleonesa. También lo es porque no plantea la revisión territorial de la autonomía, sino sólo el reconocimiento explícito y actual de la personalidad histórica, económica, institucional, cultural y social del Pueblo Leonés, algo a lo que prácticamente nadie debería oponerse. Es más, la obstaculización a una propuesta tan irrefutablemente justa como ésta sería mal vista por una mayoría social en León. León Constituyente comenzó sus trabajos de elaboración de un argumentario en octubre del año pasado. Tras numerosas dinámicas de grupo, debates, entrevistas con diversas personalidades y recopilación de datos, el equipo remató su documento argumental en junio de este año. El mismo es un conjunto de razones y diversos anexos de apoyo de 36 páginas, donde se explica con solidez por qué se pide a las autoridades políticas el reconocimiento del Pueblo Leonés en las cartas constituyentes del país. Así ha sido trasladado a la cortes autonómicas, ya que existe un grupo de parlamentarios trabajando sobre la reforma del estatuto. Ahora León Constituyente comienza la fase de entrevistas con los grupos políticos, en las que se complementará la información escrita. Por lo tanto no hay solo un soporte histórico para la reivindicación, que de por sí es importante, sino que existen causas de estructura económica, social, institucional, cultural, etc. Uno de los aspectos que más animó el trabajo de León Constituyente es la afirmación por parte de varias personalidades de la invisibilidad del Pueblo Leonés. Fuera de aquí, León no existe prácticamente para el resto del país. Ni se conocen sus problemas, ni su identidad, ni sus peculiaridades, ni sus ambiciones. León ha llegado casi a desaparecer en el imaginario español y esta plataforma está poniendo medios para cambiar ese proceso. Mucho más en una terrible coyuntura de empobrecimiento y despoblación debida precisamente a esa injustificable irrelevancia de lo leonés en el ámbito nacional.

sábado, 16 de julio de 2016

SECTOR ENERGÍA EN LEÓN

Esta semana se ha tenido conocimiento de una noticia grave: la planta térmica de Compostilla no será renovada. Esto supone el cierre de la central a medio plazo. Tras la condena de Anllares y las dudas sobre la térmica de La Robla por el cierre de la Hullera Vasco-Leonesa, la noticia certifica el desplome del sector de producción de energía en León. Nuestra provincia contaba con una potente cadena productiva en la que se integraba la producción de carbón, su valorización en centrales térmicas, la producción hidroeléctrica, una expansiva generación eólica, la presencia de plantas solares y una red poderosa de transporte. Eso ha supuesto durante años la presencia de personal cualificado en oficios e ingenierías, así como fábricas en Ponferrada, Bembibre, Villadangos, León, etc. Los sectores de generación de energía eléctrica tenían impacto en el empleo en la mayor parte de la provincia y permitían fijar población en casi todo el territorio. Es la falta de compromiso con este sector lo que ha provocado una peligrosa pasividad en la sociedad leonesa ante lo que ha pasado y aún pasa. Se está liquidando en gran parte algo que resulta estratégico para León sin que la patronal, los sindicatos, las cámaras de comercio o la universidad levanten la voz. La falta de visión de la economía leonesa como totalidad y como unidad independiente de otras –aunque interconectada, eso sí- arrastra hacia el abismo económico a la provincia. El comportamiento de la cifra de cotizantes a la Seguridad Social en León respecto a la media nacional este mes es el peor de la serie histórica en 15 años. León crece menos que el resto del país y cada vez lo hace más lentamente. Hay que reaccionar si se quiere revertir una tendencia que nos lleva a panoramas como el de Orense o Zamora, provincias desertizadas y empobrecidas que no cesan de caer. Y si ha de haber una iniciativa para la reacción, deberá ser leonesa, aunque luego repercuta en la Junta. En la urbe del Pisuerga ni conocen León ni les interesa. Tienen problemas propios y muy diferentes de los que sufre León. Hace falta tomar perspectiva de la realidad provincial, recuperar la visión de nuestra estructura económica, proponer las acciones que preserven los negocios maduros existentes y desarrollar medidas para hacer crecer los sectores con proyección. Nada de lo que venga de fuera vendrá a salvarnos. Por eso hay que movilizar los gabinetes de planificación y departamentos universitarios, y ponerlos a trabajar tanto en escribir como en implementar; porque ya pasó el tiempo de presentar proyectos que nunca se ejecutan.

