jueves, 28 de noviembre de 2013

Ponferrada y el aeropuerto

Los leoneses hemos conseguido lo más difícil de lograr en temas aeroportuarios: tenemos un aeropuerto civil con una pista de tres mil metros de longitud, una terminal moderna con capacidad para acoger el tráfico de medio millón de pasajeros y los sistemas de aproximación y asistencia para aeronaves más proporcinados y recomendables para estas dimensiones. En consecuencia de lo que se trata ahora es de dar utilidad a esa inversión más allá de discusiones fuera de lugar sobre lo adecuado de la obra, que ya está hecha. Además, hay una cifra incontestable: en este aeropuerto ya se registró un tráfico de más de 160.000 pasajeros al año y oportunidades claras de crecimiento en aquel momento. Entonces hay que preguntarse por qué no se hace lo necesario para que el servicio aeroportuario leonés mantenga aquella tendencia. En primer lugar está AENA, compañía que vende servicios aeroportuarios y que tiene casi 50 tiendas, a las que se llama “aeropuertos”. Me pregunto en qué estará pensando su director comercial para admitir que un aeropuerto como éste, con ese historial, vaya a quedar este año con poco más que treinta mil pasajeros. Si yo fuese empleado de AENA, con una gerencia así estaría muy preocupado por mi puesto de trabajo. León, Logroño, Badajoz … tienen tráfico aéreo potencial, pero no hay aviones. Hay personas en AENA que tienen problemas o de capacitación o de integridad moral o, simplemente, de rendimiento. Alguien tendría que resolverlo. Por otra parte está el Consorcio de Promoción del Aeropuerto, cuyas gestiones no parecen muy atinadas, ya que el soporte principal, que es el vuelo León-Barcelona, ha caído en el descuido, dejado de la mano de Dios y de la Junta, que para este aeropuerto es como Lucifer. Ahí tenemos cuarenta o sesenta mil pasajeros anuales si el horario es adecuado y el precio también. Los chárter también son necesarios, pero representan migajas. En este sentido cabe pensar qué se ha hecho para que todo el tráfico aéreo del mundial de ciclismo pase por la Virgen del Camino. Éste es el aeropuerto de Ponferrada, que está a una hora (igual que Barajas de Getafe o que Stansted de Londres), y pocas ciudades de ese tamaño pueden ofrecer algo así. ¿Están trabajando AENA, el Consorcio, el Ayuntamiento de Ponferrada y la Junta en esa línea? Para mejorar el acceso habría que ejecutar un vial directo desde la malla de autovías que lo circundan. Bueno, yo, por si acaso, dejo caer todo esto, aunque puede que lo tengan ya preparado ¿o no?

martes, 26 de noviembre de 2013

El aeropuerto y sus defensores

El último ataque al Aeropuerto de León desde el Ayuntamiento de Valladolid ha dejado claro la tenue capacidad de las fuerzas vivas de León para defender los intereses de la sociedad. Sin entrar al detalle de lo que significa la instalación de la Virgen del Camino para los leoneses, una hostilización tan directa como la que opera el alcalde de Valladolid requiere una respuesta proporcionada. El refugio en el “no vamos a entrar en esa discusión” no sirve cuando se facilita una oportunidad de tal calibre para resaltar esta infraestructura. La lánguida respuesta de la Diputación, el Ayuntamiento, las asociaciones empresariales o los sindicatos son una buena muestra de que quienes las dirigen frecuentemente no están a la altura de sus puestos de representación. Si, por el contrario, consideramos los datos del aeropuerto leonés y la falta de argumentación de éstos entre nuestros representantes, sólo se puede concluir que no conocen las cifras. Nuestros representantes no manejan los guarismos más significativos del aeropuerto, opinan sobre impresiones peor o mejor fundadas y demuestran una falta de profesionalidad que ofende. No conocer que nuestro aeropuerto alcanzó los 160.000 pasajeros anuales y que eso es más de lo que trasladan los Alvias de RENFE es lamentable. No conocer que durante 2 años los vuelos a Barcelona trasladaron más pasajeros desde León que desde Valladolid es imperdonable. No saber que los horarios y los precios son decisivos para el éxito de un vuelo y, por ende, del aeropuerto en que se oferta es inexplicable. No saber que el aeropuerto de León tiene una oferta de horarios y precios en vuelos regulares que parece hecha por su peor enemigo, con la Junta como responsable de fondo, es reprobable. Por último, no saber que los vuelos desde Villanubla llevan subvencionados hasta en un 90% de su coste (Valladolid-París en los años noventa) desde sus inicios clama al cielo. Y lo más triste es que en estas ocasiones se pierde la oportunidad de explicar la realidad negro sobre blanco por incompetencia. Por eso es necesario que alguien les explique a estos próceres que el Aeropuerto de León no es una quimera, sino una infraestructura que, si se hubiese gestionado correctamente, tendría hoy más de 300.000 pasajeros por año, pero que por no hacerlo va a pasar escasamente de los 30.000 en diciembre.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Congreso de UPL: voluntarismo sin plan

