viernes, 31 de enero de 2014

LECCIONES DE LA PLAZA DEL GRANO

Los sucesos de las últimas semanas en torno a la posible reforma de la Plaza del Grano debieran servir para que todas las partes aprendan valiosas lecciones, sin que esto tenga que significar hablar de culpables o inocentes. Personalmente quise saber si alguien de los que protestaban y yo conocía habían revisado el proyecto o podían comentarme en qué consistía la pretendida reforma. Yo no lo conseguí, lo que me parece significativo. Creo que cuando alguien protesta por una intervención municipal de cualquier tipo debiera conocer lo que se critica. Por otra parte, estuve buscando alguna manera fácil de acceder al proyecto que se proponía. O yo soy torpe –sin duda lo soy- o el ayuntamiento no había colgado información alguna en la web –que creo que también-. Carece de justificación que una actuación en el espacio público no sea accesible como proyecto desde la red. Eso conlleva poca voluntad de información pública y debate del Ayuntamiento. Otra faceta de este episodio de la vida ciudadana es la postura de los vecinos, a favor de la reforma, sin entrar en consideraciones relativas a la conservación patrimonial de un espacio público como ése. Si el proyecto, como parece, contenía modificaciones sustantivas del espacio de la plaza, no tiene justificación. Bastante daño se le hizo ya en su momento con la edificación fea que separa la calle del Barranco y la subida por la Cuesta de las Carbajalas. Cuando uno vive en un espacio histórico se convierte en corresponsable de su embellecimiento y conservación. Las asociaciones de vecinos también están para eso. Por último, para mí ha quedado claro que conservar una plaza con el firme en un estado impracticable es una excentricidad sin sentido. Es evidente que el empedrado de la Plaza del Grano necesita mantenimiento, como lo necesitó siempre su firme (que en otras épocas no era empedrado). Y así se ha hecho durante siglos sin que a nadie le pareciese mal. A ver si por pasarnos de conservadores tenemos que mudarnos todos de ciudad. Pero debe hacerse con la mínima intervención, conservando el tipismo a la par que la funcionalidad. Hay que evitar carnavaladas como las moscas de Puerta Castillo -sea quien sea el autor y el prestigio que le acompañe-, pero no se puede dejar para el museo una espacio público integrado en la trama urbana que ha de cumplir sus funciones todavía durante unos cuantos siglos. En resumen, queremos una ciudad bonita, valiosa y funcional y ni valen las ocurrencias, ni el hiperconservadurismo, ni la piqueta para que quede moderno.

viernes, 24 de enero de 2014

LA TRINCHERA DEL PODER

En las últimas semanas hemos escuchado cómo miembros de distintas formaciones políticas hacían críticas acerca de las manifestaciones de ciudadanos en la calle, en protesta por diversos motivos: la reconstrucción de una avenida en Burgos, la atención sanitaria, los recortes en educación ... El discurso de los políticos ha girado en torno a la intolerabilidad de una expresión popular que consideran violenta e injustificada. No creo que valga la pena entrar en el detalle de cada uno de los casos porque la relación causa-efecto viene a ser común a todos. Asombra que en las ruedas de prensa que celebran los políticos, hablando de estas cosas en tono crítico, no se realice un análisis en profundidad de por qué está pasando todo esto y con creciente frecuencia. Hace pocos años no se percibía un estado de agitación social similar. ¿Tanto ha cambiado la población española en tan poco tiempo? ¿Qué es lo que ha cambiado? Los españoles forman un conjunto con clara predominancia de las clases medias. Mientras los niveles de renta han ido progresando y el bienestar alcanzaba cotas razonables y comparables con el resto de Europa, la tranquilidad general y la tolerancia con situaciones poco claras entre los políticos han sido moneda de cambio habitual. Sin embargo en los últimos seis años la calidad de vida de este enorme sector social medio se ha visto fuertemente erosionada. Se realizaron notorios ajustes en los servicios públicos, plantillas y salarios, mientras a los políticos no les alcanzaban los recortes correspondientes a esa situación de crisis. Han vivido en una burbuja, aislados de la sociedad y la economía real, pensando que la tolerancia pública a las actuaciones poco regulares era la misma. Por añadidura la larguísima crisis ha hecho que una clase media con segmentos de población crecientemente culta haya analizado la situación hasta llegar a comprender la raíz de los vicios que aquejan a esta sociedad. La indignación se ha adueñado de la población: existe una clara colusión de intereses entre las cúpulas de los partidos y los jefes de las grandes empresas para beneficiarse aún más con la crisis general a costa de todos. Sin embargo hay quien se atreve hablar de la “violencia intolerable” de Sol o de Gamonal. Intolerable y violento es que haya una cohorte de aprovechados apostados tras trincheras legales viejas o nuevas hechas a medida mientras el nivel de vida del común cae sin fin. Y si no cambian de actitud y ejecutoria las consecuencias pueden ser ...

