domingo, 29 de junio de 2008

León y el Mapa Energético

La Provincia de León arrastra tras de sí una larga historia de producción energética. Comenzó con el aprovechamiento de la fuerza de los numerosos cursos fluviales que la cruzan en miles de molinos, en herrerías, en batanes o en actividades mineras, para llegar a nuestros días con una industria eléctrica basada sobre todo en la producción térmica. El norte, nuestro ámbito, concentra un conjunto de centrales de combustión de carbón (As Pontes, Anllares, Compostilla, La Robla, Aboño, Soto, Lada, Velilla, etc) que han constituido la base del sistema eléctrico español durante varios decenios. La actividad económica generada por estas instalaciones ha permitido alcanzar niveles de vida muy dignos en zonas remotas de nuestra geografía. El propio proceso de urbanización en El Bierzo le debe mucho a las centrales, de modo que la configuración como ciudad de Ponferrada no se puede entender sin aquéllas. Actualmente las circunstancias que dieron pie a la expansión económica en las áreas con abundantes reservas de mineral están cambiando. La combustión de la mayoría de nuestros carbones es contaminante además de cara. Nuestras térmicas adolecen de una mala ubicación para aprovechar el consumo de carbón importado a largo plazo. Además, la población local comienza a mostrar resistencia al inevitable y masivo paso de camiones entre las centrales y los puertos de mar, por donde llega parte del mineral.
La aparición del gas natural como fuente energética alternativa está provocando la redefinición del mapa eléctrico. Se trata de una fuente de calor más limpia y barata que la local. Por otra parte, ciertas compañías, acuciadas por las permanentes pérdidas en el transporte eléctrico, esperan poder situar en las costas mediterráneas, donde la demanda crece desaforadamente, generadores en un corto plazo. Otros proyectos, como el “Bahía de Vizcaya”, se crean en pos de una autonomía energética, además de política. Así, hasta Enero contabilizábamos hasta treinta y una centrales en proyecto en Andalucía y el área mediterránea. En el proyecto vasco cinco más. El resto de España contaba sólo once. Los fines de esta fuerte inversión son subsanar el déficit que se ha originado ante la evolución creciente de la demanda, localizar la producción cerca de las áreas de consumo y sustituir progresivamente las centrales con tecnologías sucias por otras con ellas más limpias. En este marco León y todo el noroeste tienen un reto que a nuestros partidos políticos parece pasárseles por alto. De nuestra capacidad de respuesta y de la rapidez con que se disponga de las nuevas infraestructuras va a depender la amortiguación del negativo impacto de este escenario emergente. ¿Habrá capacidad en nuestros representantes para afrontar adecuadamente el nuevo entorno energético?

La Renovación de los Pueblos

Días atrás visitábamos algunos de nuestros pequeños núcleos de población rurales. No pudimos evitar la apreciación de cuán poco atractivos resultaban para fijar la residencia en ellos. La causa es que León es una de las regiones más arcaicamente caracterizadas de la Península. Su cultura se elaboró sobre un sistema de poblamiento formado por pequeñas aldeas casi autónomas. En todas ellas ha existido una iglesia, cementerio, órganos de gobierno, derecho de costumbre, propiedad comunal y una economía de subsistencia, así como la agregación en torno a un sentimiento de pertenencia a la aldea y a la comarca. En este aspecto hemos tenido poco que ver con varias regiones vecinas como Galicia, el Campo Charro o Tierra de Campos. Esta sociedad se conformó como una colectividad de iguales, con poca jerarquización, lo que trajo aparejado un progresivo empobrecimiento relativo hasta el siglo XX. Los cambios económicos que llegaron con esa centuria favorecieron nuestras estructuras hasta alcanzar, a principios de los ochenta, niveles de bienestar notables en nuestros pueblos. Sin embargo, perviven muchas unidades de población de mísero aspecto, desordenadas, apenas urbanizadas y sin práctica capacidad de atracción .
Los tiempos actuales traen nuevas espectativas y el campo leonés se despuebla. Los cambios en la forma de vida de los leoneses comienzan a ser notables. Pronto dispondremos de más de cuatrocientos kilómetros de autovías, lo que hará plenamente disponibles los servicios urbanos desde una gran parte de la región. Además, todo indica que a los leoneses nos gusta invertir en patrimonio inmobiliario, un valor refugio, indicado para gente con mentalidad ahorrativa como nosotros. Por otra parte, en los últimos años se observa el crecimiento de un fenómeno singular: el de la doble residencia. Cada día más paisanos viven en el ámbito urbano en los meses fríos y en el campo, próximo a las ciudades, en verano. Este cúmulo de circunstancias abre una nueva oportunidad para la proyección de muchos de nuestros pueblos hacia el futuro. La capacidad de sus pobladores y dirigentes para mejorar el aspecto de estos lugares, el asfaltado, la armonía de las construcciones, los accesos, la calidad del agua, la depuración de efluentes, el alumbrado, el traslado de las actividades molestas fuera de los cascos urbanos, a polígonos habilitados para ello, la definición de un centro del pueblo donde se acumulen los servicios, la conservación e integración de elementos singulares, etc , centrarán la demanda de suelo residencial en unos núcleos e ignorará el resto. La visión y la capacidad de asesoramiento de los munícipes y pedáneos va a desempeñar ahora un papel decisivo. ¿Habrá recursos intelectuales y flexibilidad para dirigir eficientemente ese proceso?

