miércoles, 30 de noviembre de 2011

León y La Promoción Turística

La celebración de INTUR, la feria de turismo interior, pone de actualidad nuevamente uno de los debates recurrentes en León: la promoción turística. Las elecciones municipales y sus cambios han supuesto la desaparición del consorcio capitalino para dejar en manos de la diputación todos los aspectos del márketing provincial. Al hilo de esto, choca que se considere adecuado para la capital lo que se considera inadecuado para el Bierzo, que mantiene su propia y eficaz promotora.
En todo caso la acción desde el Palacio de los Guzmanes ha sido reducida, descoordinada e ineficaz. El cierre de un hotel en las afueras de León así lo demuestra, por más que se quiera atribuir al poco tino del desaparecido consorcio de la capital, que carecía de medios económicos, pero abundaba en talento. La actividad de la diputación repercute en cada rincón de la provincia.
El nuevo mandato debería acometerse con planteamientos desconocidos hasta ahora porque es difícil divulgar con menos acierto una provincia con los impresionantes recursos de la leonesa. Es imposible vender peor la espectacularidad de las montañas calizas, el exotismo de las bodegas subterráneas, la sombra de los castaños, la cúpula azul sobre campos rojos, el aroma del humo sobre las lonchas, el misterio de la uva del Reino de León, el rubor del pimentón y el picor de la morcilla. Es difícil de creer que este deslumbrante microuniverso llamado León se pueda mostrar con más desgana, con menos interés, con una documentación más inconsistente.
¿Se plantean los diputados responsables qué es lo que sorprende a un visitante? ¿Se molestan en saber qué piensa de la información que le dimos y de cómo se la dimos? ¿Y si no les interesa para qué son diputados de turismo?
El turismo en León es un filón poco explotado y con un recorrido al alza tan grande que hasta podrían solaparse los efectos de la crisis. Hace falta ganas, profesionales y dinero, cosas que han faltado hasta ahora. Los resultados son inapelables: así lo muestran. Esperemos que la actitud de trabajo y rigor que gasta el alcalde Gutiérrez cale, despierte a los dormidos y responsabilice a los “responsables”.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Un Balance Electoral Pendiente

Las elecciones generales del domingo han proporcionado unos resultados tan nítidos en las tendencias de los partidos y los territorios que las conclusiones se han decantado sin dar lugar a demasiado debate. El PP ganó por mayoría absoluta gracias al medio millón de nuevos votos que incorporó. El PSOE se desplomó perdiendo cuatro millones trescientos mil votos, lo que supuso una catástrofe electoral en todos los territorios. UPyD subió más que nadie. IU volvió a significar algo. AMAIUR dio la campanada. CIU resultó reforzado a pesar de los recortes del gobierno catalán. El PNV salió trastabillado de su liza con los exterroristas. En general, el panorama político se ha fragmentado, lo que indica desorientación, descontento o ambas cosas.
Sin embargo, frente a estas contundentes conclusiones se ha pasado de puntillas por otra que, para mí, ha sido la más llamativa porque podría exigir un cambio constitucional a corto o medio plazo. Se trata de la sonada respuesta de los españoles al senado. De entrada hay 170.000 ciudadanos que decidieron votar al congreso, pero que no depositaron su papeleta al senado. Más llamativo es el voto nulo que si, al congreso apenas rebasó los 300.000 votos, en el senado, pásmense, supuso 900.000. Pero lo más escandaloso se cifra en los votos blancos que totalizaron 1.260.000, una cifra asombrosa que es el tercer grupo de voto. En total dos millones trescientas cuarenta mil personas expresaron así su rechazo al senado y a sus candidaturas, algo que debe hacer pensar al nuevo gobierno sobre la necesidad de una reforma de la cámara si no en su supresión. No olvidemos este importante resultado.