LEÓN Y EL TURISMO LINGÜÍSTICO

León tiene un enorme potencial como receptor de estudiantes de español. Se habla con una calidad buena en dicción y entonación. Además la acogida a los estudiantes que vienen hoy es afectuosa en general. La ciudad resulta barata y su oferta de ocio gusta al público joven. Además el turismo de naturaleza y patrimonio ofrece un buen ramillete de rutas con algunos rincones excepcionales. Las ciudad es paseable y se abarca bien en estancias cortas de un mes. Se puede decir que León mantiene un equilibrio adecuado entre las posibilidades educativas y las de ocio. Sin embargo este sector es todavía testimonial en la ciudad y, cuando uno se adentra en lo necesario para potenciarlo, descubre numerosas carencias. La primera es la falta de información agrupada en internet. No existe un sitio web donde alguien interesado encuentre todo lo que quiere saber o, al menos, una buena parte. Por otro lado, la información sobre transporte es mala y fragmentada. Por ejemplo aclararse sobre los autobuses que viajan por la provincia en la estación es de una dificultad notoria. Un aspecto curioso es que León ciudad no está preparado para acoger al turista. Los desplazamientos en autobús son poco claros, con dos redes –una en el espacio municipal y otra en el metropolitano- que cualquier visitante no entiende porque carecen de explicación lógica. La información en la oficina de turismo continúa siendo deficiente en cantidad y calidad. Los folletos de apoyo son incompletos y parciales. En general, no existe una información normalizada sobre los recursos de la provincia y cómo llegar a ellos. La cuestión es difícil de comprender porque pasan los años sin que los problemas de sobra conocidos tengan solución. Y hay que saber lo que perdemos por culpa de esa desidia, que incumbe a todos los ciudadanos. Un estudiante que haga una estancia de un mes se alojará en una residencia o una familia, donde va a pagar unos 600 euros. Recibirá clases en un número variable de horas, por las que también pagará. Saldrá por los bares, algo que a todos los visitantes gusta, donde dejará en un mes unos 200 euros. También hará compras y algún viaje por la provincia. El presupuesto final del viaje de cada estudiante ronda los 2400 euros en un mes. Eso permite generar en León actualmente entre un salario y un salario y medio. Merece la pena que tantos fallos obvios sean corregidos porque esta ciudad pierde entre 1000 y 2000 habitantes al año. Es necesario crear más empleo y fijar más actividad económica. Y si a estas alturas seguimos con los mismos problemas, digo yo que algo habrá que hacer.

BALANCE ELECTORAL DE LEÓN

Tras las elecciones generales lo primero que podemos concluir es que en 6 meses León ha perdido visibilidad. Ha pasado de tener 5 diputados a 4, lo que indica una notable pérdida de población y de peso político también. Ese marco envuelve cualquier otra apreciación. Los sentimientos entre los partidos en su versión local no ha recogido el profundo significado de ese cambio. Por ejemplo los miembros del Partido Popular estaban exultantes porque su resultado mejoró respecto a la convocatoria de diciembre. Para nada importaron los graves problemas de la estructura económica de León durante su mandato. No hubo moderación en la expresión. Y tiene más gracia porque, si leyeron los resultados en clave nacional, el PP ha pasado de tener mayoría absoluta a necesitar el pacto con al menos otras tres fuerzas para imponerse. Eso deja a Rajoy en interinidad después de los escándalos por corrupción en su partido, del que se considera máximo responsable. Es posible que Rajoy tenga que abandonar la presidencia si se quiere un gobierno estable, como él mismo propugna. Por eso ¿cuál era el motivo para tanta algazara? Y no pudo ser por los resultados de su gestión en León… Respecto al PSOE, poco se puede decir al pasar León de ser algo importante para ellos a nivel nacional a una provincia de poco tiro. Proponen algunas cosas, pero en seguida surgen las luchas internas a nivel nacional, que ahora tapan cualquier otro discurso. La pugna está entre los que quieren mantener el estado de las cosas porque les interesa y los que demandan algo nuevo, que actualmente van perdiendo la batalla. El conformismo electoral de los socialistas trasluce el cansancio que dejan las guerras civiles, cuando uno no sabe hacia dónde ir. De PODEMOS queda el enorme desconocimiento y desinterés hacia León y lo leonés demostrado hasta ahora. Su caída de voto aún no ha sido asumida. Es difícil ver un partido con tanto desgaste sin haber gobernado y lo es más ver a un líder con las peores puntuaciones sin haber tocado poder. Efectivamente son únicos. Ciudadanos en León no ha pasado de repetir las consignas nacionales en una demostración de que León no importa nada, de que su idea de estado excluye el progreso de León en particular, y de que esta formación es una idea de Rivera, Garicano y cuatro más que no conocen León. Del resto no hablaré porque su peso electoral no lo permite. La relevancia se adquiere trabajando con tiempo, criterio, objetivos, continuidad y visión global. Todo eso les ha faltado. Así que todos tendrán que mejorar en su comportamiento y compromiso con esta tierra.