sábado, 28 de junio de 2008

Fallido Plan del Carbón

En los próximos meses los municipios mineros van a recibir una nueva oleada de fondos, la tercera, del Plan del Carbón. A la vista de los resultados podemos afirmar que una buena parte de las anteriores remesas se distribuyó sin criterio de eficacia alguno. Se podrían realizar muchas valoraciones, pero la medida más objetiva es el asentamiento de población que estas obras han producido o afianzado. Los resultados, con la salvedad de los obtenidos en Ponferrada, no pueden ser más desalentadores. No existe proporción alguna entre la inversión y la actividad económica inducida hasta hoy. Los censos de la zona minera leonesa se derrumban. Villablino podría tener ya una población real por debajo de la de Astorga. La pérdida de peso de Fabero y de Vega de Espinareda es clamorosa. La expectativa de la cuenca alta del Bernesga no es mejor. Las causas de este lamentable escenario son la tardanza en la ejecución de las inversiones previstas en el Plan, la falta de implicación efectiva del gobierno del Estado, la indiferencia de la Junta de Castilla y León -que ha detraido sus recursos olvidando el principio de adicionalidad- y la falta de visión global que los negociadores locales han demostrado.
La considerable partida que las cuencas han recibido constituía una oportunidad para acometer obras singulares. Mirar a Laciana, Babia o Ribas del Sil en busca de atracción industrial es referirse a áreas marginales. Sin embargo, cualquier lugar es susceptible de ganar cierta relevancia. Todo se reduce a una cuestión de gasto. En este caso los costes no habrían sido el mayor de los obstáculos. Llega, pues, una nueva ocasión con la tercera fase del Plan. Hace falta creatividad, romper los apriorismos y ser ambiciosos. No se debería permitir que, una vez más, un paquete inversor excepcional se pierda en mil y una obrinas irrelevantes para el futuro de estas comarcas. Aquí se vierten algunas ideas. Es esencial convertir el corredor Ponferrada-Villablino en un eje de comunicaciones interregional para que tenga valor estratégico. Para ello se debería construir un túnel por debajo de Leitariegos, que lleve hasta Cangas. Habría que ejecutar, después, un segundo túnel que una la ronda sur de Ponferrada -que alguien tendrá que planificar- hasta La Cabrera, por debajo de la Guiana. Éste enlazaría con un nuevo túnel entre Silván y La Baña, que, a su vez, debería continuar con otro que llevase a Sanabria y a la autovía Rías Bajas. La línea Puebla-La Baña-Ponferrada-Villablino-Cangas del Narcea y su entorno se verían muy reforzados, y su atractivo multiplicado. Si Cantabria forjó una vía rápida en La Hermida, Cangas de Narcea se abrió al mar y Langreo perforó los montes hacia Oviedo ¿por qué no intentamos resolver así nuestros problemas de aislamiento?

jueves, 26 de junio de 2008

Trichet y Estados Unidos

El Banco Central Europeo ha elevado los tipos de interés. La justificación que da el señor Trichet, su máxima autoridad, es que intenta contener la inflación. Comprender la relación entre tipos e inflación ayuda a desentrañar el origen de esta política monetaria que tanto daño inflige a la economía leonesa y a la general.
Se acepta que una subida de precios viene determinada por el exceso de demanda. Eso significa que los consumidores disponen de dinero extra. Para limitar la escalada se provoca una retirada de dinero del mercado. Para ello se suben los tipos de interés, con lo que habrá que pagar más por los créditos y quedará menos disponible. Además los que tienen líquidez guardarán más en los bancos al crecer la rentabilidad.
Por contra, en este caso tal mecánica no funciona: existe poco dinero disponible, por lo que los bancos centrales se han visto obligados a inyectar fondos de forma extraordinaria; además las familias no tienen liquidez; la economía española se estanca, aunque los precios suben.
Esto se debe a que la inflación es producto de la demanda de otros países, es decir, se trata de una inflación estructural y planetaria de los bienes básicos. Por esta causa hay que deducir que existen otros motivos para subir los tipos, más allá de los inflacionarios.
Observemos el abrupto contraste entre la bajada de tipos norteamericana para reactivar su economía y la subida europea. Cabe deducir que Trichet intenta ayudar a evitar una posible recesión estadounidense favoreciendo un cambio favorable dólar/euro. El precio sería sacrificar las economías del sur de Europa, más frágiles, mientras que Europa Central soportará el turbión.

miércoles, 25 de junio de 2008

La Emergencia del Norte

Hace unos días he tenido oportunidad de comprobar el estado de la construcción de autovías en el Noroeste. Se puede apreciar que la del Cantábrico llega ya hasta Unquera, en el límite entre Cantabria y Asturias, desde Bilbao. Entre Llanes y Ribadesella hay unos cuarenta kilómetros más en servicio. El aislamiento del noroeste por la costa está, pues, a punto de concluir. Por otra parte, la Autovía del Noroeste podría quedar finalizada en las próximas semanas en el último y conflictivo tramo de Ambasmestas. La autopista entre La Virgen del Camino y Astorga se está completando a un ritmo acelerado, de manera que a finales de este año estará en servicio. Los tramos de la autovía León-Benavente toman forma rápidamente; en especial los dos que unen Villamañán con Zamora. Para la León-Burgos existe la consigna de concluir cerca de la elecciones de Mayo de 2003, por lo que el ritmo de los trabajos se ha vuelto intenso. La vía rápida de Campos, desde Sahagún, avanza también a un paso notable y pronto se podrá circunvalar Paredes de Nava. La autopista Orense-Santiago se completará pronto, de forma que lo peor del trayecto entre Ponferrada y Santiago quedará desdoblado.
Este breve repaso induce a varias reflexiones. La más relevante puede ser que el Noroeste está sufriendo una mejora de sus ventajas competitivas como ninguna otra zona de España. Por fin va a verse incorporado plenamente a los flujos económicos del resto del estado. Las excepcionales dificultades orográficas de nuestro solar hacen que cada tramo de autovía suponga una permeabilización del territorio como no se había producido en zona alguna de la Península. En el caso de León, por ejemplo, significa que territorios a los que sólo se accedía tras un penoso viaje puedan ser hoy objeto de relajadas visitas. Así el corredor Ponferrada-León podrá ser recorrido en una hora, algo impensable hace sólo cinco años. La Coruña, antes remota, se perfila como un destino cercano. Sólo dos horas y media desde León nos separan. Las mejoras en los tiempos de viaje son impresionantes y la población accesible desde nuestras ciudades se multiplica como en ningún otro lugar. El impacto de este nuevo escenario para nuestras empresas ha de ser muy positivo. León, situado a la cola de Europa en los niveles de accesibilidad en la “Estrategia Territorial Europea” de 1999, afianza su posición competitiva. Sin embargo, no podemos olvidar que quedan corredores de enorme importancia para hacer del noroeste un bloque económico compacto y, sobre todo, próspero. Además, de nuestra visión global, dinamismo y capacidad reivindicativa va a depender la explotación de esta coyuntura favorable. Es tiempo preelectoral, tiempo de programas. ¿Qué proponen nuestros políticos para aprovechar estas oportunidades y explotar nuevas ventajas?

martes, 24 de junio de 2008

¿Dónde está el Futuro?

