lunes, 31 de diciembre de 2007

Cabeceras Emergentes

Dentro de las ciudades intermedias del sistema urbano leonés encontramos varios niveles. En la zona media del escalafón se encuentran centros cuya tendencia es divergente. Unos atraviesan una fase de descenso, lo que comporta una pérdida de peso relativo en el conjunto, como Villablino, Boñar, La Pola de Gordón o Villafranca del Bierzo. Por el contrario, hay otros que se deslizan por una etapa de crecimiento, como Valencia de Don Juan, Cacabelos o La Bañeza. Esto produce un cambio en la distribución de la actividad económica y de la demografía que merece especial atención para aprovechar sus enseñanzas.

Los casos de La Bañeza y Coyanza son especialmente interesantes por la positiva evolución que vienen registrando. Coyanza se ha incorporado a la categoría de centro supracomarcal recientemente, tras un pasado más discreto. El caso de La Bañeza es diferente, puesto que se trata de una población que, tras alcanzar cierta relevancia, atravesó un estancamiento, con tendencia a la involución, durante varios lustros. Finalmente ha retornado a su antiguo papel como centro de referencia supracomarcal.

Pese al distinto origen de los cascos urbanos que hoy vemos y a sus diferencias de dimensión -ya que La Bañeza reúne el doble de población que Valencia- ambos afrontan la solución de problemas comunes. Entre ellos aparece como prioridad crear un centro de la ciudad. Los dos núcleos lo han procurado con la peatonalización de calles. La recuperación de elementos patrimoniales valiosos, como las casas modernistas de La Bañeza o algunos de los caserones de Coyanza, debería ser una prioridad. No menos importante resulta el crecimiento de la edificabilidad en altura, para densificar el centro, y la inclusión de parques en la trama urbana. Aunque ambas urbes han de mejorar, Coyanza se haya más retrasada en estos aspectos.

La dotación de servicios públicos de mejor calidad, como centros comerciales y educativos, ambulatorios, piscinas cubiertas, o pabellones deportivos, debería también destacar en los presupuestos si se aspira a seguir fijando población. En otro capítulo, la extensión de los polígonos industriales o su creación, en el caso bañezano, debería erigirse protagonista, puesto que es imprescindible ordenar la ocupación del suelo por las industrias.

Por último, es urgente la construcción de ambas circunvalaciones para evitar que las rutas que pasan por estas ciudades sean disuasorias. Eso y la conexión de La Bañeza con Sanabria y Carrizo, así como la de Coyanza con Palanquinos y Villamañán, sin travesías harán de los dos centros lugares con una proyección prometedora: atractivos y situados cerca de grandes rutas.

En ambos casos destaca el capital humano que lidera el proceso. Un alcalde trabajador con visión resulta un factor clave de desarrollo.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Bembibre Sorprendente

De Bembibre existe una imagen de poblachón feo que perjudica su posible atractivo. Aunque Bembibre es la hermana pobre de nuestras cabeceras de comarca, cuenta con aspectos poco conocidos que es necesario preservar y divulgar.

De Astorga se aprecia su pasado romano, su muralla, su catedral y ese entorno singular que es el País de Maragatos. De La Bañeza se conoce su carnaval, y su centro urbano modernista y comercial, así como un contorno de agua y vegetación. De Cacabelos es famoso el paisaje de viñedos, la ribera del Cúa y, por supuesto, Prada. Villafranca del Bierzo es población decadente y postrada que muestra un bello casco urbano, capitalino otrora, venido a menos. De Villablino se recuerdan las montañas y los hórreos, y esos desfiladeros y precipicios inevitables para llegar a su seno. Valencia de Don Juan nos sugiere la silueta de su castillo, los goces de la juerga nocturna, el vino y, al fondo, el rumor del agua en esa vega abigarrada e inabarcable. Santa María del Páramo, Cistierna, Vega de Espinareda, Boñar, La Baña, Riaño, Toreno, Mansilla de las Mulas, La Pola de Gordón, Sahagún o La Robla traen a la cabeza otras imágenes positivas, cada uno las suyas, que los configura en nuestra mente como lugares más o menos atrayentes. Pero, ¿qué nos sugiere Bembibre?

Sin embargo existe al menos un aspecto sorprendente en esa población y su entorno. Es su desconocimiento lo que potencia el asombro. En ningún otro lugar del solar cisastur se encuentran lugares con un patrimonio etnográfico tan valioso y lindantes con una autovía. Salir del gran vial y desplazarse por los pueblos de la zona, por Bembibre incluso, es un placer para los sentidos. Por citar algunos, Rodanillo invita a un paseo a lo largo de calles flanqueadas por abundantes casas de corredor. Losada y Arganza, encaramadas a media ladera, conservan notables ejemplos de casas de patín. En Labaniego podemos visitar su iglesia rodeada de olivos viejísimos. No lejos está San Facundo, desde donde podemos acceder a pueblos sin carretera, como Poibueno y Matavenero, dos oportunidades para dar rienda suelta a la fantasía.

Es extraordinario escuchar a los ancianos cuando, al intentar disimularlo, se les escapa esa lengua que hablan con los vecinos cuando los visitantes no están presentes. En pocos lugares se oye hablar en leonés, su lengua materna, como aquí.

Recorrer los pueblos de la zona no es el objetivo de esta columna. Sin embargo sí lo es llamar la atención sobre las posibilidades que este carácter de reserva cultural otorga a Bembibre. Sobre este núcleo debería apoyarse cualquier esfuerzo para su aprovechamiento y conservación. Bembibre merece un proyecto que valorice esta oportunidad, un recurso tan valioso como poco apreciado hasta hoy por oriundos y extraños.

sábado, 29 de diciembre de 2007

León y el PEIT

Está de actualidad el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) redactado por el Ministerio de Fomento. Se trata de un borrador o documento de trabajo sobre el que se han presentado alegaciones para su mejora. Tal es la causa de su intensa presencia en los medios de comunicación.

Su lectura produce impresiones encontradas. Por un lado, cabe decir que es un documento que no alcanza, ni de lejos, el rigor del Plan Director de Infraestructuras de 1993. Es evidente que se ha realizado con precipitación y pocos recursos. Se trata de un cuadernillo breve, sin apenas datos de elaboración propia y carente de una descripción pormenorizada de las obras propuestas. Unos mapas con rayas y puntos es todo lo que podemos encontrar para saber lo que propone el plan. Casi nada se traduce desde los gráficos al texto, lo que deja como traído por los pelos su contenido. Con todo, supera de largo la casi inexistente documentación del famoso Plan Viaria, operación publicitaria de la etapa Cascos. Suerte que tanto ruido mediático vino acompañado en aquella ocasión de una profusión de obras públicas como no se recordaba desde el periodo previo a la olimpiada y la expo. Ya veremos si la ejecución del PEIT se le acerca.

Por el lado positivo se puede recoger diversas consideraciones que, pese a que son de sentido común, parecen ignorarse frecuentemente. Una de ellas es que está a punto de concluirse la malla básica de comunicaciones por carretera y que, a partir de ahora, cualquier nueva propuesta ha de ser estrictamente valorada antes de decidir su puesta en marcha. De lo contrario, una sobredotación de infraestructuras podría amenazar el progreso económico por un crecimiento excesivo de gastos de mantenimiento.

Por otra parte, se cita que las nuevas actuaciones deberán atender a la mejora del rendimiento de las ya existentes o previstas, lo que supone que los grandes corredores ya están trazados. Además se hace hincapié en la necesidad de mejorar la seguridad general, la calidad de la primera generación de autovías, ya anticuada, y la interconexión entre los sistemas de autopistas, ferrocarriles, puertos y aeropuertos.

Una aspecto destacable es la intención de conectar las ciudades a ambos lados de las fronteras española, portuguesa y francesa. Sin embargo la conexión de León y Braganza sigue sin estar resuelta. Esa es una de las cuestiones que el PEIT debería incorporar.

En definitiva, los leoneses deberíamos sugerir actuaciones complementarias a las ya previstas para mejorar su rendimiento. También los nexos con la vecina Portugal y los enlaces entre infraestructuras deben ocupar nuestra atención. De ello va a depender que consigamos obtener potenciales ventajas que otras regiones vecinas han tirado por la borda.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Zapatero y el Leonesismo

La reciente visita del presidente del gobierno a León dejó tras de sí diversas infraestructuras: unas inauguradas -las que cuentan-, otras en avanzado estado de ejecución -lo que muestra constancia- y, finalmente, algunas cuya construcción se iniciará de manera inmediata- lo que indica voluntad de seguir invirtiendo-. No se puede dudar a estas alturas que, con independencia de que todo es mejorable, el gobierno de Zapatero ha apostado por León en cuatro años más que el de Aznar en ocho.

Establecida esta premisa, podemos volver la vista hacia sus declaraciones, en las que advertía que esta ejecutoria era “el mejor leonesismo” y que era conveniente postergar los debates identitarios. Dicha afirmación viene a corroborar que Zapatero invierte en León porque es de aquí; sin más. Eso pone en evidencia una concepción del poder ligada a cierto localismo caprichoso. Algo así como si cada proyecto ejecutado fuese el producto de una ocurrencia y Zapatero le diese forma porque se lo explicó un amigo del Húmedo.

