jueves, 26 de marzo de 2015

PP, AUTOVÍAS Y AEROPUERTOS

En estos días el candidato a la presidencia de la Diputación de León por el Partido Popular ha manifestado que la gestión del aeropuerto es un problema complicado. Utilizó la autovía de Valladolid, a la que atribuyó un coste de 90 millones de euros, como elemento de comparación con los 80 millones de euros invertidos hasta ahora en el aeropuerto para convencer de su inutilidad. La declaración causa sorpresa porque Majo fue un buen gestor del Consorcio del Aeropuerto. Con él al frente y el apoyo de una empresa local se alcanzó los 160.000 pasajeros por año, demostrando el potencial. Fue su marcha y la incorporación de Carrasco lo que marcó la caída del tráfico. Por añadidura la tendencia hasta aquel momento fue de un fuerte crecimiento, por lo que resultó evidente que la infraestructura podía multiplicar el tráfico con la gestión correcta. Majo tiene ahora todos aquellos datos y además, como novedad, una empresa local que quiere operar el vuelo a Barcelona con adecuados horarios y precios, elemento clave para el éxito de la terminal. Por otra parte causa estupor la argumentación del candidato, hombre cabal en términos generales, por falsa. Un kilómetro de autovía cuesta como mínimo tres millones y medio de euros y, si hay estructuras singulares como puentes, desmontes o pilotajes, aún más. El tramo pendiente entre Santas Martas y Villanubla saldrá por unos 400 millones de euros como mínimo, y no los 90 que cita. Más pareciera que Majo se ha centrado en defender una postura marcada por otros que en establecer juicios lógicos. Puede que entre los compañeros de partido haya personajes interesados en tumbar el Aeropuerto de León; los mismos que no quieren entrevistarse con los representantes de la única compañía local, que apuesta con inversiones contantes y sonantes por ese medio de transporte. Si malo es actuar por encargo, como parece el caso, peor es hacerlo en un campo en el que otros tienen también muchos datos. Y es que el Aeropuerto de León, con una gestión correcta, da para más de 200.000 pasajeros por año. Se puede añadir que en el Consorcio del Aeropuerto debe haber alguien que hable fluidamente inglés, y que sepa de aviación y de ventas, cosa que no sucede ahora. Y como corolario, la autovía de Valladolid no tiene justificada su inversión porque no hay tráfico suficiente ni expectativa de que lo haya. Lo dicen las intensidades medias de tráfico (IMD) que tiene el señor Silván en su poder. Si acaso se podrían reclamar las circunvalaciones. Como dar vueltas a las cosas está de moda, puede ser lo más indicado.

jueves, 19 de marzo de 2015

LEÓN EN POSITIVO

León en Positivo es una plataforma de asociaciones creada a fin de hacer planteamientos constructivos para León ante los poderes públicos. La agrupación se articula en torno al núcleo formado por las asociaciones de vecinos. Alrededor se han sumado otras asociaciones, sindicatos, partidos y organizaciones empresariales. Por esta razón el nivel de representatividad de las fuerzas vivas de la ciudad es probablemente el mayor que se pueda encontrar actualmente. La plataforma intenta avanzar en la redacción de una propuesta para exponer a cuanto interlocutor esté disponible. Por eso León en Positivo es una oportunidad de encauzar de manera lógica y dialogante apuestas en las que prime el interés común por encima de tendencias partidarias. Pese a las autocríticas por –para algunos- el lento avance en la elaboración de objetivos, su labor no es fácil. El grupo debe trabajar en pos de una visión global que considere la ciudad y la provincia en su integridad. En consecuencia cualquier avance es dificultoso, puesto que León es una realidad compleja y además atraviesa momentos desfavorables que provocan ya hondas transformaciones. Una primera formulación, que es de racionalidad aplastante, es la elaboración de un plan estratégico encargado por el ayuntamiento de la ciudad, algo que ya propuso hace mucho tiempo Iniciativa Social Leonesa y, más recientemente, Proyecto León o el CEL entre otros. La necesidad de realizar una evaluación cuantitativa del estado de la ciudad, de compararla con otras y de proponer un camino para mejorar, de acuerdo con las fuerzas sociales, es tan evidente que ha salido como primera conclusión. Ello no impide que se siga la trayectoria de proyectos puntuales, como el de la plataforma logística ferroviaria de Torneros, la autovía León-Braganza, el tren veloz o el aeropuerto. En León en Positivo cabe hablar de todo y sin límites, aunque persiguiendo siempre el resultado de una propuesta concreta. Si bien han existido distintas iniciativas de este tipo, lo que ya habla bien de las dinámicas de la ciudad, ésta puede ser especialmente valiosa por lo numeroso y variopinto de la concurrencia y por la gran apertura al debate de los participantes. León en Positivo puede y debe configurarse como un interlocutor ante los partidos de cara a la elaboración de los programas electorales de las próximas convocatorias. Es además el canal desde el que núcleos de elaboración de ideas, como Proyecto León, pueden hacer llegar sus propuestas a otros grupos de liderazgo social.