Esa es la pregunta que, continuamente, formula el video promocional del Parque Tecnológico de Boecillo, que ha realizado la Junta de Castilla y León. La respuesta siempre remite al mismo lugar, tras unos textos e imágenes intermedios: Valladolid. El vídeo afirma que muchas empresas han elegido el parque para su implantación. Un directivo interviniente al final de la película aclara que las cuantiosas ayudas de la Junta fueron decisivas para la suya. El video argumenta una situación geográfica privilegiada del recinto, en la que se incluyen imágenes de un tren de alta velocidad que no existe y de una terminal de aeropuerto -tomada con gran angular-, que, vista en la realidad, es mucho más pequeña. El documento continúa ensalzando las modernas infraestructuras dentro y alrededor del parque, aunque las de otros lugares de la Comunidad Autónoma puedan ser iguales o mejores. La Universidad de Valladolid es la única de su género que aparece como colaboradora científica de sus cuatro centros investigadores, aunque existen facultades y escuelas de disciplinas similares a las descritas en otras universidades de la Autonomía. Se insiste, además, en el especial apoyo de la Junta de Castilla y León a los candidatos al establecimiento en el parque, a los que se anima, ya que está siendo ampliado actualmente. Expone la película que Valladolid es una ciudad para vivir, lo que ilustra, entre otras cosas, con las imágenes de un descenso de aguas bravas y de una estación de esquí, ambos inexistentes en el entorno pucelano. Finalmente, se aclara, por si era todavía necesario, que el Parque es un objetivo estratégico de la Junta. Para ello no se duda en afirmar que el futuro está en los nuevos desafíos, en las ideas, en los proyectos, en las emociones, en el conocimiento traducido en soluciones, en la innovación y la calidad, en las infraestructuras sumadas a los servicios y a la calidad de vida, y en la generación de productos y servicios, y que todo ello se aúna allí, en Valladolid.
Este recorrido es una cita textual de la cinta videográfica que la Junta ha producido y remitido a cientos de empresas autonómicas, muchas de ellas leonesas. Para que no quepa duda del remitente, el folleto fílmico viene firmado por la Junta de Castilla y León, y hace referencia exclusivamente a su Parque Tecnológico. Conviene conocer esto para asumir la clase de promotores de la actividad industrial que guardan los intereses de León, de Ponferrada o de Zamora. El envío extensivo de esta cinta a cargo de los fondos autonómicos entra en el catálogo de lo intolerable desde el punto de vista de la ética política más elemental. ¿Tendrán la integridad moral suficiente los responsables para hacer una promoción equivalente de nuestros grandes polígonos industriales?

viernes, 20 de junio de 2008

Un Año de Pacto en León

Se ha cumplido un año de la victoria socialista de León en las elecciones municipales de 2007. Durante este periodo el equipo de concejales del PSOE y la UPL ha definido los trazos gruesos de su actuación. Por consiguiente se puede ya reflexionar sobre los vectores principales que rigen la política consistorial leonesa y sus consecuencias.
El cambio más notorio vino dado por el giro radical en la gestión del gasto. El equipo de gobierno parece comprometido en la recuperación de la capacidad inversora, aunque suponga importantes sacrificios y desgaste personal. Dado que no cabe otra posibilidad si se pretende evitar que León se convierta en una ciudad de ínfimo nivel, hay que animar a los ediles a perseverar en esta línea.
Los socialistas han presentado un equipo amplio, en el que las responsabilidades del cambio se reparten: tranvía, control presupuestario, política deportiva, ayudas al tercer mundo, patrimonio, etc. Todo ello liderado por Fernández, que se ha mostrado como un político maniobrero y hábil para desaparecer de la foto cuando se dirime una situación conflictiva. Además ha rebasado a Chamorro ocupando políticamente su sitio.
Por su parte, la UPL no muestra actividad propia, salvo la concejalía de cultura tradicional, comprometida ideológicamente, aunque apaleada en lo mediático. De los otros dos ediles se desconocen desempeños concretos en el plano autonomista. Cabe preguntarse cuánto hay de verdad en su leonesismo.
Este panorama está provocando que en círculos regionalistas se valore la posibilidad de romper el pacto municipal. Sólo así se evitaría, piensan, la desaparición. Sin embargo el grupo municipal no se lo plantea.

martes, 17 de junio de 2008

Villadangos, Agua y Futuro

Hace pocos días tenía lugar una agria discusión entre el PSOE y el gobierno del PP autonómicos acerca de la disponibilidad de agua para el futuro polígono industrial de Villadangos. Según el PSOE, no se habría previsto el aprovisionamiento de agua del recinto, lo que condicionaría su desarrollo. La respuesta de la Junta, y de las alcaldías de Villadangos y de León fue rápida, y vino a poner de manifiesto que nada había de cierto en esas acusaciones. La aportación mediante pozos –dicen- está garantizada; algo que parece lógico en un territorio, León, que se extiende sobre el mayor manantial de aguas dulces del interior de la Península. Sin embargo, la intervención del PSOE ha destapado un segundo problema, seguramente de forma inconsciente. Si las aguas de Barrios de Luna están comprometidas por los regadíos y el suministro de la capital provincial, si las del Porma se encuentran en igual situación y las de Riaño se ven disputadas -como ya está sucediendo- por los usuarios de otras cuencas, que desean llevársela, el futuro puede ser complicado. Que León pueda mantener un crecimiento económico sostenible al abrigo de las nuevas infraestructuras es razonable porque los recursos acuíferos, entre otros, son suficientes. El crecimiento siempre trae aparejado un aumento del consumo de agua. Si ya se encuentra en discusión el destino de las aguas superficiales -abundantes como en ningún otro lugar peninsular- ahora que contamos con un desarrollo deficiente ¿qué puede pasar en el futuro?.

Lo aconsejable para paliar esta situación -en la que se debería evitar el abuso de las aguas freáticas- sería intercomunicar las cabeceras del subsistema hidrográfico del Esla. Sin embargo, si se detrae agua de Riaño por su derecha, no quedará fluido para trasvasar al Carrión, es decir, líquido para que beba y riegue Valladolid, el gran consumidor de agua del subsistema receptor -el del Pisuerga-. Valladolid presenta graves problemas de sostenibilidad en su crecimiento. Las ascendentes necesidades hídricas de su área metropolitana no podrán ser cubiertas salvo que se aporte agua de otras subcuencas. De esta manera, el PSOE ha dado en el clavo, pero en el que no quería. El crecimiento ilimitado de Valladolid es insostenible y la cerril postura de los políticos ignora limitaciones que repercutirán en el gran donante de agua -el Esla- y en las Provincias de León y Zamora. Aprovechando el tiempo de campaña electoral, y sabiendo ya lo que el PP piensa -tras los once mil millones de inversión en el trasvase al Carrión-, sería conveniente que el señor Villalba expusiese cuál es su postura al respecto, puesto que se trata de un aspecto estratégico para el futuro de León y Zamora. ¿Habrá valentía suficiente para abordar este tema sin rodeos?

