miércoles, 20 de diciembre de 2017

SER SEDE AUTONÓMICA

Son muchas las protestas por la pertenencia de León a la actual autonomía. Hay argumentos emotivos, que son respetables, pero discutibles, puesto que todos tenemos sentimientos y algunos se contraponen. Además hay argumentos históricos, también objeto de debate, puesto que hay líneas historiográficas que apoyan tesis encontradas. Al fin y al cabo la Historia tiene una parte que es interpretación y, en la medida en que lo sea, más susceptible de cuestión resulta. Sin embargo, sin negar la importancia de los anteriores, hay argumentos basados en los números. En este caso resultan menos discutibles. Hablábamos la semana pasada de la población ocupada, los trabajadores, que detecta la Encuesta de Población Activa del INE. Su evolución nos permite conocer una de las claves de la economía de los territorios. Habíamos tomado el periodo que va de 2000 a 2017, puesto que en los 20 años finales del Siglo pasado se había producido el proceso autonómico y la estabilización tras ese cambio político tardó en llegar. En estos últimos 17 años, más estables territorialmente, podemos distinguir 3 grupos de provincias. Por una parte están las autonomías uniprovinciales, cuya cifra de trabajadores ha crecido un 41.54%. Por otra parte están las provincias sede de las autonomías multiprovinciales, cuyo número de trabajadores ha crecido mucho menos: el 27.56%. Por último están las provincias sin sede autonómica, cuyo mercado laboral creció solo el 25.7%. Destaca así la evidencia de que la administración provincializada es más eficaz y redistributiva que la centralizada, frente a lo que dicen formaciones como Ciudadanos sin aportar cifra alguna. Los casos de desigualdad disparatada se aprecian en las autonomías multiprovinciales, como Castilla y León donde Palencia creció un 6.5% en el mismo periodo en que Segovia lo hacía en un 27,34%, como Andalucía donde Málaga añadía el 52.93% frente a Jaen, que solo lo hacía un 17,02%, o como Castilla-La Mancha donde conviven mal Albacete, con un avance del 11.82%, y Guadalajara con uno del 95,56%. La multiprovincialidad tal y como se concibió funciona mal y habría que revisar la estructura territorial porque los indicadores económicos así lo aconsejan. Por esa razón una reivindicación de autonomía leonesa está plenamente justificada por las cifras, pero no puede basarse ya en el mismo esquema de 1983. Las provincias leonesas, si algún día han de tener autonomía, deben organizarse con una estructura profundamente descentralizada en provincias o departamentos con presupuesto propio y capacidad de decisión. Ese debe ser el núcleo del debate de estado en León.

viernes, 15 de diciembre de 2017

VALLADOLID EN LA EPA

La Junta de Castilla y León ha apostado por Valladolid como centro de crecimiento económico desde el inicio autonómico. Aunque la ciudad no es la capital, la Junta ha situado la mayoría de las sedes y altos funcionarios en esa ciudad y provincia. Además ha promocionado su desarrollo industrial por encima de otros lugares de la Autonomía. Cabría esperar que el desarrollo de esa provincia fuese destacado en el conjunto de España. Uno de los principales marcadores que permiten visualizar el crecimiento de las provincias es la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística. Como saben los lectores, cada año analizo las tablas de la EPA del tercer trimestre, que mantengo desde 1981. Las provincias que mejor evolucionan marcan crecimientos notables en la población activa ocupada (PAO), es decir, que son en las que más trabajo nuevo se genera. La PAO de las provincias denota su vigor e importancia. La Junta de Castilla y León se jugó desde un principio todo a una carta en términos de desarrollo: Valladolid. Y la EPA desnuda el resultado de 35 años de gestión autonómica. Si hasta el año 2000 Valladolid creció a ritmos similares a otras provincias con capitalidad autonómica, desde ese año la situación ha cambiado. Entre 2000 y 2017 Valladolid es la provincia con capitalidad de facto de peor evolución en España. La peor con diferencia. La PAO vallisoletana crece un 9,82% frente a una media del 30.28% de España y de un 33.47% de las sedes autonómicas. La siguiente peor, que es Álava, creció casi un 15%. Valladolid es también la peor desde la salida de la crisis en 2013 (-0.28%, única en negativo). Y entre 2010 y 2017 es además la peor provincia de toda España con o sin sedes. Pero si observamos la evolución de la población ocupada del resto de provincias autonómicas el resultado no es mejor, es dramático. Entre 2000 y 2017 ninguna alcanzó la media española (30.28%). De las 8 últimas provincias españolas en ese periodo 4 son de esta autonomía. La conclusión es que el modelo de desarrollo y administración de esta autonomía resulta un fracaso. Es un imperativo de estado modificarlo, ya que peor no puede funcionar. Hay dos caminos: la ruptura de la autonomía en varias fracciones o bien la provincialización de la mayor parte de las actividades y el presupuesto, ya que son las autonomías uniprovinciales las que mejor han funcionado en cualquier periodo evaluable. En todo caso no se debe continuar así. Y León no puede seguir perdiendo cinco o seis mil habitantes al año por falta de trabajo debido a una gestión pública que no funciona. Hay que cambiar.

