domingo, 30 de septiembre de 2007

San Andrés y el Urbanismo

San Andrés del Rabanedo es uno de los municipios más pujantes de León. Su población se aproxima rápidamente a los 30.000 habitantes y, si no cambia la tendencia, en pocos años rebasará la dimensión de Aranda de Duero, Miranda de Ebro y Soria –en torno todas a los 35.000-, con lo que pasaría a ser la décima población de la Autonomía.

Sin embargo no parece que el ayuntamiento esté actuando de acuerdo con esta proyección. Observando la organización de este municipio se aprecia que la transición desde lo que fue una agrupación de núcleos rurales a lo que es un casco urbano en proceso de estructuración se está desarrollando de forma deficiente.

No existe una conexión eficaz entre las distintas partes del municipio. Las zonas primigenias, de arquitectura y urbanismo rural, se han ido mezclando desordenadamente con las áreas de construcción moderna. No existe política de conservación del patrimonio. No se resuelven los problemas de organización en el entorno de Párroco Pablo Díez. Muchas de las nuevas áreas urbanizadas sufren de infraestructura vial insuficiente y de carencia aparcamientos. En definitiva, la suburbialización de buena parte del municipio emerge en el horizonte de San Andrés.

En sentido contrario, una población apegada a los pueblos y fundamentalmente trabajadora, de orden, activa, joven y llena de niños palía este desnorte planificador en que permanece el municipio. San Andrés es una ciudad dormitorio en la que la gente recala por el moderado precio de la vivienda y los buenos servicios de transporte, pero a la que le falta un urbanismo atractivo capaz de centrar la vida familiar.

Son evidentes las necesidades. Un vial articulador, quizás de cuatro carriles, que una la glorieta de Pinilla con Párroco Pablo Díez -que podría ser la nueva calle Dulcinea- es perentorio. Es urgente dar una solución a la entrada y salida de la calle Limonar de Cuba, que ha pasado de ser tranquila zona residencial a cúmulo de servicios sin accesos dignos. Es inverosímil la carga de población que se acumula en la zona de la fábrica de sofás, sobre un trazado de calles que, en origen, servía a casas unifamiliares. Resulta extravagante el fondo de saco en que se está convirtiendo la nueva urbanización en la calle Constitución, sin que exista otra posibilidad de salida que esa misma calle.

No se trata de repasar todo el municipio, pero es inevitable temer por lo que pueda prepararse para el área vacía entre Azorín y la zona Lidl. Una planificación inadecuada podría condenar definitivamente la mejor zona de San Andrés.

Esperemos que los munícipes aborden la expansión de San Andrés con la ambición que, por ejemplo, se percibe en Villaquilambre. De ello depende que se fragüe un futuro de ciudad, de barrio dormitorio o de bolsa suburbial.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Ganó Más

Asistimos a las fases decisivas de la reforma del Estatuto de Cataluña. Se atraviesa el tramo final, por lo que se puede vislumbrar ya algunas consecuencias. Con frecuencia la atención se vuelca sobre los temas económicos, que son de gran importancia, pero las precisiones sobre el futuro político de Cataluña pueden ser tan relevantes como aquéllos.

Cuando se abordó la negociación del primer texto por los partidos del arco parlamentario catalán la situación era bien distinta a la actual. Artur Más, líder de Convergencia i Unió, se encontraba seriamente cuestionado desde las filas de la coalición que dirige, tras la debacle en las elecciones autonómicas. Durán Lleida había dejado entrever la incomodidad de su grupo, Unió Democrática de Cataluya, con un cabeza de lista que había sido claramente derrotado tras años de preeminencia de CIU en la política de la Generalitat.

El proceso de debate del borrador del Estatut se caracterizó por el impulso de Maragall en sus inicios -quien pretendía pasar a la historia como el refundador de la nación catalana-, por el énfasis en el intervensionismo que Ezquerra Republicana de Catalunya introdujo en la redacción -para intentar el blindaje de competencias- y por el exigente postulado de financiación que CIU convirtió en su bandera, al punto de rebasar a ERC. De esta manera ERC se vio privado de parte de su espacio político en la escenificación pública. El primer paso de Más hacia el éxito había concluido.

Tras el pacto entre la mayoría de las fuerzas políticas catalanas, que dejaba al PP como fuerza aún menos relevante de lo que ya es en aquel territorio, se produjo la negociación en Madrid. ERC intentó ocupar el lugar perdido y adoptó posturas maximalistas en cuestiones que CIU le había dejado, como la definición de “nación”. Para entonces Maragall ya era considerado desleal dentro de su partido por haber cedido mucho y mal ante sus interlocutores de Cataluña. Probablemente, si atendemos a las maneras de Zapatero, ya debe estar decidido que este proceder le costará el futuro político.

Ha sido entonces cuando CIU ha adoptado una postura flexible. ERC, sumida en la confusión, ha visto cómo Más explicaba que el texto negociado contiene importantes avances para el autogobierno catalán y que algo había que ceder. La ciudadanía ha recogido el mensaje y ERC, perdida en un debate interno, podría quedar al margen, si es que no ha quedado ya.

La foto del pacto no deja lugar a dudas sobre los ganadores: Zapatero y Más se estrechan las manos a las puertas de la Moncloa. La interpretación indica que ni Carod ni Maragall cuentan en el futuro poselectoral catalán. Finalmente, parece que ZP ha conjurado el riesgo de un gobierno catalán ERC-CIU y Más ha recuperado la iniciativa para las próximas elecciones. Mientras, el PP cruje.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Valladolid y Cataluña

Las declaraciones de un consejero han suscitado el escándalo. Que la Junta de Castilla y León reclame el reparto entre toda la Autonomía de los fondos de cohesión que el Gobierno Central quiere destinar al País Leonés y a Ávila es la causa. Dicho consejero es vicepresidente de la Junta. Se trata del dirigente que más tiempo lleva en el gobierno autonómico, casi dos décadas. Ha pasado por gran parte de las consejerías, que se encuentran tomadas por altos cargos de su cuerda. Se dice que él es quien dirige en realidad el gobierno. De ello se deduce que las declaraciones de este hombre muestran la voluntad de la Junta.

Tras las primeras reacciones en León, el ejecutivo autonómico se apresuró a matizar que lo que se había pedido era ampliar los fondos de cohesión de 900 millones a 1500. Por esta vía se pretendería dedicar el excedente a otras provincias, respetando los 900 millones propuestos inicialmente para la zona desfavorecida. Sin embargo, si se indaga la naturaleza de esas intenciones resulta difícil encontrar una justificación razonable.

El núcleo de la dicusión sobre estos fondos europeos no está en si la Región Leonesa y Ávila reciben 900 ó 1500 millones de euros. La cuestión es que, utilizando la pobreza de esas tierras, se pretenda hurtar sus recursos para aplicarlos en Valladolid o Burgos, provincias con niveles de renta que superan a otras zonas ricas de España. Tanto si aplican 900 millones como si son 1500, el destino ha de ser Ávila y la Región Histórica de León.

Por otra parte, es cínico quien reclama fondos de cohesión para provincias ricas. Sobre todo si al tiempo protesta porque las provincias catalanas, algunas con rentas más bajas, quieran destinar menos a fondos de nivelación. Así, resulta lógico que en Cataluña no se quiera transferir “fondos de solidaridad” para que Valladolid u otras provincias ricas, que disfrutan de una renta superior a buena parte de Cataluña, los reciban. Es evidente que gobiernos autonómicos como la Junta son los que provocan tensiones en España.

Mientras tanto la Provincia de León apenas recibe atención de la Autonomía desde que se inició el Plan del Carbón. La Junta retiró partidas propias, que se vieron sustituidas por fondos del programa. El resultado ha sido que las zonas mineras han recibido importantes asignaciones, aunque menos de lo que les correspondería, al no existir el efecto de la adicionalidad. Por el contrario, el resto de la Provincia sufre un aguda anemia económica que amenaza prolongarse tanto como dure el binomio del plan de las cuencas mineras, y la Junta de Castilla y León.

En definitiva, esos fondos europeos no corresponden a Valladolid ni mucho ni poco. Que la Junta pretenda desviarlos, cuando venían a subsanar su déficit de inversión en el País Leonés es una ...

El Retrato Estatutario

Más allá de otras cuestiones, el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía en Castilla y León permite a los ciudadanos evaluar el grado de compromiso de los políticos con la circunscripción electoral leonesa, a la que representan. El debate, al que no le queda mucho tiempo –tres o cuatro semanas si no hay novedades-, se encuentra en una fase avanzada, pero aún podría introducirse alguna enmienda.