viernes, 24 de junio de 2016

LOCOMOTORAS DE LA ECONOMÍA

Las economías provinciales necesitan sectores económicos que actúen como locomotoras del empleo y la contratación. Concentrar los esfuerzos en mantener y acrecentar esos sectores garantiza el mantenimiento de la actividad económica y su alza. Por ejemplo, un sector locomotora en Valladolid es el del automóvil. Se basa en tres empresas que actúan como cabezas tractoras: Renault, Michelín e IVECO. Cuentan respectivamente con 6.000, 1.800 y 1.000 trabajadores directos respectivamente, lo que suma casi 9.000 empleos. El sector del automóvil se caracteriza por generar unos 3 empleos indirectos por cada uno directo y por ubicar a sus proveedores al pie de las fábricas. Por esa razón no es raro pensar en que unas 36.000 personas trabajan en el sector del automóvil en Valladolid, entre grandes integradores y parques de proveedores. La otra locomotora en esa provincia es la administración pública. Según el Boletín de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas del ministerio del ramo, en Valladolid hay 36.000 empleados directos, que a su vez generan empleo indirecto a razón, como mínimo, de 1.5 a 1. Por esta razón podemos pensar que en esa provincia hay 90.000 personas que dependen de la administración pública y otras 36.000 del automóvil, que suman 126.000 aproximadamente. Como Valladolid cuenta con 200.000 cotizantes a la Seguridad Social, los sectores tractores suponen mucho más de la mitad de la economía provincial. Por esa causa el compromiso de la Junta en términos de subvenciones, empresas públicas, fundaciones, etc con esos sectores enorme. En el caso de León, los sectores locomotora son más débiles. El dedicado a la minería/energía, que era el principal, ha sido liquidado en gran parte sin alternativas. Sólo las centrales térmicas permanecerán activas si el compromiso público y las decisiones políticas no lo impiden. Menos de 1000 cotizantes al régimen especial de la minería y un descenso del empleo drástico en Compostilla, Anllares y La Robla dejan al sector herido de muerte. Eso por no hablar del impacto el empleo indirecto en transporte, movimientos de tierras, ingeniería, maquinaria industrial, etc. Se puede estimar la pérdida de entre 20.000 y 30.000 empleos en los últimos 10 años. El compromiso de la Junta con este sector es reducido. El sector público también pierde peso: menos de 29.000 empleos y en descenso. Los sectores emergentes como el alimentario, el logístico, el eólico y el fármaco-químico no tienen el volumen ni el apoyo público necesario para compensarlo. Eso explica la pérdida de 6000 habitantes en León en el último año.

LEÓN Y EL PRADO

Un comentario del arquitecto que realiza el proyecto de Museo de la Semana Santa en el seminario ha levantado una polvareda importante. En medio de una declaración aludió a la posibilidad de que el Museo del Prado hubiese considerado establecer una subsede en ese mismo edificio. A esa posibilidad el obispado habría respondido, según esta versión, que no lo permitiría. Personalmente no tengo información directa de este tema, pero el sentido común me dice varias cosas. La primera es que es muy poco probable que el Museo Nacional pensase en León y en ese edificio concreto. Si nadie se lo había ofrecido, ¿por qué se iba a interesar? En segundo lugar, el Museo del Prado no reparte subsedes. Ávila lleva intentándolo muchos años y no lo ha conseguido. ¿Por qué lo iba a conseguir León en diez minutos si una subsede del Prado es algo carísimo de construir, de mantener y de gestionar? Me parece inverosímil. Por otra parte se ha cuestionado al obispado por la pretendida respuesta negativa. Si fuese así, cosa que me parece improbable, estaría en su derecho. Mientras no se cambie la ley, el seminario es del obispado y por lo tanto es esa instancia quien decide. Y el obispado no es una cooperativa ni un organismo público ni una ONG. Es un ente con intereses económicos y materiales. Quien no se haya dado cuenta hasta hoy es muy inocente. El seminario es una propiedad privada y como tal es tratada por sus dueños. Otra cosa es pretender cambiar las leyes que mantienen los pactos iglesia-estado, pero esa es otra discusión. Como la de permitir que la iglesia se apropie de bienes comunales (iglesias, ermitas, casas rectorales…) o que no pague el IBI. Si se quiere cambiar la relación con la Santa Sede, cámbiese, pero no mezclen al Museo del Prado en el debate. A mí me llama la atención que un comentario que tiene pinta de generar un malentendido (porque no hay, que se sepa, comunicaciones formales o reuniones acordadas entre el Prado y el obispado) o bien una mala explicación produzca tanta adrenalina. Y me sorprende porque a la hora de la verdad los leoneses no están atentos a los temas importantes. Se van a cerrar las térmicas, pero nadie habla de ello. Se pone en peligro el paisaje de campos de maíz por la reducción del vacuno lechero, pero nadie habla de ello. Se permite que en Boecillo haya más empresas de León que en el Parque Tecnológico de León, pero nadie habla de ello. Yo creo que a la mayoría de los leoneses deberían decirnos que hay que estar a lo que hay que estar y que si queremos una subsede del Prado hay que trabajar para ello; no vendrá de regalo.