lunes, 16 de junio de 2008

Archipiélago UPL

La atonía de la vida política en estas fechas provoca que noticias que en cualquier otra época del año pasarían desapercibidas se eleven a la categoría de titular. En esa línea se puede encuadrar el culebrón que la semana pasada han representado dos secretarios de partidos asociados en un gobierno municipal y las juventudes de uno de ambos. Hacía tiempo que un documento difundido por chavales de una asociación no recibía una atención similar. Como ya se imaginarán, hablamos de la sucesión de declaraciones de Conceyu Xoven, López Benito y Otero la semana pasada acerca de la “Declaración de Mallorca”. La secuencia de hechos ha sido la siguiente: el Sábado, 3 de Agosto, tres miembros de Conceyu firman en su nombre la Declaración de Mallorca; el Lunes, aparece en algún periódico la noticia; el Martes, López Benito –secretario local del PP- acusa a la UPL de radicalización, a cuenta del documento; el mismo día, unos periodistas inquieren a Otero sin que éste conozca el escrito, y aquél se despacha agriamente contra Conceyu; el Miércoles los jóvenes remiten una carta aclaratoria advirtiendo su inequívoco rechazo a la violencia, cosa puesta en duda; el Jueves, los mismos convocan una rueda de prensa rebatiendo documentalmente cuantas afirmaciones había hecho Otero y denunciando el tono intolerante del PP; el mismo día las Juventudes Socialistas hacen una declaración atacando también al PP por arremeter contra sus socios municipales. Tras la escaramuza, las aguas han vuelto a su cauce.

La secuencia de reacciones de este sainete nos permite discernir el reparto de papeles en los partidos leoneses. En el PP aprovechó una noticia casi irrelevante para hostigar a la UPL. Hasta ahí el movimiento ha sido inteligente, pero el resultado, dando publicidad a Conceyu Xoven, no ha sido el deseado. Otero ha quedado solo y desautorizado. Ha montado una trifulca interna innecesaria a menos de un año de las elecciones, cuando ni siquiera había leido el documento. Nadie de UPL ha salido en su apoyo. Conceyu Xoven, la víctima en primera instancia, ha conseguido una presencia en los medios sin precedentes, incluido su rechazo a la violencia, por si había dudas, y aprenderán, además, una lección de prudencia y otra de madurez. Las Juventudes Socialistas han salido a la palestra, cosa que hizo el PSOE tarde, cuatro días después, lo que hace patente que algunas de sus posturas no son compartidas. Una cuestión de fondo se ha destapado en la UPL. De Francisco fundó ese partido con la premisa de acoger las distintas tendencias del leonesismo bajo sus siglas. El complejo archipiélago ideológico de la UPL podría fragmentarse si las tendencias personalistas predominasen. ¿Tendrán la perspectiva necesaria para no malgastar ese pasado esfuerzo integrador y sus ventajas actuales?

domingo, 15 de junio de 2008

Colapso Demográfico

La publicación de los datos del último censo de población ha causado en León un importante revuelo social. La certeza de que esta provincia lleva quince años de caída sin que nadie parezca evitarlo ha abierto nuevamente el debate. La pérdida del medio millón de habitantes, una cifra psicológica, y el que Valladolid, nuestro competidor, haya rebasado las cifras leonesas ha provocado el desánimo en algunas personas. Sin embargo, es necesario asumir que los lamentos de poco sirven. Además, el repaso de los censos permite sacar otras interesantes conclusiones, útiles para la búsqueda de soluciones en el medio plazo.

Las reacciones de los dos partidos políticos mayoritarios han sido peregrinas. Para el portavoz del gobierno del PP es preferible ignorar los censos e insiste en que la comunidad autónoma crea empleo. En el caso del PSOE se afirma que la gestión del partido en el gobierno es desastrosa y que eso explica la pérdida de población. La visión de ambas formaciones no puede causar sino desazón en los ciudadanos. La situación es tan crítica que en el periodo autonómico (1981-2001) la población de Castilla y León cayó en casi 130.000 habitantes sobre una base que no llegaba a los 2.600.000. No existe otro lugar donde haya sucedido algo parecido. Ocho de las nueve provincias han perdido población. Valladolid, a pesar de haber recibido una ingente cantidad de recursos públicos, presenta un crecimiento débil. Por tramos de diez años, sólo en Valladolid se presenta un crecimiento leve, pero sostenido. En definitiva, la actual tendencia conduce al colapso demográfico de una gran parte del sistema de poblamiento en la autonomía, y augura para León y Zamora los peores presagios. Es incomprensible que el PP evite abordar este debate. No menos lo es la inconsistencia del discurso del PSOE, mudo para proponer soluciones transformadoras.

Una de las principales conclusiones que se deducen de dichas cifras, aunque los partidos aspirantes a gobernar lo soslayen, es que, tras veinte años, se comprueba que ésta no es una situación coyuntural o transitoria. La caída es creciente desde que se creó la Autonomía. Sólo cabe deducir que esta unidad autonómica adolece de un grave problema estructural. La recomendación de fraccionarla en trozos más homogéneos y fácilmente gestionables empieza a ser, más que una entelequia, una necesidad al contrastar los favorables datos de La Rioja, Cantabria, o Asturias -que abordó una severa reconversión en igual período-. La despoblación del norte interior y la desconexión en esta área de Madrid con el borde costero peninsular es ya un problema de estado. ¿Habrá valentía para abordar la interpretación imparcial de los datos demográficos y proponer las drásticas medidas necesarias?