Uno de los aspectos que más patente ha quedado es la diferente percepción del problema leonés que existe en León y en Valladolid. La causa es la consigna de la Junta de compartimentar la información para que apenas haya noticias de León en Pucela en cuestiones de fondo. Así, la ambición de autogobierno, que es una cuestión central para la mayoría de los leoneses, allí se piensa que es marginal y que lo defienden grupúsculos aislados. De ello se induce que un propósito del leonesismo debiera ser el trabajo didáctico-divulgativo en Valladolid.

Sobre la posición del PP en León ya nos extendimos hace días y no parece que se estén operando cambios. La desconexión de los populares con la sociedad leonesa es creciente. Si no se produce un cambio de personas o de ideas, parecen encaminarse a un declive continuado a medida que se vayan sustituyendo las capas de votantes más fieles y mayores. El motivo es que su oferta mira más hacia Valladolid y Madrid que a León.

En cuanto al PSOE, está atravesando un periodo de reequilibrios, puesto que los responsables de perder las elecciones de los últimos años, los vallisoletanistas, se resisten al relevo. El núcleo proleonés va ganado adeptos, aunque con lentitud. Además la postura ambigua de su secretario provincial desconcierta a todos.

El apoyo expreso de la ejecutiva provincial a la birregionalidad propuesta por Fernández para el estatuto no es más que un gesto estéril si no se complementa con mociones municipales en cada uno de los ayuntamientos donde los socialistas tienen la mayoría. En resumen, los socialistas deben confirmar si tienen un proyecto para León o son como los populares.

Por su parte, la UPL está al margen de la negociación. Es coherente porque quien no cree en esta autonomía no puede estudiar la reforma de su estatuto si no son aceptados unos ambiciosos mínimos. Es conocido que los otros dos partidos no están dispuestos a aceptar esos cambios.

No obstante algunos miembros de la UPL han estado intentando introducir enmiendas entre bastidores e, incluso, han conseguido pequeños avances. En cambio otros no han sido capaces de intentarlo aunque fuera para introducir un mínimo retoque. En ambos casos han quedado en evidencia los diferentes grados de compromiso con León. En esa medida podrán ser valorados los candidatos en el próximo congreso, ya que un político ha de medirse por sus logros.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Cistierna

Cistierna es una pequeña ciudad. Se trata de la más nororiental de la Provincia de León y se encuentra en una profunda crisis. La evolución del censo de esta villa resulta esclarecedor. La población municipal rebasaba en el año 1996 los 4.500 habitantes. En el padrón de 2005 constaban 3.863.

La importancia de Cistierna reside en que es la mayor población de un gran área que abarca desde Potes hasta Mansilla de las Mulas, y desde Velilla del Río Carrión hasta La Robla. Se trata de un espacio enorme que carece de un centro de servicios capaz de satisfacer las necesidades de sus escasos habitantes.

Uno de los déficit más notables de Cistierna eran sus comunicaciones por carretera. El eje subcantábrico, en avanzado estado de desarrollo, ha venido a subsanar este defecto parcialmente. La comunicación con la futura autovía León-Valladolid es la solución pendiente más notable. Por otra parte, los enlaces con los valles del norte, a través de la presa, son mejorables, aun cuando sea imprescindible limitar el impacto ambiental.

Sin embargo no son las comunicaciones el aspecto decisivo que pueda resolver el futuro de Cistierna. Tampoco las empresas del mermado polígono de Vidanes. La llave del progreso está en la propia ciudad. Se trata de un casco urbano escasamente atractivo donde nadie acudirá a vivir.

La nueva circunvalación es una oportunidad para integrar su calle central como una arteria interior. En Cistierna falta un auténtico centro urbano, un polo magnético, una zona con alta densidad de población, construcción cuidada, zonas para los peatones, mobiliario urbano atractivo y organización apropiada a los usos comerciales.

Parece como si la ciudad no creyese en sus posibilidades. Es llamativo que se insista en lemas como “puerta de los Picos de Europa”, que están tan lejos como Mansilla de las Mulas o Cármenes. Hay una omisión acomplejada del valioso patrimonio que rodea y da entidad a Cistierna.

Va siendo hora, por ejemplo, de que se hable del repetidor de Olleros de Sabero, donde se encuentra uno de los más impresionantes miradores de la Provincia. Es necesario divulgar el prodigioso bosque de Valdellorma y Rueda, la masa forestal compacta más extensa de León. Es obligado promocionar los misteriosos rincones del bosque del río Corcos. Es imprescindible mostrar los hórreos de Felechas y los hornos de Garfín. Hay que publicitar la garganta del Cea, el Macizo de Mampodre y los rincones amenos de Valdetuéjar.

En definitiva, Cistierna debe mostrar lo que le es propio sin complejos, porque está rodeada de algunos de los lugares más preservados y desconocidos para el turista. Si Cistierna rehabilita su potencial atractivo, en medio de ese área recóndita, y ofrece el magnetismo de sus agrestes espacios periféricos estará en el camino de la recuperación.

martes, 25 de septiembre de 2007

El Circo MINER

Asistimos en estas semanas al debate sobre el destino de los fondos del Plan del Carbón. Cada día que pasa la discusión se vuelve algo más dolorosa y pintoresca, evidenciando la falta de estrategias globales para el desarrollo de las cuencas mineras. En estos momentos, tras años de inversiones, la sensación que está llegando a la calle es que los fondos del carbón son una especie de botín que se ha de gastar como sea.

La cuestión de la autovía León-Villamanín es un ejemplo de cómo se pretende invertir de un tirón los valiosos recursos que se distribuyen. Que el tramo León-La Robla, con denso y creciente tráfico, podría aportar ventajas es una realidad, pero ¿qué mejoraría una autovía de La Robla en adelante? La carretera nacional es una vía rápida por la que no es raro mantener velocidades medias de unos 80 kms/h. ¿Justifica el tráfico esta petición? ¿No sería más razonable mejorar la carretera nacional hasta garantizar velocidades superiores?

Por su parte, la famosa “autovía Braganza-La Espina” va tomando forma en medio del desconcierto lacianiego. Parece que la vía rápida -que no autovía- podría penetrar en León dejando Villablino a unos kilómetros. ¿No es el momento de recuperar la iniciativa desde esta villa? Se podría reclamar un triple vial que convierta este pueblo en centro de comunicaciones. ¿No es acaso plausible proponer dos corredores rápidos desde esta villa hasta la carretera de La Espina por el norte y por el sur? Con un tercer vial hasta la autovía del Huerna, Villablino llegaría a ser un modesto centro de comunicaciones dentro de la Cordillera Cantábrica.

La idea de relegar Ponferrada dentro de las prioridades de los fondos MINER es otra propuesta peregrina. Si hay un lugar atractivo para las empresas en el occidente leonés es ese núcleo. Restar fuerza a esa opción va en contra del sentido común. Los pequeños ayuntamientos deberían de aplicarse en mejorar su calidad residencial, puesto que como lugares de residencia han de pervivir. Es evidente que ningún inversor foráneo pondrá una industria en los terraplenes de la periferia berciana.

Por último, cabe preguntarse dónde está la Junta. ¿Dónde está nuestro interlocutor? La institución carece de planteamiento propio para el desarrollo de la zona. Hay una preocupante ausencia de criterio en el gobierno autonómico sobre qué hacer concretamente para trazar el futuro de las zonas carboníferas.

Por añadidura, se ha dicho que la Junta apoya la conexión con Braganza, pero es falso. La carretera internacional desde Puebla de Sanabria es autonómica. Portugal lleva años intentando consensuar una vía rápida por ese trazado y Valladolid ha ignorado toda intención. La Junta no sólo no invierte, ni arbitra, ni propone, sino que se erige en un factor de confusión más en medio de este barullo.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Acceso Sur

Durante los últimos meses un grupo de vecinos de un municipio del sur de León ciudad vienen protestando por el trazado de la futura autovía de acceso sur de León. Parece que ser que la construcción de la infraestructura en cuestión supondría partir el territorio de ese municipio y que dicho impacto sería muy perjudicial, según ellos, para su estructura y crecimiento urbano.

Al hilo de esos argumentos la agrupación ha llegado a demandar que el acceso sur a León no se desdoble. Sus protestas se han alzado en los periódicos en forma de espacios contratados para la emisión de manifiestos en contra del vial. Entre diversas demandas, se exponía que el acceso sur a León es innecesario.

Quienes sostienen una discusión como ésta han de saber que desde fuera la suya se ve como una iniciativa estrafalaria. No se trata tanto de las cuestiones de fondo, en las que podrían tener razón, sino en la forma en cómo se está conduciendo este debate por la disidencia. Como consecuencia podría darse el caso de que la agrupación en contra del trazado, que con toda probabilidad tiene muchas propuestas que aportar, dejase de ser escuchada por mantener posturas irreductibles.