Este domingo se celebra el congreso de la Unión del Pueblo Leonés que decidirá quiénes quedarán al frente de la formación durante los próximos años. Y digo quiénes porque, una vez leídas sus cartas de intenciones (llamar “programas” a eso me parece un atrevimiento), no hay lugar para la reflexión ideológica, para saber qué se va a hacer y por qué. Cierto es que una de las candidaturas está encabezada por un personaje cercano a Chamorro que ha demostrado carecer de cualquier objetivo concreto para León, como se puede corroborar en sus escritos. De la candidatura alternativa se puede decir que representa algo parecido en tanto que son personas que llevan tiempo en política y se han relacionado con la dirección anterior. En ambos casos las manifestaciones previas se han desenvuelto entre propuestas como “potenciar las juventudes” (¿es que no habría que potenciarlas en cualquier caso y partido?) o “acercarse al leonesismo social” (¿es que hay otro leonesismo en este momento?). Por no quedarme en la simple crítica, voy a exponer -en realidad reescribir- algo expuesto varias veces; lo que la lógica dicta. El leonesismo tiene tres patas: 1-Cultural: trabaja en el estudio, mantenimiento y recreación de las tradiciones y singularidades que nos hacen sentir como un grupo. Son la base del sentimiento de orgullo colectivo leonés. 2-Económica: trabaja en el estudio, defensa y promoción de nuestros intereses económicos, así como en la planificación de lo que ha de ser la economía leonesa en el futuro. Es la base de la prosperidad económica proyectada que ofrece la alternativa leonesista. 3-Política: el leonesismo político debe trabajar en dos vertientes. La primera es en trazar un camino que haga posible nuestro progresivo reconocimiento político, a fin de lograr la prosperidad y el bienestar en el marco que más nos convenga. La segunda es trasladar al campo legal la mejor acomodación de nuestros intereses culturales, sociales y económicos, así como dar soporte financiero a la estructura leonesista que se halla fuera de las instituciones públicas. Por esta razón el leonesismo político no puede subsistir en el campo de la vaguedad, de la inconcreción y, en consecuencia, de los medros personales. El leonesismo político está para ser incómodo y quien no esté dispuesto a serlo debe quedar fuera de los puestos de representación. Un partido político leonesista ha de tener un decálogo que aplicar innegociablemente en cada institución donde gobierne y ha de forzar pactos que avancen fehacientemente hacia nuestro reconocimiento político independiente. El grado de independencia es algo a debatir internamente en función del bienestar de los leoneses, fin que ha de presidir todas las acciones. En resumen, León tiene intereses propios que han de ponerse de manifiesto en las instituciones y las leyes. El leonesismo político, el partido leonesista, es la herramienta para conseguirlo. Por eso si la UPL continúa siendo un fin en sí misma para repartir fama y regalías más vale enterrarla.

