miércoles, 28 de julio de 2010

Trobajo del Camino y los Parques

Los tradicionales festejos de Santiago en Trobajo del Camino alcanzaron su cénit este fin de semana. Se trataba de una de las fiestas con más participación ciudadana del área metropolitana leonesa. A su carácter multitudinario sumaba los atractivos del tipismo y de un predominio del paisanaje local envidiable. Por desgracia este año la noticia más destacada de las fiestas ha sido la desafortunada gestión del ayuntamiento y el consiguiente descenso de público.
Las fiestas giraban en torno al parque de La Era, un amplio espacio comunal de convivencia que reunía un jardín, una esplanada y el campo de fútbol donde juega el equipo local. El ayuntamiento decidió unilateralmente invertir 3,5 millones de euros en transformar ese espacio, que estaba en plenitud de uso. Resituó el campo de fútbol dentro del mismo, aunque sus nuevas dimensiones no servirán para jugar los partidos oficiales si el Huracán sube de categoría. Los espléndidos árboles del parque fueron talados. La zona de esparcimiento se ubicó en un espacio menor que antes y, lógicamente, desarbolado por el momento. La esplanada también encogió y se ha pretendido trasladar el mercado que allí se celebraba a una zona alejada del centro donde los comerciantes no quieren ir. Los feriantes, que acudían a las fiestas, tampoco quisieron verse desplazados al lugar dispuesto por el ayuntamiento y se han negado a montar las atracciones.
En resumen, el Ayuntamiento de San Andrés ha malgastado 3,5 millones de euros sin que se entienda a beneficio de quién. Ahora destina otros seiscientos mil a destruir y rehacer otro parque en uso, el anejo a las Dominicas, en contra del criterio de los vecinos. En un ayuntamiento conocido por la morosidad y con un municipio que presenta notables carencias, en una aguda crisis económica, observar cómo se gastan más de 4 millones de euros en obras banales causa estupor. Aunque se diga que proceden del Plan E, hay otras inversiones más productivas que rehacer aquello que no lo requiere. Mientras tanto, por ejemplo, Araú avanza hacia la ruina sin que el municipio reclame con firmeza al ministerio responsable. Vivir para ver.

miércoles, 21 de julio de 2010

La Vitalidad de León

Me comentaban unos amigos que perciben cómo la ciudad de León pierde vitalidad progresivamente. Las personas residentes fuera, como ellos, toman una perspectiva más distante que la de quienes viven aquí. Éstas en concreto comparaban el empuje de León con el de otras ciudades que frecuentan. Sabiendo que la mayoría suelen ser costeras o capitales autonómicas se puede comprender su valoración. Les respondí que no es que esta ciudad en particular haya perdido fuelle, sino que ha bajado de división, como muchas otras, y que estamos asentándonos en este nuevo estatus. Me miraron con sorpresa.
León hace treinta años era como Santander, Logroño o Pamplona en potencia. Hoy esas ciudades están por delante. El sistema urbano español se desarrolló mucho y ha pasado de tener apenas 3 categorías urbanas a diferenciar 6 ó 7 niveles. En los años ochenta hubo un factor que resultaría crítico a la postre para desarrollar las ciudades y sus ámbitos inmediatos de influencia: el proceso autonómico. Las ciudades que concentraron sedes se han situado en un tercer nivel -tras el superior, correspondiente a las polos continentales (Madrid), y el segundo, que reúne los centros internacionales subcontinentales (Barcelona y Valencia)-. En ese escalón encontramos hoy un racimo de capitales de referencia nacional como Sevilla, Oviedo, Valladolid o Murcia.
En el siguiente tramo del escalafón ha quedado otro grupo numeroso de núcleos, cuya influencia es de ámbito regional, como León, Jaen, Burgos, Vigo o Cáceres, que se están acomodando aún a la nueva situación porque 30 años son muy poco para la vida de las urbes. Por eso, les decía, más vale que León asuma pronto su papel actual, ya que sólo así podrán fijarse objetivos y estrategias acertados para progresar. Autoengañarse pensando que somos lo que pudimos ser -sin serlo en realidad- es negativo e insistir en aspiraciones imposibles conduce a la melancolía y a la frustración.
Pronto habrá elecciones y es un momento adecuado para recapitular cuánto pesa León y plantear a través de los programas cómo avanzar en pos de lo que colectivamente aspiramos a ser.