León y la Nueva Legislatura

Los resultados electorales del pasado domingo pueden suponer un cambio radical en la atención que presta a León el gobierno central. Las dos legislaturas de Zapatero han tenido un efecto ambivalente en esta tierra. Por una parte, su torpe conducción del aparato del Estado ha tenido un balance negativo sobre el conjunto del país, que repercutió también sobre la provincia. Por otro lado, es innegable la acción positiva que esos gobiernos han desarrollado aquí: la apertura de la León 30, el alargamiento de la pista del aeropuerto, la nueva terminal, los nuevos servicios en ella, el INTECO, la CIUDEN, la integración de FEVE, la reforma del Parador de Villafranca, el desbloqueo de la León-Santas Martas, el del acceso sur, las gestiones con el Instituto Confucio… Ningún inquilino de la Moncloa se comportó tan favorablemente con León como el ahora saliente, lo que es independiente de la manifiesta incompetencia de parte de su equipo.
La victoria del PP abre muchas incertidumbres para León. Los gobiernos de Aznar fueron rematadamente indolentes con los problemas de esta provincia, por no hablar del ridículo de la escuela de pilotos del Eurofighter. Contra esta impronta tendrá que trabajar Prada y sus compañeros a fin de borrar la lamentable imagen que dejaron los predecesores. Y más si cabe porque el PP cuenta con un poder sólo comparable al de la victoria de 1982 de Felipe González -presidente de tan mal recuerdo para León- cuando la España de las autonomías apenas había nacido. Los populares atesoran la mayoría absoluta en el gobierno central, dominan en casi todas las autonomías, diputaciones y capitales de provincia. No se ha visto una concentración de poder similar en treinta años. Si lo hacen mal con León no habrá más que un responsable: Rajoy y su partido, lo mismo que si lo hacen bien.
En todo caso la importancia de las finanzas internacionales desborda la de cualquier otra cuestión. Sin embargo, a la hora de aplicar ajustes -que han de llegar sin duda- hay lugares donde el aparato y el gasto públicos son mucho más abultados que aquí. Por eso habrá que vigilar que León exista no sólo para los recortes.

jueves, 17 de noviembre de 2011

La Señalización en León

Uno de los aspectos que más desorienta al visitante en una ciudad es la falta de señalización y de puntos de referencia para desplazarse con el coche. Si a eso se unen unas entradas feas y complicadas, la primera impresión del viajero no podrá ser más negativa. Son muchas las ciudades con grandes carencias en este campo como Coruña, Gijón, Burgos o Bilbao y por ello es un capítulo en el que León podría marcar la diferencia con poco esfuerzo.
La ciudad legionense ha mejorado sus accesos en los últimos años con la entrada desde La Virgen del Camino, la de Valladolid y la León 30. Cuando el acceso sur y la autovía a Puente Villarente estén concluidos sólo restará por arreglar la entrada norte, que no era la peor. Sin embargo la casi absoluta falta de indicadores ensombrece este panorama.
León es una ciudad plana, lo que resta posibles referencias a los foráneos, pero cuenta con dos ríos y una traza urbana organizada en torno a plazas y glorietas: Guzmán, Santo Domingo, la Inmaculada, el Avión, el auditorio, la Junta, el león, la plaza de toros, Santa Ana, y edificios notables como correos, San Marcos, el Arco de la Cárcel, los Cubos ... En este aspecto sería bueno embellecer y caracterizar algunas plazas y glorietas en el arco norte entre el Polígono 10 y Mariano Andrés, donde un visitante sí se podría desorientar.
Con estas referencias, algo que viene dado por la propia configuración de la urbe, y una buena red de indicadores cualquier viajero no debería perderse en León. El ayuntamiento haría bien en aplicarse en esta vertiente que no supone una gran inversión y permitiría potenciar una ventaja competitiva sustancial respecto a todas las ciudades del entorno en la vertiente turística.