viernes, 8 de diciembre de 2017

INVISIBILIDAD CONSTITUCIONAL

León ha desaparecido del mapa. Rajoy reconoció a May que la cuna del parlamentarismo estaba en Inglaterra. La Junta de Castilla y León difunde mapas donde se borran el aeropuerto de León o la autovía León-Burgos. Para hablar de la capitalidad gastronómica del año que viene hay periódicos que se refieren a la “ciudad castellana de León”. Ciertos escritores son motejados de leonesistas en diarios de Madrid simplemente por reivindicar cuestiones leonesas. Todo esto y más constituye la sintomatología de que León no existe en Madrid ni en el resto de España. Los datos que sitúan a la provincia leonesa como penúltima de España en tasa de actividad o que le ponen al frente en pérdida de población, junto con Zamora, sin que nadie se despeine, suponen que lo que no existe no preocupa. Entre las autoridades nacionales y autonómicas se ha pasado de la pasividad al desconocimiento. Es evidente que éste es el principal problema que hoy tiene León. Y de él derivan los demás porque algo que preocupa recibe atención y para León no existe preocupación alguna. Este país ha hecho algo mal con León y ha llegado el momento de decidir si nos movemos o lo dejamos morir. No basta con fiestecitas de consumo interno, como las celebraciones del Fuero de León, que no alcanzan el nivel de “discretas”, o con eventos que en cualquier lugar serían una pequeña parte del programa de promoción local, como la capitalidad gastronómica. Eso es calderilla. Si se quiere cambiar el curso histórico de León hay que dejar claro quiénes somos, dónde estamos y lo que queremos al máximo nivel. Los partidarios de no dejar morir a León creemos que hay que salir de la invisibilidad como primer meta. No puede volver a pasar algo como lo de Rajoy con Theresa May. Por eso el Pueblo Leonés (porque es el colectivo lo que importa) ha de ser reconocido al máximo nivel en nuestra legislación. Ese es el primer paso para salir del olvido y de la ocultación. Y el documento legal de mayor rango que existe en este país es la Constitución. Por eso, quienes creemos en León y queremos evitar su vaciado, su desplome, su caída en la irrelevancia y su abandono, queremos su inclusión en la Carta Magna española. El Pueblo Leonés debe figurar como una entidad diferenciada en la carta constitucional. Rajoy y sus olvidos lo han dejado claro. Ya no se puede andar con medias tintas. En este momento hay una creciente inquietud en numerosos círculos de León y de leoneses en el exterior, porque la percepción de la elipsis leonesa desde Madrid es todavía más clara. En consecuencia habrá que empezar por cambiar en Madrid algunas cosas.

