miércoles, 31 de agosto de 2011

La León-Braganza es una Prioridad

Tras su última asamblea, las manifestaciones de la Plataforma a favor de la Autovía León-Braganza han sido recibidas con cierto escepticismo. Como las razones para reclamar esta autovía no pueden quedar ocultas bajo las dudas conviene repasarlas.
La autovía León-Braganza abre un corredor nuevo para León. En consecuencia todos los tráficos que ese pasillo generase vendrían a ser un incremento neto de la actividad económica en el área. Ninguna otra vía de comunicación reclamada en León cumple esta primera condición, por lo que la León-Braganza es ahora, de entre todas las infraestructuras deseadas, la reclamación prioritaria.
Una vez establecida esta premisa, conviene decir que la simple apertura del corredor de transporte que se reclama en la actualidad, hasta que pueda convertirse en autovía, requiere la construcción de unos 16 kilómetros de vía rápida para cubrir algo menos de 13 en línea de aire. Esto es lo que supone unir la Autovía Rías Bajas, a la altura de Puebla de Sanabria, con la frontera en Rionor y cuesta 24 millones de euros. Sólo con eso arrancaría el nuevo corredor y podríamos empezar a percibir los nuevos tráficos, es decir, un retorno a la inversión que el resto de infraestructuras no están en condiciones de ofrecer.
Existen otros tramos a mejorar, sí, pero lo que se exige en este momento por la plataforma es desbloquear éste, porque es la clave para que Portugal comience las obras por el otro lado. Y es que los portugueses tienen claro que unir los puertos de Oporto y Gijón con todo el potencial que hay implicado –Oporto y sus conexiones con Brasil, Coimbra, Aveiro, Braga, Vila Real, Braganza, León, Ponferrada, Mieres, Oviedo, Gijón, Avilés, Nantes- en industria, producciones agrarias, mineras, unir los servicios profesionales e intereses en el sector turístico, en el inmobiliario, en el transporte aéreo, etc, es traer aquí un mundo nuevo de posibilidades económicas en medio de la más aguda crisis que ha sufrido Occidente desde la Segunda Guerra Mundial. Cuesta creer que haya quien se oponga o quien dude de su conveniencia, por eso habrá que explicarlo las veces que haga falta.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Ahorro y Reformas Institucionales

La crisis presiona desde 2008 en diversos ámbitos. El que más castigado se encuentra ahora es el de la deuda pública. Los mercados (es decir, los inversores) están castigando las emisiones que no son respaldadas por un recorte decidido del gasto. ¿Por qué?
A mi juicio Occidente está realizando una transferencia gigantesca de renta hacia Asia. Es evidente que los recursos traspasados hacen que seamos más pobres. En consecuencia se reducen los ingresos por impuestos, que pagan fundamentalmente las clases medias, principales víctimas de la crisis. En conclusión ni podemos aspirar a tener los mismos servicios –aunque yo creo que sí muy parecidos- ni el mismo aparato público.
Los mercados castigan a España porque pretende pasar de un 9% de déficit este año a un 6% el que viene, un 3% el siguiente y luego Dios dirá. Eso suponiendo que el crecimiento de la economía sea el que prevé el gobierno. Como “los mercados” dudan de esa previsión nos ven como morosos potenciales. En fin, que esos “monstruos especuladores” va a resultar que harían lo que cualquiera que no se fíe. Y a lo peor no van descaminados.
Frente a eso el gobierno anuncia como primeras medidas recortes en el gasto en los servicios públicos y aumento de los impuestos. Resulta asombroso que, en contraste, el monumental edificio institucional permanezca intocable ante sus ojos. Los ciudadanos convenimos en que sobran al menos 6000 de los 8000 ayuntamientos, que generan cuantiosas ineficiencias. Reconocemos que sobran en las autonomías defensores del pueblo innecesarios, consejos de cuentas que no auditan (si no ¿cómo se entiende que hayamos llegado a esto?), televisiones al servicio del gobierno de turno o consejos económicos sociales irrelevantes. Dudamos de la utilidad del senado y cuestionamos la existencia de microdiputaciones.
Hay todo un artificio institucional de escasa eficacia, pobre justificación y nula necesidad que cuesta una fortuna, pero nadie en los partidos levanta la voz recortar por ahí. Prefieren tocar la salud o las pensiones. Luego se asombrarán de que gente que no quiere entrar en política salga a la calle. ¿Qué otra solución queda?