Que la ciudad de León tiene un agudo problema en sus accesos es una evidencia que no necesita explicación. Que penetrar en León desde Mansilla de las Mulas o desde Onzonilla es una experiencia idónea para observar la desestructuración urbana, la suburbialización y el feísmo paisajístico es algo que nadie niega. Que la resolución de esos problemas pasa por establecer el orden urbanístico y que para eso conviene extraer los corredores de tráfico rodado de las zonas más densamente pobladas no parece requerir mucha ciencia.

Hay que reclamar a este colectivo el retorno al sentido común que, sin duda, abunda en el grupo. Un vial como el que se propone reducirá notablemente la carga de la carretera nacional, en la que cruzar de un lado a otro supone jugarse la vida en la actualidad. El acceso sur a León permitirá recuperar una parte de la antigua nacional como tramo urbano, el mejor del municipio en términos de amplitud y seguridad.

La autovía, elevada posiblemente sobre un talud artificial, inducirá un efecto pantalla, pero sobre zonas con baja densidad de población. ¿Se puede pedir menos efectos adversos en este aspecto? Otra cosa es que a nivel particular se estime que existen perjuicios. Pídanse las compensaciones pertinentes. Incluso, si el ayuntamiento lo considera necesario puede pedir contrapartidas, como podría ser una unión transversal digna desde la orilla del Bernesga hacia la zona sur de la Valdoncina.

En último término, diálogo y sentido común son herramientas imprescindibles. El sur de León tiene por definir su traza urbana. Esta ocasión puede ser la oportunidad para plantearlo.

sábado, 22 de septiembre de 2007

León y la Lada-Velila

El Principado de Asturias dispone de un potente parque de generación eléctrica que pronto se verá incrementado con una central más, en Lada. Debido a esta concentración la vecina región exporta energía al resto del país. Sin embargo su situación geográfica, rodeada de otras zonas generadoras, y limitada por cadenas montañosas y espacios naturales, no es la mejor para facilitar este traslado.

Las compañías del sector han buscado las soluciones más beneficiosas para su cuenta de resultados. Por ello intentan ahorrar en la longitud de la autopista eléctrica, lo que reduce los costes de construcción y minimiza las pérdidas del transporte. Esto implicaría un trazado de las líneas de evacuación recto, hasta el centro distribuidor correspondiente, en Velilla del Río Carrión (Palencia).

Atendiendo a otras consideraciones las instituciones públicas han dictaminado que la línea de alta tensión no transcurra por los Picos de Europa, ni por otras zonas protegidas. Si atendemos a esta premisa, las posibilidades de realizar un tendido minimizando los daños ambientales y paisajísticos se reducen a levantarlo junto al curso del río Bernesga.

Una vez se ha ido fraguando este itinerario, las poblaciones de la zona han manifestado su desacuerdo alegando el daño que también afectaría a sus valles, sin entrar en otras consideraciones.

Para valorar la idoneidad del trazado debemos hacer algunas precisiones. Ya transcurren por el corredor del Bernesga otras líneas de alta tensión desde Asturias. Por ese trazado discurre además una carretera nacional con notable carga de tráfico. En esa misma línea se encuentra una central térmica que, por lo que sabemos actualmente, es muy contaminante. También existe una enorme cementera y numerosas canteras a la vista de todos. En la cuenca del Bernesga está una inmensa mina a cielo abierto, el trazado del futuro tren de alta velocidad entre León y Oviedo, numerosas minas abandonadas, una estación de esquí, y más naves industriales de las que se puedan encontrar en cualquier otro lugar de la montaña leonesa, con la salvedad de Villablino. Por si fuera poco, los alcaldes de la zona reclaman la construcción de una autovía.

Es evidente que no hay justificación lógica para llevar la línea eléctrica Lada-Velilla por fuera del corredor del Bernesga. Esto no supone incomprensión con quienes protestan por las molestias que pudiera originar. No obstante cabe recordar que gracias a esto, las posibilidades de ofrecer desde sus pueblos turismo ambiental en las cercanas comarcas contiguas es una realidad; que sus pueblos son los mejor dotados para el desarrollo empresarial de la montaña leonesa; que sus cabeceras, gracias a eso, concentran servicios no disponibles en otras zonas montañosas y que, además, se pueden pedir compensaciones.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Esquizofrenia Política

La reforma del estatuto de autonomía de Castilla y León está poniendo en evidencia contradicciones entre miembros del partido popular de León. La posible inclusión en el texto enviado a Madrid de alusiones a la Región Leonesa y a sus diferencias del resto de la comunidad autónoma inquieta a la cúpula popular. Pero es la directiva de Valladolid la que más agitada se muestra.

En contraste, es público que un amplio grupo de militantes populares de León manifiestan en privado sus preferencias por una autonomía leonesa o por un reconocimiento especial hacia esta región. En esa misma intimidad expresan su queja por el centralismo, pero sus lamentos no trascienden de las barras de los bares. En resumen, reconocen la singularidad leonesa y los perjuicios que ocasiona su solapamiento forzado por las autoridades autonómicas.

A pesar de ello no parece que los conservadores leoneses estén haciendo labor alguna por reclamar lo que la lógica dicta: el reconocimiento de la Región Histórica Leonesa, tal y como fija la Constitución. Choca también constatar cómo ediles leonesistas, traspasados al PP desde la UPL, como los alcaldes de Lorenzana, La Virgen del Camino o Toreno, no actúan en coherencia con sus ideas. De igual manera ¿cómo entender el silencio de algún portavoz municipal popular que hasta hace poco mostraba su carnet de la UPL?

Por su parte, asombra la falta de pulso en esta ocasión de quienes se decía eran encendidos defensores de León: unos con el moranismo, otros mientras se sumaban a manifestaciones leonesistas militando en Alianza Popular. ¿Qué ha sido de la coherencia ideológica y de las creencias de esos políticos? ¿Se agotó la integridad para defender la propia tierra más allá de los intereses del partido o del cargo?

León no recibe reconocimiento alguno efectivo en el estatuto todavía vigente y podría no obtener ninguno en el nuevo. Sin embargo la elaboración del primero se produjo en unos momentos de confusión que ciertos caciques aprovecharon para configurar una autonomía a su medida. Por contra, la actual reforma se hace en un marco social diferente. Los leoneses son ahora conscientes de la continuada agresión que el nuevo texto garantizaría si no recoge la singularidad leonesa.

Por esta causa, si los populares leoneses y su sección de inmigrados políticos desde la UPL permanecen en silencio ante el atropello de los derechos de León se estarán convirtiendo en cómplices. Ambos pueden elegir entre permanecer como marionetas de intereses foráneos o recuperar la dignidad política que hasta ahora no han conquistado en este proceso. El requisito para salvar su papel en la reforma estatutaria es realizar un gesto eficaz a favor de León. Se trata pues de un reto desde conceptos tan clásicos como los de la honra y los principios.

Subversión de Valores

Acaba de tener lugar un debate en torno a unas caricaturas de Mahoma. En algunos países islámicos se han producido reacciones violentas ante la representación jocosa del profeta en un medio danés. La opinión ha valorado la acción y la reacción. Finalmente se ha discutido sobre la naturaleza de una respuesta adecuada. La conclusión se ve condicionada por la necesidad de proteger la libertad de expresión, pero es impelida en sentido contrario ante la prudencia que requiere la marea ultraislamista. Sin embargo queda una pregunta que casi siempre se olvida: ¿qué es lo sustantivo en esta coyuntura? ¿Cuál puede ser el valor fundamental sobre el que se apoye la acción de los países europeos?

No menos ruidosa ha resultado la prohibición de fumar en los centros de trabajo y en muchos locales de restauración y ocio. La inflexibilidad de algunos planteamientos ministeriales sorprendió incluso a los no fumadores. Cabe preguntarse ¿qué es lo esencial sobre la prohibición del consumo de tabaco? ¿qué subyace sobre esta acción coercitiva que a tantos descontenta?

Por citar otro caso parecido, podemos atender a la insistencia de los medios gubernamentales en el uso del ordenador y de internet. La fiebre por subvencionar la presencia de estas máquinas y por abrir puntos de conexión a la red ha llevado a considerar su presencia como parte decisiva del desarrollo. ¿Es el acceso en sí mismo un indicador sustancial del progreso? ¿Es la omnipresencia del ordenador un síntoma de avance social?

Un análisis superficial, pero detenido de éstas y otras cuestiones nos llevará a concluir que nuestra sociedad está produciendo una subversión de los valores fundamentales. Podemos apreciar frecuentemente que las cuestiones sustantivas quedan envueltas en un maremagnum de aspectos accesorios; cuestiones que no deberían condicionar más allá de la simple matización nuestras opiniones.