lunes, 11 de noviembre de 2013

El mercado laboral provincial: León y las autonomías

La Encuesta de Población Activa, cuyos datos empezamos a comentar la semana pasada, nos muestra que el conjunto de España experimentó una expansión del 15% en su mercado laboral entre 2000 y 2013. De esta manera se avanzó desde los poco más de catorce millones seiscientos mil empleados hasta los más de dieciséis millones ochocientos mil -con datos al tercer trimestre del año-. Sin embargo esta expansión no se distribuyó de manera uniforme. Se viene observando cómo en términos generales las provincias con capitalidad autonómica de facto avanzan por encima de las que no lo tienen desde el inicio del proceso autonómico. Este fenómeno se traduce en que para el periodo antedicho las sedes autonómicas aumentaron su número de empleados un 17,5% mientras el resto de provincias sólo lo hacía en un 11,5%. Como esta tendencia ha sido continua en los últimos 32 años (periodo en el que dispongo de datos), las provincias sin sede autonómica pierden peso sin cesar. Por el contrario las sedes autonómicas representan cada vez un mayor porcentaje del empleo. No obstante, podemos establecer dos categorías entre las provincias con sede autonómica: las que lo son de una uniprovincial y las que lo son de una multiprovincial. En esta comparación las diferencias son muy abultadas: las sedes de uniprovinciales crecen quince puntos más que las de multiprovinciales. Éstas se quedan en un 11% para el periodo 2000-2013, lo que supone que siguen la trayectoria de las provincias sin sede autonómica y que han perdido el impulso inicial. Sólo Asturias entre las uniprovinciales está un poco por debajo de esa cifra. Y en este panorama ¿cómo se ha comportado León? Mal; pierde -al igual que Zamora- un cuatro y medio por ciento de su masa laboral. León es la cuarta peor demarcación por su evolución, sólo superada por sus vecinas Orense, Lugo y Zamora, por este orden. Se diría que estas 4 provincias forman el área más deprimida de España en términos laborales, acentuado esto por el hecho de que las lindantes Pontevedra y Palencia también están en el reducido grupo de provincias que perdieron empleo entre 2000 y 2013. Pienso que cifras y conclusiones tan evidentes han de estar en manos de los gabinetes técnicos de todas las instituciones locales. Me llama la atención la tranquilidad con que se manifiestan los dirigentes políticos en estas provincias y la levedad de sus reflexiones. A mi juicio nos encontramos ante un problema de estado que afecta a territorios amplios de dos autonomías. En ambos casos los gobiernos autonómicos sucesivos no han sabido resolver el capítulo de promoción económica, bajo su responsabilidad. Por este motivo debo concluir que se trata de autonomías fallidas y considero que el gobierno central, atendiendo a sus obligaciones, debería dar una solución para invertir estas tendencias decadentes y sostenidas. Probablemente modelos de gestión basados en nuevos marcos autonómicos más pequeños podrían dar respuesta a este problema. En todo caso no es aceptable que se mantenga una estructura pública que ha fracasado en sus objetivos económicos más elementales: la garantía del progreso económico, el bienestar y la igualdad de oportunidades con el resto de los españoles. Hay que cambiar lo que no funciona o funciona mal.

domingo, 3 de noviembre de 2013

El mercado laboral de León en España

Todos los años por estas fechas suelo tabular los datos del tercer trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA) a fin de saber cuál es la posición relativa de León en España. Las cifras que tomo son las de población activa ocupada, que he seriado desde 1981. La cifra de empleados que hay en cada provincia según esta encuesta nos da una idea de la vitalidad económica de la misma. Además aporta un dato objetivo al que, pese a haber sufrido cambios metodológicos desde entonces y a ser una información indirecta (es una encuesta, no un registro individual), se le pueden poner pocos “peros”. En primer lugar hay que concluir que el mercado laboral español está polarizado en Madrid y en el arco mediterráneo. La provincia de Madrid supone algo más del 15% de la ocupación y crece cada año en participación. Le sigue el mercado de Barcelona, que cuenta con un 12% del empleo, aunque va perdiendo peso muy lentamente. Las provincias que siguen, hasta completar la mitad de los trabajadores ocupados españoles son Valencia, Alicante, Sevilla, Murcia, Málaga y Mallorca por este orden. Como se aprecia, el predominio mediterráneo es claro (31%), frente a Madrid (15%) y la provincia de Sevilla (3,5%). Hay demarcaciones con un avance muy claro durante este siglo como Alicante, Málaga y Mallorca, incremento que resulta llamativo. En lo que respecta a León, durante los 13 primeros años del siglo ha perdido peso relativo, bajando del 1% del total de empleo detectado. Está en el puesto trigésimo tercero y ha sido adelantada en este periodo por Lérida, Ciudad Real y Huelva. El próximo candidato al adelantamiento será Burgos, que en 13 años ha pasado de estar 30.000 puestos de trabajo por debajo a sólo 3.500. Por el contrario, León no ha adelantado a ninguna otra provincia en esta tabla. Ante una evolución tan negativa cabe preguntarse si habrá pasado ya todo lo malo que tenía que pasar, si las autoridades han hecho lo que debían y si los líderes empresariales, sindicales e intelectuales actúan de acuerdo con lo que esta situación requiere. Y sobre todo dejo una pregunta para la reflexión: ¿estamos en la actitud adecuada para cambiar esta trayectoria?