Por el contrario, hay personas que piensan que las obras que hoy se ejecutan son una deuda de justicia territorial. León ha sufrido el olvido de las administraciones de González –muy especialmente- y de Aznar. Hay que tener presente que, en la estructura del Estado español, el papel económico de las administraciones públicas es decisivo para el desarrollo de los territorios. León quedó sumida en el atraso a causa de un déficit de inversión pública que ha durado veinticinco años. Ello impidió compensar los efectos de las crisis sectoriales.

Asistimos hoy a la inauguración de obras que deberían llevar en servicio años, sin que esto haya de restar méritos a Zapatero. Es un hecho que existe un problema de estado por el que el área que ocupan Cáceres, Ávila, Salamanca, Zamora, León, Palencia, Asturias, Lugo y Orense sufre un retraso económico que las autonomías no saben o no quieren atajar. Zapatero está tomando algunas medidas en León, pero apenas actúa en el resto de la zona. La Ruta de la Plata sigue comparativamente abandonada. ¿Tendrían así que hacerse leonesas esas provincias para que se actúe de manera efectiva?

Entonces, ¿por qué se mezcla frívolamente el leonesismo en el debate? Indudablemente se trata de una referencia interesada. Por el contrario, en el entorno leonesista existe un grupo de reflexión del que parten propuestas para estructurar el territorio. La autovía León-Burgos, la Braganza-Ponferrada-La Espina, los NUTS-2 y otras -ejecutadas unas y pendientes el resto- han salido de él. De ello se colige que la visión global sobre el espacio leonés proporciona perspectiva para hacer propuestas de inversión coherentes entre sí, ordenadas y muy eficaces. Eso es parte fundamental del necesario debate identitario que Zapatero sigue ignorando.

Ponferrada y el PEIT

Con motivo de las alegaciones al Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) está desatándose un sonoro debate acerca de las comunicaciones en El Bierzo. Resulta poco alentador la inconsistencia con que se está argumentando la cuestión en las instituciones locales.

Es notorio que no se lleva la iniciativa, lo que deja patente que no existe un proyecto en el Consejo Comarcal para hacer de El Bierzo un polo de referencia. Quizás falten años y madurez para trazar una planificación ponferradocéntrica sin complejos. Sin embargo Ponferrada es una pieza fundamental para el equilibrio territorial de León y aún de todo el noroeste. En consecuencia, es inevitable reclamar la racionalidad a todas las instituciones en la debatida autovía hasta La Espina para que sea apoyada sin fisuras.

Además hay que añadir que lo que se ha propuesto es una solución parcial, por cuanto Ponferrada se encuentra en mitad de un doble bloqueo territorial. Por una parte era ilógico que el arco entre el Túnel del Negrón y Mondoñedo no se viese roto por ningún vial de gran capacidad. La red de carreteras ha de cubrir esta carencia y la vía de La Espina, con un túnel en Leitariegos, vendría a paliar el problema. Por otra parte existe un bloqueo similar en el arco entre Benavente y Orense desde el cual es difícil la comunicación con el norte. Por esta razón la ruta completa, de importancia estratégica para Ponferrada, iría desde la costa asturiana hasta dicha ciudad para seguir, bajo los Aquilianos, hasta La Cabrera y desembocar, tras perforar la Sierra de igual nombre, en la Autovía de las Rías Bajas, cerca de Puebla de Sanabria. El último objetivo sería poder llegar a Braganza, en Portugal.

Aunque esto pueda parecer un dislate, la perspectiva cambia cuando se consultan los mapas. La distancia que hay entre Ponferrada y Puebla de Sanabria en línea de aire son sólo 55 kilómetros, menos que a La Bañeza. Una autovía como esa completaría la malla vial, abriría las puertas de Portugal al oeste leonés y asturiano, y reforzaría enormemente el papel de la capital berciana en el sistema de ciudades del norte; un paso necesario si los leoneses aspiramos a ser relevantes en el concierto peninsular durante los próximos decenios.

Como ya se expuso la semana pasada, el PEIT supone el último esfuerzo para completar la red básica de transporte. Es posible que ni siquiera se construya todo lo proyectado en él en un plazo medio. Por esta razón autovías como la que aquí se ha expuesto van a ser decisivas para mejorar nuestra posición relativa y la competitividad de León en el Siglo XXI. Acertar con propuestas viables, que añadan mucho valor al territorio con relativamente poca inversión, nos ha de impulsar a un nivel superior del escalafón de la prosperidad.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Oportunidad en Sahagún

Sahagún es una cabecera de comarca de las más afectadas por el proceso de despoblación que sufre buena parte de León. El diagnóstico se ve agravado por el hecho de que esta pequeña ciudad se encuentra al borde de una autovía que se está configurando como uno de los grandes corredores de transporte del norte de España. Aún en esa situación la dinámica de Sahagún es de debilitamiento.

De nada ha servido hasta ahora la cercanía de la susodicha autovía, normalmente un factor de relanzamiento de las poblaciones, o la posibilidad de constituir un centro de comunicaciones hacia Palencia y, más allá, hacia el corredor del Duero en Aranda. Las fuerzas vivas de Sahagún no parecen encontrar fórmulas para su despegue o vigor para efectuarlo. Además esta población no reúne actualmente atractivos para el crecimiento basado en la inversión externa, como demuestra su balance empresarial.

Inasequibles al desánimo, dos facundinos, Javier Pérez Gil como director y Javier Rivera como colaborador imprescindible, han organizado una serie de actos para celebrar los novecientos años de la muerte del Emperador Alfonso VI. Este rey leonés fue esencial en la fundación del monasterio que daría lugar a la actual ciudad y es principal responsable del enorme valor patrimonial que ésta atesora. Los actos, lejos de quedarse en una mera reunión de eruditos, pueden ir más allá buscando, a través de la divulgación de la figura alfonsina y de su obra, la creación de una imagen de marca para Sahagún.

La acción que lidera el equipo de Javieres tiene un alcance insospechado para la ciudad. Así lo han sabido entender los munícipes que, en una actuación ejemplar, han abandonado sus diferencias para apoyar unánimemente el proyecto. Debe entender el resto de instituciones que nos encontramos ante una bandera capaz de movilizar la sociedad facundina en un esfuerzo eficaz; esfuerzo que estaría basado en recursos propios y apoyado en una figura de altura, la de un monarca que supo encontrar en las relaciones europeas las claves del éxito de su reinado hace nada menos que nueve siglos.

Tras la evocación del más importante monasterio medieval peninsular y la de su promotor está la recuperación del patrimonio, la concienciación de la población de lo importante de las piedras y ladrillos con los que conviven, la conversión de ruinas y edificios descuidados en valiosas fuentes de ingresos y el fomento de una marca poderosa capaz de ser identificada por un murciano, un gerundense o un lisboeta. ¿Qué puede significar hoy Sahagún en la mente de un almeriense? ¿Qué podría llegar a significar si el ambicioso proyecto de Pérez Gil y Rivera llegase a donde a todos nos gustaría? Sahagún tiene una nueva vía al progreso y León no debería desperdiciar esta oportunidad..

domingo, 23 de diciembre de 2007

De Puertos Secos

Asistimos con algo de cautela al debate sobre las posibilidades de creación de un puerto seco en la Provincia de León. Parece haberse desatado con furia una suerte de competencia entre distintas opciones que no se comprende. Incluso se habla de que existe cierta apuesta de las instituciones por una u otra opción. Para evitar debates estériles con un final poco conveniente es imprescindible acercarnos a lo que es una instalación de este tipo.

Un puerto seco es un muelle de carga y descarga de mercancías ubicado en el interior, lejos de la costa. Se construye con el fin de captar clientela para un puerto de mar concreto y lo financia, generalmente, la autoridad que gestiona dicho puerto. El barco es el medio de transporte más barato que existe en las largas distancias. Por otro lado, necesita unos volúmenes mínimos importantes, puesto que las naves cargan en unidades denominadas contenedores, en los que se pueden trasladar varios metros cúbicos de mercancías, o en graneles. El tipo de género cuyo porte se capta ha de ser no perecedero, puesto que los barcos tardan más que otros medios de transporte; también barato, puesto que, si no, podría ser trasladado en medios más rápidos sin que eso repercutiese demasiado en su precio. En definitiva, no vale cualquier lugar para ubicar un puerto seco, puesto que si no existe trasiego de productos de este perfil no está justificada su construcción. El descalabro que Suardíaz ha sufrido en el de Venta de Baños es buena muestra de lo antedicho.

En León es evidente que existen centros que demandan este tipo de instalación, que necesita, además, de la concurrencia del ferrocarril. Toral de los Vados es el primero, puesto que la industria cementera y el abastecimiento de carbón de las centrales térmicas de Compostilla y Anllares hacen de esta base un lugar idóneo. La segunda es La Robla por idénticas razones.