Así, en el primer caso citado observamos cómo una de las mayores conquistas de la humanidad: la libertad de expresión, se oculta en ocasiones ante conflictos religiosos que en la sociedad laica no caben. La libre expresión concluye donde los juzgados establezcan, no donde los sacerdotes de cualquier credo marquen. El antitabaquismo radical pierde fundamento cuando las térmicas y los incendios de neumáticos envenenan nuestro aire sin que los mismos ultras que abominan del cigarro muevan un dedo por evitarlo. Los ordenadores o internet son herramientas, medios para acceder a cierta información cuando sea necesario. Fuera de tal utilidad estos recursos son puro negocio.

Observamos, en fin, que la conversión de los medios en fines es un vicio de nuestro tiempo. Combatirlo preguntándonos qué es lo sustantivo de cada coyuntura puede ser una herramienta eficaz para evitar la manipulación.

martes, 18 de septiembre de 2007

Horizonte Electoral

Las próximas elecciones municipales y autonómicas tendrán lugar en mayo de 2007. La cercanía de esta convocatoria está provocando los primeros movimientos dentro de los partidos políticos para definir listas y estrategias. En consecuencia cabe esperar que los próximos meses asistamos a una crónica política aún más intrigante y abigarrada que la actual.

En el PSOE parece que, salvo excepciones, las líneas maestras y los candidatos van a venir marcados preferentemente por la continuidad. Los más tempraneros, como Martínez, empiezan a elaborar el programa electoral. De eso trata el cuestionario que el alcalde de San Andrés del Rabanedo ha remitido a los ciudadanos para recoger sus sugerencias, tal y como se hizo en la capital en su momento. La recogida de datos se prolongará hasta el verano y, así, el programa quedará rematado el último trimestre del año.

El PP parece un mar de dudas y especulaciones. La división interna, la ambición por el poder y por determinados puestos, y la creciente inquietud ante la extraña situación de la calle Génova están condicionando la prerredacción de las listas. Una posible pérdida de la alcaldía de la capital y la necesidad de pactos para gobernar en Ponferrada podrían acrecentar la inquietud que ahora se percibe. Atemperar el adverso horizonte va a ser una labor compleja y poco gratificante. Sin embargo abre la posibilidad de que alguien -quizás un novel- pueda realizar una faena de altura.

Entre los leonesistas parece existir tensión, pero no deja de ser lógico en un periodo de estabilización y madurez tras los sucesos del año pasado. Entre la militancia prevalece la opinión de que en la UPL de hoy no sobra nadie. No obstante, se cuestiona el orden de prelación en la cúpula, dado que quienes dan portavocía principal a ese partido no han demostrado la ejecutoria esperable en un primer nivel.

Sin embargo existen recelos sobre la posibilidad de que esa terna procure excluir a una parte de la formación. Las negociaciones que, sin contar con nadie, intentaron realizar hace unos meses con otros partidos sembraron la desconfianza sobre su aptitud. Se teme que podrían rellenar las listas con amigos sin historial o aportación alguna en el leonesismo. Les costará trabajo y transparencia recuperar la fe de los militantes.

Además, unas listas trufadas de paracaidistas llevarían a la UPL al desastre. Sólo diferenciando su mensaje del de la competencia podrá sobrevivir; mucho más cuando podría haber un nuevo concurrente. Para esa labor el camino es hacer leonesismo, una vía para la que el resto de formaciones ni tiene ideas, ni personas.

En definitiva, el próximo escenario electoral se presenta abierto e imprevisible en León. Las próximas semanas desvelarán los pactos y estrategias desplegadas en la tramoya política.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Junta y Empresarios

La encuesta de una de las asociaciones de empresarios de León ha evidenciado que una mayoría opina que la actual configuración autonómica les perjudica. Resulta llamativo que un colectivo perpetuamente expuesto a las celebraciones propagandísticas del ente se manifieste en desacuerdo con él. Debe haber elementos objetivos que induzcan a pensar que la Junta de Castilla y León es negativa para sus intereses.

Entre las posibles causas podemos intuir la marginación de las empresas leonesas en las contrataciones de la Junta. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la necesidad frecuente de recoger en Valladolid pliegos de condiciones para acudir a los concursos. Por otra parte, es inevitable viajar a esa ciudad en estos casos para llegar a los interlocutores, por lo que los oferentes vallisoletanos llevan ventaja. Además, dado que es frecuente la contratación centralizada, son muchas las empresas pucelanas que cuentan más utilizando el conocimiento personal de funcionarios y altos cargos. Esta es una de las causas por las que algunas empresas leonesas han optado por abrir oficinas en Valladolid.

Por otra parte, el entorno de mercado para una empresa leonesa define sus prioridades en los cercanos núcleos metropolitanos de La Coruña y, sobre todo, de Oviedo. Desde Valladolid estas zonas resultan lejanas, por lo que la Junta apenas se ocupa del apoyo a la acción empresarial. El hecho de que se impulse el trabajo de las compañías vallisoletanas en Madrid, pero no se ayude a las leonesas en Asturias y Galicia supone un inconveniente.

Además, la creación de condiciones favorables para la implantación y desarrollo empresarial está centralizada en Valladolid. El coste del suelo en el Polígono de Boecillo es irrisorio en comparación con lo que se oferta en León. Las acciones formativas están ligadas a Valladolid. Por el contrario, el Parque Científico de León está marginado. ¿Cuántas jornadas ha celebrado la Junta allí?

Una Autonomía Leonesa bebería en la tradición concejil estructurándose de abajo arriba, con lo que la descentralización de las contrataciones se vería potenciada. Habría un mercado más abierto y rico. Los interlocutores públicos serían más accesibles desde aquí en los concursos. Las acciones promocionales sobre los mercados próximos de Asturias, Portugal, Galicia y Cantabria marcarían el apoyo a la expansión empresarial en un espacio que nos es propio.

La Región Leonesa tendría su propia red tecnológica, en libre y sana competencia con Boecillo, y al mismo nivel. Las acciones formativas se desarrollarían en los cuatro nodos principales (León, Zamora, Salamanca y Ponferrada). El hurto de sedes no tendría sentido y el País Leonés avanzaría por su propio camino hacia la integración en la Europa de las regiones como un lugar próspero.

domingo, 16 de septiembre de 2007

La Consolidación

La Crónica de León cumple veinte años. Se trata de un hito clave, puesto que viene a poner de relieve la voluntad de supervivencia sumada a la solvencia económica de un proyecto. La Crónica no ha sido, como otras cabeceras, flor de un día. Las dos décadas representan el éxito de una idea que ha llegado a perdurar más que las personas que inicialmente lo impulsaron.

Puede que aún queden trabajadores de los que abrieron la publicación en la empresa. En todo caso, si los hay, son muy pocos. El núcleo del proyecto común ha ido cambiando. Los veinte años han visto pasar plumas y personalidades, pero de esa decantación ha emergido un entramado donde muchos han puesto algo, pero que ya no pertenece a nadie; sólo a la historia de León.

El nacimiento de La Crónica llegó al mismo tiempo que la adhesión de España a Europa y con los primeros pasos de la Junta de Castilla y León, tras la aprobación del estatuto. La Crónica asistió al desvío de fondos comunitarios hacia Andalucía, el Mediterráneo y el Ebro, mientras León quedaba al margen de los cambios que se operaban en otras zonas de la Península.

Este medio vio crecer en competencias y agresividad al Ente autonómico, y asistió al expolio industrial de León. También vio cerrar las minas y las presas, emigrar a los jóvenes y cerrar explotaciones agrícolas. Los engaños de biomédica y la escuela de pilotos vinieron a completar una etapa oscura para esta tierra.

Eso no fue obstáculo para que, a pesar del decaimiento económico y anímico leonés, La Crónica creciera, asimilando las enseñanzas de un mercado periodístico duro y pequeño. Desde sus inicios como un periódico novel, en competencia con prensa más añeja y experimentada, La Crónica ha ocupado su hueco y es ya uno de los principales pilares informativos de esta tierra. La Crónica cuenta con un equipo creciente, asentado y que, en varios casos, ha madurado en el periódico.

La Crónica huele a crecimiento, a estructura consolidada, a equilibrio interno y a convivencia, algo que muchos rotativos intentan y pocos consiguen. León ya no se entiende sin La Crónica y La Crónica juega sus bazas en ese engranaje llamado León.

Y así, en esta Región que ha comenzado a recuperar cierta vitalidad desde la entrada del siglo, en el León de los movimientos civiles reivindicativos y de las ilusiones por recuperar lo que un día nos robaron, La Crónica aborda una nueva etapa en busca del liderazgo. Se trata de un objetivo ambicioso, pero realizable. El periodismo necesita no acomodarse y pisar la calle para no perder el interés de los lectores. Por eso La Crónica, con colaboradores variopintos, con un equipo profesionalmente veterano, pero joven, y con una dirección que mezcla la sensatez con el inconformismo, aspira a todo.