jueves, 12 de marzo de 2015

EL PP Y LA ALCADÍA DE LEÓN

Las pasadas elecciones municipales hubo una repercusión del voto nacional como no se había producido antes. El deseo de sustitución del gobierno central se trasladó a los ayuntamientos. El resultado fue la victoria del Partido Popular en la mayor parte de las ciudades, incluso con candidatos de escasa notoriedad. Ese fue el caso de León, donde el triunfo se alcanzó con un electo escasamente conocido por los votantes y con una vertiente pública pobre. El paso del mandato no ha revertido el reducido impacto mediático del actual alcalde de la capital. Además tampoco ha sabido rodearse de las personas que cubriesen esa vertiente con la suficiente eficacia. Eso sumado a las evidentes dificultades que representa para el PP el ascenso de Ciudadanos -que se está llevando sus votos más centristas- ha provocado la reacción drástica de la cúpula autonómica para evitar la pérdida de la alcaldía. Para intentarlo han desplazado a León a la persona más mediática, el consejero Silván, que comenzó utilizando los recursos de su consejería para ganar notoriedad. Lo primero ha sido un plan para lavar la cara de una parte de León. El problema que se plantea es que durante su mandato es tan poco lo que ha diferenciado su ejecutoria con León, si es que ha existido algo, que el debate electoral se anuncia conflictivo para él. Como los malos estudiantes, deberá intentar aprobar aprendiendo el día antes. Cuestiones como el plan AVANZA EUROPA, el desarrollo del Aeropuerto de León o el despliegue de los 15 kilómetros de la vía rápida entre Puebla de Sanabria y la frontera portuguesa (como parte de la vía rápida León-Braganza) mostraron una actitud del consejero que se ha percibido como poco favorable cuando no directamente destructiva. El nuevo candidato afronta el reto de cambiar su mala imagen como promotor de León en buena parte del electorado con resoluciones concretas para las que solo le quedan dos meses. Con su sempiterna sonrisa va a tener difícil la victoria porque carece de la confianza de muchos votantes. Una batería de medidas para minimizar esa mala tarjeta de presentación podría ser un lenitivo eficaz. Como sugerencia podría servir una lista de obras y acciones que efectivamente puedan quedar comprometidas antes de su relevo. La vía transnacional de Puebla a la frontera portuguesa, así como la inclusión en el PITVI del trayecto íntegro es una; la conversión de León de manera permanente en punto de partida del club de los 60 puede ser otra. Caben muchas más con las que Silván debe demostrar su capacidad de compromiso con León.

jueves, 5 de marzo de 2015

LA BATALLA DE LOS DATOS

La recogida de datos por los distintos organismos públicos se ha convertido en una herramienta para presentar una imagen positiva del gobierno de turno. Solo el contraste con la opinión de otros sobre esas mismas cifras permite dar en toda su amplitud una interpretación. Y es que los datos en sí mismos no son nada si no se les añade las conclusiones para entender su valor. Por eso la publicación periódica de estadísticas sobre la coyuntura de España se convierte en un ring donde los contendientes pueden decir una cosa y su contraria. Los mensajes del gobierno se centran ahora en la consigna de que las cosas van bien, que el producto interior bruto sube y que hay cada vez más gente trabajando. Y no miente. Sin embargo es imprescindible saber cómo influye el crecimiento económico general sobre las vidas de las personas en particular para hacer una valoración. Un buen dato de la macroeconomía no tiene por qué traducirse en un buen dato para la microeconomía. Es ahí donde el gobierno cuenta una verdad a medias. Para concretar más este último aspecto podemos explicar que un crecimiento global del PIB (que viene a ser lo que produce el país) podría aparentemente ser bueno para todo el mundo. Sin embargo esa creación de riqueza puede redistribuirse entre los componentes de la economía (en cuyo caso todos lo percibiríamos) o no. Si no es así, el crecimiento del PIB se traduce en que una parte de la economía se beneficia mientras otra no lo hace. Es el caso de lo que está pasando. En España el crecimiento general de la renta se distribuye entre varios capítulos. Hay uno que afecta a todos los ciudadanos: las rentas del trabajo, que son básicamente los salarios. Si aun creciendo el PIB, las rentas del trabajo no suben, entonces la gente vivirá peor. Si a pesar de que crece la producción y los beneficios, la masa salarial no se incrementa o incluso baja, las condiciones de vida de la mayoría empeorarán. Eso es exactamente lo que está pasando. Socialmente se están produciendo dos fracturas: una entre estratos sociales y otra entre territorios. Los estratos sociales vienen marcados por la diferencia entre los trabajadores con contratos antiguos, que cobran mucho más, y los que tienen contratos recientes, que perciben mucho menos por el mismo trabajo. La otra fractura se produce entre los territorios donde se está concentrando el trabajo y los que están en la posición contraria. No en vano solo las 8 primeras provincias por dimensión reúnen nada menos que el 50% del trabajo disponible, entre ellos el mejor remunerado.