Se ha pretendido apoyar, parece que como alternativa, el CETILE de Chozas, una instalación que no se ha concluido, al lado de un polígono industrial que no se ha terminado y en una zona en la que faltan un par de años, como mínimo, para que se pueda evaluar si existe la demanda necesaria para instalar un puerto seco. Puede que en el Polígono de Villadangos del Páramo se produzcan decenas de productos para entonces, pero ¿serán susceptibles de ser transportados en barco?

Al hilo de estas reflexiones se debería respaldar aquellas ubicaciones en las que la demanda justifica un puerto seco hoy y maniobrar rápido si prevalece el sentido común. Los plazos son tan importantes en estas cuestiones como las buenas intenciones. Respecto a Chozas, habría que esperar a tener datos reales. Un puerto seco necesita miles de toneladas trasegadas cada año y Villadangos no cuenta con ellas y puede que no cuente nunca.

sábado, 22 de diciembre de 2007

La Corte de los Disparates

La arremetida del gobierno autonómico, autoidentificado frecuentemente como castellano, contra León ha sufrido un recrudecimiento notable en las últimas semanas. La Junta está desplegando todos sus recursos para intentar que lo leonés quede solapado. Este esfuerzo va a dar la medida de hasta dónde es capaz de llegar la institución.

La ofensiva se está desarrollando en los planos cultural, económico y político, pese a que pudiera parecer una campaña de más corto alcance. En la vertiente cultural se asiste al vacío que la Junta viene procurando a las manifestaciones leonesas. La escasez de ayudas a la arquitectura popular, la ignorancia hacia la lengua vernácula -mientras se impulsa la enseñanza del gallego-, la sequía editorial de tema leonés o la edición de libros pancastellanistas se complementan ahora con la incursión de la Fundación Villalar en los colegios para explicar que la sociedad leonesa tiene más nexos con la soriana que con la asturiana.

La última ocurrencia de esta oficina de propaganda es la potenciación de una especie de Sabino Arana castellanista. Parece que un catedrático de historia ha optado por convertirse en político dando consejos de política territorial al presidente Zapatero. Bien es cierto que mucho le debe a la Junta, ya que buena parte de sus libros han sido promovidos, comprados y repartidos en los colegios desde la creación de la cosa autonómica. Aún debiera explicar cómo concluyó que la meseta norte tiene una historia común, cuando su área de investigación se centró en la zona oriental. Afortunadamente hay material historiográfico reciente para poner en su sitio tan interesadas y peregrinas teorías.

Políticamente se intenta legitimar el proceso autonómico con una pléyade de jóvenes titulados vallisoletanos cuyas tesis doctorales se esmeran en apuntalar su gestación. Por añadidura, ahora la Junta se niega a crear una región a efectos estadísticos comunitarios en las provincias de la región histórica leonesa, aunque pueda suponer la pérdida de cientos de millones de euros en fondos europeos. Parece que, como implica reconocer la singularidad de las tres provincias desfavorecidas, el ente estaría dispuesto a renunciar a estos beneficios.

Al plano económico se ha aludido en otras ocasiones, pero el último episodio del embalse de Riaño merece ser destacado. Ahora se ha hecho patente que el crecimiento económico y demográfico en los secarrales pucelanos es insostenible porque carecen de los medios hídricos necesarios. Para subsanarlo se ha determinado despojar al aparato productivo leonés del recurso, arruinar dos comarcas –la inundada y la no regada-, y hacer contribuir a la región donante a la financiación del trasvase. Ya veremos cómo se justifica este nuevo atropeyo desde la corte de los disparates.

León y el NUT-2

Hace poco más de un año un leonés que se encontraba trabajando en cuestiones relativas a la Unión viajó a Bruselas para contemplar el funcionamiento de las instituciones europeas. Guiado por sus contactos pudo asistir a alguna de las reuniones que allí tienen lugar y conoció trabajadores de aquellas sedes que le explicaron algunas claves de su funcionamiento. Contaba entre los hallazgos que el cálculo estadístico europeo se aplica sobre los países miembros, sobre las regiones políticas y también, con gran sorpresa por su parte, sobre otras divisiones territoriales sin entidad política o institucional. A éstas últimas se las denomina NUT-2, acrónimo de “Nomenclature of Territorial Units for Statistics”.

El hecho de que un territorio no autonómico pudiese ser considerado una unidad a efectos estadísticos hizo pensar a este joven que, puesto que León se encuentra en una comunidad autónoma con débil cohesión económica y que es la parte más pobre de la misma, se podría solicitar la conversión de esa región histórica en un NUT-2, ya que cumple los requisitos exigidos para ello.

La “unidad territorial leonesa para el cálculo estadístico” permitiría que, al ser una zona que acaba de salir del Objetivo 1 -grupo que reúne a las zonas más pobres de la Unión- podría tener acceso a líneas de ayuda para amortiguar la pérdida de las percibidas hasta ahora por la Autonomía. Así se podría resarcir parcialmente de que Valladolid, provincia más rica, se hubiese apropiado de la mayor parte de los fondos de cohesión en Castilla y León durante los pasados años. De hecho, sin la Región Leonesa, Castilla habría dejado de recibir fondos Objetivo 1 antes.

Con esa intención el técnico propuso la creación del NUT-2 leonés, proyecto que fue considerado exótico. Tras meses de insistencia la idea empezó a calar entre las fuerzas sociales, aunque en la Junta causó preocupación. Tal reacción se debió a que la propuesta venía a sumarse al Plan Oeste, una llamada de atención del gobierno central que ha puesto en evidencia la falta de políticas de equilibrio económico y territorial del Ente.

Finalmente los leoneses más reticentes, los más obedientes con Valladolid, se han agarrado al hecho de que la provincia de León ha superado el listón de renta para percibir fondos Objetivo 1. Sin embargo no aluden a que las líneas de ayuda de la Unión Europea son muchas y están escalonadas según el nivel de riqueza. Aunque se supere un listón es conveniente que no rebasar el siguiente.

Pero el problema oculto es otro. Si la Región Leonesa constituye un NUT-2, Castilla pasaría a constituir otro y su elevado nivel de renta cerraría las puertas a diversas líneas de subvención. Castilla necesita a León para seguir pareciendo menos rica y León necesita el reconocimiento de un NUT-2.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Junta, Cajas y Fusiones

Durante las últimas semanas se han concatenado manifestaciones sobre una posible fusión de las cajas de ahorro de la autonomía. Pasados unos días lo que ha decantado en la opinión pública leonesa son los pronunciamientos defendiendo la inamovilidad de la sede de Caja España. Sin embargo este debate merece una revisión más profunda.

La actividad financiera ha de evolucionar acompañando a otros sectores empresariales. Las grandes dimensiones de algunas empresas no financieras exigen operaciones crediticias importantes para desarrollar su quehacer. Las entidades de crédito más pequeñas pueden acceder a este creciente segmento de negocio gracias a actuaciones mancomunadas. Sin embargo la agilidad de los grandes bancos y cajas para abordar estas oportunidades, en solitario, es una ventaja sobre los competidores medianos y pequeños.

Por el mismo motivo éstos tampoco pueden acceder al accionariado de grandes empresas con posibilidades de control en el consejo de administración. Sólo mediante trabajosos acuerdos consiguen influir, posición que las grandes entidades conquistan gracias a su mayor poder económico para adquirir grandes paquetes accionariales.

So pretexto de estas limitaciones se viene promoviendo desde la Junta de Castilla y León la fusión de las dos mayores entidades de su territorio: Caja España, y Caja Duero. Parece ser que no existen contactos oficiales, pero los pronunciamientos de altos cargos del ente autonómico no dejan lugar a dudas. Se trataría de convertir la Caja resultante en una herramienta al servicio de sus políticas.

Pese a que la propuesta parezca acertada a priori, una profundización conduce a otras conclusiones. Así, uno de los puntos clave para definir una estrategia de fusión es la complementariedad entre las corporaciones. Sin embargo sendas cajas de ahorro presentan áreas de colisión, pues gran parte de la red de oficinas está superpuesta. Las estrategias de crecimiento tampoco han sido coincidentes. En resumen, la economía de escala no lo es todo y esta opción está preñada de ineficiencia.

Por otra parte, con ella se perdería una sede central, habría que cerrar numerosas oficinas y reubicar empleados con abundantes costes. Mucho más si, como pretende Villanueva, la sede emergente se trasladase a Valladolid. En definitiva, el único ganador del proceso sería la Junta. León y Salamanca perderían aún más peso, y el sector financiero autonómico quedaría debilitado.