DESAFIO LUCHA POR LA MONTAÑA

Este fin de semana tiene lugar en León ciudad una celebración muy especial. Se trata de un evento consistente en dos actos. Por una parte se expondrá en la explanada de la Junta una feria de productos y servicios de la montaña leonesa para dar a conocer todo lo que nuestros montañeses pueden ofrecer. Por otra parte el sábado por la tarde tendrá lugar un evento deportivo sin precedentes en el Palacio de los Deportes: un corro espectáculo que tiene la vocación de reinventar la lucha para convertirla en un deporte de masas. Ambas ideas han partido de dos jóvenes montañeses. Se conocieron a través de la lucha leonesa y querían hacer algo por sus comarcas de origen. Y para ello han movilizado a centenares de personas y voluntades durante meses, en un esfuerzo loable y asombroso. Carlos y Víctor nos han hecho recuperar la fe en los jóvenes leoneses y también en los montañeses que se resisten a ver cómo se desangra la demografía de sus comarcas sin hacer nada, que no son todos, pero que son más de los que parece. Esta nueva generación quiere cambiar los ritmos, los horizontes, las ambiciones y las posibilidades de la Montaña. Y lo han hecho sin esperar lucrarse, a pesar de todo el trabajo y el tiempo invertidos. Quienes conocimos esta iniciativa hace meses hemos quedado sorprendidos de la eficacia y la positividad de este grupo de promotores, del buen hacer y la sociabilidad, de la capacidad para sumar apoyos y llegar a todas las fuerzas vivas a fin de pedir colaboración, ánimo, consejo, contactos... Ojalá el Desafío Lucha por la Montaña sea el inicio de una convocatoria periódica. Y ojalá también sirva para que genere negocio en el futuro, para que estos jóvenes y muchos más encuentren vías para hacer sostenible su vida en la Montaña y de la Montaña, para que puedan vivir de ello. León cuenta con un tercio de territorio llano, unos 5000 kms cuadrados que se reúnen en los grupos de acción local de ADESCAS y POEDA. El resto, unos 10500 kms cuadrados se reparten entre las riberas medias y las montañas (éstas prácticamente la mitad del territorio provincial). Cabrera, La Somoza, el Bierzo Alto, el Selmo, Ancares, Ribas del Sil, Laciana, Babia, Omaña, Los Argüellos, Gordón, Valdeón, Sajambre, Tierras de la Reina, Alión, Riaño o la cabecera del Porma, por citar varios territorios comarcales, discurren por 250 kms de paisajes inolvidables, riscos, animales salvajes, aldeas prodigiosas, gente buena, guisos exquisitos, atardeceres de luz irrepetible … Todo eso nos quieren mostrar en el Desafío Lucha por la Montaña… y mucho más.

viernes, 3 de junio de 2016

EL BERNESGA DESORDENADO

León cuenta con dos ríos que son una gran oportunidad. Los dos cauces fluviales permiten crear un parque lineal espléndido y sólo al alcance de grandes ciudades. Mucho más porque ambos ciñen la urbe rodeándola y porque carecen de grandes desniveles hasta el curso del agua. Eso permite integrar en la ciudad casi diez kilómetros de río donde se puede alternar las zonas naturalizadas con espacios plenamente ajardinados. Quizás la costumbre, quizás la dejadez, están permitiendo que nuestro jardín fluvial se degrade hasta convertir su trayecto en una zona que afea la ciudad. En el Bernesga se ha llegado al abandono. En pleno paseo de la Condesa los arbustos se enseñorean de las escolleras e impiden ver el discurrir el agua. Las rampas se erosionan por la acción combinada del agua y las raíces de las plantas. Las islas naturalizadas de la zona de la Junta se desarrollan desordenadamente, lo que provocará el desprendimiento de materiales que dañarán el puente de San Marcos. La gran “V” que forman el Bernesga y el Torío camina hacia la degradación y el abandono en amplios tramos ante la pasividad del ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica. Mantener ríos como éstos no es barato. Son cauces de curso alto, que salvan un importante desnivel –como se aprecia desde la LE-30- y que sufren enormes y violentas variaciones de caudal. Ha sido así desde la fundación del campamento de la Legio VII. Sin embargo la institución municipal no parece darse por enterada. El Bernesga y el Torío necesitan un mantenimiento continuo. En compensación dan a la ciudad una imagen fresca y atractiva. Por eso que el ayuntamiento desbroce sistemáticamente las riberas es algo que no habría ni que llegar a comentar. Se supone pura rutina. Respecto a la idea de demoler el dique de San Marcos, no parece que haya resultado una gran idea. El cauce está peor, se arrastra más maleza y los áridos forman isletas a lo largo de todo el tramo urbano. ¿No tenía nada que decir al respecto alguien de la Confederación Hidrográfica? Se supone que se dedican a esto y no se entiende que no conozcan las consecuencias de una actuación así sobre la ordenación de las riberas y el fondo del cauce. El ayuntamiento de León cuenta con un área ajardinada que se encuentra entre las mayores de España en ratio por habitante. El cuidado de los parques y riberas es más importante en este municipio que en la mayoría de los demás. En este momento el parque lineal de los ríos de León se encuentra en un estado lamentable. Va siendo hora de que alguien se ponga manos a la obra. Es tan evidente que no cabe explicar nada más.