viernes, 17 de enero de 2014

LA PUESTA A PUNTO DE PONFERRADA

Hace unos días acudí a Ponferrada para hacer algunas visitas pendientes. Una de ellas fue la del Museo de la Energía. Se trata de uno de los mejores proyectos museográficos en su categoría y los contenidos se pueden considerar excepcionales por el grado de conservación de la vieja central térmica. En definitiva se trata de algo excepcional. Mi sorpresa llegó al descubrir que apenas se encuentra señalizado; que encontrar los accesos cuesta un triunfo; que la mejor opción es llegar por un caminucho de tierra hasta la instalación y que no se facilita al visitante la llegada a esta instalación extraordinaria. Quiero imaginarme que el ayuntamiento lidera, en colaboración con otras instituciones, la resolución de ésta y otras carencias en la Ciudad del Puente para presentar a los espectadores del Mundial de Ciclismo un núcleo urbano bonito, interesante, accesible y a la altura de la ocasión. Por eso quiero añadir que, si se dotase de más contenido al imponente castillo, que ahora resulta demasiado vacío pese a la presencia del Templum Libri y de la exposición del Monclín, resultaría aún más inolvidable. No estaría de más, por otra parte, dotar de más accesibilidad a la muralla, que ahora no puede ser recorrida periféricamente. En el capítulo de nuevas posibilidades hay que hablar de dos edificios sobresalientes que no han recibido la atención debida. El primero es la iglesia de Santo Tomás de las Hoyas, una joya del prerrománico leonés que es víctima de cierta desatención. Es mucho más valiosa que cualquier iglesia del casco urbano y pocos se acuerdan de recomendarla. Otro edificio excepcional es la iglesia de Otero, Santa María de Vizbayo, uno de esos raros y escasos ejemplos de construcción con trazas prerrománicas y románicas a la vez. Tiene además la ventaja de que permitiría habilitar un bonito paseo desde el viejo puente del Boeza para disfrutar las vistas desde el alto. Es necesario reconocer la enorme mejora de la calidad urbana de Ponferrada en los últimos años, pero eso no puede servir para justificar la pasividad. La ciudad tiene aún muchos puntos fuertes que poner en valor, hay que mejorar la señalización, hay que incluir en ella las cosas más relevantes, aunque estén fuera del municipio, porque Ponferrada es ya el centro del León occidental, la referencia y base principal desde la que acceder a toda la zona. Por eso incluir señalizaciones hacia el desfiladero del Sil, hacia Villafranca o al Monasterio de Carracedo desde la misma Plaza de Lazúrtegui es una necesidad.