En contraste, propiciar que ambas cajas busquen adquisiciones en zonas extraautonómicas donde tienen poca presencia resulta prometedor. Así ambas podrían ganar dimensión, la autonomía dispondría de dos sedes financieras notables. Además el oeste de la comunidad no quedaría a merced del localismo destructor de Valladolid, y de su muda comparsa.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Fiscalidad y Autonomía

España acomete en estos días un debate sobre la fiscalidad de las autonomías que resulta crucial para su futuro y para el de León. Para entender mejor la coyuntura en la que se encuentra esta discusión debemos hacer unas consideraciones previas. En primer lugar hay que tener en cuenta que existen dos comunidades autónomas -el País Vasco y Navarra- que accedieron a un régimen foral en la estructura autonómica. Ello ha propiciado que contribuyan menos que el resto a los gastos generales y que sean también menos solidarias. Además el régimen foral permite la recaudación de la mayor parte de los impuestos en esos territorios. Así se explica las diferencias en la liquidación que existen entre el gobierno vasco y el central. Ese ajuste contributivo es lo que se denomina “cupo”, cuyo cálculo se efectúa por un sistema preestablecido.

Las reivindicaciones del gobierno catalán inciden en que también quiere regirse por un sistema similar al de cupos, parecido, por tanto, al foral. Sin embargo el sistema foral es socialmente insolidario y, en realidad, rompe la unidad de mercado de España. Es por tanto conveniente o tender hacia su desaparición o generalizarlo. Extenderlo parece lo más lógico a fin de evitar una discusión inacabable sobre su extinción, en cuyo caso habría que renegociar un cálculo igualitario en todas las autonomías. De esta manera se incrementaría la cohesión del estado a pesar de que nos encontraríamos ante uno de los más federalizados del mundo.

Si se aceptase la pretensión catalana de acceder en exclusiva a un sistema menos contributivo con el resto de España, otras comunidades autónomas se verían perjudicadas y León, con su peculiar problema de vampirización pucelana, vería aún más mermado el gasto público. Por esta razón las catorce comunidades autónomas amenazadas deberían hacer un frente común para negociar una foralización generalizada. A partir de ahí la negociación de cómo se repartirían los fondos y en qué condiciones sería transparente. El debate entraría en una fase de madurez que contribuiría a su estabilización.

No es hoy admisible que el gobierno vasco pretenda quedarse con el Impuesto de Sociedades de IBERDROLA o del BBVA cuando son corporaciones que hacen sus ventas en todo el país. Lo mismo cabe decir para el impuesto sobre la renta, que afecta a los empleados de las sedes centrales, o del IVA. Por lo mismo no es permisible que Cataluña siga también ese camino sin más. O se reparte lo recaudado de forma consensuada, manteniendo la apertura de mercados y la caja común, o las autonomías perjudicadas tendrían que reaccionar. ¿Debería poder vender en el resto del territorio español una empresa domiciliada en un reducto fiscal?. En definitiva, no se puede ceder el mercado propio a cambio de nada.

martes, 18 de diciembre de 2007

Laciana Estación Término

Son muchas las ocasiones en que quienes escribimos en los medios nos ocupamos de temas menores dejando de lado cuestiones menos llamativas o coloristas, pero de profundo calado. Un comunicado del responsable de planificación de la Minero Siderúrgica de Ponferrada ha venido recordar que una comarca leonesa se encuentra ante la difícil coyuntura de decidir su futuro inmediato en los próximos meses.

Laciana es una comarca encajonada entre montes, comunicada a través de puertos de montaña y por una carretera amplia, aunque sombría, encajada en un desfiladero. Eso sitúa la zona fuera de las grandes rutas de comunicación. Dicha circunstancia se erige en la más relevante para trazar el futuro del Valle. La cabecera del Sil es un fondo de saco al que no es necesario ir para nada, salvo, opcionalmente, el ocio; y por supuesto prescindible para desarrollar una actividad industrial, salvo aquella que aproveche sus recursos.

Para que Laciana cambie este determinante geográfico existe una posibilidad, que ya se propuso infructuosamente hace algunos años. Si se perforase la cordillera para unir Villablino con Cangas de Narcea se darían dos circunstancias muy favorables. La primera es que permitiría contar con una población muy superior para desarrollar cualquier tipo de negocio, puesto que Cangas es más grande que Villablino. La segunda es que Villablino y Cangas son capaces de reunir una población suficiente para que se justifique la fijación de ciertos servicios públicos. Por si esto era poco, el túnel de Cangas rompería el fondo de saco geográfico permitiendo una salida hacia y desde los puertos asturianos de los tránsitos por la Autovía del Noroeste.

Nada de esto se ha tenido en cuenta. Los fondos MINER se han aplicado a obras que eran necesarias, pero carentes de valor estratégico para despejar el futuro. Ahora el tiempo se agota, los fondos también y los lugareños han de decidir si se preserva su medio ambiente comarcal o no, lo que supondrá el desplome socioeconómico o bien inminente o bien pasados unos años.

La elección es difícil. Si se opta por preservar el entorno asistiremos a un derrumbamiento más agudo aún que el de Cistierna. Si la elección es explotar cuanto recurso quede mediante cielos abiertos, el desastre se producirá unos años más tarde, pero con una comarca aún más devastada por las escombreras y los terraplenes de áridos.

Es evidente que el futuro a medio y largo plazo no pasa por el carbón. La destrucción del paisaje lacianiego agotará la principal herramienta de desarrollo endógeno. Sólo si el cielo abierto supone ganar tiempo para construir el túnel de Leitariegos antes del cierre cobrará sentido. Si no el panorama tras la liquidación de la minería puede ser sobrecogedor. Por eso se trata de una decisión crítica.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Casi Quinientos Kilómetros

El comunicado de la licitación de la autovía entre Santas Martas y el límite provincial de Valladolid es una noticia de gran trascendencia en varias vertientes. Dicho anuncio pone de manifiesto la voluntad política de construir la infraestructura en un plazo corto. Con ella, el conjunto de vías de gran capacidad construidas o de próxima construcción llegará a sumar casi quinientos kilómetros en León. Esto convierte a nuestra provincia en la que más longitud de estos viales va a disfrutar de España, si se excluye Madrid. En consecuencia León se sitúa como un referente en el transporte peninsular por carretera.

Este vuelco en las comunicaciones se ha producido en un plazo breve, lo que ha supuesto pasar súbitamente de la precariedad y el aislamiento a la imbricación en los tráficos nacionales. El tirón que experimenta la economía leonesa es en buena medida producto de tal cambio y todo indica que, si se aprovecha esa circunstancia, la actividad empresarial puede multiplicarse notablemente en pocos años.

El tendido de una autovía hacia el sureste de la capital va a empujar la expansión de su alfoz hacia las amenas riberas del Porma y el Esla creando un continuo urbano entre Mansilla de las Mulas y León. El área de Valmadrigal e, incluso, Mayorga de Campos van a orbitar más en torno al área metropolitana de León que en la actualidad, lo que contribuirá a fortalecer el sistema urbano cisastur; una red que ya absorbe de manera creciente otras poblaciones como Benavente, Saldaña o el Barco de Valdeorras. El influjo sobre cabeceras más lejanas como Quiroga, Puebla de Trives o Puebla de Sanabria es sólo una cuestión de tiempo si las autovías previstas se desarrollan.

Al margen de estas consideraciones caben otras relativas al sistema de poblamiento leonés. Los núcleos cercanos a las autovías han aumentado sus posibilidades de frenar la despoblación, ya que sus habitantes se pueden desplazar fácil y rápidamente en busca de servicios, bienes o empleo. Los requisitos para que fijen población serán el mantenimiento de cierta armonía estética, la dotación de servicios básicos razonables y el atractivo paisajístico de la zona. La transformación que están induciendo el cambio del clima y el abandono de los pastos contribuye embelleciendo buena parte de nuestro solar. Así, queda la eficiencia de las alcaldías como determinante para definir el futuro de cada centro.

Por último, hay que llamar la atención sobre el papel que las rutas rápidas sin travesías van a desempeñar en la extensión del “efecto autovía”. Suponen un medio para relanzar zonas que, sin ser contiguas, están lo suficientemente próximas como para beneficiarse gracias a una eficaz conexión. Por eso la densa red de gran capacidad abre expectativas nuevas para una gran parte de León.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Lenguas Bercianas

Se vive estos días un ardiente debate en torno a las lenguas que se hablan en El Bierzo y al papel que debe desempeñar el Consejo Comarcal al respecto. En dicha refriega sobra pasión por parte de unos y trivialización por parte de otros porque se está abordando un tema importante: la protección de los derechos individuales en un estado democrático. ¿No subyace ahora bajo ciertas argumentaciones la premisa de que algunos bercianos tienen menos derechos que otros?

A los capitalinos, que tienen –con honrosas salvedades- una visión cultural de la provincia alicorta, cabe explicarles que en El Bierzo hay una primera lengua, hablada por prácticamente todo el mundo, que es el castellano. Sin embargo hay gente que utiliza, generalmente en la intimidad y, en según qué casos, en público, otras lenguas. Incluso hay hablantes, pocos, exclusivamente de una lengua autóctona, al igual que en la Valdería o en La Cabrera por ejemplo.

Hecha esta precisión, necesaria para los de una ciudad en posición regional excéntrica, muy castellanizada y bastante alejada de la problemática provincial, hay que reafirmar que en gran parte del norte y occidente de León subsisten unas formas de hablar que no corresponden al castellano.