viernes, 27 de mayo de 2016

ESPACIOS Y COLECCIONES

León es una ciudad con fuerte vertiente cultural: presentaciones de libros, exposiciones, conciertos, teatro, debates, conferencias... Es una faceta mucho más desarrollada que en ciudades de su mismo tamaño e incluso superior y se trata de un punto fuerte. Y esa fortaleza está más basada en la presencia de una importante iniciativa individual y asociativa que en la presencia de buenos gestores culturales, que los hay, pero no en gran cantidad. En León existen excelentes colecciones, producto unas veces de la iniciativa individual, y otras del trabajo de algunas instituciones. La increíblemente variada sobre biología, impulsada por Antonio Laborda, hoy decano de la Facultad de Biológicas, o la espléndida de maquetas de monumentos, de Francisco González Ferreras, son dos de los casos más conocidos y representativos. En ambos carecen de sede a pesar del enorme valor que ambas atesoran por motivos diferentes. Son colecciones cuyo coste económico se cifra en cientos de miles de euros. La tasa descomunal de esfuerzo para reunirlas es invalorable. Ambas son raras y de muy difícil réplica. Sin embargo no hay donde exponerlas. Por otra parte encontramos una inflación de áreas construidas sin uso definitivo por todo el área urbana. Hablar del edificio Araú en Trobajo del Camino, sin proyecto definido para su contenido después de una inversión de 6 millones de euros, es un pecado mortal. Qué decir del antiguo edificio de la Escuela de Minas, o del enorme complejo del Palacio de Exposiciones, o del magno seminario, hoy envuelto en las obras del Museo de la Semana Santa, por citar solo algunos. Son receptáculos en busca de contenidos atractivos, que hagan de esta ciudad un foco de cultura aún mayor de lo que es. Y hay que concebir los museos como algo dinámico, sede de actividades, fuentes de pensamiento y reflexión, amigos de la iniciativa ciudadana, hogares de la cultura colectiva vividos por todos. Por eso el gran reto de cada museo es acoger la vida diaria, participar como un organismo vivo en el acontecer rutinario. Y es ahí donde la gestores culturales y otros dinamizadores toman protagonismo. Por eso hay un nicho profesional que explotar en esa esfera de actividad. En consecuencia las colecciones de Ferreras y Laborda son oportunidades para poner en valor edificios y personas. Con ellas debe florecer esa vocación leonesa de crear y divulgar, de agitar y entretener, de hacer de esta ciudad una construcción colectiva basada en un pasado potentísimo y abierta a las tendencias que llegan y a las que se crean en su propio seno.

LEÓN Y LA TOXICIDAD

El concepto de toxicidad que se aplica normalmente a sustancias químicas que agreden a la salud se aplica también en psicología. Un pensamiento, comentario o conducta tóxicos son aquellos que conducen de manera compulsiva, exagerada o innecesaria a la infelicidad y a la angustia. León está lleno de toxicidad en este aspecto. Es conocido por todos que esta provincia se encuentra en una situación social y económica de declive. En ese sentido nada se puede reprochar a quienes lo constatan y verbalizan. Es la realidad. Mucho más porque el declive de León es más marcado que el de la inmensa mayoría de los territorio estatales, sean estos provincias, autonomías o agrupaciones de ambos hechas a medida. En consecuencia no se puede considerar tóxica la denuncia de esta situación. Sin embargo es común encontrar personas que insisten en el argumento de manera cansina e innecesaria sin aportar nuevas argumentaciones o alternativas. Son los abanderados de la pesadez, los plomos incorregibles, tan comunes en los comentarios de bar y tertulia. Son estas actitudes (más que las personas, porque éstas pueden cambiar) las que resultan particularmente tóxicas para todo el entorno. La reiteración en un mensaje negativo actúa como un desactivador social porque empieza a cundir el desánimo en general y el individuo se ve abocado a protegerse tras el individualismo. Este proceso se aprecia en León de manera particularmente marcada. Los frecuentes conflictos en el mundo asociativo, la escasa disposición a la colaboración de muchas personas, los debates agrios, las palabras subidas de tono son cada vez más frecuentes. ¿Y qué hacer para combatir esto? Lo primero es no admitirlo. Para los pesados existe un abundante plantel de psicólogos que estarán encantados de ayudarles a salir de ese agrio camino de la autodestrucción mental y moral. El que sea un pesado es un agresor y merece respuesta. En segundo lugar, hay que bajar a la realidad actual de León y ver en qué nos podemos apoyar para mejorar desde donde estamos, porque el pasado, pasado es. León era otra cosa hace 20 años. Por eso, además de no ser unos plomazos, los leoneses tenemos el deber colectivo de proponer, de definir nuestro camino a partir de ahora, de crear un proyecto común a partir de lo que somos: una provincia deprimida de 450.000 habitantes en una autonomía dañina para nuestros intereses. Y a partir de ahí construir para seguir ganándonos una presencia en la Historia al nivel de nuestras aspiraciones en el futuro. Y todo eso sin dejar de sacar los colores a quien lo merezca. Criticar y proponer, nunca intoxicar.