Ni más ni menos con sólo veinte años.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Prioridades en la Malla

La certeza de que en un futuro próximo será más difícil acometer la construcción de nuevas autovías ha provocado una eclosión reivindicativa. Conviene reclamar que la agitación no oscurezca las prioridades en las obras pendientes. Por eso, en la tupida trama viaria reivindicada en León destaca por su importancia una autovía: la Ponferrada-Monforte de Lemos.

Para entender su destacado papel es necesario hacer un poco de historia. Cuando aún no estaban construidos los accesos de gran capacidad a Galicia, Silva Muñoz –ministro franquista- presentó un trazado que, tras discurrir entre Madrid y Ponferrada, se bifurcaba para alcanzar La Coruña por un lado y Vigo, a través de Monforte, por otro. Aquél corredor se ajustaba a la alineación de las zonas más pobladas entre el noroeste y Madrid. Por lo tanto, venía a tender el itinerario principal entre las zonas que mejor podían aprovechar los positivos efectos de la autovía sobre la economía.

Terminó la dictadura y, tras el ingreso en el Mercado Común Europeo, se abordó la creación de una red de autovías que transformaría la faz de España. Para los accesos a Galicia se propuso, entre otras, la traza que Silva Muñoz había pretendido. La Xunta de Galicia, ya con Fraga al frente, se decantó por ese planteamiento. Por el contrario, el gobierno de González hizo constar que o se bifurcaba en Benavente o no se construiría. Esto suponía que el tramo Ponferrada-Monforte-Orense quedaba postergado a favor de un corredor que, durante doscientos kilómetros, atravesaba zonas prácticamente deshabitadas. Así, podemos hoy observar el irrelevante efecto de ese gasto ingente en el norte de Zamora.

No obstante, varios municipios gallegos entre Lemos y Valdeorras no abandonaron su reivindicación. Por eso, cuando en 1994 un grupo de leoneses intentó recoger apoyos a favor de la Ponferrada-Monforte, encontró un grupo de alcaldes en Galicia que llevaban años en la pugna y un gabinete de planificación en Santiago de Compostela que discurría cómo desdoblar esa nacional. Incluso la Xunta desarrolló una autoestrada complementaria: el corredor Monforte-Lalín-Chantada. Por el contrario, la alcaldía de Ponferrada se inhibía, como la Corporación para el Desarrollo del Bierzo.

Doce años después de aquel intento la situación resulta confusa ante tanto vial pretendido. Conceyu Xoven acaba de realizar un análisis de las necesidades leonesas de carreteras sin precedentes. Sin embargo hay que poner de relieve que la Ponferrada-Monforte es esencial para León. En esa vía concurren intensos tráficos interiores con los propios de un corredor transeuropeo entre la esquina luso-galaica y el centro continental. En consecuencia es necesario no perder la perspectiva: si todos los proyectos son importantes, la Ponferrada-Monforte lo es más.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Desde la Caverna

En una reciente sesión de las cortes autonómicas el Presidente de la Junta ha proferido un insulto hacia amplios sectores de la sociedad. El alto cargo motejó de “cavernarios”, que es algo así como primitivos, inferiores, iletrados o subnormales, a los que piensan que hay que plantear una consulta sobre el mapa autonómico de León.

En un primer impulso a cualquier persona cabal le aflora un réplica injuriosa. Sin embargo conviene contener la palabra: sería tanto como ponerse al mismo nivel en el debate. Las diferencias entre los que defienden el mapa autonómico actual y los que impulsan un cambio de la estructura territorial están a la vista. A los segundos les sobran las razones y a los otros, a falta de las mismas, les queda el insulto.

Conviene, en lo que a legitimidad democrática toca, recordar a sus señorías que los orígenes de esta cosa autónoma están trufados de pactos a espaldas de la voluntad popular. Resulta necesario rememorar que el pueblo leonés se manifestó a favor de su autonomía en las calles y medios de comunicación. Es imprescindible que se recupere para público conocimiento que las instituciones que mejor representan lo leonés manifestaron la conveniencia de revocar el proceso autonómico.

Sobre la interpretación de la preautonomía cabe extraer muchas conclusiones, pero todas en un sentido: se trató de un pacto al margen de León. Sobre ese montón de “argumentos” se erigen los que abominan ahora de una consulta popular. Los mismos que crean fundaciones para reinventar la historia y convertir la identidad en propaganda vienen a dar clases de urbanidad. ¡Cuánto atrevimiento y cuán poca mesura!

Del otro grupo mayoritario no se escuchó nada. Quizás la falta de liderazgo y los sueldos altos enmudezcan la razón y el sentido común. Una cámara autonómica, aunque deslegítimada por un origen espúreo, no puede ser tomada para una guerra de tomates y lechugas. Esa pretendida izquierda de principios laxos, declaraciones leonesistas prendidas del oportunismo y ausencia de proyecto ha tolerado lo intolerable en las instituciones en las que dice creer. ¿Dónde imaginan el límite entre la flexibilidad y los principios?

Y no es que el señor en el que se objetivó el insulto palidezca las farolas con su brillantez. No se puede decir que sea un ideólogo o un profundo conocedor de lo que defiende. Pero por la misma causa habría que cuestionar la calidad profesional en las zonas bajas de las listas de los dos grupos mayoritarios, procuradores cuya relevancia es notablemente más reducida que la del insultado.

Decía hace pocos días el autor intelectual de este ente, hablando de las víctimas del terrorismo: “cuando se construye sobre la falsedad y la manipulación las cosas vuelven a su cauce”. Poco hay que añadir. Peces Barba parecía afirmarlo muy seguro.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Estatuto y Caciquismo

En los últimos días afloró un debate acerca de la modificación del estatuto de Castilla y León en las cámaras representativas nacionales. Según se rumorea, la reforma estatutaria podría sufrir ciertas modificaciones durante su tramitación en Madrid, cambios no pactados previamente por el PP y el PSOE autonómicos. En algunos círculos se presume que algunos retoques podrían aproximarse a las demandas leonesas de autogobierno.

Antes de hacer juicios de valor sobre esta circunstancia es necesario rememorar que la negociación del borrador del estatuto se realizó en secreto, entre un reducido grupo del PP y otro del PSOE, el pasado verano. La propuesta no se contrastó con las fuerzas sociales, pese a que se ha pretendido difundir la idea de que constituía una reforma modélica. En consecuencia el texto enviado a Madrid es un pacto de intereses entre particulares.

Por otra parte, la sociedad leonesa viene reclamando el reconocimiento de su singularidad y ambiciones a todos los niveles. Desde la preautonomía no han cesado las reivindicaciones de una administración diferenciada. Pese a todo, las cúpulas del PP y del PSOE no reflejaron esta reclamación en el texto.

El leonesismo ha mantenido un planteamiento de mínimos durante el proceso, basado en los reconocimientos expresos de su lengua como patrimonio colectivo, de la territorialidad -León, Zamora y Salamanca- que fijó el real decreto de 1833 y de la creación de una institución propia del Reino. Aunque sí se incluyó la protección de la lengua leonesa en el borrador, no se introdujo la alusión al País Leonés, ni al Consejo General del Reino de León. En resumen, el reconocimiento del leonés vino a maquillar otras agudas carencias del texto.

Por su parte, el gobierno central, al plantear el Plan del Oeste, ya había trasladado su desacuerdo a la Junta de Castilla y León por su forma de proceder. Este programa implicaba una dejación de sus responsabilidades en los territorios del Reino de León ante la evidencia de que acumulan un retraso sustancial, en abrupto contraste con el desarrollo castellano. Que inquiete ahora una nueva intervención del Gobierno de España para garantizar la inclusión en el estatuto de las aspiraciones de una mayoría social dice poco a favor de los populares -especialmente de los de León- y de sus comparsas socialistas.

En definitiva, que la reforma estatutaria se haya pretendido realizar en secreto trasluce una ejecutoria que ha convertido la Junta en una finca privada, cuyo amo es el PP de Valladolid, ya que carece de oposición. Sólo resta invocar que se avance en el reconocimiento del pueblo leonés en la tramitación parlamentaria. La inclusión de un Consejo General del Reino de León y la mención textual de su ámbito paliaría la insaciada frustración leonesa.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Alternativas en Sahagún

Recientemente la Diputación de Palencia ha solicitado a la Junta que transforme en autovía la carretera de Sahagún. Por otra parte, Conceyu Xoven ha propuesto la construcción de un vial entre Coyanza y Sahagún, así como otro entre Puente Almuhey, Sahagún y Valderas dentro de su innovador plan de comunicaciones. Además, parece que la rehabilitación del templo facundino de La Peregrina empieza a desbloquearse. Por añadidura, está planteada una serie de simposium sobre “Alfonso VI y Sahagún” que se prolongará varios años. En definitiva, parece que algo nuevo empieza a moverse en Sahagún.