En El Bierzo existe un área de aculturación lingüística, Ponferrada, donde sólo se habla castellano. En el arco que va de los Ancares a Puente de Domingo Flórez se expresan además algunos dialectos del gallego trufados de castellanismos y leonesismos. Por el otro lado, en el arco oriental entre Fornela y el Boeza, se habla leonés con influencia del castellano y del gallego.

El meollo de todo esto reside en que El Bierzo es un área de contacto entre tres lenguas, que deberían recibir protección por igual en su calidad de patrimonio cultural. Sin embargo sólo el castellano y el gallego normativo parecen recibir atención ¿Por qué? ¿No es labor del Consejo Comarcal reivindicar la protección de todo el patrimonio lingüístico? Las variedades dialectales gallegas en El Bierzo son diversas y, en algún caso, bastante diferentes al gallego de la costa, base del que se enseña en las escuelas. ¿Qué se hace para preservar esas variedades autóctonas?

Por último, hay que exigir precaución y sistemática en el trabajo de protección lingüística. Se debería explicar por qué hay tanto interés por introducir el gallego en Ponferrada, si nunca fue la lengua autóctona, o quiénes ponen el dinero para regalar centenares de libros en gallego aquí y allá. Quienes no creen en las casualidades se preguntan qué pintan instituciones e intereses gallegos actuando en zonas que no son gallegoparlantes, pero que lindan con ellas. Huele a expansionismo nacionalista, pero no perdamos la esperanza de que alguien aporte una explicación más convincente.

sábado, 15 de diciembre de 2007

España Flexocompacta

Corre en los últimos tiempos la especie de que España va hacia su ruptura, que la fragmentación del país es irremediable. Tan telúricas afirmaciones vienen basándose en la petición de más recursos y competencias por ciertas comunidades autónomas. Sin embargo el curso de los acontecimientos indica que España evoluciona en sentido contrario.

A poco que se escudriñe los datos se esclarece tanta confusión como vierten los pescadores de ríos revueltos. Así, el año 2004 el Gobierno Central gestionaba ya menos del 20% del presupuesto público. Las comunidades autónomas ordenan desde hace años más recursos que el resto de las instancias oficiales. En el presente año se producirá un hecho novedoso: una autonomía superará el número de funcionarios estatales. Ni que decir tiene que la suma de las diecisiete rebasa tiempo ha la de empleados de los ministerios y organismos dependientes del Gobierno de España. Además, estos entes territoriales obtuvieron en las dos últimas legislaturas una importante porción de la normativa y recaudación de impuestos.

En estas condiciones ¿se puede dudar que si una autonomía hubiese optado por la segregación no lo habría intentado ya? La sorpresa es que, aunque muchos lo esperaban, no existe ni siquiera indicios de una iniciativa abiertamente desvinculadora. En las mejores condiciones posibles para los independentistas no se ha rebasado el treinta por ciento del voto nacionalista en el País Vasco, del que sólo parte es partidario de la fragmentación. Será difícil que vuelvan a contar con un escenario más favorable que el que disfrutaron. En Cataluña el separatismo es electoralmente minoritario, por más que se quiera inflar el asunto gracias a la notoriedad de Carod. En el resto del país reúne grupúsculos con escasa base argumental y menos aún social. ¿De qué hablan entonces quienes denuncian la ruptura de España?

Cuando se revisa el famoso Plan Ibarreche, del que tanto se ha mentido, queda patente que los nacionalistas vascos no quieren la independencia, sino una especie de confederación. En otras palabras, aspiran al acceso libre de las empresas vascas al mercado español, pero sin mecanismos de compensación interterritorial, que viene a ser lo de siempre: lo mío para mí y lo tuyo a medias. Ahora algunos catalanistas, que no todos, se quieren apuntar a un sistema de financiación que aborda su última etapa: el foral vasco y navarro; una fórmula que, aunque constitucional, es inaceptable para un creciente sector de la opinión pública.

Resulta que en la economía española, estrechamente entrelazada, hay tantos auditores como administraciones y caben cada vez menos ventajismos. Eso nos va a permitir disfrutar de un futuro en el que sea muy difícil jugar con tretas desleales en el equilibrio territorial.

Elecciones y Tendencias

Las próximas elecciones generales se celebrarán unas semanas tras las Navidades. La oferta de las fuerzas mayoritarias es aparentemente parecida en el fondo, aunque diversa en la forma. Esta evidencia se apoya en que no parece existir diferencia en los planteamientos de política económica más allá de cuestiones puntuales de la fiscalidad o del gasto social. Tampoco la planificación de la obra pública -en la que coinciden-, el gasto en defensa -que crece a la par que la relevancia internacional-, o la gestión del gasto -que se privatiza selectivamente-, parecen distintos.

Por el contrario, la verbalización de esa oferta es diferente, ya que mientras los socialistas ofrecen un mensaje blando y complaciente, los populares presentan un temperamento más severo, adversativo y basado en ideas simples, aunque fuertes en apariencia.

Pese a ello, hay aspectos de fondo que permiten descubrir dos formas de concebir el gobierno y el liderazgo. Por una parte se halla una oferta política basada en ideas concretas y preconcebidas -como la postura cerrada frente a ETA o la adhesión a Estados Unidos-, en una reducida capacidad de cesión en el diálogo y en la adopción de valores absolutos, como la Constitución de 1978 u otra declaración política de valor totémico. Esta plataforma electoral se sustancia en el Partido Popular, aunque ciertos partidos de ámbito local, como ERC, el núcleo ideológico de la UPL o el PNV también podrían identificarse con estas grandes líneas.

Por otra parte estaría la opción política fundamentada en ideas difusas, cuya línea central vendría marcada preferentemente por el pulso tomado de la opinión pública. La plasticidad de este ideario ante el debate es mayor porque no se afianza en muchos aspectos inamovibles. Además, en este planteamiento cabe la revisión de condiciones previas, con lo que hay pocas premisas en su posición negociadora. El icono de esta postura es el Partido Socialista de Zapatero, aunque otras fuerzas, ligadas a la coyunturalidad, como el PAR, la línea populista de la UPL, el PRC o el Partido Andalucista se podrían identificar con este perfil.

Las elecciones de marzo darán un resultado del que emanará la disposición del gobierno central en algunos aspectos fundamentales. Por ejemplo, existe un clamor creciente para revisar la Constitución. Se trata de un texto elaborado entre 1977 y 1978, cuando España era muy diferente. Aquellos que tienen 47 años o menos no votaban todavía y comienza a aflorar falta de identificación con la Carta Magna. Otras facetas en cuestión son, entre otras, la resolución del problema vasco, la unidad de España o la asimetría autonómica. En definitiva, estamos ante unas elecciones que abrirán sendas diferentes para la conclusión de algunos de los grandes debates del estado.

viernes, 14 de diciembre de 2007

El Libro de Ruta

La semana pasada nos extendíamos sobre la transformación que ha sufrido la estructura administrativa de España. Ese tránsito desde un esquema centralizado hasta otro territorializado ha transcurrido para alcanzar un estatus en el que el gobierno central sólo retiene ya las competencias de defensa, justicia, asuntos exteriores, obras públicas de interés general, política fiscal y financiera, gestión de puertos y aeropuertos, policía y poco más que la coordinación en el resto de materias.

Esta circunstancia tiene una influencia decisiva sobre la reivindicación leonesista, que tamiza tan poderosamente la política de esta Provincia. Hay que tener presente que una mayoría de los leoneses están a favor de la segregación autonómica de León. Todos los afines a la UPL, una porción importante del PSOE -especialmente los estratos más jóvenes- y buena parte del PP apoyarían la constitución de un ente autonómico leonés. La diferencia entre ellos reside en que antepongan o no al leonesismo su lealtad a la jerarquía vallisoletana del partido. En consecuencia, la reflexión sobre cómo ha de trazarse el camino hacia la autonomía es un debate vivo en la sociedad leonesa.

Dado que en 1990, por ejemplo, el número e importancia de las competencias transferidas a las autonomías eran escasos, solicitar la Autonomía de León, sin más, tenía sentido. La tramitación hubiese resultado sencilla porque era poco el andamiaje administrativo que había que disgregar. Sin embargo en 2005 la situación es radicalmente diferente. Con el abultado paquete de transferencias gestionadas por la Junta la separación en dos estructuras administrativas será una labor más compleja. Por esta razón el leonesismo de todos los partidos debería abrir un debate sobre las posibles vías por las que se puede instrumentar el autogobierno.

Por un camino se podría hablar de la devolución de las provincias de la región leonesa al régimen común. No obstante, parece inadecuado, puesto que incluso las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla han avanzado en el proceso transferencial. Por ello probablemente resulta poco realista contemplar la reversión a la situación preautonómica, aunque sería lo más conveniente para los intereses de León.

Por la otra vía se podría iniciar la creación de un ente preautonómico leonés –llámese diputación regional, concejo regional, etc- en el seno de la Junta, pero asistido por el Gobierno Central. El proceso se vería bombardeado continuamente, con el consiguiente enlentecimiento, pero vendría a permitir diversos grados de colaboración con los castellanos según la conveniencia de ambas partes, ventaja ésta respecto a otros territorios que debería ser sopesada.