EL MIRADOR DE LA CEPEDA

He comentado muchas veces que León tiene varias visitas excepcionales y que una de ellas son los miradores. Esta provincia dispone de un arco montañoso de más de 250 kms que da un juego imponente al visitante. Y lo da porque el aire de León es cristalino, algo de lo que no se puede disfrutar en la vertiente al mar de la Cordillera Cantábrica. Y mucho más en estas fechas. No existe un lugar con la cantidad y la calidad de miradores que existen en León, tanto hacia el llano como hacia la zona montañosa. La profundidad de campo rebasa los 100 kms los días claros, que son mayoría. El número de atalayas resulta espectacular: la Camperona, Santaya, Congosto, Villadangos, Velilla, Matadeón, Alija, Castrotierra, la Peregrina …; todos ellos accesibles en coche y transitables para cualquier persona sin necesidad de esfuerzos físicos fuera del alcance del gran público. Lo mismo se pueden visitar con personas mayores que con niños. La semana pasada descubrí uno que pasa por estar entre los de vista más espectacular de los muchos que conozco. Es el Cueto de San Bartolo, el centro mágico de la comarca cepedana, la referencia de ese territorio tan desconocido para la mayoría y tan replegado en las raíces de su autenticidad y serena belleza. El monte, que debiera mudar su denominación por la de San Eolo, ya que ha sido tomado por gigantescos molinos de viento, cuenta a los pies de los mismos con una de las mejores vistas de León. Abajo se aprecia el embalse de Villameca como un lago digitado y tortuoso. A media distancia observamos Astorga, con su catedral, o el polígono de Villadangos, con sus naves blancas. Al fondo, las fábricas de pienso de Benavente interrumpen la línea del horizonte por el sur. Al este, la cumbre del Espigüete, en la provincia de Palencia, muestra su picacho cubierto de nieve. Más cerca, el Polvoredo, más conocido como Correcillas, presenta su lomo gigantesco salpicado de manchas blancas. El Teleno parece estar al lado y hacia el oeste asoman las cumbres del Gistreo que anuncian la cuenca del Sil. La Cepeda tiene en el recién bautizado cueto de San Eolo una cita a la que ningún leonés debiera faltar. El acceso desde las grandes vías hasta los pies del monte es sencillo, rápido y de buena calidad. El ascenso fácil en coche, el buen estado de la anchísima pista por la que subieron los camiones con los generadores eólicos y el amplísimo espacio para aparcar aconsejan que los ayuntamientos afectados y la diputación se dispongan a poner en valor esta atalaya excepcional, un recurso con el que muchas otras comarcas quisieran contar.

domingo, 8 de mayo de 2016

UNA CAMPAÑA DOBLE

La celebración del pleno de las cortes autonómicas en San Isidoro buscaba un efecto propagandístico y lo ha conseguido. Lo que no está claro es que se haya publicitado aquello que pretendían quienes lo idearon. Para Silvia Clemente, máxima responsable de la institución y de la Fundación Villalar, que es el órgano de adoctrinamiento identitario de la Junta, las consecuencias pueden ser indeseadas. La llegada de Clemente ha supuesto un cambio de estrategia en la Fundación que intenta inventar una identidad para el ente autonómico. Procura sortear las dificultades que encuentra en León hablando de que son problemas entre provincias. Además, con la colaboración de los dirigentes locales, está llevando a Valladolid elementos identitarios leoneses a los que inmediatamente bautizan como de “Castilla y León”. Así lo ha pretendido con los pendones en Valladolid y ahora con las Cortes del Reino de León. Sin embargo no parece haber conseguido los efectos deseados. En Valladolid se pudo comprobar que los pendones eran desconocidos para la mayoría, lo que hizo patente que en León hay cosas diferentes. Esa obviedad era algo impensado por muchos ciudadanos porque creían que todo es igual en la autonomía. Por este camino de la exposición de lo leonés en otros lugares los ciudadanos descubren que sí hay diferencias y que no todo es el “Castillaleón” que repiten como soniquete los junteros. Por otra parte el pleno de las cortes en San Isidoro ha dejado patente que nadie se desplazó en León para ver o aclamar a las autoridades. Sin embargo hubo un sector de la población indignado, único comité de recepción que vieron Herrera y sus corifeos. Y no es eso lo peor para Clemente, porque el acto ha permitido visualizar la protesta leonesista a través de los medios de comunicación autonómicos: ni una sola bandera autonómica y sí docenas de banderas de León en la calle. Fue tanta la intimidación que nadie en el pleno se atrevió a hablar de las primeras cortes del Reino de León como castellano-leonesas, algo que en Valladolid repiten hasta la saciedad. León intimida a esta gente. No es una simple provincia. Es la capital de un reino con 1106 años, con la autoridad histórica para ser interlocutor ante los poderes públicos y ayer quedó claro. Por eso Clemente tuvo que soportar una intervención en leonés en el pleno. En León no podía hacer nada para detenerla porque hubiese sido un escándalo. Por eso la publicidad de este pleno no fue la que la Fundación buscaba. Pero ha sido positivo para ellos porque ahora son más conscientes de que se enfrentan a la historia.