miércoles, 14 de julio de 2010

Caja Espiga y la Presidencia Leonesa

La caja de ahorros saliente de la fusión de Caja España y Caja Duero podría denominarse “Espiga” según el FROB. El apelativo, si se confirma, tiene connotaciones de las cajas rurales mesetarias, referente no muy acertado para un amplio estrato de clientes. Sin embargo este aspecto es menor.
Por el contrario la elección de presidente de la nueva caja es una cuestión principal. Parece que se pactó que Caja Duero propusiese el director general ejecutivo y Caja España hiciese lo propio con el presidente. El espectáculo que está dando León en este apartado es lamentable. Asistimos a una melé de candidatos de partido en el que los intereses generales quedan postergados. La cuestión no pasaría de anécdota si los citados aspirantes fuesen profesionales de prestigio y sin mácula para el cargo, pero sucede justo lo contrario.
Unos se encastillan en proponer a un conocido constructor del que se sabe que cuenta con créditos de ambas cajas por muchas decenas de millones de euros a través de las constructoras en las que participa. El señor será muy majo, pero no es esto lo que se dirime. Un deudor de ese calibre con la caja, situado además en un sector de riesgo alto, no puede ser en ningún caso partícipe de sus órganos de dirección. Si queda una pizca de rigor y cordura en la cúpula corporativa este señor debería quedar fuera de cualquier cargo directivo o representativo de la entidad.
Otros parecen proponer a una persona con reconocida minuscapacidad para el diálogo y estrechamente ligada a un partido. Pero para ejercer una presidencia a la que acompañará una dirección general ejecutiva se necesitaría justo lo contrario: un perfil conciliador, de buen negociador, de persuasor y alejado de las estructuras partidarias. Ambos serían inaceptables si se pretendiese que Caja España no asuma ser la clara perdedora de la fusión. Además con ambas propuestas se está dañando la imagen de Caja España y de León.
Por el contrario hace falta un candidato leonés, con un curriculum técnico-formativo alto, experiencia en gestión y alejado de las trifulcas políticas: lo único presentable sobre premisas de responsabilidad y sentido común.

miércoles, 7 de julio de 2010

Junta y Promociones Alimentarias

La Junta de Castilla y León ha escogido un lema publicitario, “Tierra de Sabor”, que asocia el territorio con un destino gastronómico. Teniendo en cuenta la persistente promoción de la pitanza por la diputación leonesa bajo el título “Lo bueno, de León”, esta campaña resulta un complemento acertado. Ambas concentran la atención en el sector alimentario, de especial importancia aquí.
Sin embargo contrastan con otros planteamientos de promoción, más si cabe por sus fallidos precedentes; también por la contumacia en repetir esquemas erróneos, que causan rechazo entre la población y que falsean, ocultan o empobrecen la peculiaridad y el origen de muchos alimentos. La más sonada y una de las primeras fue el “lechazo de Castilla y León”. Se trata de una marca inventada por la Junta, sin base tradicional ni caracterización alguna, que se sirvió del esfuerzo de unos grupos de trabajo privados que sí pretendían la diferenciación eficaz del producto: los promotores del “churro de Aranda” y del “churro de Tierra de Campos”. El resultado ha sido lamentable. Bajo el marchamo autonómico se venden carnes muy diversas, con calidades distintas, de corderos con crianzas divergentes y no existe articulación adecuada entre los distintos productores y áreas de cría. En consecuencia no se vende más de lo que se lograría sin la marca. Además la inscripción “lechazo de Castilla y León” tampoco aporta valor añadido para el entendido. En resumen, esta figura es producto de la arbitrariedad.
La creación de la marca “queso castellano” se presenta ahora como otra ocurrencia peregrina. En ella se anula lo leonés, lo que ofende a cientos de miles de ciudadanos, ya que la mitad de los quesos englobados son de León. El producto así ofrecido nada tiene que ver entre sí, más allá de estar hecho con leche. Con todo la consejera ha adoptado una postura arrogante ante las protestas y no admite la equivocación. Con una reacción inteligente podría haberse cambiado o matizado el emblema de la promoción y enmendar los errores de la misma, pero se ha optado por la torpe reincidencia. Mala dirección para un sector clave de nuestra economía.