De esta manera se abre un diálogo que aparece como un factor más de maduración de la sociedad leonesa.

jueves, 13 de diciembre de 2007

León y el Capital Social

León despliega una tendencia creciente a la recuperación de todo aquello que le es propio. Actos como los impulsados por Promonumenta para la divulgación de los orígenes romanos de la capital, las justas en Hospital de Órbigo so pretexto de la hazaña de Don Suero de Quiñones, la recuperación de los mayos, en el Jamuz, la feria del vino de mencía, en Cacabelos, la de la cecina de chivo, en Vegacervera, la del gallo de pluma para la pesca, la Xuntanza de bandas de gaitas, en León, la exposición del vino de prieto picudo, en Valencia, la del pimiento, en Fresno, la fiesta del minero, en Rodiezmo, la exaltación del botillo, la del caballo, en Camponaraya, la procesión de Genarín, el festival celta de Balboa o las rivalidades entre astures y romanos de Astorga son buenos ejemplos.

Estas celebraciones y muchas otras que no caben aquí por razones de espacio muestran aquello que nos singulariza ante el resto del mundo. Son aquéllas que nos revisten de interés ante el visitante y que hacen León atractivo a los foráneos. Por esta razón entre otras es necesario apoyar tales iniciativas que, en la mayoría de los casos, están promovidas por colectivos privados con ideas nuevas y la voluntad de aportar mucho al común. Se trata de gentes con liderazgo, inventiva y visión de equipo, un capital social que no se debe desperdiciar.

Pocos de ellos son los que sacan un beneficio económico de estos esfuerzos. Va siendo hora de que nuestra sociedad asuma que a quienes son capaces de sostener estas convocatorias debería llegarles una compensación económica, que es lógica en una economía de mercado y de justa desde una mentalidad social. Muchas falsedades al respecto se han vertido sobre los que ponen sus habilidades al servicio colectivo mientras los demás están de fiesta o descanso. A pesar de aquéllas, este grupo de creadores continúa generando valor para la comunidad leonesa. Cabe recomendar a los francotiradores que modulen sus críticas para no erosionar la vida en común, porque celebrar es compartir.

Por otra parte, es deseable gratificar a los motores sociales con algo que puede resultar aún más atractivo que el dinero: el aplauso colectivo. Premiar a los impulsores de cada carro de San Froilán, a quienes trasladan los pendones, a los que nuclean las asociaciones que mantienen el aliento cultural de cada comarca es labor de todos porque todos les debemos algo.

El jueves se homenajea a una de esas personas en la clausura del curso de la Escuela Municipal de Formación Tradicional de León: Moisés Liébana, el gaitero de Corporales, un símbolo del puñado de leoneses que concentran nuestro capital social. Reconocimientos como éste deberían ser frecuentes para saldar nuestra deuda con los paisanos que más representan para nuestra identidad colectiva.

martes, 11 de diciembre de 2007

Tensión en Antibióticos

Haciendo una recapitulación para recobrar la perspectiva, Montedison, multinacional italiana, adquirió Antibióticos a Abelló. La leonesa era una factoría saneada, productiva y rentable con líneas de producción de penicilinas clásicas, cefalosporinas e intermediarios químicos. Un departamento de investigación notable nutría de posibilidades la cartera de productos del equipo comercial.

La entrada del capital italiano supuso el traslado de los productos de más valor a las factorías que contaba en Italia. El departamento de investigación se redujo progresivamente. A esto se sumó el montaje de una fábrica en China que utilizaría intermediarios químicos de León, pero que podría competir con la producción española.

Las reducciones de empleo se sucedieron. En un momento de profunda crisis Montedison pretende desprenderse de su área farmacéutica y se hace pública la venta al grupo SIR FIDIA. Éste lo asume a fin de reflotarlo con un equipo directivo salido en buena parte de Montedison. Tras otra crisis se lanza el proyecto Vitatene, anejo a la fábrica y desligado de ésta societariamente, aunque con el compromiso de servir al relanzamiento de la planta.

Tampoco esto culmina, pese a las subvenciones percibidas por FIDIA, y se propone un expediente de regulación de empleo para 170 de los 400 empleados, cuyos nombres se publican. Tal intento de dividir a la plantilla es inútil y ésta se encara con FIDIA. Al mismo tiempo los italianos daban pasos para vender la fábrica. Tras emplazar a algunos compradores e iniciar negociaciones, FIDIA se replegó sin causa aparente. El Grupo manifiesta ahora que no quiere vender. Crecen las dudas entre la plantilla sobre si estos movimientos erráticos no obedecen a algún problema en la titularidad de la factoría.

El gobierno central se implica y los socialistas hablan de una posible inspección, pero la Junta, bastante inhibida hasta entonces, salta al ruedo de forma decidida con lo que parece detener la maniobra, aunque se pone del lado de la empresa. La retirada del expediente de regulación de empleo sin que el escenario, en realidad, haya cambiado hace presuponer que FIDIA está ganando tiempo hasta el verano, cuando pillaría de vacaciones a parte del personal y la respuesta sería menor. De momento quiere debilitar la resistencia decapitando el comité de empresa. Tras semanas de abierto enfrentamiento entre los trabajadores de Antibióticos y el propietario se ha desembocado en una guerra de nervios.

Ante el cúmulo de extrañas circunstancias y subvenciones que jalonan el proceso sería exigible esclarecer algunas cuestiones de fondo: ¿dónde están las inversiones que se subvencionaron y que, supuestamente, garantizaban el futuro de la empresa? ¿Por qué no sirvieron para reflotarla?, y ¿por qué no se vende Antibióticos?

lunes, 10 de diciembre de 2007

León y la Gastronomía

Dentro del conjunto de manifestaciones que singularizan la cultura cisastur se encuentra la de los alimentos tradicionales. Se trata de un numeroso conjunto de productos entre los que predominan los que, o se conservan durante largo tiempo, o han recibido un tratamiento para conservarse.

La sacrificada vida de nuestros paisanos de siglos atrás, determinada por el frío y la nieve, agudizó su ingenio para hacer de la necesidad virtud. Para conjurar el desabastecimiento en pleno aislamiento invernal usaron con profusión el adobo con abundante pimentón, el ahumado, el secado, el embotado, el curado y el confitado. Pocos lugares de Europa Occidental reúnen en su acervo cultural un número de técnicas de conservación y de alimentos así tratados más copioso.

Aunque menor, no es despreciable el consumo tradicional de productos en fresco. Por ejemplo, una de las mayores peculiaridades de la cultura del país es el consumo de las mollejas de ternera. La molleja son un despojo que en todas las culturas del entorno se desprecia y tira. Sólo en Campos se consumen, pero son de cordero.

Dichas riquezas gastronómicas empiezas a ser reconocidas y valoradas. Con tal sensibilidad se ha creado la Asociación Gastronómica “Región Leonesa”. Así mismo, otro de los objetivos de este grupo es el de dar a conocer algunos de los lugares donde mejor se puede disfrutar de una cocina leonesa que, bebiendo en las fuentes tradicionales, no pierde por ello un toque de modernidad y creación.

La primera reunión tuvo lugar en la casa-museo de Javier Emperador, “El Molín de Javier”, uno de los establecimientos más bellos y valiosos de cuantos locales de restauración existen en el entorno capitalino. De la mano de Emilio, el cocinero, y del propio Javier los comensales gozaron de una evolución de viejos platos hacia nuevas combinaciones que añaden matices desconocidos. El gozo fue completo porque Dominio de Tares dio a conocer una joya que pronto verá la luz desde el útero profundo de su bodega.

La segunda comida se celebró en “La Cantina”, de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. El buen hacer de una familia se ocupó de revivir la capacidad de asombro de los comensales. Allí se mostró cómo, en un lugar recóndito, a los pies del Catoute, es posible hacer excelente cocina de autor -primorosamente presentada- por un equipo de personas vocacionales y encantadoras en un acogedor edificio de hechura tradicional. Ejemplos como éste demuestran que “gastronomía rural” no tiene por qué equivaler a carne a la plancha, rajas de chorizo y guiso recalentado.

La asociación felicitó a Javier y a Elena por dos iniciativas valientes y rompedoras; creadoras, pero sin sofisticación superflua; por abandonar la vulgaridad, que tanto ha retrasado el desarrollo hostelero de León.

domingo, 9 de diciembre de 2007

León, el Agua y la Junta

Con motivo del debate del “estado de la Autonomía” ha salido a colación la reforma del Estatuto. Se ha expuesto la necesidad de hacer referencia al Duero como eje central del Ente dentro de la revisión del documento. A esta propuesta se ha unido la reivindicación de las altas instancias de la Junta para asumir la gestión de la Confederación Hidrográfica del Duero.