martes, 15 de noviembre de 2011

Políticos de Bajos Vuelos

Una parte de la campaña electoral en Valladolid se está basando en la petición de cierre de todos los aeropuertos de la autonomía, salvo el de allí. La expresión de ese deseo es descarnada y no atiende a razones, pero deberían tener cuidado porque se puede abrir un debate peligroso en el territorio bajo la administración de Herrera.
Más allá de otras consideraciones hay que poner en cuestión el nivel de los políticos del Pisuerga, cuya visión global de la autonomía no es precisamente su mayor virtud. En España y por supuesto aquí no debería existir una sola área metropolitana de 100.000 habitantes que no dispusiese en sus cercanías de un aeropuerto. Los aeródromos son ya una infraestructura de transporte básica en las urbes y los viejos planteamientos que hacen de esta fórmula de traslado un artículo de lujo nos retrotraen a la aldea. Las cuatro primeras áreas metropolitanas en León y en Castilla han de tener aeropuerto porque rebasan de largo los 150.000 habitantes y, en el caso de León, que es la segunda, los 200.000.
Otra cosa es que los políticos de León no comprendan que, una vez que los henchidos pilotos han pasado a ser conductores de aviones y el rimbombante personal de tierra se ha convertido en portaequipajes, gasolineros, etc, el avión se haya vuelto un autobús volante. Si viajar a Londres de manera segura vale menos de 60 euros es que algo ha cambiado en el transporte aéreo. ¿Tienen nuestros políticos la perspectiva para entenderlo y actuar en consecuencia? Hasta ahora no han comprendido este cambio del entorno.
Por otro lado, puestos a cerrar infraestructuras deficitarias, podríamos empezar por la red AVE, las autovías y, sobre todo, por ese mastodonte que es el Centro Miguel Delibes de Valladolid, ese edificio cuya climatización cuesta una fortuna y que devora los presupuestos de cultura de la Junta para llevar actuaciones ultradeficitarias a Valladolid.
Por último, en este debate lo que subyace también es la mala gestión en las instituciones. Una vez más queda en entredicho la aptitud de unos gestores capaces de reducir en 4 años a la mitad el pasaje del aeropuerto leonés.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Candidatos Relevantes

Las elecciones generales del 20 de noviembre se presentan como una batalla provincia a provincia. Sin embargo no todos los partidos ni en todas las demarcaciones ponen cualitativamente lo mismo. Son muchos los distritos electorales donde se pone a un cunero, es decir, a un candidato que nada tiene que ver con esa provincia. En esos casos, los partidos demuestran una falta de respeto a los ciudadanos afectados que clama al cielo. En otros, son políticos provinciales los que copan los puestos, pero con un hándicap serio: apenas tienen relevancia en Madrid. En ambas situaciones la representación provincial queda demediada.
En León estas elecciones son excepcionales porque, sea cual sea el partido ganador, la persona que encabeza la lista es oriunda de esta tierra y por añadidura se encuentra bien relacionada en Madrid.
Por una parte, José Antonio Alonso ha sido ministro y ahora es portavoz parlamentario. Viene con cierta frecuencia a León porque aquí reside parte de su familia. No es difícil pensar que en esas condiciones puede conocer de primera mano nuestros problemas.
Por otra parte, Alfredo Prada fue consejero en la comunidad de Madrid y es persona cercana a los círculos de Rajoy. Tiene también a buena parte de su familia en León, por lo que no es infrecuente verle en nuestra provincia. En consecuencia tiene todos los elementos para conocer los problemas de los leoneses y actuar en consecuencia.
Desde ese punto de vista los leoneses hemos de ver como positivas estas elecciones. Llegado el caso existe un interlocutor adecuado para transmitir las cuestiones a la capital de España.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Evolución del Mercado Laboral Leonés

Las malas noticias inundan la actualidad económica y dejan a los leoneses sin aliento. Sin embargo es bueno no perder la perspectiva global para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Aunque la evolución del número de cotizantes a la Seguridad Social no es buena, como se ha divulgado con profusión, la estructura del empleo por sectores sufre una revolución y ésta nos preparará mejor para el futuro.
Si acudimos a una comparación de los datos de octubre de 2011 con los de 2001, 10 años antes, veremos que León ha pasado de 152.000 cotizantes a 163.000. Sólo un 7% más, frente al 10% de España en su conjunto. Para comprender esa pobre tendencia hay que examinar cada sector laboral y apreciar los enormes cambios que León ha sufrido en el periodo citado.
En el régimen general, que abarca a la mayoría de los asalariados, hemos pasado de 101.000 cotizantes a 119.000, es decir, creció mucho más que la media nacional (18% frente al 11%). Por el contrario los autónomos, 33.000, han subido sólo un 4% por un 9% en España, aunque siguen representando un porcentaje más elevado en León que en el resto del país, lo que denota iniciativa. Para concluir este apartado, también crecieron las empleadas del hogar que pasan de 1.300 a 2.400, con un crecimiento parecido al nacional, aunque es un sector con poco peso relativo.
En el lado negativo la minería pasó de 4.900 empleos a 2.000 escasos, lo que supone que su reconversión está casi concluida, a falta de mermar en otros mil empleos aproximadamente. En el campo se ha pasado de 13.200 a 8.200 cotizantes, lo que implica que a la reconversión agraria también le queda poco para cerrar su negativo impacto en el empleo. Si en España bajó un 9%, en León lo hizo una bestialidad: el 38%. El recorrido descendente en la provincia, que es una potencia agroganadera, se agota ante un entorno internacional que demanda productos agrarios
En conclusión, hay sectores productivos que han reducido su actividad agudamente, pero se han visto relativamente compensados con segmentos que mejoran la media nacional. Si continuamos en esa trayectoria llegaremos una coyuntura laboral prometedora.