jueves, 28 de abril de 2016

LAS CORTES Y EL POSTUREO

La idea de reunir a los parlamentarios de la autonomía en San Isidoro es producto del postureo y la propaganda. Solo eso podemos concluir cuando se examina los resultados de la gestión de la Junta en la provincia de León. Si tomamos por ejemplo parámetros como la tasa de actividad, la evolución del número de trabajadores ocupados, el crecimiento de la población y los niveles medios de renta, podemos saber fiablemente cómo evoluciona la provincia. No vamos a atiborrar esta breve columna de guarismos, pero basta saber que León es la penúltima provincia española en tasa de actividad laboral; en la evolución de los trabajadores ocupados es de las diez últimas provincias del país en lo que va de siglo; la población cae tan rápidamente cada año que solo otra provincia española presenta datos similares; por último, los niveles de renta se han desplomado desde el inicio del proceso autonómico -cuando estaban en el segundo cuartil- para caer hasta el último entre las provincias españolas. En resumen, el balance de la gestión global de la Junta es absolutamente desfavorable y no merece paliativo alguno. A ello se suma que en estos 33 años la tendencia al declive es constante y que, de la misma forma, hay provincias autonómicas con tendencia contraria. En otras palabras, eso quiere decir que los problemas que generan esta decadencia son estructurales, que residen en la Junta y en sus instituciones, y que no son coyunturales o producto de un momento. La Junta de Castilla y León no sirve a los intereses de León, puesto que tiene las competencias en empleo, industria y fomento, economía y población, y todo va mal desde el principio. Por esta razón que las cortes vengan a reunirse a San Isidoro 33 años después del proceso autonómico es una maniobra de distracción. La presidenta de las cortes, máxima responsable además de la fundación que intenta promover una supuesta identidad castellano-leonesa, se ha inventado este acto. Pero a estas alturas obras son amores y no buenas razones. La Junta significa en León decadencia y empobrecimiento. Y por mucha comisión de bien pagados de la que se rodee Clemente para que la aconsejen, la realidad económica es tozuda. Y eso por no entrar en los fundamentos históricos de la autonomía, en la falta de legitimidad del proceso constituyente … no hay por donde cogerlo. La reunión de las cortes en San Isidoro utiliza una institución como herramienta de propaganda. Y no por mucho repetir otra vez una mentira llega ésta a convertirse en verdad. Castilla y León no existe como comunidad y perjudica a los leoneses.

jueves, 21 de abril de 2016

EL CONSERVATORIO Y LA RAZÓN

El pretendido traslado del Conservatorio de música a los bajos del Estadio Reino de León ha generado una de las más agrias respuestas a la Junta de Castilla y León y al alcalde. En esta discusión ha prevalecido la pasión frente a la racionalidad y hay un punto de prepotencia en la postura de las instituciones. Pienso que el debate podía haber transcurrido por caminos más lógicos. El traslado del conservatorio a los extrarradios de la ciudad, en una zona de putas y de ensayo nocturno de papones, oscura y mal comunicada a las horas de mayor actividad del centro de enseñanza es una propuesta inadecuada; peregrina incluso. Y eso es objetivamente así, porque si el estadio hubiese estado en una zona céntrica y accesible, la discusión hubiese sido otra. Que al conservatorio acuden hoy a pie una multitud de niños y chavales es una realidad y no es lo mismo ponerlo en el centro que en una zona marginal, como la que se propone. Hasta ahí queda claro que Silván, Rey y el lucero del alba, llegado el caso, no tienen razón. Por otro lado, que existe un parque inmobiliario de las administraciones vacío y sin uso es una realidad. Es verdad que resulta absurdo gastar en construir un edificio nuevo si existen locales vacíos. En esta vertiente Silván y Rey tienen razón. No pagamos impuestos para construir edificios inútiles. Habría que ver si del parque vacío (escuela de minas, laboratorio pecuario…) hay algo que se pueda reconvertir, sea cual sea la administración titular. Y pienso que oportunidades existen dedicando gestión y buena voluntad. Escuchar al consejero decir que no está dispuesto a pagar alquileres resulta ofensivo. La diputación leonesa lleva pagando servicios que corresponden a la Junta muchos años; dinero que la Junta se ahorró en servicios a los leoneses. Que se ponga ahora estupendo el consejero con este tema no es de recibo. Le pagamos para que ponga soluciones, no para que cree problemas. Y si no sabe, siendo de León, hay mucha gente válida para hacer el trabajo. En resumen, se puede concluir que en este tema la autoridad ha consultado menos de lo que debe, que los clientes (los alumnos y sus padres) reclaman guiados de la pasión, que es mala consejera, y que hay solución seguro, igual que puede haber mejores consejeros y alcaldes. En su capacidad de gestión está el quitarme la razón. No hay por qué hacer un edificio nuevo si existen ya construidos y bien ubicados, pero habrá que gastar lo que haga falta para adaptarlos. Quizás los empleados de la diputación podrían ir a otro edificio de los que hay vacíos. ¿Por qué no?