El tema tiene mucho más calado del que, en principio, se podría deducir de la impasibilidad que suscita entre los ciudadanos. Se ha afirmado que “Castilla y León es el Duero y que el Duero es Castilla y León”. Viniendo de la cabecera de la Junta, dicha afirmación no puede tacharse sino de grosera. Por lo visto, se piensa que El Bierzo, La Cabrera, Ribas de Sil, Fornela, Ancares, Laciana, Sajambre, Valdeón, Las Merindades, Valderredible, el desfiladero del Ebro, Mena, Losa, el Valle de Tobalina, La Bureba, Pancorbo, Miranda de Ebro, Treviño, Ágreda, Ólvega, el corredor del Jalón o las cabeceras del Alberche y el Tiétar se pueden pasar por alto.

Por otra parte, quienes defienden la idea obvian que buena parte del Duero y de sus caudalosos afluentes -Sabor, Coa, Túa o Támega- se encuentran en otro estado: Portugal. Esto supone que lo que afecte al Duero incide en cuestiones internacionales y su gestión debe ser, en consecuencia, competencia del gobierno central. ¿Para qué se pretende entonces gestionar las aguas de la cuenca desde la Junta?

El meollo de la cuestión es claro cuando se contrastan los datos. Conviene saber que el Duero es el curso más largo de la cuenca, pero no el más caudaloso. Cuando este río recoge las aguas del Pisuerga, es ese afluente el que más aporta. El Duero es hasta entonces apenas un riachuelo. Después se integrará en las aguas del Esla.

El núcleo del problema de la Junta es éste: el Esla, que es el cuarto río de España por sus aportaciones anuales, dispone de más agua que el Duero. Por lo tanto, si sustrajésemos de la cuenca las aportaciones del Esla se evidenciaría la realidad: el Duero es el exiguo río de una amplia zona semiárida. Esto coarta las posibilidades de crecimiento al no permitir grandes consumos hídricos. En consecuencia, lo que en la Junta se pretende es tener las manos libres para disponer del agua del Esla, o lo que es lo mismo, del agua de León para trasvasarla a Castilla.

Habrá quien piense que este razonamiento es descabalado, pero ¿por qué entonces la Junta se preocupó por impulsar un trasvase de las aguas del Esla hacia la subcuenca del Pisuerga antes que potenciar los regadíos leoneses? ¿No hubo que acometer incluso una costosa obra singular –el túnel de Villacarralón, en Palencia- para realizarlo? ¿Por qué no ha existido ayuda para ejecutar los regadíos de Riaño en tanto se financiaba los 11.000 millones de pesetas del trasvase?

sábado, 8 de diciembre de 2007

Innovación y Tecnología

Se ha repetido muchas veces que la sociedad española está abocada a iniciar una nueva etapa de su historia económica. La innovación y la tecnología deberían ser los motores del desarrollo a partir de ahora, según diagnostican con reiteración creciente.
La cuestión es crucial porque de ello va a depender nuestro papel en la geopolítica del siglo recién estrenado. Sin embargo, el mensaje se está transmitiendo de manera confusa: parece como si España debiera constituirse en una suerte de centro de investigación, lleno de ingenieros y científicos. Ningún país de los que nos podrían servir como modelo es así. Ni siquiera estados pequeños como Suiza, Suecia o Finlandia prescinden de las panaderías, fruterías, ganaderías, madererías, restaurantes o repartidores. Para comprender el alcance de lo que supone incorporar la ciencia y la técnica a todos los procesos económicos hay que revisar sus fundamentos.
En primer lugar, una sociedad evolucionada necesita un cierto nivel de conocimiento. Esa es la primera deficiencia de España. Nuestro nivel educativo ha ido en retroceso desde la aplicación de la LOGSE. La modificación drástica de esta ley y la recuperación de la filosofía del esfuerzo entre los alumnos, así como la restauración de la autoridad del profesorado en el aula son herramientas imprescindibles para abordar el cambio social. Cualquier otra actuación es posterior a ésta, como demuestra que en la universidad se deje sentir que el alumno llega sin base, lo que degrada el nivel de la enseñanza superior. Además, la universidad habría de trabajar sobre criterios de rendimiento medibles. Si parte de los enseñantes se convierten en una especie de rentistas, no podrán transmitir al alumnado la mentalidad adecuada para acometer la vida profesional con eficiencia.
En segundo término ha de comprometerse el sector empresarial, que está constituido en buena parte por pequeñas y medianas empresas. En León predominan estas estructuras, por lo que requiere un enfoque aún más preciso.
La innovación en las compañías de actividad no tecnológica -la mayoría- ha de pasar por una mejora sobresaliente del rendimiento. Para ello es necesario utilizar cuanto talento haya en la empresa a fin de reorganizar el trabajo con recursos similares. En esta labor es imprescindible una buena disposición ante los cambios de métodos y de técnicas. También es innovación la reorganización del espacio en la oficina, el almacén o la tienda.
Lo que resulta evidente es que sin cambios no puede haber mejoras. Además, cuando se inicia este camino, la necesidad de formar al personal es cada vez más patente. Por esta causa sería recomendable crear un programa para implicar a las pequeñas y medianas empresas leonesas en la ejecución de cambios internos que las fortalezcan.

Villalar Va de Compras

Por repasar la cuestión, expondremos que la Junta se viene encontrando con una crítica sistemática a sus políticas de eliminación de lo leonés y de imposición de lo castellano como referente colectivo. Para combatir esa hostilidad, radicada mayoritariamente en León, creó una oficina de propaganda. El artilugio institucional fue denominado “Fundación Villalar” y se le dotó de abundantes fondos públicos.

Los inicios de la citada agencia han resultado bastante accidentados. Para empezar, se había intentado recabar el apoyo de ayuntamientos, diputaciones y universidades para su adhesión. En León no se logró.

Hay que recordar cómo dicha oficina publicó en internet una página en la que se combinaban las tergiversaciones históricas con el vacío de referencias a lo leonés. En respuesta a la ciberpágina una asociación sin ánimo de lucro, la “Plataforma Pro Identidad Leonesa”, puso una denuncia en los juzgados. En ella se hacía constar el menoscabo de León en la exposición histórica que han realizado los responsables y se solicitaba el derecho de rectificación. La demanda fue admitida a trámite, sin embargo, la sentencia estimó que no se puede pedir rectificación a algo que no es un medio de comunicación. Podría parecer que los de Valladolid habían ganado, pero no fue así porque se vieron empujados a “descolgar” de internet los contenidos de la historia-ficción.

La situación de estancamiento en que Villalar había caído en León se ha roto cuando han hecho público, el 28 de Junio, que una conocida historiadora local se incorporaba a la institución. No obstante, parece ser que el anuncio se difundió sin que la afectada hubiese aceptado todavía, lo que demuestra cierta impaciencia por salir del bloqueo.

Se comenta que la han ofrecido medios económicos, becas y publicaciones para captarla. Su confirmación a la prensa -el 11 de Julio, tras numerosas consultas- resulta esclarecedora, ya que ha advertido que será garante de que lo leonés tenga un tratamiento equilibrado y veraz, cosa que no cree que haya sucedido hasta ahora. La forma en que se produjo la comunicación no augura paz con el pancastellanismo recalcitrante de ese gabinete. Sin embargo habrá que ser cautos: torres más altas han caído.

Con perspectiva, la historiadora y la Fundación tienen ante sí una situación complicada. Para la profesora se trata de una tentación con muchos peligros. El sentido común y la integridad habrán de blindar su independencia del poder gravitatorio del dinero, las relaciones y los homenajes. De lo contrario dilapidará su credibilidad y prestigio personal. Para la Junta no es menos comprometido el paso, puesto que, si la profesora abandona la Fundación argumentando que recibe presiones, ésta quedará herida de muerte y su comité asesor definitivamente desacreditado.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Inconsistente Balanza Fiscal

La publicación reciente de un estudio sobre la balanza fiscal autonómica en España ha dado pie a numerosos comentarios. Una de las conclusiones que más destacó es que la Comunidad de Madrid es la que más aporta por habitante a la solidaridad interregional. También se ha subrayado que Cataluña, aunque también aporta, se halla en una posición más discreta.

Para valorar la fiabilidad de estas conclusiones conviene el análisis. Así, para realizar una balanza fiscal afinada y comparar equilibradamente las comunidades habría que sustraer los efectos de las sedes de organismos nacionales. Por ejemplo, el Ministerio X se encuentra en Madrid y en él trabajan miles de personas. Gracias a ello en esa autonomía se ingresa más IVA por lo que consume la institución y por el gasto de sus empleados. También tiene relación con la recaudación del impuesto sobre la renta de los trabajadores, que allí se ingresa. Sin embargo la capital de España podría estar en cualquier otro lugar. Si Madrid perdiese las sedes que ahora concentra, su balanza fiscal se depauperaría. En fin, no debe ignorarse que esos centros son sostenidos por todos los españoles.

Otro tanto se puede decir de las sedes centrales de las empresas. Muchas están en Madrid y Barcelona para facilitar el contacto con los organismos oficiales, pero sus empleados e instalaciones se fundamentan en fábricas lejanas y ventas en todo el territorio español. ¿Cuál sería la balanza fiscal de Madrid o de Barcelona sin los organismos oficiales y los consorcios privados que gravitan en su torno?