sábado, 2 de diciembre de 2017

LEÓN, PORTUGAL Y CASTILLA

Este fin de semana concluyeron los encuentros en torno al desarrollo y la cohesión territorial que convocó la asociación Rionor. Se trata de una agrupación de municipios cercanos a la frontera hispano-portuguesa, que ha indagado durante este año sobre las alternativas de crecimiento del área. La reunión de clausura, en la población portuguesa de Vila Flor, contó con una conferencia elaborada por un ponente español, lo que habla del carácter transfronterizo de la iniciativa. De los numerosos análisis que se han expuesto en los seis encuentros se concluye que el lado portugués tiene entre sus problemas fundamentales el efecto de “fondo de saco” de la frontera -que resulta infranqueable en muchas zonas para camiones articulados y para el transporte masivo de viajeros-, las carencias de transportes públicos en Tras os Montes –que dificultan los movimientos de proximidad- y la necesidad de potenciar un centro urbano que actúe como locomotora de esa área –apoyado en la notable red de cabeceras comarcales-. Por el lado español las provincias de León, Zamora y Salamanca se ven afectadas por las malas comunicaciones: de cercanías con los municipios vecinos y de media distancia con la costa portuguesa. Esas conexiones pasan necesariamente por Tras os Montes. Sin embargo existe una manifiesta falta de implicación de las autoridades autonómicas y nacionales en resolver un problema que limita al desarrollo económico de la zona. De hecho la Junta de Castilla y León no respondió a la invitación a esta jornada de clausura. Para León, Zamora y Salamanca resolver las conexiones con Portugal es decisivo para el desarrollo de todas sus ciudades y de los territorios cercanos a la frontera. La administración autonómica tendría que actuar de oficio sobre un problema tan evidente. Sin embargo en este caso la Junta se muestra casi exclusivamente castellana. Para Valladolid o Burgos la conexión con Portugal es secundaria. En consecuencia la Junta trata con una desigualdad ofensiva a la región histórica leonesa, lo que se traduce en un trato de favor intolerable hacia la castellana. Es inaceptable, por ejemplo, que no se implique el propio presidente en la conexión Braganza-Puebla de Sanabria-León, con un tráfico potencial de miles de vehículos pesados al mes. Mientras tanto lo hace con la Autovía del Duero en zonas bien comunicadas pero despobladas, donde las previsiones de tráfico son muy bajas. En resumen,en la región histórica leonesa hay un millón de habitantes minusvalorados por la administración autonómica, que ignora sus intereses propios. Habría que buscar fórmulas para subsanarlo.

CARBÓN SIN CRITERIO

Una vez más ha estallado el debate sobre el carbón leonés. Esta vez con más violencia verbal de la que solía. El parlamento autonómico ha sido escenario de un enfrentamiento entre los distintos partidos a cuenta del mineral leonés. El PP y el PSOE fueron atacados porque dicen una cosa aquí, otra en Valladolid, otra en Madrid y otra en Bruselas. Ciudadanos y Podemos también porque carecen de un criterio maduro en esto, como en casi todo. Destaca la falta de datos que esgrimen ambas formaciones cada vez que abren la boca. Les sobra palabrería y les faltan cifras. La UPL ha estado donde tenía que estar: inequívocamente con los intereses de León, se esté o no de acuerdo con esa formación. Y esto con un relato de fondo en el que todos esgrimen una leyes medioambientales crecientemente importantes, aunque algunos olvidan que las leyes se cambian y adaptan. También con la mirada atrás de la desastrosa gestión de las ayudas mineras durante estos años por parte de alcaldes, sindicatos y empresas de las cuencas carboníferas. Es difícil ponerse de parte de alguien en este escenario. Sin embargo es fácil ponerse de parte de un territorio, León, que está en una situación lamentable, aunque Ciudadanos no se entere y repita una y otra vez consignas, lo único para lo que parece estar preparado. No le anda a la zaga Pablo Fernández. El debate del carbón se inscribe en un plan de producción y garantía energética del país. Normalmente se siguen los criterios de suministro suficiente, diversificación de fuentes de energía, mantenimiento de cierta soberanía energética, sostenibilidad medioambiental y precio razonable. El carbón de León cumple en este momento todos los criterios salvo el medioambiental. Y éste no lo cumple porque a las empresas generadoras no les apetece depender de suministradores locales ni invertir en las centrales para rebajar la huella ambiental, ni continuar con muchas centrales de gas -que construyeron debido a una planificación errónea- apagadas. Lamentablemente los intereses generales del país vienen definidos por los de las compañías eléctricas. No se ve un gobierno capaz de hacer de “gobierno”. Todo queda a merced de estas empresas cuyos consejos están plagados de políticos. Por eso la reivindicación del carbón debe hacerse con criterio, lo que significa trabajar con datos, previsiones y análisis. Solo así puede haber un encaje del carbón nacional, fundamentalmente el leonés, en el mix energético nacional. Por eso el debate de las cortes autonómicas más parecía el de un mercado de frutas que el de representantes cualificados de la ciudadanía.