Por sí sola esta población tendría unas posibilidades limitadas de maniobra para adquirir mayor presencia en la red de ciudades del noroeste. Sin embargo de lo anteriormente expuesto se deduce que la villa despierta interés en personas e instituciones externas. Es importante aprovechar esa circunstancia porque permitirá lograr una mayor proyección hacia el exterior.

Por ejemplo, la demanda de la Diputación palentina debería ser matizada por Sahagún: allí interesa que la vía rápida a Palencia se vea completada con la circunvalación de Grajal de Campos y con un mejor paso sobre las vías del tren, más que con su desdoblamiento. Además, dicho corredor ganaría relevancia si se prolonga hasta Aranda de Duero. Esto permitiría ubicar la ciudad facundina como enlace entre el noroeste, el País Vasco, la Autovía de Castilla (Palencia, Venta de Baños y Valladolid) y la ribera del Duero. Esa posición en la red de carreteras consagraría el núcleo paramés como un potencial centro logístico.

Por su parte, la comunicación de Sahagún con el eje subcantábrico, Coyanza y Valderas mediante vías rápidas, conllevaría un grado de centralidad que pocas cabeceras ostentan en el norte de España. La propuesta resulta novedosa y esencial si se quiere cambiar la dinámica que la villa a mantenido estos últimos años. Además, con esa moderada inversión todo el oriente leonés experimentaría una mejoría notable.

Con un emplazamiento a 65 kms de León, 60 kms de Palencia, 110 kms de Burgos, 65 kms de Benavente, 55 kms de Medina de Rioseco o 40 kms de Valencia de Don Juan, por buenas carreteras, la cabecera del Páramo del Payuelo afrontaría su futuro empresarial en condiciones favorables. A ello puede sumarse la explotación intensiva de su riqueza monumental, concentrada en el binomio Grajal-Sahagún.

El aprovechamiento turístico pasa por la mentalización de la población local para que aprecien su patrimonio histórico como un recurso. El trabajo desarrollado por los organizadores del simposio en este campo es un primer paso. El segundo ha de buscar la implicación y la participación de los parameses. Para ello sería útil divulgar la visión de gente de fuera, capaz de aportar otra perspectiva.

Sobre la Ley de Montes

En León y su área cultural existe una institución de raíces singulares. Se trata de las juntas vecinales que, si bien también pueden encontrarse en otras zonas, aquí tienen un origen diferente.

Estas instituciones nacen en el Siglo XIX, después de la creación de los ayuntamientos, cuando se procedió a regularizar oficialmente unas instituciones gentilicias que existían muchos siglos antes en cada núcleo de población. Esa organización gentilicia se denominaba “concejo”.

El concejo era y aún es la reunión de vecinos para acordar cuestiones de la vida en común. Los concejos cuentan con propiedades, como la iglesia, el cementerio, montes, zonas de labor, molinos, fuentes, canales, y reglamentos. La propiedad de los concejos era privada y correspondía a todos los vecinos.

Se ha podido idealizar la función del concejo porque en él todos los miembros tenían voz y voto, o porque fueron capaces de defender las propiedades del común. Los concejos también tenían su problemática interna, pero la conclusión final es que, en conjunto, funcionaron bien durante siglos. El concejo puso en valor muchos recursos y actuó como factor de solidaridad, además de mantener un orden social envidiable.

La relación entre los concejos y el resto de instituciones ha devenido en un ataque continuo para socavar su autoridad y expropiar sus recursos. Primero se impusieron las “juntas vecinales”, una institución inventada desde el poder central que se superpuso a los concejos pretendiendo igualarlos con otros sistemas de gobierno local. Las juntas vecinales asumieron los bienes del común, privados, y los convirtieron en públicos.

Después llegó la iglesia, que intentó adueñarse de los templos. En Laguna de Negrillos se vive el último capítulo de este expolio. Más tarde los ayuntamientos cargaron contra los incómodos concejos y juntas vecinales para eliminar obstáculos a su gestión y apoderarse de sus propiedades. El caso del municipio de Boñar es uno de los más ilustrativos.

El último capítulo es el de la Ley de Montes que la Junta quiere aprobar. En esa ley se pretende privar del poder de decisión a la junta vecinal sobre uno de sus bienes más valioso: el monte. Si pierden la autoridad sobre los propios bienes, prontamente las juntas vecinales serán consideradas inútiles. Si esta ley se aprueba es cuestión de tiempo que la Junta usurpe o “enajene” las propiedades; bienes privados en origen, fruto del esfuerzo colectivo del pueblo.

León no necesita esa ley de montes, sino una política de apoyo a los concejos, a los pueblos y, subsidiariamente, a las juntas vecinales. Los concejos son un hecho diferencial leonés de primer orden, que afecta a un patrimonio de cientos de miles de millones de euros. En conclusión, tras esta ley se oculta un paso más en el expolio de León.

lunes, 10 de septiembre de 2007

El Gran León Verde

La redacción de las directrices de ordenación del territorio (DOT) del área metropolitana de León es un proceso cuya elaboración está pasando desapercibida para la mayoría de los ciudadanos. Estas DOT son un conjunto de prescripciones generales que han de orientar el crecimiento urbano del Gran León. Dicha zona supramunicipal incluiría el conjunto de poblaciones que, cercanas al núcleo capitalino, utilizan intensivamente sus servicios.
Las DOT son problemáticas al tener que conciliar los intereses de varias entidades. Uno de los principales obstáculos para el acuerdo es la acotación de lo que serán áreas urbanizables, puesto que el terreno para construir es una de las principales fuentes de financiación de los ayuntamientos. Por la misma causa, la definición de las grandes áreas verdes es fuente de polémica.
León es una de las ciudades españolas que más se transformó en el Siglo XX. En sus inicios apenas alcanzaba los 17.000 habitantes. Sin embargo, en las postrimerías rondaba los 140.000, que sumados a los de emergentes núcleos limítrofes daba una población metropolitana de casi 200.000 almas. Esta transformación desde un núcleo prácticamente rural hasta una urbe compacta consintió la pervivencia de algunas manchas verdes poco degradadas en sus cercanías.
Escasas ciudades gozan de ese privilegio, y su persistencia podría erigirse en una ventaja diferencial de la Ciudad de León. Por el contrario, se aprecian preocupantes síntomas de un crecimiento urbano desorganizado, que empieza a penetrar en las áreas naturales más valiosas, con la proliferación desaforada de alineaciones de chalets.
Es importante que los leoneses viajemos a otras ciudades para apreciar cómo la doble línea ribereña que establecen el Bernesga y el Torío carece de parangón en núcleos cercanos relevantes como Oviedo, Santander o Valladolid. Mantener el privilegio civil que suponen ambos cursos fluviales al margen de la escollera y el hormigón, manteniendo su beneficioso equilibrio, es una prioridad si aspiramos a riberas autodepuradas, atractivas y vivas.
Otro aspecto de interés es el mantenimiento de las masas boscosas que han llegado hasta la ciudad del Siglo XXI. Tanto el pinar de Las Lomas y su continuidad vegetal hacia el norte, como el bosque de San Isidro y su prolongación, acercan la naturaleza cantábrica hasta las puertas de la ciudad. Que un animal salvaje pueda viajar casi oculto desde la Cordillera hasta los arrabales de León es un hecho extraordinario.
Por último, al sur del área metropolitana escasea el verdor y cabe la demarcación de una gran zona natural que dote de un perfil propio a la zona. La reunión de los ríos Esla y Bernesga no debiera ser el único recurso por el sur. Valorizar los olvidados montes de Antimio puede ser una oportunidad latente.

León, Barocyl y Partidos

Se acaba de conocer la segunda edición del BAROCYL. Se trata del conjunto de conclusiones que se obtienen a partir de una encuesta recogida en el ámbito territorial de la Autonomía de Castilla y León. Los temas a los que se dedica el sondeo abarcan desde el sentimiento de pertenencia a la comunidad autónoma hasta las principales inquietudes de los ciudadanos, pasando por una amplia serie de cuestiones. Las encuestas tienen lugar con periodicidad anual y son realizadas por un grupo de docentes de la Universidad de Salamanca.

Las conclusiones del primer BAROCYL ya resultaron polémicas, puesto que de ellas se infería un negativo panorama para la Junta de Castilla y León. Así, se comprobaba que los resultados de las distintas provincias presentan notables diferencias. Además la Autonomía es percibida como un territorio estancado y con escasas perspectivas de crecimiento, y es clamoroso el desinterés por la política autonómica. Por añadidura, es casi unánime la opinión de que la Junta tiene un trato de favor con Valladolid y de discriminación con Soria, Zamora y León.