domingo, 17 de abril de 2016

CONTROVERSIAS SOBRE LA CATEDRAL

El fin de semana pasado celebraba su quincuagésimo aniversario la Capilla Clásica de León con un concierto en la Catedral. Fue una actuación fantástica y un acto que transmitió sensaciones poliédricas. La pieza elegida era de gran belleza y el acompañamiento del coro por la Joven Orquesta Leonesa un acierto. Hubo algunos detalles que afearon algo la ocasión. El primero fue la gélida temperatura del templo, algo que en estos tiempos se puede solventar. El segundo fue el sobreaforo, un fallo de la organización que llevó a gran parte de los asistentes a quedar de pie y en zonas donde la acústica no es adecuada. El tercer detalle incorrecto fue la larga lectura, de veinticinco minutos, de la historia de la Capilla Clásica en un templo helado y con un público mal acomodado. Se me justificó que se trataba de un acto, pero la gente allí iba a oÍr un concierto. Porque si de escuchar durante media hora una declamación en esas condiciones se tratase, el templo estaría semivacío. Y digo esto con el deseo de que el error no se repita, porque el concierto en sí merecía la pena y además porque la Capilla Clásica merece todas las felicitaciones por su trayectoria y labor. Un aspecto esencial que quedó claro una vez más para quienes sentimos la Catedral es la necesidad de desmontar el trascoro y la sillería del coro, y de trasladarlos a dependencias del Museo Catedralicio. Esto, que puede parecer un disparate, tiene explicación. El trascoro es una obra renacentista de primer nivel. Lleva 450 años en ese sitio, pero está desubicada en un conjunto homogéneamente gótico. A pesar de su valor, apenas se aprecia porque queda diluido en la obra edilicia. Además corta la visión de la nave mayor y no responde a necesidades litúrgicas o artísticas. Es un precioso armatoste, pero armatoste al fin. Donde está no se valoriza, y condiciona y degrada el uso del edificio, como lo hizo en este concierto y en cuantos actos se celebran. El trascoro y la sillería del coro merecen un tratamiento individualizado y expositivo en otra parte, y la Catedral merece ser apreciada en su inmensidad. Debido al trascoro es imposible hacer un concierto como el de la Capilla Clásica en la nave principal de la Catedral. El trascoro renacentista corta la dinámica espacial gótica de Santa María, concebida como una imponente nave vertical de gran profundidad, elevación y luz, apreciables desde las puertas. Hay que hacer justicia al edificio, y a la preciosa escultura del coro y el trascoro individualizándolos. Solo así podremos entender y disfrutar ambas obras en toda su intensidad.

PARTIDOS Y ADMINISTRACIONES

La exigencia del partido de Albert Rivera de ahorrar en las administraciones públicas es una propuesta poco madura tal y como se ha planteado. Ha generado un debate amplio en el país a cuenta de la propuesta de eliminar las diputaciones. Sin embargo los miembros de ese partido continúan esgrimiendo razones que se podrían aplicar a cualquier otra administración, como el alto gasto en personal o la opacidad. Cualquier entidad que sea prestadora directa de servicios tendrá un alto gasto en nóminas, puesto que no hay otra forma de cumplir ese cometido. En consecuencia no se ha justificado por qué se debe suprimir las diputaciones y no, por ejemplo, las comunidades autónomas, que son tan opacas como las primeras. Sin embargo lo que sí sabemos es que las autonomías multiprovinciales son ineficientes y creadoras de desigualdad entre los ciudadanos. Y lo son más cuanto más grande es la autonomía. ¿No sería mejor convertir en autonomías las diputaciones, y eliminar ese escalón tal y como está concebido en la actualidad? Por otra parte se habla de suprimir indiscriminadamente ayuntamientos, como si todos fuesen lo mismo. Nada más lejos de la realidad. En los microayuntamientos (menos de 500 habitantes) los gastos del secretario y la administración se llevan gran parte del presupuesto, por lo que sí sería lógico fusionar estas entidades hasta alcanzar una dimensión mínima de 1000 habitantes al menos. El proceso debería repetirse tantas veces como fuese necesario cuando la pérdida de población obligase a ello. Sin embargo en estas corporaciones los gastos del alcalde, los concejales y los grupos políticos son mínimos, por lo que no se puede atribuir por ese lado falta de eficiencia a la institución. Donde realmente está sobredimensionado el gasto es en las ciudades a partir de 50.000 habitantes. Esto sucede porque en las últimas décadas han crecido hasta absorber física y funcionalmente a los pueblos de alrededor sin que desaparezcan sus ayuntamientos. Es en estas aglomeraciones urbanas donde encontramos casos como los de Valladolid y Laguna de Duero, Salamanca y Santa Marta de Tormes, Santander y Maliaño, Coruña y Perillo, o León y San Andrés del Rabanedo, ayuntamientos contiguos que forman parte de la misma ciudad. Es ahí donde el gasto en concejales, grupos políticos y gastos duplicados se dispara. No hay un organismo más fragmentado que el municipal ni uno más coherente con las especificidades del territorio que las diputaciones. Por eso la propuesta de reforma de la administración debe hacerse con criterios más rigurosos y meditados.