domingo, 19 de noviembre de 2017

DOCTRINAS FALLIDAS

Hace unos días he estado en Soria. Me ha llamado poderosamente la atención la ausencia de lo castellanoleonés en todos los puntos de la provincia que he visitado. Todo es exclusivamente castellano. La autonomía es un ente extraño y la leonesidad resulta algo remoto y ajeno. Valladolid está a 200 kms -lejos física y mentalmente- y las administraciones mantienen en el olvido ese territorio despoblado. Y así se percibe allí. Ni se ven edificios singulares del boom inmobiliario, ni se aprecia un tirón económico reciente. Soria, salvo en su españolidad, no tiene que ver con León. Hasta la cecina allí es “de vaca” y no “de León”. Pero la mentalidad de Soria, poco menos extremada, se reproduce en Burgos, en Segovia o en Ávila. Nada allí es castellanoleonés en el diálogo diario. Solo si se produce una situación forzada, las cosas se vuelven castellanoleonesas. Así lo castellanoleonés se circunscribe a aquellos lugares donde la Junta invierte mucho, sea en dotaciones, sea en publicidad. De hecho la Junta oculta cuánto ha gastado en publicidad institucional. Probablemente es una cantidad disparatada, que incluye la inserción pagada de noticias de Castilla y León en muchos periódicos. La Junta compra espacio informativo porque a los medios no les interesa desde el punto de vista publicitario. Nadie se anuncia en “Castilla y León”, que es un área inexistente en los planteamientos de márketing de cualquier empresa, si la Junta no pone dinero para reconsiderarlo. En consecuencia, tras 35 años, la toma de conciencia castellanoleonesa es una quimera. Ha costado decenas de millones de euros lo poco que existe, pero en cuanto faltan subvenciones desaparece. Castilla y León no pervive de forma natural en las mentes, más allá de los pasillos de la Junta. La sociedad no ha comprado la idea. A ello se une un planteamiento de desarrollo fallido. Además los consejeros ignoran casi todo de las provincias alejadas de la suya. Por eso esta autonomía tiene el mayor grado de despoblación del país. Bajo un punto de vista técnico es necesario replantear la administración autonómica. La recuperación de las provincias en primer término, a través de la delegación presupuestaria y de poder político es la solución lógica. La reconstrucción de la autoestima a través de la reivindicación ambas regiones es insustituible y barata. Y la descentralización generalizada del poder hacia unas diputaciones de elección directa es un imperativo histórico y de racionalidad administrativa. Y se requiere el cambio para esquivar el desastre al que Soria, Ávila y Zamora ya han llegado, y hacia el que se encaminan los demás.

viernes, 10 de noviembre de 2017

LEONESISMO ÚTIL

Lo común es criticar. Centrar las conversaciones en lo que no funciona o en lo que no gusta es un vicio extendido. Eso convierte a mucha gente en una mezcla de perro del hortelano, porque “ni comen ni dejan comer”, y de escopetero, porque “disparan” a todo lo que se mueve. Los leoneses no son ajenos a ese vicio nacional. Sin embargo hay casos en los que quien hace la crítica realiza al tiempo la propuesta de una alternativa que considera más razonable. El leonesismo ha agrupado a numerosos criticones bajo su paraguas, junto a otras personas de más valía. Eso ha transmitido en ocasiones una imagen destructiva que no se corresponde con la realidad de un colectivo que genera numerosas propuestas por una parte y que ha forzado a otros a la acción constructiva por otra. De hecho, si León no está peor es debido a que este colectivo sirve de palanca e impulso para obtener compensaciones ante la desmedida incomparecencia de las administraciones. Conviene recapitular algunas de los logros más visibles de la acción promotora del leonesismo. La primera que citaré por su antigüedad es el desarrollo del aeropuerto civil de León, que permite poner a esta ciudad y provincia en el mapa a pesar de quienes quieren hacerles pasar desapercibidos. Lo impulsó un equipo en la diputación que manifestó su pulsión leonesista en diversas ocasiones. Otro caso visible es el de la sede de la Junta en León, un edificio inexplicable –no hay más que ir a cualquier provincia sin sede autonómica- sin conocer la presión social leonesa contra el centralismo desaforado. Otra obra crucial que partió de las gestiones de un par de leonesistas es la autovía León-Burgos, que sitúa a esta provincia en los corredores principales de la península, desplazando 70.000 toneladas de mercancías a diario. Y un producto del compromiso con León es el Museo de la Energía de Ponferrada, uno de los mejores proyectos en su género. En el campo empresarial parece que fueron las gestiones de algunos leoneses comprometidos los que atrajeron el centro logístico de Zara a la ciudad. Leonesismo fue lo que provocó el nacimiento de la Universidad de León y leonesismo es lo que permite crear ahora una cátedra de lengua leonesa. Como lo fue el 1100 aniversario del Reino de León, que nos legó un museo y una mayor autoestima. Y es el leonesismo el padre de casi todas las propuestas de infraestructuras. Las administraciones más relevantes han dado la espalda a León y es la iniciativa de los leoneses lo que ha impedido que esta tierra sea como Soria: un despoblado. Sin el leonesismo solo queda el acomplejamiento y la derrota. Que no falte.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