El estado de cosas no varía sustancialmente en estos aspectos en la segunda oleada. Incluso algunos temas conflictivos han empeorado, como el sentimiento de pertenencia a esta autonomía, que es todavía más residual. Sin embargo resulta llamativo que otras tendencias varíen sustancialmente en el corto espacio de un año, entre una encuesta a otra.

Mientras ante el primer cuestionario casi el 50% de los leoneses decían sentirse más leoneses que de la autonomía, ahora sólo lo manifiesta un 27%. De ello se induce que tal tipo de sentimientos son mucho más variables de lo que se piensa y que la eficacia de cierto liderazgo social apoya la propagación de tendencias que sigan su estela.

En consecuencia, la capacidad de convicción de quienes apoyan las tesis que dan preeminencia a lo leonés se ha diluido sensiblemente. Por la misma causa, la encuesta de intención de voto da a UPL menos de un 5%. Esto supone que los actuales rectores de la formación no habrían logrado mantener su 15% de voto y que, además, se alejarían de su nicho de votantes potenciales, que abarcaría entre el 30% y el 50% de ciudadanos leoneses. En conclusión, la militancia leonesista debería leer cuidadosamente los datos del BAROCYL, porque evidencian cambios y aportan información valiosa y aprovechable para ellos.

Igualmente los dos partidos mayoritarios han de valorar lo que supone que sólo el 3,5% de los leoneses se sientan más cercanos a la autonomía que a otras opciones territoriales, a pesar del derroche de propaganda. La mayoritaria falta de identificación con la autonomía tiene poderosos fundamentos. Es responsabilidad de los partidos atender específicamente una necesidad civil frustrada de tal entidad.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Zapatero y León

Se cumple el segundo año del Gobierno Zapatero y los partidos se afanan en emitir valoraciones sobre sus compromisos con León. En general, se ha podido escuchar lo esperable en una dinámica que se polariza en la alabanza del partido gobernante y en la crítica a ultranza del resto. Sin embargo los ciudadanos tenemos la oportunidad de expresar juicios ponderados.
Una cuestión previa relevante es que Zapatero ganó inesperadamente las elecciones, lo que influyó en la heterogénea conformación de su gabinete y en la inconcreción de sus directrices en el primer momento. La falta de liderazgo político sumada a la impericia ha evidenciado que más que ante un equipo nos encontrábamos ante una suma de ministros valiosos mezclados con otros de mediocridad extrema. Este punto de partida debilitó la buena imagen que el gobierno debería haber capitalizado en el primer tramo de su mandato.
Una consecuencia de este titubeante inicio es que hay quienes consideran caprichoso, entre otras cosas, el trato favorable que se ha dedicado a León. La deficiente política de comunicación del nuevo gobierno no fue capaz de divulgar el acusado desfase económico que acumula esta región.
De otra parte, la puesta en marcha de los proyectos se ha visto lastrada por la ausencia de cuadros técnicos, debido a la imprevisión. Tampoco los entresijos de la maquinaria administrativa eran conocidos para muchos de los recién llegados, pertenecientes a una generación nueva. Todo ello provoca que las promesas de Zapatero se retrasen.
Las propuestas del PSOE podrían clasificarse en tres grupos. El primero es el de las obras que vendrían a nivelar León con el resto de España. En este caso estarían el AVE o la comisaría de San Andrés. El segundo es el de los proyectos que mejorarían la economía de León a corto plazo mediante la fijación de sedes. El centro de atención al minusválido o la nueva unidad militar se incardinan en este grupo. El tercero reúne los programas que pueden suponer una ventaja competitiva para León a medio y largo plazo. El CIEMAT o el INTECO son las dos acciones más destacadas de este apartado.
Todas son propuestas importantes, pero se percibe una falta de interconexión, lo pone en evidencia que la falta de visión global del PSL es idéntica a la del PP o la UPL.
En conclusión, los socialistas han de asumir que sus propuestas son frágiles porque, aunque bienintencionadas, más parecen ocurrencias. Item más, es preocupante que no hayan percibido que son efímeras ¿Se imaginan a Rajoy, a Gallardón, a Bono o a de la Vega poniendo el CIEMAT en Ponferrada, por ejemplo? Cuando Zapatero se vaya, León tornará al abandono porque las raíces de la crisis están ancladas en la ineficaz estructura administrativa, y para dar una solución permanente habría que actuar sobre ella.

viernes, 7 de septiembre de 2007

León y la Tecnología

Los parques tecnológicos son polígonos industriales que se distinguen por la dedicación de las empresas que alojan. Estos recintos están preparados para el asentamiento de compañías que incluyan entre sus actividades la generación de nuevos conocimientos. Al margen de esto, dichas superficies industriales comparten una presencia peculiar por sus ajardinamientos, pulcritud y cuidado arquitectónico.
En esta Autonomía la Junta dispuso la creación de un parque tecnológico en las cercanías de Valladolid. En Boecillo, en un entorno de pinares, se concentró el esfuerzo autonómico para consolidar un parque tecnológico.
Los primeros pasos fueron frustrantes. La empresa enseña del polígono, CRISTALOID, entró en pérdidas, por lo que fue asumida por la Junta y, tras absorber centenares de millones de pesetas en pérdidas, desapareció. Esa y otras experiencias negativas hicieron cambiar la política del parque que se pretendía fuese el motor industrial de Valladolid.
Fue entonces cuando se inició la atracción de empresas de todo tipo, aunque su labor no se centrase en la generación de tecnología. La cuestión era captar corporaciones capaces de erigir un edificio llamativo y asentar personal dedicado a labores limpias –oficina, laboratorios, etc-. Esto resultó fácil porque los parques tecnológicos disponen de subvenciones que superan las de cualquier otro polígono industrial.
Los efectos más notorios fueron dos: el primero, la conversión de Boecillo en un polígono industrial embellecido, gracias a ventajosas subvenciones para fijar empresas que no lo afeasen; el segundo, la captación de proyectos de otras provincias de la comunidad. Los casos del traslado de INZAMAC, la mayor empresa de Zamora, o del desvío del centro de conmutación de RETEVISIÓN, cuya ubicación iba a ser León, resultan demostrativos.
Actualmente se encuentran en desarrollo los parques tecnológicos de Burgos y de León. Aparentemente se sigue la misma política que en Boecillo, como se deduce del traslado de una planta de producción de fármacos veterinarios al de Armunia. Pero hay que ser cautos con las expectativas, porque en León existe precedente del Parque Científico.
El Parque Científico de León, promovido por la Diputación y la Universidad, es un núcleo de élite científica que funciona con dificultades. La Junta no sólo no ha dedicado atención a su crecimiento, sino que ha trasladado ideas generadas allí a Valladolid. Además, es uno de los principales morosos de sus institutos. En consecuencia, el despliegue del Parque Tecnológico puede ser una cortina de humo que oculte la política tecnológica de la Junta en León. Es inexcusable saber lo que va a pasar con el Parque Científico y qué pasos va a dar la Junta para recuperar ese centro de auténtica excelencia tecnológica en León.

Política, Rigor y Conocimiento

La Provincia de León cuenta con una red de instituciones locales que desborda la de otras demarcaciones. A la Diputación y a los más de doscientos ayuntamientos hay que sumar las juntas vecinales. De éstas podemos contar en torno a 1.250, aunque sólo unas 900 tuvieron candidatos en las últimas elecciones. Ello supone que hay un grupo numeroso de leoneses que acceden a la gestión de instituciones públicas.

Los conocimientos que tienen la mayoría de ellos acerca de lo que debe ser el funcionamiento de la administración es rara vez notable y nulo con gran frecuencia. De todo ello se colige que la mayor parte de los candidatos, individuos normales, acceden a puestos de responsabilidad en las juntas vecinales, en ayuntamientos y hasta en la Diputación sin conocer los procedimientos elementales para operar correctamente.

Las consecuencias de este persistente fallo se evidencian continuamente: diputados que desconocen lo que la Diputación puede o no hacer y cómo hacerlo; cientos de decisiones municipales con aviso de ilegalidad, adoptadas a pesar de la advertencia de los funcionarios; juntas vecinales que ven cómo algunos desaprensivos se apropian del uso y explotación de bienes comunales sin que nadie sepa qué hacer para evitarlo, etc.

No se entiende cómo es posible que, después de treinta años elección tras elección, sucedan los mismos despropósitos sin que nadie se implique para remediarlo. Por ello hay que reivindicar soluciones para cubrir dicho vacío con medidas que, adaptadas a las peculiaridades cisastures, permitan combatir la perniciosa ignorancia de quienes aspiran a regir legítimamente los destinos colectivos, pero sin estar suficientemente preparados.