Por causas parecidas las ciudades son generadoras de ingresos en general, y las zonas con poca densidad de población absorben recursos. En consecuencia las autonomías menos extensas a la vez que urbanizadas y pobladas se convierten en “donantes”. Sin embargo ¿cómo entender España sin La Mancha, sin la Tierra de Campos o sin el Sistema Ibérico? Alguien podría pensar que esto es pura retórica, pero ¿cómo se configuraron las provincias y autonomías? ¿No se delimitaron frecuentemente de forma casual? Una comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha no hubiese sido impensable ¿Sería “cedente” y solidaria?

Debemos concluir que mientras España sea una unidad de mercado, donde las empresas pueden operar y asentarse en todo el territorio es imposible aislar el balance fiscal de una autonomía. Por el contrario, si Cataluña, por ejemplo, fuese un estado confederado de España -no otra rechazable foralidad- las empresas que hoy tienen su sede allí llevarían la principal fuera. ¿Sería igual su balanza fiscal?

Al cabo, el estudio de las balanzas fiscales es un ejercicio útil, pero carente de valor absoluto. En ocasiones parece aportar más a ciertas vanidades que al conocimiento de los procesos creadores de riqueza en el país.

León en el PEIT

Pese a lo mucho que se está hablando de las comunicaciones y del cansancio que pudiera inducir, es inevitable ahondar en las consecuencias de su desarrollo; programa que va a venir descrito por el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte, que acaba de hacerse público. Este documento va a pautar las actuaciones que definirán el mapa del crecimiento en los próximos 25 años. Extraer de él conclusiones es necesario para aventurar el futuro de los leoneses.

Hay que tener presente que la red básica de autovías está construida en buena medida. Además, somos el país europeo con más kilómetros de autovía por cada millón de habitantes. Por el contrario, es la red de ferrocarriles la que tiene pendiente su renovación. Otra cuestión previa importante es la pérdida de la mayor parte de la financiación europea en los próximos años, lo que limitará el ritmo del gasto en las obras públicas.

Atendiendo a estas premisas podemos inferir que en los próximos años los recursos económicos se concentrarán en concluir la obra en curso en carreteras -como la Autovía de la Plata o la conexión de Cantabria con la meseta-, cubrir ciertos compromisos –como las obras del Plan Galicia o la autovía Málaga-Almería- o iniciativas puntuales de directriz política –como la autovía León-Valladolid o la Oviedo-Grado-. El resto, ante la contracción presupuestaria, se verán acometidas, quizás, en el largo plazo.

Ese panorama dejaría la red primaria de gran capacidad para León completa, a falta de la conexión con Portugal por Puebla de Sanabria, que la Junta mantiene en suspenso. Lo más relevante en tal situación es que el único corredor este-oeste del norte peninsular atraviesa nuestra provincia de lado a lado.

Por el contrario, son los ferrocarriles los que van a recibir cantidades crecientes de dinero. En este sentido, las perspectivas leonesas son buenas, dado que parece confirmarse que el compromiso de Zapatero con León es bastante más que una declaración de intenciones.

El acceso de los trenes de mercancías a Galicia y Asturias tendrá lugar sólo a través de la Provincia, sin que esto penalice en exceso a los viajeros. Además, la acertada decisión de incorporar la velocidad alta y no el AVE en todas las líneas españolas -salvo las de Barcelona, Galicia y Valencia- abre la posibilidad de mantener algunas estaciones ferroviarias más que las de León y Ponferrada en nuestro territorio. Ello contribuye a esclarecer el futuro de varias cabeceras comarcales.

En definitiva, abordamos ahora una época de esperanzadora transformación. Sólo el déficit de autogobierno y de inversión pública autonómica emborronan una expectativa favorable. Esta coyuntura reclama un esfuerzo de publicidad y promoción que muestre León fuera de nuestras lindes en todo su actual atractivo.

martes, 4 de diciembre de 2007

Valladolid: Nuevo Escenario

La historia de Valladolid en los últimos años configura uno de sus episodios más existosos desde el breve traslado de la corte de Felipe III a esa capital. El crecimiento de la población, el aumento del empleo y la relevancia alcanzada en la Autonomía habían trazado un periodo de optimismo y expansión. Sin embargo, la coyuntura se está transformando y el panorama empieza a ser menos alentador. Algunos de los factores que han empujado esa economía provincial los últimos dos decenios van a debilitarse.

En primer lugar hay que citar el desacierto comercial del modelo de automóvil que se produce en exclusiva en Valladolid. Las escasas ventas han obligado a un notable descenso de la producción, lo que se está transmitiendo a la red de proveedores de la fábrica. Las consecuencias se traducen en reducciones de personal, tanto en la empresa matriz como en sus satélites. Esto supone un impacto negativo sobre el empleo -que se dejará notar durante los meses venideros-, dado que el efecto multiplicador del sector del automóvil sobre la actividad laboral es el más alto de la gran industria.

Además, la negativa de la marca a producir en Valladolid la próxima versión de otro modelo, que se lanzará en octubre, hace pensar a algunos empleados que, en realidad, los directivos intentan acometer una deslocalización encubierta. La cuestión tiene una trascendencia superior, si cabe, porque sucede en la compañía más subvencionada por la Autonomía. Sólo para instalar su fábrica de motores recibió la mayor ayuda jamás concedida por la Junta. A ella hay que sumar, además, muchas otras.

La crisis de la remolacha también afectará a Valladolid, que ha sido la primera productora del país durante muchos años, lo que contribuirá a desertizar aún más grandes áreas de su provincia. La desaparición de los fondos de cohesión europeos, que recibieron mayoritariamente Burgos y Valladolid –a pesar de que hubiesen correspondido a otras provincias-, también será un factor negativo para el futuro. Lo mismo sucede con la desaparición del Plan del Carbón, que sirvió para derivar inversiones con fondos propios de la Junta desde las zonas mineras hacia esa provincia.

Un elemento nuevo es la constatación de que las empresas empiezan a fijarse en León, con independencia de lo que la Junta argumente. Así lo hicieron patente, a pesar de la presencia oportunista de un consejero, los directivos de VESTAS, empresa que se instalará en Villadangos. Entre tanto, la Autovía del Duero queda sin fecha en el PEIT. La imposibilidad de trasladar todavía más empresas de otras provincias de la Autonomía, o de crear más aparato administrativo –frenado ante el inquietante ascenso del gasto sanitario- perfila un futuro incierto para que prosiga la subvencionada expansión de Valladolid.

Una Ruina en Sahagún

Hace unos días acudimos a Sahagún con el pretexto de celebrar una merienda con algunos de nuestros mejores amigos. Como quiera que llegamos pronto y que observamos que el templo denominado “La Peregrina” estaba abierto, nos acercamos a ver su interior. Nos acogió un joven que, con su mejor voluntad, nos mostró lo que allí había que ver; nada malo que decir, por tanto, en el aspecto humano.

En otro orden de cosas no podemos decir que la visita fuese satisfactoria. El estado de la obra es ruinoso y lamentable. Resulta vergonzante que un edificio monumental permanezca en esas condiciones de abandono e incuria. Sin embargo es peor aún comprobar que se halla en el camino de un derrumbamiento definitivo.

Comprender la importancia de este inmueble requiere explicar que Sahagún es una población que se expandió, a partir del impulso de un rey leonés, a mediados del Siglo XI. Desde ese momento se construyeron varias construcciones de gran valor. Algunas cobran especial singularidad porque siguieron las pautas del arte románico, pero no se construyeron en piedra, sino en ladrillo, durante los Siglos XII y XIII.

La última obra notable en esas etapas expansivas de la ciudad fue un complejo del que, actualmente, sólo queda La Peregrina. Se trata de un edificio de construcción más tardía que otros de la villa, ya que la obra principal sólo tiene entre quinientos y setecientos años. Aparte de sus exóticos arcos apuntados -una curiosa mezcla mudéjar- contiene en su interior unas yeserías moriscas; decoraciones del gusto de aquella época, infrecuentes en el patrimonio del norte peninsular. Así, en León solo conocemos algo parecido en el convento de las Concepciones, aunque se sabe que hubo otros edificios con estos ornatos.

Es esa peculiar construcción la que permanece arruinada y a punto del desplome. Se ha intentado impulsar su consolidación y restauración, para lo que se realizó un profundo estudio histórico. A éste se añadió otro arquitectónico. En otras palabras: los trabajos documentales previos están, si no totalmente, sí en buena medida, listos. ¿Qué se espera para acometer su recuperación?

Sahagún es una villa que se ha modernizado. No obstante, resulta insulsa porque no ha sabido incorporar la arquitectura tradicional a su casco urbano. Eso dota a su centro de una impersonalidad evidente. En contraste, reúne un conjunto histórico de gran valor; incomparable, en cualquier caso, al que presentan la mayoría de los pueblos leoneses. En consecuencia, esa población destacará en la medida que promocione su arquitectura monumental. Por todo ello es incomprensible el abandono de La Peregrina, y dice muy poco de la capacidad reivindicativa de esta pequeña ciudad. Los facundinos deberían reclamar su puesta en valor como prueba del final de un letargo.