sábado, 14 de junio de 2008

Ventajas Turísticas

El regreso del veraneo produce un higiénico efecto de meditación sobre la realidad que nos rodea el resto del año. Tomamos distancia con los acontecimientos que, hasta minutos antes del viaje estival, eran parte de nuestra vivencia diaria. Dentro de ese campo de reflexión me viene a la cabeza un par de pensamientos de plena aplicación a la realidad leonesa. Yo, como muchos otros, he podido constatar durante estos días que la subida de los precios hoteleros ha sido notable. Igualmente, la manutención, los consumos menores en los bares y cafeterías de los lugares típicamente veraniegos –las costas sobre todo- se han desmadrado este año. Para los que optamos por un estío viajero la sorpresa ha sido que el interior, en general, no ha sido tan inflacionista. Los precios en destinos menos habituales para el turista se han contenido más. Dentro de ese campo, supongo, León no ha debido ser una excepción. La división espontánea de España en dos grandes bloques -uno turístico, muy inflacionista, y otro, interior y menos visitado, más moderado- supone una oportunidad que lugares como León deberían aprovechar. El diferencial de precios existente para una calidad de servicios similar puede ser un elemento de argumentación más que la hostelería provincial tiene que dar a conocer.
Un segundo aspecto de gran importancia es la lucha contra la escasez de pernoctaciones por visitante. El interior, y León más en concreto, no capta al turista más allá de dos noches. Tras observar las causas de por qué yo mismo no he pausado más mi viaje por algunas provincias, encuentro una explicación: la ausencia de guías, de profesionales de la valorización local. Cuando el visitante acude a la oficina de turismo, obtiene un plano y algún pequeño cuadernillo con texto. No es lógico. El turista medio quiere acceder a la información fácilmente, sin esfuerzo y donde es necesaria. No olvidemos que está de vacaciones. Se puede afirmar que no hay muchas provincias con un número tal de elementos de interés como el de León. Es más, hay provincias más visitadas con bastante menos que ofrecer. Por tanto, si queremos retener al turista, hay que mostrar con más profundidad nuestro patrimonio. Sería interesante que los hosteleros buscasen una fórmula para acercar al visitante profesionales de la guía turística gratis o a precios testimoniales. Además se demandan folletos auténticamente promocionales de León. No se puede seguir mezclando en un “totum revolutum” la Catedral de León, o las Médulas, o los Ancares con rincones irrelevantes o traídos por los pelos de no sé qué provincia. Con ello la ocupación hotelera crecería. ¿Habrá espiritu asociativo para que nuestra hostelería reaccione?

viernes, 13 de junio de 2008

Sanidad y Despropósitos

Hace unos días un representante de la Junta de Castilla y León respondió, a preguntas de la prensa, que el Hospital de León tiene unas 850 camas. A renglón seguido añadió que, tras finalizar las obras, este complejo, que es el principal referente de la provincia leonesa, dispondría de más. Es conveniente interpretar esta afirmación del sr. Guisasola para juzgar el sentido de sus palabras.

Para contextualizarlas se debe recordar que en la provincia de León son numerosas las protestas por la mala calidad de la atención sanitaria. Diversos colectivos han denunciado la escasez de camas hospitalarias públicas, la falta de personal sanitario, la restrictiva política de equipamientos para la formación, el diagnóstico y tratamiento, las dificultades en los servicios de urgencias por infradotación, y otras deficiencias. Esto contrasta con la suficiencia de medios en las provincias castellanas.

Dicha circunstancia está tensando las relaciones entre la administración autonómica y las fuerzas vivas de León. La sanidad es el servicio más importante de cuantos presta el estado a través de las autonomías. La protesta se erige así por una reivindicación irrenunciable en la que se entrevé el agravio como causa: el déficit en León financia un mejor servicio de salud en Castilla.

En consecuencia lo grave de la intervención del sr. Guisasola es que se ofreció un dato erróneo para acallar las preguntas. Para afirmar su falsedad nos basamos en el Catálogo Nacional de Hospitales 2008 del Ministerio de Sanidad. Según este informe el Complejo Hospitalario de León cuenta con 1021 camas; las mismas que en los últimos años. Sólo las obras han limitado su capacidad.

miércoles, 11 de junio de 2008

Las Casas, el Grano y la Cosecha

Hemos tenido la oportunidad de ver en los medios de comunicación el debate desencadenado en torno al futuro de una de las últimas casas de soportal leonesas, en la Plaza del Grano capitalina. El intercambio de opiniones ha sido denso y confuso. Podemos concluir que de un lado se decantaron las posturas conservacionistas, que abogan por el mantenimiento integral del edificio a través del afianzamiento de todos sus elementos. Por otro, se pronuncian los que apoyan la reconstrucción del edificio respetando las características de su fachada. Tras la pérdida irreparable del rollo de Santa Ana, todos convenimos en que la preservación de los últimos ejemplos arquitectónicos de este tipo es una prioridad. Sin embargo, las actuaciones han de ser diferentes según el uso que se quiera dar al edificio. Es curioso que, en este caso, las dos posturas mantenidas en el debate tenían su parte de razón. Si el edificio va a tener como destino viviendas no cabe la conservación integral. A nadie se le puede exigir que invierta en un edificio arcaico, en el que cada parte de la estructura no es reemplazable por elementos de similares características, y que no reúne las condiciones mínimas para constituir un hogar moderno. Habría que reformarlo por completo y, en ese caso, es mejor reconstruir manteniendo o reproduciendo la fachada. La segunda posibilidad es el uso del edificio para oficinas. En este caso la flexibilidad es mayor. La pervivencia de elementos singulares, propios de estas casas, y una mayor flexibilidad en el uso de su espacio permite la conservación casi integral de estos edificios.

Sin embargo, el debate ha destapado otro aspecto no menos interesantes y bastante descorazonador. A pesar de que nadie optaba por la desaparición de esta edificación, alguien levantó en armas a un bienintencionado grupo de vecinos suponiendo tal extremo. Tal ejecutoria parece más una maniobra política que a favor del patrimonio. Además, ciertos grupos aprovecharon para atacar al Concejal de Patrimonio, de la UPL, aunque luego se esclareció que el Concejal de Urbanismo, del PP, que observaba en silencio, era el más implicado. Por último, los ciudadanos nos hemos sorprendido con algún miembro de la comisión de patrimonio de la Junta -que debe dictar las directrices para la conservación-, que expresaba una preocupante inconsistencia de criterios. Comprobar de esta manera el desorden de intereses del que depende nuestro patrimonio causa desconfianza. Notables reliquias culturales pueden desaparecer en el fragor de una lucha política que no conoce límites ¿No se podría acotar algunos campos, como éste, en los que tal contienda quedase al margen?

martes, 10 de junio de 2008

El Interior del Nororeste

La visita a la vecina región gallega resulta de gran interés. Al margen de los abundantes atractivos turísticos de esa tierra, los leoneses podemos descubrir contrastes que alejan el tópico de la Galicia homogénea. Su territorio se presenta fragmentado en áreas que muestran una ocupación diferente. La zona que linda con el mar -banda costera de unos veinticinco kilómetros de ancho- agrupa a la mayor parte de la población. La concentración aumenta en el área más alejada de nosotros: el Eje Atlántico Ferrol-Vigo. Tras esta línea exterior aparece una línea montañosa, de no mucha altura, drásticamente despoblada. Más acá encontramos un interior que, si bien podríamos subdividir, a su vez, en varias partes, comparte algunos aspectos que le dan unidad; entre ellos la baja densidad de población y el escaso desarrollo económico. Esto resulta especialmente importante para nosotros, puesto que nuestra vecina es ésta y no la Galicia de la costa, un lugar, por otra parte, bastante distinto a nuestra tierra. Después de una visita, incluso poco detallada, podemos advertir que la política inversora de la Xunta de Galicia difiere entre estas zonas. El tratamiento de la costa es inversor, mientras que el interior no recibe la misma atención. Por otra parte, tras la publicación de los datos del censo de 2001 del INE, las alarmas han sonado. Galicia pierde peso a un ritmo intenso. Más de treinta conceyos han visto descender su tamaño en los últimos diez años. Sin embargo, sólo dos están en la zona costera. El resto, se encuentran en el interior y su regresión es, además, dramática. Baste un dato más como elemento de juicio: la provincia de Orense perdió un cuarenta por ciento de su población activa ocupada en los últimos veinte años. Esto se ha visto corroborado en el censo.