PREPARAR LEÓN

La elección de León como Capital Española de la Gastronomía 2018 debe despertar un impulso a fin de preparar la ciudad y la provincia para la celbración. Es evidente que la publicidad va a atraer a León nuevos visitantes y que tenemos una oportunidad para fidelizarlos, haciendo de la visita una experiencia hermosa e inolvidable. Para eso hay que actuar rápidamente sobre la ciudad, que presenta un estado de abandono notable en algunos barrios y en algunas vertientes. Hay que iniciar una guerra contra los grafitis, que se encuentran por todas las esquinas, dando un aspecto suburbial a la urbe. Además habrá que crear un dispositivo especial de limpieza de las calles, con personal dedicado a cometidos concretos en las zonas clave de la ciudad: la estación, los entornos monumentales y las calles centrales de cada barrio. El cuidado y reposición de papeleras, y otro mobiliario urbano ha de tener una atención especial para que el 1 de enero la ciudad esté perfecta a la vista de todos. Una cuestión clave en el trato al visitante es la información. Tendría que haber puntos de recepción en las estaciones y en la Plaza de San Marcelo, que da acceso al casco antiguo, durante 2018. Además habrá que revisar los indicadores de los edificios más notables de la ciudad. Se debería testar con algún visitante si es posible recorrer las calles en su busca, apoyándose en los letreros. Por otra parte hay que poner en valor la integración de FEVE y repensar si es el momento para iniciar las obras de la calle Ordoño II, una auténtica fachada de la ciudad. La primera impresión de los visitantes debe ser espléndida y una calle en obras según se llega no es lo más recomendable para lograrlo. Por otro lado la Diputación debería aprovechar la capitalidad para proponer la visita de los puntos de interés más cuidados durante estos años: Valporquero, El Museo de Cultura Tradicional Leonesa, el Valle del Silencio, Maragatería… Por otra parte, si hay un momento para impulsar el aeropuerto leonés es éste. Realizar publicidad en destinos con posible conexión aeroportuaria debe ser estudiado de inmediato. Sobre el sector de restauración no me voy a extender, pero es evidente que habrá quien aproveche la capitalidad gastronómica para subir un peldaño de calidad y habrá quien no haga nada. Este año se va a abrir una brecha entre los locales con ambiciones de mejora y los que solo aspiran a chigre, con baños viejos y sin papel para secarse, ajuar sin renovación y oferta petrificada desde los años 80. Este año habrá sitio para todos, pero con el tiempo se caerán los peores y producirá una regeneración.

¿CAPITAL GASTRONÓMICA?