La más importante debe ser formativa. En esa línea se podría crear una escuela provincial que mostrase las más básico de la gestión institucional: las competencias, los procedimientos y las obligaciones. El paso por estas aulas debería ser obligatorio para todos los aspirantes a un puesto político tras su elección o nombramiento en puestos de confianza, pudiendo realizarse cursos de recordatorio o de iniciación, según la experiencia.

Por otra parte, dada la singularidad institucional de León, donde los concejos han regido la mayor parte de la vida pública durante siglos, se debería impartir en la escuela secundaria nociones básicas de su historia, funcionamiento y papel que desempeñan en la actualidad. Puesto que cualquier joven puede llegar a ser alcalde pedáneo o vocal hay ciertos conceptos que debería asimilar. La convivencia, el trabajo en equipo, la propiedad común, el respeto a los derechos individuales y las obligaciones con la colectividad constituyen una educación autóctona en valores universales que ayudaría a comprender nuestra forma de integrarnos en lo global.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Democracia y Autoridad

La acción de gobierno en las instituciones públicas supone el ejercicio de la autoridad que confiere la ley. Es frecuente que la imposición de normas y de los criterios que más convienen a la comunidad cree tensiones entre los gobernantes y ciertas capas de ciudadanos.

En la democracia la contradicción entre grupos de votantes y autoridad pública se puede convertir en un pulso entre quienes deciden y quienes les refrendan electoralmente. Del resultado de esta pugna se deduce la existencia de un liderazgo débil o fuerte, o también si el apoyo civil a una iniciativa es extenso o no.

Esta reflexión viene a cuento por lo sucedido en torno a la conexión del Polígono 10 con la Avenida de Europa -entrada desde Valladolid-. Como se conoce, existe una propuesta municipal para comunicar este barrio con la avenida. La oposición de un segmento de los vecinos está provocando el repliegue de las autoridades municipales y podría determinar el abandono del proyecto. Sin embargo es prioritario evaluar el impacto de dicha conexión para adoptar decisiones, ya que su efecto supera el barrio, y condiciona el crecimiento saludable del casco urbano en la zona oriental de León.

El Polígono 10 es una extensa zona de relativa modernidad cuya característica más acusada dentro del sistema metropolitano es el aislamiento. Se trata de una bolsa a la que se puede acceder sólo por dos pasos, ambos cercanos entre sí y situados a poniente. El resto del perímetro, que abarca un rectángulo de varios kilómetros, cuenta con barreras que impiden el acceso rodado hacia o desde cualquier otra dirección.

El resultado de esta configuración urbana es un barrio que recuerda a otros similares de las ciudades del entorno, como Huerta del Rey, en Valladolid, o Torre Cerredo, en Gijón. Se trata de tramas urbanas donde el comercio ha fracasado o es muy débil, los precios inmobiliarios se han congelado en términos relativos y la sensación de soledad e inseguridad por las noches es patente.

En definitiva, el Polígono 10, que se edificó con la aspiración de crear una zona residencial novedosa en su momento, se encamina hacia la suburbialización. Es sólo cuestión de tiempo que los precios se estacionen lo suficiente como para atraer el desequilibrio social, y que los edificios, habitantes y zonas comunes envejezcan. Entonces el paisaje del barrio se deteriorará irreversiblemente.

La conexión del Polígono 10 con la Avenida de Europa es necesaria para ahuyentar este proceso e integrar el barrio en la ciudad. Por el contrario esa zona residencial se convertirá además, si no lo es ya, en un problema para la expansión ordenada de León y para la intraconexión de la franja oriental del municipio. En definitiva, se trata de una cuestión gruesa, que no permite la pusilanimidad municipal.

martes, 4 de septiembre de 2007

Deporte Público

La financiación de las actividades deportivas con fondos públicos es una de las cuestiones más polémicas; mucho más en este periodo del año en que las ligas deportivas se aproximan a si final, dejando patentes las clasificaciones.

La aplicación de partidas económicas de ayuntamientos, diputaciones y autonomías al deporte no puede ser evaluada con criterio único. Por una parte está el deporte popular, en el que se encuadra la actividad con escolares y la promoción del ejercicio en grandes colectivos. Como este apartado incide en la salud pública no se considera cuestionable el uso de esos fondos.

Sin embargo la ayuda económica a las agrupaciones deportivas de alta competición es fuente de discusión pública. El pago a estas entidades para que, a su vez, retribuyan a jugadores profesionales de alta remuneración es un aspecto criticable.

Las instituciones públicas que financian a estos equipos tienen un ámbito territorial concreto. En consecuencia la potenciación de la imagen de ese lugar puede pasar por el aprovechamiento publicitario de estos equipos. Sólo así se puede justificar el pago de importantes cantidades a las sociedades deportivas.

En contraste con esos criterios asistimos en León ciudad a la ayuda sistemática e indiscriminada a los equipos masculinos de fútbol, balonmano y baloncesto. Si comparamos el impacto publicitario obtenido fuera de León por estos equipos concluiremos que es desigual.

El equipo de balonmano es un competidor de primer nivel en el ámbito europeo y español. En la mente de muchos aficionados León existe porque el Ademar lo ha puesto en el mapa. El alto valor publicitario de esta entidad para León está por encima de cualquier duda y las ayudas públicas que recibe son más un contrato de publicidad que otra cosa.

El equipo de baloncesto masculino carece de impacto en el marco europeo, pero juega en una liga nacional en la que participan grandes ciudades, como Murcia, Zaragoza, Tenerife, Las Palmas, Santander, Gijón o Alicante, por citar algunas. No cabe duda de que la repercusión en el ámbito nacional del León Caja España alcanza cotas considerables. En función de éstas, buena parte de las ayudas públicas que recibe estarían justificadas.

Caso aparte es el de la Cultural y Deportiva Leonesa. Se trata de un equipo perdido en el maremagnum de tercera fila de la competición de fútbol. Este equipo pugna con una heterogénea mezcla de equipos de segunda marca, de representantes comarcales y de pueblos, y también de alguna ciudad.

La cuestión por la que a un equipo de tan escaso potencial divulgador se le subvenciona con tanta profusión, mientras a otros más valiosos se les recorta en sus aportaciones, es un aspecto que debería quedar restringido, especialmente en instituciones cuyo equilibrio financiero es precario.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El Debate de San Glorio

Asistimos a un enconado debate sobre la conveniencia de emplazar una estación de esquí en la zona aledaña al Puerto de San Glorio. De un lado están los conservacionistas, que abogan por preservar el aislamiento del entorno natural del Valle de Lechada -donde se emplazaría la instalación- argumentando su alto valor ecológico. Por otra parte, están los que apoyan su construcción, encabezados por el equipo de la Diputación, que defienden la necesidad de crear alternativas locales para el crecimiento económico.

La discusión de fondo es trasladable a cualquier tramo del arco cantábrico de más de doscientos cincuenta kilómetros que nos envuelve por el norte y oeste. Por lo tanto la controversia afecta a cuestiones básicas para concebir un proyecto territorial leonés. Por eso, cuando se escuchan las argumentaciones, cabe preguntarse si se ha meditado adoptando una visión de conjunto.

Las tesis conservacionistas se basan en limitar la actividad humana a la ganadería extensiva en las zonas de montaña. Cualquier planteamiento con un impacto ambiental que se considere aparente es descartado por dichos grupos. En tal situación la mejora de las carreteras, la minería, las industrias, los aprovechamientos eléctricos fluviales, la explotación turística o la urbanización fuera de los núcleos tradicionales estarían limitadas.

Si se tiene en cuenta que, debido al aumento de renta de España en los últimos años, los ingresos producidos por la ganadería extensiva son mínimos, el contingente demográfico que se sostendría por estos medios sería minúsculo. En otras palabras, sostener unas pocas personas necesitaría de explotaciones con miles de hectáreas de pastos. Así los núcleos de montaña prácticamente se despoblarían lo que resulta inaceptable.

Por otra parte, si se da a los constructores libertad para diseñar una estación de esquí es probable que suframos un atentado desmesurado contra el entorno. Si no se pone límite a la promoción empresarial, que trabaja con el criterio dominante de beneficio económico, como es lógico, destrozará el entorno de San Glorio y Fuentes Carrionas.

Si algo resulta indiscutible es que nadie tiene autoridad moral para negar a los habitantes de la montaña su derecho a una prosperidad razonable. La clave es hacerla compatible con la preservación medioambiental de ciertas zonas.

En consecuencia la estación de esquí debería tener como premisa el aprovechamiento preferente de las infraestructuras y núcleos existentes, y su mejora. La urbanización a pie de pista debería ocupar zonas acotadas. Además el acceso al resto de Fuentes Carrionas debería estar estrechamente regulado y vigilado para que el impacto, aunque notorio, se concentrase en una zona delimitada. En definitiva, se debiera levantar la estación, pero con reglas estrictas.