Y es que, a veces, la abstracción de la realidad que sufrimos, al no llegar noticias de lugares vecinos, hace que nos desentendamos de la evolución real de nuestro entorno. Conviene no olvidar que ese ámbito está integrado también por Orense y por Lugo. Los procesos de despoblación y desinversión que sufren esas provincias, además de la nuestra y de Zamora, deberían provocar una reacción en nuestras autoridades. Al hilo de esto la creciente desconexión de los débiles ejes de desarrollo del interior del nororeste -el lugar que León, Zamora, Orense y Lugo ocupan- tendría que ser causa de preocupación. Sería necesario inducir el acercamiento de los líderes locales para el análisis de los problemas comunes. La creación de un “foro del noroeste interior”, con presencia de ayuntamientos, diputaciones y otras instituciones representativas, podría servir de revulsivo para una amplia zona cuyos problemas son frecuentemente silenciados. ¿Habrá capacidad de liderazgo para convocar tal foro?

lunes, 9 de junio de 2008

Televisión y Deporte Autóctono

El desarrollo de las emisoras locales, al que hemos asistido últimamente, ha situado su número en tres. Tres canales para satisfacer la curiosidad de los leoneses debieran significar una cobertura notable de los puntos de atención más diferencialmente nuestros. A pesar de ello ha quedado claro que una televisión local no es, necesariamente, una televisión autóctona. No se trata de que la parrilla que presentan estas empresas no incluya actualmente programas de producción propia, sino de que la oferta esperable debería adoptar una orientación informativa adecuada a nuestra óptica. Tal espectativa no se ha visto satisfecha totalmente. La programación de nuestras teles podría ser, en general, la de cualquier otro lugar. El caso del deporte es un ejemplo de esta carencia. En nuestro territorio, al que estos medios llegan ya a través de las ondas, existen al menos dos deportes de una entidad notable: los bolos leoneses y los aluches. La ausencia de retransmisiones de estos juegos resulta llamativa cuando -sobre todo la lucha- concitan el interés de miles de personas durante la temporada. La emisión de espacios dedicados a ambas disciplinas y la formación de comentaristas expertos en su explicación brilla por su ausencia. Resulta aún más inexplicable cuando se constata que estos deportes apenas compiten con los mayoritarios: balonmano, baloncesto o fútbol.

Podría argumentarse que estas competiciones no atraen el interés de los televidentes. Sin embargo, cualquiera que conozca, por ejemplo, la emisión televisiva local en Cantabria lo dudará. En la vecina Comunidad Autónoma la extensión de los espacios de bolos cántabros y de regatas de traineras es considerable. El nivel de audiencia es alto porque la calidad de las emisiones ha alcanzado un buen nivel. Existen comentaristas diestros en estas disciplinas. Medios y federaciones deportivas, a la par, han conseguido unos grados de seguimiento público que dejan pequeños los de otros deportes y otros medios.

Por todo esto desde la extensión de la cobertura en León -y la consiguiente multiplicación de televidentes potenciales-, la programación de deportes autóctonos y el desarrollo de una línea de producción de espacios de ese tipo ha cobrado sentido. Sólo falta que alguien se lance a su explotación y que los coordinadores de tales eventos deportivos los organicen con la dignidad necesaria para su repercusión televisiva.

Por otra parte, cualquier pasada experiencia negativa, no debiera servir como referencia. La sociedad leonesa está sufriendo profundos y rápidos cambios en sus hábitos y apetencias. Su evolución apunta hacia nuevos gustos. ¿Habrá audacia suficiente para que los leoneses podamos ver, al menos, resúmenes de la liga de aluches o de la de bolos en nuestros televisores?

sábado, 7 de junio de 2008

Monumentos Fitológicos

Hace unas semanas los medios de comunicación reflejaban la actividad de un grupo ecologista para salvar un centenario árbol de la tala. “Tyto Alba”, que tal es el nombre de este colectivo, lleva años realizando una labor comprometida y loable en favor de la naturaleza y la ecología. En este caso sus miembros procedieron a comprar el hermoso ejemplar para que su madera no terminase adornando a corto plazo el salpicadero de unos cuantos turismos. La acción, en sí misma digna de encomio, tiene un alcance aún mayor por su efecto publicitario. El mensaje que ha permanecido es el de la necesidad de jerarquizar nuestro patrimonio forestal y defender especialmente aquellos ejemplares que, por su antigüedad y rareza, merezcan una atención extraordinaria.
Entender nuestros orígenes es entender nuestros árboles. Por eso sugiero una mirada diferente sobre ellos a fin de que ocupen un lugar más relevante en esta sociedad. León es una zona que, comparada con otras próximas, no destaca por su riqueza monumental. De los mil cuatrocientos núcleos de población que ocupamos sólo un pequeño porcentaje cuenta con piezas arquitectónicas auténticamente notables. La sociedad astur, que configuró la base de lo que hoy somos, evolucionó hacia otra donde los poderes de la aldea eran superiores a los que existían en las regiones vecinas. Esto determinó que los procesos que permitieron el desarrollo de una poderosa y riquísima nobleza en buena parte de España fuesen aquí relativamente atenuados. Escaseando patrocinadores capaces de construir grandes obras palaciegas o eclesiales, hemos llegado al siglo XXI con un racimo de aldeas de urbanización primitiva, de arquitectura popular bella, pero pobre, y con una mala conservación de sus conjuntos arquitectónicos. Sin embargo, esta sociedad, que no construyó palacios ni grandes templos con profusión, supo dar auge a la propiedad comunal. Esa sociedad vecinal, que no erigió una arquitectura de prestigio, preservó el bosque como fuente de recursos e inspiración. De ahí la abundancia de masas frondosas en casi todas las comarcas. Gracias a la tradición forestal encontramos algunos de los más bellos árboles del norte ibérico, como el salvado por “Tyto Alba”. Los ejemplares centenarios, que se extienden por casi toda la tierra leonesa, son un valor que los lugareños no hemos tenido lo bastante en cuenta. Ante la escasez de monumentos arquitectónicos rescatemos estos habitantes, fruto de la naturaleza y de la acción artificial de un pueblo, el leonés, sobre la tierra. La pervivencia de estos monumentos arborescentes puede ser un elemento de atracción de primer orden y forma un conjunto artístico y antropológico singular. ¿Habrá visión e iniciativa para catalogar, proteger y destacar el conjunto de estos valiosos árboles?