jueves, 9 de enero de 2014

LEÓN Y LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

El plan desplegado por el frente nacionalista en Cataluña se está encontrando sin respuesta en sus contrapartes, lo que carece de explicación lógica. La discusión se enmaraña en argumentos más ligados a la querencia que a las razones de un estado moderno. Y no es que lo sentimental carezca de legitimidad, puesto que los ciudadanos, como seres humanos, integramos emociones que poco tienen que ver con lo cartesiano. La cuestión es que si queremos anteponer la igualdad de los catalanes con los leoneses a otras razones, lo subjetivo pasa a un segundo plano. Además, en todo caso, Cataluña no ha sido una personalidad política hasta el Siglo XIX, mientras que León es sujeto histórico desde 910, así que de fundamentos no van sobrados. Pero no nos perdamos en esas veredas, que son tránsitos para otro debate, no menos importante para los leoneses. El problema que hace de la cuestión catalana un tema confuso es que se mezclan dos argumentos de fondo. En primer lugar está el que afecta a la posible independencia de una parte del territorio español. Para los que pensamos que nada se nos perdió en mantener a ultranza la unidad de España, la independencia es una salida más –mediante un cambio en la Constitución-. Sin duda una posible secesión supondría una pérdida de riqueza y de nivel de vida para ambas partes: Cataluña y el resto de España. Pero, llegado este caso, el problema económico catalán sería su problema, no el nuestro. Para los leoneses lo lógico sería pedir compensaciones económicas por ese daño, provocado por otros. Por otro lado está el debate sobre la posibilidad de dar a Cataluña un estatus especial: esa es la tesis del PSOE. Se trata otra vez de evitar una secesión como sea. Como leonés estoy en absoluto desacuerdo, ya que lo que esconde esa propuesta es tratar con ventaja económica a una parte de los ciudadanos, que viven en un determinado territorio, a costa de perjudicarnos. Si el plan es ése, que se vayan y cerremos el debate de una vez. Y con todo esto aflora un problema de fondo: los no catalanes carecemos de interlocutores que defiendan nuestros intereses como contraparte. ¿Quién defiende los intereses de León en este proceso? El gobierno permanece pasivo y el principal partido de la oposición sigue doblando la rodilla ante el nacionalismo más ruidoso dejando los derechos universales de los ciudadanos en el desván de los olvidos. Es lamentable que una vez más los partidos leonesistas no tengan ni voz ni un planteamiento propio. Así nos va.

jueves, 2 de enero de 2014

LOS RECORTES Y LOS CIUDADANOS

Se habla hasta el agotamiento de los recortes sociales que el conjunto de instituciones del Estado está aplicando sobre los servicios públicos. Al mismo tiempo estamos viendo cómo los políticos no han aplicado sobre sus puestos de representación y los de libre designación el mismo rigor para el ahorro. El último capítulo de este ya largo relato de medidas dañinas para el ciudadano ha sido el descubrimiento de que las compañías eléctricas han estado utilizando, en connivencia con las instituciones gubernamentales, un sistema de fijación de precios abusivo. Cuestiones como las citadas afectan al diseño mismo de la estructura social y económica de este país. Por ejemplo, que se recorte calidad de vida por la vía de retirar ingresos (los servicios públicos son ingresos familiares, al igual que los salarios), mientras no se incementa la fiscalidad para las grandes fortunas y las grandes empresas, conduce a una polarización de la riqueza en capas más reducidas y a la extensión de la pobreza, así como a una degradación a medio plazo de la seguridad pública, uno de los estatus más preciados de la vieja Europa. Que se permita la incorporación de políticos recién salidos de lo público en los consejos de administración de las grandes empresas ahonda en la complicidad entre los partidos políticos, las élites económicas y las grandes empresas en este proceso que implica degradación social. Por esta razón es necesario que los ciudadanos hagamos un diagnóstico correcto del enfermo si no queremos vernos envueltos definitivamente en esta espiral. La única herramienta de intervención inmediata en la situación se encuentra en las medidas correctoras que puedan tomar los partidos. Pero estos colectivos están propiciando los recortes porque el sistema de selección interna de los candidatos se hace mediante el “trabajo” de pasillo y pacto, no mediante el del mérito. Eso explica la pléyade de mediocres que atestan las primeras líneas de la partitocracia reinante. Un intelectual no tiene actualmente ninguna posibilidad de llegar a la cúpula de un partido. Sólo los tacticistas pueden hacerlo; gente que no ha leído un informe o un estudio, en su vida; individuos que no han salido de las ubres del partido. En conclusión, si hay una oportunidad de cambiar esta trayectoria destructiva es cambiando la ley electoral; no importa cómo, no es ese el debate porque resulta sumamente urgente. Sólo así se puede remover la turba de ineptos que nos conducen a todos al abismo económico y social.