domingo, 16 de septiembre de 2007

La Consolidación

La Crónica de León cumple veinte años. Se trata de un hito clave, puesto que viene a poner de relieve la voluntad de supervivencia sumada a la solvencia económica de un proyecto. La Crónica no ha sido, como otras cabeceras, flor de un día. Las dos décadas representan el éxito de una idea que ha llegado a perdurar más que las personas que inicialmente lo impulsaron.

Puede que aún queden trabajadores de los que abrieron la publicación en la empresa. En todo caso, si los hay, son muy pocos. El núcleo del proyecto común ha ido cambiando. Los veinte años han visto pasar plumas y personalidades, pero de esa decantación ha emergido un entramado donde muchos han puesto algo, pero que ya no pertenece a nadie; sólo a la historia de León.

El nacimiento de La Crónica llegó al mismo tiempo que la adhesión de España a Europa y con los primeros pasos de la Junta de Castilla y León, tras la aprobación del estatuto. La Crónica asistió al desvío de fondos comunitarios hacia Andalucía, el Mediterráneo y el Ebro, mientras León quedaba al margen de los cambios que se operaban en otras zonas de la Península.

Este medio vio crecer en competencias y agresividad al Ente autonómico, y asistió al expolio industrial de León. También vio cerrar las minas y las presas, emigrar a los jóvenes y cerrar explotaciones agrícolas. Los engaños de biomédica y la escuela de pilotos vinieron a completar una etapa oscura para esta tierra.

Eso no fue obstáculo para que, a pesar del decaimiento económico y anímico leonés, La Crónica creciera, asimilando las enseñanzas de un mercado periodístico duro y pequeño. Desde sus inicios como un periódico novel, en competencia con prensa más añeja y experimentada, La Crónica ha ocupado su hueco y es ya uno de los principales pilares informativos de esta tierra. La Crónica cuenta con un equipo creciente, asentado y que, en varios casos, ha madurado en el periódico.

La Crónica huele a crecimiento, a estructura consolidada, a equilibrio interno y a convivencia, algo que muchos rotativos intentan y pocos consiguen. León ya no se entiende sin La Crónica y La Crónica juega sus bazas en ese engranaje llamado León.

Y así, en esta Región que ha comenzado a recuperar cierta vitalidad desde la entrada del siglo, en el León de los movimientos civiles reivindicativos y de las ilusiones por recuperar lo que un día nos robaron, La Crónica aborda una nueva etapa en busca del liderazgo. Se trata de un objetivo ambicioso, pero realizable. El periodismo necesita no acomodarse y pisar la calle para no perder el interés de los lectores. Por eso La Crónica, con colaboradores variopintos, con un equipo profesionalmente veterano, pero joven, y con una dirección que mezcla la sensatez con el inconformismo, aspira a todo.

Ni más ni menos con sólo veinte años.

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