jueves, 5 de junio de 2008

San Andrés: Nueva Etapa

La marcha de Miguel Martínez de la alcaldía de San Andrés del Rabanedo abre nuevas oportunidades. Aunque la sustituta, Eugenia Gancedo, ha sido miembro de su equipo abordará su nueva responsabilidad con deseos de superación. Esto debería relegar la pasividad ante los grandes retos que afronta ese municipio.

Gancedo asume el desafío de transformar un racimo de pueblos y barrios dormitorio en una ciudad. Es posible que San Andrés alcance los 40.000 habitantes en un decenio, lo que le supondría ser más grande que Soria, por ejemplo. Para que esto se pueda traducir en el nacimiento de una urbe cabría esperar ciertos cambios. El primero sería retirar esos bloques de hormigón de pésimo gusto de los parques, donde figura la leyenda: “San Andrés, la ciudad verde”. Ni lo uno ni lo otro. Sobran más comentarios.

Valdría la pena urgir la todavía pendiente conexión transversal de la comisaría con la zona Lidl y La Sal. Se trata de zonas populosas y su desmembramiento contribuye a desnuclear el frustrado proyecto de ciudad. La recuperación del escaso patrimonio que ha sobrevivido a la dejadez (las ruinas de Araú, los molinos, las iglesias de estilo popular, algunas casas singulares y pequeñas zonas de construcción campesina de tapial) contribuiría a dignificar ciertos espacios, creando elementos de referencia de los que actualmente se carece.

La ubicación de zonas de servicios debería dispersarse, lo que evitaría los problemas de estrangulamiento en las angosturas de Limonar de Cuba o de la calle Burbia, donde es imposible aparcar a ciertas horas. También la ampliación de aceras raquíticas puede paliar la sensación tan poco urbana de estar de paso.

La Degradación del "Húmedo"

Un paseo pormenorizado por las calles del Barrio Húmedo capitalino nos permite descubrir una zona de la trama urbana de la capital diferente; un lugar que se va descolgando de la normalidad que disfruta el resto del casco urbano. Mientras la ciudad se apresura a remozar la cara, este pedazo de intrahistoria local se debate entre las decisiones municipales tenues, la despoblación y la ruina. La gente no quiere vivir en él. Buena prueba de ello es la escasa acogida a la compra de aparcamientos en el nuevo recinto de la Plaza Mayor, a pesar de que se esperaba agotar las plazas entre los residentes. El abandono asoma tras los recovecos de las calles apoyado por una edificación antigua, de materiales pobres, poco versátil en su distribución interna y una nueva, incómoda por la ausencia de garajes y ascensores. Son muchas las causas del abandono del “Húmedo”. Unas se repiten en otros cascos antiguos, pues este síndrome se ve reproducido, al menos en parte, en otras ciudades de España. Con diferente grado de abandono podemos recorrer el destartalado núcleo de Ávila, el arquitectónicamente degradado de Gijón, el suburbial de Santander o el de Lugo, en un estado similar al nuestro. Otras causas son particulares y, en el caso de León, de gran peso. El crecimiento desproporcionado de cierta hostelería tosca se hace protagonista aquí.

Este barrio, devenido en una masa de barines, ruina y viejas casas, habitadas por sufridos ancianos con alquileres de renta antigua, ha intentado sobreponerse a las circunstancias con el desarrollo de nuevas edificaciones; algunas de horrenda factura y otras diseñadas con más gusto. Aún así la gente más joven ha preferido lugares donde el decibelio y la alcoholemia desmedidos fuesen más acotados. La gente no pretende prodigios para localizar su vivienda: supermercados, bancos, aparcamientos, cierto cuidado estético en las calles, una densidad razonable de negocios hosteleros o medidas de control de las actividades molestas, son algunos pilares para dar vida a la trama urbana. Aunque en el “Húmedo” faltase alguno, serían muchos los leoneses que residirían gustosos, pero no resulta aceptable la ausencia de casi todo. Días atrás el Ayuntamiento comunicó el desarrollo de un nuevo plan, financiado con fondos europeos, para reactivar la zona. Las claves del programa serán desveladas tras un estudio. Sin embargo algunos elementos de actuación prioritaria son tan evidentes que la autoridad municipal podría empezar a tomar medidas. La vigilancia estricta del estruendo, el descenso progresivo de la densidad de bares hasta valores algo por encima de otras zonas de la ciudad y su localización sólo en ciertas zonas son soluciones para las que no hay que discurrir mucho. ¿Habrá valentía para no posponer tales decisiones?

martes, 3 de junio de 2008

El PGOU Incompleto

Se presenta estos días el borrador del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de León. Se trata del documento que ha de plasmar las grandes líneas para que la ciudad crezca de una manera ordenada, armónica y eficiente. El plan supone una reflexión sobre qué es León en la actualidad y qué puede llegar a ser. Por ello debería constituir una parte de otro conjunto mayor: el plan estratégico de León, que nunca se ha llegado a redactar. Es posible, por tanto, que la parcialidad con que se aborda, en ausencia de otro marco superior, provoque deficiencias notables. El Plan comienza diciendo, entre otras cosas, que León es la única capital de más de cien mil habitantes, en España, que no está conectada con la red nacional de autovías. Aparte de lo esclarecedor que resulta que un equipo de técnicos haga una constatación de ese calibre como cuestión previa –lo que ha de hacer reflexionar a todos los grupos políticos-, tal afirmación supone que, en función de los futuros cambios en el tráfico de acceso a la ciudad, las tendencias de crecimiento podrían verse sustancialmente modificadas. La colmatación del municipio se realizará en gran medida a expensas de esos tráficos, y no sólo de una planificación más o menos voluntariosa. Por eso se echa de menos en la propuesta medidas nuevas. De hecho, sobre el casco urbano consolidado no se actúa sustancialmente.