jueves, 1 de julio de 2010

El Consorcio y el Aeropuerto de León

El aeropuerto de León ha experimentado una fuerte expansión en los últimos 10 años. De los 21.000 viajeros del año 2000 se pasó a los 161.000 de 2007. Posteriormente ha sufrido un descenso de usuarios provocado esencialmente por la pugna política. La desaparición de Lagun Air parece más el efecto de una decisión política que el de una gestión incorrecta, aunque también.
Una vez comprobado que el juez obliga al consorcio del aeropuerto a pagar a la compañía las cantidades que reclamaba surge una pregunta: ¿por qué no se abonaron sabiendo que la viabilidad de la empresa dependía de ello? En cuanto la compañía leonesa colapsó se redujeron los vuelos desde La Virgen del Camino y Air Nostrum, la otra concurrente en el aeródromo, multiplicó el precio de los billetes hasta el disparate. El resultado no se hizo esperar: 94.000 pasajeros en 2009 que serán aún menos en 2010.
La responsabilidad de la diputación, que ostenta la presidencia del consorcio, es directa a través de su presidenta. Si Abel Pardo dejó embocado un acuerdo con una compañía de bajo coste, Carrasco no ha avanzado un centímetro desde entonces. La Junta por su parte ha traído tan solo un vuelo a París un día a la semana, incumpliendo su promesa de abrir León a los vuelos internacionales.
Por otro lado el ayuntamiento intentó apoyar a Lagun Air, pero luego no hizo lo propio con las gestiones de Pardo porque dejaban fuera de juego al alcalde. En resumen, priman demasiado los intereses particulares y se postergan los de León. Por ello no sé si la prioridad real de estos señores es nuestro futuro.

Las DOT del Camino de Santiago

El día 4 de junio el Boletín Oficial de Castilla y León anunciaba la exposición pública del Plan Regional de Ámbito Territorial del Camino de Santiago (PRATCS). Para comprender su significado vale la pena recordar que la Junta organiza sus políticas en torno a un documento: las Directrices Esenciales de Castilla y León (DECyL), que establecen cómo se organiza el desarrollo en la Autonomía.
Las DECyL establecen unos corredores prioritarios sobre el territorio, así como ciertos núcleos de referencia. En ambos se concentrarán las políticas de desarrollo. Tales directrices tienen carácter vinculante y su desarrollo parcial se vierte en documentos como los PRAT. Así que sobre este esquema el ente elige inversiones y dotaciones de servicios, y por esta razón son de interés general.
La Consejería de Medio Ambiente había expuesto las PRAT del Corredor de la Plata el mes pasado sin apenas repercusión pública. Ahora lo hace con las del Camino de Santiago, lo que demuestra que el despliegue de las estrategias es tan presuroso como poco publicitado.
El PRAT del Camino de Santiago afecta a municipios que reúnen 484.000 habitantes, de los que 294.000 son leoneses (datos 2006). Los itinerarios considerados acumulan 324 kilómetros en León, 175 de Burgos y 141 en Palencia. En consecuencia el PRATCS afecta mayoritariamente a la provincia leonesa y deberían someterse a debate. Sin embargo se desliza quedamente cuando restan pocos días para que concluya el periodo de alegaciones.
El contenido de este PRAT es muy diferente del dedicado al Corredor de la Plata. Si en éste se planteaba un desarrollo económico integral, en el del Camino de Santiago se alude sólo a la explotación del secular itinerario. Por comparación, dado que afecta a Ponferrada y su entorno, la hoya del Bierzo podría quedar fuera de los principales planes de impulso económico en el ámbito industrial y de las nuevas tecnologías si no se complementa o se crea otro específico para ello. En conclusión, es necesario que los políticos provinciales detengan su mirada sobre este proyecto para mejorar el resultado final, subsanar deficiencias o complementarlo.