miércoles, 17 de agosto de 2011

Aeropuerto, Mala Gestión y Desenfoque

La pérdida de pasajeros del aeropuerto de León viene siendo noticia cada mes en lo que va de año. A estas cifras se suceden comentarios sobre la conveniencia de mantener una instalación como esa. Es precisamente la consideración que algunos dan al aeropuerto como infraestructura especial o suntuaria lo que produce un importante desenfoque en la opinión.
Los aeropuertos regionales en ciudades y áreas metropolitanas de más de 150.000 habitantes son una infraestructura normal en toda Europa. Las ciudades que no cuentan con él juegan con desventaja. El avión es un medio más para llegar a una ciudad –como ha recordado Proyecto León recientemente- que tenga una actividad económica normal en España, no para irse.
El coste real de los viajes aéreos es actualmente bajo, como han demostrado las nuevas aerolíneas. Está inflado porque la estructura de AENA es cara debido a su condición de monopolio y porque las aerolíneas convencionales pagan privilegios a ciertos colectivos. Sólo así se explica la disparatada diferencia de precios entre los vuelos de bajo coste y los convencionales.
¿Qué falla entonces en el aeropuerto de León para que pierda pasajeros? Falla la eliminación de la competencia que se produjo por el desencuentro político. Falla la permisividad de la administración con unas tarifas intolerables -por caras- del operador principal. Falla la gestión del consorcio, que pudo captar una compañía de bajo coste, pero no lo hizo porque nadie en ese entorno sabía inglés (¿…?). Falla el consorcio de turismo, que no promociona adecuadamente este destino en las ciudades con las que hay vuelos. Falla la Junta de Castilla y León, que da un trato de favor a otros aeropuertos.
En resumen, fallan los leoneses, desde la primera autoridad al último ciudadano. Unos por ser unos pésimos gestores y otros por no plantarse ante una negligencia evidente. Y, por supuesto, Valladolid. Las soluciones son claras: captación de vuelos de bajo coste, reducción de tarifas de Air Nostrum, que la Junta cumpla su deber de ecuanimidad con el aeropuerto y una política de promoción turística profesional. Está todo por hacer.

miércoles, 10 de agosto de 2011

León, El Turista y los Leoneses

En estas fechas muchos turistas visitan la Provincia de León. El recuerdo en los que han pasado por aquí es bueno, según transmiten las encuestas. Nuestra tierra supera las expectativas de quien se acerca. Esto quiere decir que o el interés inicial del viajero es bajo o lo que ofrece esta provincia supera la media de otros lugares. A pesar de ello, uno de los problemas más evidentes que presenta el turismo en León es la reducida permanencia en los hospedajes.
Para lograr un aumento de la estancia, el turista medio tendría que percibir que el número de puntos de interés a visitar es mayor de lo que piensa en un primer momento. Para ello habría que informarle. ¡Quién mejor que los propios leoneses! ¿Verdad? Pero, cuando se sondea entre nuestro paisanaje qué conocimiento existe de la provincia, descubrimos que es reducido e impreciso. Si un leonés medio tuviera que enumerar diez lugares destacados para mostrarlos a unos turistas lo más probable es que no fuese capaz de citarlos y mucho menos de describirlos.
León tiene recursos de una singularidad excepcional para el mercado turístico; recursos que además se acumulan con una densidad infrecuente. Sin embargo, en términos generales, los leoneses no los conocen ni los valoran. Pese a ello es necesario tener en cuenta que la colaboración ciudadana es imprescindible para lograr el objetivo de alargar las visitas de los viajeros. Por ello habría que popularizar el conocimiento de la provincia entre los leoneses de todas las edades y comarcas. Así se evitaría que un visitante se fuese a los dos días con la idea de que ha visto cuanto merecía la pena ver.
Por esta razón los máximos responsables del turismo podrían extender la impartición de cursos populares de conocimiento de León por toda la provincia. Es necesario que cuando alguien pregunte a un lugareño qué se puede ver aquí encuentre una respuesta satisfactoria y estimulante. Al menos las cabeceras de comarca y las ciudades deberían ofrecer seminarios al conjunto de la población, donde se enseñe los recursos y la geografía leonesa. Así aprendería el lugareño que no sabe e informaría al turista desorientado.

miércoles, 3 de agosto de 2011

El Mal Ejemplo de la Diputación

Los primeros pasos de la Diputación Provincial Leonesa en este mandato han deparado un ramillete de sucesos lamentables. Conviene racionalizar lo que ha pasado en un momento, en el que algunos ponen en entredicho el futuro de estas instituciones. Sólo así podremos formar una opinión sólida sobre la discutida idoneidad futura de la diputación.
El equipo de gobierno está encabezado por una concejala de la ciudad de León. Sin embargo las diputaciones tienen como deber atender las necesidades de las poblaciones con menos de 20.000 habitantes. Se trata por tanto de un sinsentido. En segundo lugar, el grupo popular se ha subido los salarios, empezando por el de la presidencia, que lo ha hecho abultadamente. Resulta un disparate subir las remuneraciones en plena crisis económica, cuando los empleados públicos han sufrido primero un recorte y luego una congelación.
Pero los grupos de oposición tampoco han dado ejemplo. Los socialistas colocaron a un concejal de León y a otra de San Andrés del Rabanedo –barrio de León que cuenta con 32.000 habitantes-, a los que concedió sus únicas remuneraciones fijas. En otras palabras, además de perder diputados, potencian a concejales de grandes poblaciones: otro disparate. Para rematar la faena la UPL hace diputado a alguien de un municipio -en realidad un barrio de León-, que está a punto de rebasar los 20.000 habitantes: un dislate más.
Como se aprecia, no se trata de decisiones individuales, sino de posiciones de partido, de lo que se induce que son éstos el problema. En consecuencia, cuando se plantea que las diputaciones son nidos de caciquismo, que no saben cumplir su función o que han perdido sentido es cierto. Pero la causa no es la institución, sino la voracidad de los partidos que las convierte en herramientas a su servicio. Limítese pues el poder de los partidos en ellas.
Las diputaciones están de actualidad; son más necesarias que nunca para las amplias zonas rurales que se desertizan y pierden servicios públicos. Por eso hay que transformarlas en órganos técnicos, como las universidades, cuando se acometa la reforma constitucional que no tardará en llegar.