Faltan grandes vías que atraviesen la ciudad, algo indispensable en un núcleo que alcanzará dimensiones respetables. El acceso al centro seguirá siendo problemático, como lo es hoy. Por ejemplo, sabíamos por dónde llegaría la autovía León-Benavente, pero ¿cómo se penetrará desde allí hasta Ordoño cuando las áreas de Antibióticos y Azucarera estén construidas y pobladas? No se propone una solución. Se aprecia medidas tímidas, pero falta una o dos que marquen la diferencia entre la ciudad pasada y la futura. Ese gran eje o ejes que, atravesando la aglomeración, unan el centro con las rondas ¿dónde están?. Castellana (Madrid), Diagonal (Barcelona), Kansas City (Sevilla), son viales de este tipo. El homólogo corredor Miguel Castaño-Lancia-Carretera de Alfageme, el más plausible, está sin trazar. El plan quedaría, así, incompleto.

Otro aspecto que debería haberse mejorado es la información pública. La página de internet resulta poco útil. Archivos que tardan en descargarse “siglos” se suceden. A la par, la visita a un conjunto de murales, como los de la exposición –muy digna, por cierto- de la Plaza de San Marcelo, no es la forma más lógica de reflexionar globalmente sobre la ciudad. Falta el acceso a información fragmentada convenientemente, con visión utilitaria. En definitiva, el plan es necesario, pero esta fase resulta insatisfactoria. ¿Habrá alguna posibilidad de subsanar estas lagunas?

lunes, 2 de junio de 2008

Urbanismo en San Andrés

La fase de exposición pública del borrador de Plan General de Ordenación Urbana de León da pie a la reflexión sobre el área metropolitana. En esa conurbación, liderada por el municipio leonés, se encuentra también el de San Andrés del Rabanedo. Resulta de especial interés su evolución, ya que se trata del tercer municipio de la provincia. Además, en los últimos diez años presentó un aumento del censo sobresaliente. A ello se suma que la previsión para los próximos decenios es de continuo crecimiento. Para tener una idea más precisa, eso significaría que, al ritmo actual, en unos veinte años, el municipio podría aproximarse a las cifras censales que Ponferrada presenta hoy; de ahí la importancia del análisis a que debe someterse la expansión de este municipio.

Se puede afirmar que el orden urbanístico está ausente en buena parte del término rubaniego. Las zonas menos rurales, como la avenida Párroco Pablo Díez o la calle Azorín, han crecido como corredores flanqueados por murallas. Una sucesión de manzanas enormes limitan la movilidad lateral desde esos grandes ejes. De hecho, ir desde la Escuela de Ingenieros Agrícolas, en Armunia, hasta la sede municipal de San Andrés del Rabanedo es una odisea que transcurre por laberintos de callejuelas, si no se desea optar por dar un importante rodeo. Otro tanto sucede si deseamos desplazarnos desde ese edificio hasta el área del Hospital “San Juan de Dios”, a sólo unos cuatrocientos metros en línea recta. No parece especialmente preocupado el equipo de gobierno por esta situación, visto que una de las soluciones parciales al bloqueo del que hablamos, la apertura de la calle Padre Heriberto Ampudia, está siendo retrasada, a pesar de que el convenio para su financiación está firmado hace muchos meses y que los fondos llevan tiempo disponibles. Los problemas de tráfico en San Andrés continúan así creciendo inexplicablemente. A falta de que sean edificados una gran cantidad de solares los atascos matinales crecen desproporcionadamente.

Al margen de la necesidad de que se redacte un Plan General de Ordenación Urbana es imprescindible que el grupo de gobierno empiece a proyectar las grandes líneas del tráfico transversal del municipio. El sentido común es suficiente, de momento, para que este importante municipio del alfoz no se convierta en un área degradada. Habría que actuar antes de que los problemas se hayan tornado irresolubles. El desarrollo de conexiones perpendiculares a los grandes ejes entre la carretera de Oteruelo y Párroco Pablo Díez, Azorín, y la carretera de Caboalles son actuaciones urgentes que una alcaldía responsable no debería retrasar. ¿Habrá visión de conjunto para hacer de San Andrés la ciudad moderna que podría llegar a ser?

domingo, 1 de junio de 2008

Presupuestos y Contradicciones

Se escenifica estos días la dramatización que, entre la Junta de Castilla y León y los partidos de la oposición, tiene lugar cada año por estas fechas. En ella los presupuestos se discuten como si fuesen el reflejo fiel de las inversiones y gastos institucionales. Nada más lejos de la realidad. Ejercicio tras ejercicio comprobamos en las memorias de cada consejería que entre lo pretendido y lo realizado existe una notable distancia.

A pesar de haber transformado los presupuestos -eficaz herramienta contable- en carnaza política, su publicación nos permite vislumbrar las grandes líneas de actuación de la Junta. Así, los tomos traslucen un problema nuclear de León y de esta Comunidad Autónoma. La aplicación provincializada, tras depurar los artificios contables que hacen figurar fondos de otras administraciones como propios, demuestra que León no recibe lo que le corresponde según las reglas de la proporcionalidad. Esta situación viene repitiéndose desde el primer presupuesto del ente. El montante no invertido o gastado en León en los últimos dos decenios supera el billón en pesetas constantes del año 2000. La detracción de fondos de los contribuyentes leoneses para ser invertidos en otras zonas no se puede calificar de solidaria, puesto que es unidireccional -siempre hacia Castilla-, no se transfiere de los más ricos a lo más pobres, sino al contrario, y carece de causa legítima. Tal circunstancia, que unos motejan de colonialismo, otros de expolio y algunos de simple desequilibrio, resulta inexplicable en un estado moderno, según conviene la mayoría.

La territorialización de los dineros públicos es una necesidad, con independencia de que cierta parte de los mismos se destine a un fondo de solidaridad o cohesión, de asignación escrupulosa, por estricta necesidad. En este camino se encuentra, entre otras, la propuesta de la federación de municipios y provincias llamada “segunda descentralización”. Según la misma la Junta debería transferir competencias y fondos a los ayuntamientos, mancomunidades, comarca y diputaciones. Eso permitiría paliar la penosa situación financiera de muchas de nuestras entidades locales. Situación originada en parte debido a la escasez de fondos aportados por la institución autonómica y a la necesidad de cubrir servicios que ésta se negaba a dotar. La territorialización del presupuesto que debería aparejar este proceso podría suponer un cierto retorno a la lógica en el campo de la inversión pública en León. Por esa razón, vistos los desafortunados precedentes, habrá que observar con detenimiento el desarrollo del proceso transferencial que se avecina. ¿Cómo resolverá estas contradicciones el ya asentado, aunque todavía nuevo presidente autonómico?