jueves, 3 de noviembre de 2011

El Nuevo Alcalde de León

Las elecciones de mayo trajeron un nuevo alcalde a la ciudad legionense. Emilio Gutiérrez, que no se fue de vacaciones en verano, cumple un periodo de tiempo al frente del consistorio que permite hacer unas primeras valoraciones. Sirva también, si nos escucha, como retroalimentación de cómo percibimos los ciudadanos su gestión.
Personalmente creo que debe destacarse un punto fuerte y otro débil. El punto fuerte parece radicar en su constancia, rigor y seriedad. Gutiérrez parece un tipo entregado a su trabajo y poco proclive a perderse en florituras y saraos más cercanos al teatro que a la política. La ciudad necesitaba a alguien así porque la imagen de desorden que transmitía el ayuntamiento -capaz de anunciar grandes inversiones como el palacio de congresos, pero incapaz de mantener presentables los jardines- así lo requiere, especialmente en tiempos de penuria económica. Indudablemente hay medidas discutibles, como la reversión de Fernández Ladreda, pero el rigor y la constancia son en sí mismos ejemplarizantes y dignificadores de la institución.
El punto débil de Gutiérrez es la falta de notoriedad, producto de una reducida capacidad oratoria, o de escasa creatividad o, directamente, de falta de ambición, no lo tengo claro. León es una ciudad de 200.000 habitantes dividida sin sentido en varios entes municipales que, finalmente, lidera el alcalde de León. Una urbe de esa entidad debe tener objetivos claros, presencia en los medios y una marcada relevancia en el marco nacional. Gutiérrez debe resolver esa carencia por él mismo o a través de alguien que actúe como altavoz. La ciudad necesita esa resonancia y el alcalde, si es riguroso, subsanará la falta.

martes, 1 de noviembre de 2011

Fernández y la Crisis Política

La retirada de Francisco Fernández de la carrera política, pero sin renunciar a una desmesurada indemnización que no fue pensada para casos como el suyo, subraya la necesidad de un examen de conciencia en la política española. Fernández ha dejado clara su preferencia: el dinero. Si ponemos la atención en las anomalías de la provincia, los exalcaldes de Cacabelos y Valderas han dejado en la ruina las finanzas de sus ayuntamientos por una relación de gastos descabalada. Si lo hacemos sobre la semipública Caja España, parece que miembros del consejo de administración cobraron dietas o kilometrajes que no les correspondían.
La lista de casos de deshonestidades (que pueden ser legales) sería larga e innecesaria para llegar a la siguiente pregunta: ¿en qué se han convertido los partidos políticos en España? Nadie puede oponerse a que las dignidades públicas perciban salarios a la altura de su representatividad, pero ¿cómo puede repetirse tanto el impudor, la ambición económica por encima de todo, la gestión manirrota y hasta el trinque descarado?
Que nadie se llame a engaño: las cajas de ahorros, núcleo del problema bancario de España, han sido arruinadas por la intervención de los políticos, que determinaron sus consejos de administración. Sólo la férrea dirección académica en unos pocos casos ha permitido salvar del desastre a alguna de estas entidades, que solían repartir sueldos de lujo y créditos sin ton ni son entre sus mandatarios, y empleos entre los corifeos cercanos al poder. Además, los consejos de administración aprobaron grandes créditos de los que el departamento de riesgos informaba negativamente; préstamos para amigos ¿a cambio de qué?
Los ciudadanos están incómodos, protestan e increpan a los culpables. La resolución del escándalo de Fernández abre una puerta al sentido común: que cada uno asuma sus responsabilidades políticas y judiciales. Así lo reclaman los contribuyentes. Nadie entiende cómo actuaciones directivas abiertamente dañinas para las entidades ahora rescatadas no se ven correspondidas con la actuación proporcional de los tribunales. No se pide sangre ni venganza, sólo justicia.