León ha sido elegida como “Capital Española de la Gastronomía 2018” en el certamen que convoca cada año la Federación Española de Hostelería y la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo. Es un título que, bien explotado, puede ser un revulsivo económico importante y que debe dar también una proyección exterior a la ciudad que lo ostenta. También podría pasar sin pena ni gloria, si no se aprovecha la ocasión. La candidatura leonesa resulta especialmente atractiva porque ha sabido explotar los puntos fuertes que podía argumentar para recibir el nombramiento. Por un lado ha querido reunir la especialización gastronómica de toda la provincia, lo que va a suponer que, en realidad, este año va a ser de promoción de todo nuestro territorio. León es un área con una peculiarización gastronómica excepcional por su compartimentación durante siglos por montañas, ríos torrenciales con grandes avenidas y mucha nieve. Eso configuró un espacio muy fraccionado, donde podemos definir más de 20 comarcas tradicionales con un alto grado de autosuficiencia durante siglos. La idiosincrasia leonesa ha permitido que en las aldeas se fuesen definiendo razas autóctonas de animales y plantas. Solo así se explica que tengamos el mayor número de alimentos diferenciados de las provincias españolas, con la salvedad de Huelva. A eso se añade un ya veterano núcleo de restaurantes de autor en la capital: Cocinandos, Delirios, MUSAC y Pablo, insólito en esta dimensión urbana, a los que se suma una nueva generación, así como otros restaurantes innovadores por la provincia. Y la tradición de las tapas, que en su sencillez nos hablan de un gusto por el buen comer, por el ocio, por la plática y por la buena vida. Quizás por ese espíritu vividor y un tanto diletante, pare esta tierra tanto escritor y tanto cronista periodístico. León tiene que hacer valer… lo que vale; y vale mucho, como sabemos los que hemos viajado algo por la piel de toro. Vamos a exhibir toda esa despensa que es producto de siglos de explotar nuestros recursos, de una tierra de aldeas que amarra montañas, riberas y llanos en una cultura arcaica de cocinas de humo, de madreñas propias de tierras húmedas, de vinos hechos con uvas propias y de quesos de mezcla de toda leche porque aquí de todo había. Y vamos a refinarla también. El Ayuntamiento de León tiene mucho que decir, pero la Diputación también lo tiene que aprovechar porque este año es una oportunidad para para toda la cosmología leonesa. Y para las iniciativas privadas que nacen con facilidad de nuestro fuerte individualismo. ¡Vamos a seducir al mundo!

jueves, 12 de octubre de 2017

EL EFECTO SEDE

Más allá del debate sobre el independentismo en Cataluña, los efectos de esa turbulencia política permiten sacar enseñanzas aplicables al resto de territorios. Una de ellas es la importancia del “efecto sede” para lograr altas cotas de desarrollo económico. El crecimiento en una economía abierta se fundamenta en el atractivo de un lugar para los agentes globales. Las zonas que consigan interesar a los inversores recibirán flujos de capital que aumentarán la actividad en la zona. Las causas por las que un territorio se convierte en atractivo son varias: la fijación de centros de decisión públicos, la posición geográfica favorable, las comunicaciones, la accesibilidad hacia y desde ese lugar a otros, o la visibilidad pública. Barcelona se ha valido de varios de ellos, pero el independentismo ha malbaratado algunos. La pérdida del “efecto sede” para abordar todo el mercado español resulta muy perjudicial para mantener el interés de empresas multinacionales, ya que el mercado potencial pasa de 47 millones de personas a solo 7. Eso explica la deslocalización de muchas empresas en estos días junto a la inseguridad jurídica provocada por el gobierno autonómico. En el caso de León, la pérdida de centros de decisión públicos por la acción de la autonomía conllevó el descenso en el atractivo. A eso se suma la falta de visibilidad que provoca la propia Junta eliminando la candidatura de León de las subvenciones europeas o la desaparición de las infraestructuras de León en los mapas que aporta, lo que hace aparentar que no existen. Además, como apoya la imagen de Valladolid como centro geográfico del noroeste, en sustitución de León, ocultando la condición favorable del triángulo Benavente-León-Ponferrada, el perjuicio es mayor. Estamos viendo el coste económico de la erosión del efecto sede en solo unos días en Cataluña. Imaginemos lo que lleva siendo para León durante tres décadas. Por eso cualquier estrategia leonesa de desarrollo ambiciosa debe perseguir la recuperación de los centros de decisión públicos total o parcial, la recuperación de la visibilidad pública, la difusión de sus infraestructuras de comunicación entre los agentes económicos y la reivindicación como centro óptimo para la implantación de empresas en el noroeste peninsular. Cualquier plan que conlleve el mantenimiento de la situación actual solo puede prolongar el declive económico de León, que se traducirá en descender de los 450.000 habitantes, en el mantenimiento en los últimos puestos del país en tasa de actividad y en el descenso de renta per cápita ya experimentado en los últimos años.

jueves, 5 de octubre de 2017

EDUCACIÓN Y DEFORMACIÓN

El apoyo social entre los jóvenes a la independencia en Cataluña es producto, según algunos técnicos, de años de formación manipulada y de una propaganda masiva que ha configurado la burbuja catalana. En esa atmósfera de que Cataluña rezuma superioridad intelectual, una historia como país independiente irreal y una capacidad de proyección económica casi ilimitada ha fermentado el sentimiento independentista. Realmente Cataluña nunca ha sido independiente, por lo que su caso no es comparable al de Escocia. Tampoco tiene una intrínseca superioridad intelectual, ya que todo emana de la ciudad de Barcelona en los últimos dos siglos, donde prendió la revolución industrial antes que en otros lugares peninsulares por su cercanía a Francia. El tratamiento favorable de esa ciudad por el gobierno central desde el Siglo XIX ha provocado que, de los siete millones y medio de catalanes, cinco y medio vivan en la provincia barcelonesa. Pero si uno se adentra hoy en el ranking de las 100 primeras empresas catalanas descubrirá que más de la mitad son multinacionales que anidaron allí con incentivos fiscales. El efecto sede para vender en todo el mercado español ha hecho de Barcelona (y en su estela de Cataluña) lo que hoy es. La pretendida superioridad intelectual de Cataluña se basa en una formación intensiva realizada por las multinacionales extranjeras sobre directivos, profesores y operarios durante años. Las empresas locales y las universidades han ido captando ese personal e ideas en sus colaboraciones. Sin embargo tanta formación no ha llegado a la política, donde los casos de corrupción en las más altas instancias son notorios. Por todo esto en Cataluña se está dando una situación de enajenación colectiva capaz de llevar al conflicto civil. Unos señores que son minoría (por más que conformen un grupo numeroso) están emperrados en proclamar la independencia violando las leyes de un estado democrático. En España, si se quiere cambiar las leyes o la Constitución, hay que ganar elecciones. A estos señores les da igual. Parece ser que su pretendida superioridad intelectual también es considerada superioridad moral. Lo quieren porque creen que ellos lo valen. Además no se dan cuenta de que esto afecta a otros 40 millones de personas que no viven en Cataluña y que algo tendrán que decir. Porque las autopistas que ya había en 1974 en Cataluña se hicieron con dinero de otros lugares, como los polos de desarrollo de Tarragona y Barcelona o la zona franca de Barcelona, que lo fue porque otros pagaban impuestos... Y es que a veces las escuelas las carga el diablo.

lunes, 2 de octubre de 2017

DEMÓCRATAS Y CONTRADICCIONES

El proceso de independencia unilateral impulsado por los grupos catalanistas ha puesto de manifiesto la posiciones políticas de cada partido nacional. Por una parte está el Partido Popular, que se fija como guía principal la ley. Ciudadanos apoya de hecho esta postura sin que se pueda diferenciar sustancialmente de la de los populares. Por su parte el Partido Socialista reclama el respeto a la ley, pero pide una flexibilización que supone el incumplimiento legal en alguno de sus aspecto en aras del acuerdo. En todo caso los sucesos de Cataluña le parecen motivo suficiente para someter la ley al diálogo político. Podemos tiene diversidad de mensajes, pero se va decantando hacia la solución a medida, si ellos (según su medida) lo consideran oportuno. Todo ello es interesante si se pone en contraste con las actitudes adoptadas hasta el momento con León Constituyente. León Constituyente es una plataforma ciudadana que persigue el reconocimiento del Pueblo Leonés como entidad diferenciada, sin reclamar cambios en el mapa autonómico. Este reconocimiento se incluiría en el Estatuto de Autonomía y en la Constitución Española según su reclamación. Su petición escrita fue aceptada por la mesa de las cortes de Castilla y León en junio del año pasado, y remitida a los grupos políticos de la cámara. La plataforma se ha reunido con diferentes partidos en Valladolid. Es aquí cuando sorprende el contraste de algunas formaciones en sus comportamientos con Cataluña y con el Pueblo Leonés. El Partido Popular recibió a la plataforma y escuchó sus razones advirtiendo que, aunque no compartía algunas posturas, se podría hablar de la cuestión dentro de la ley. El Partido Socialista también recibió a León Constituyente, ofreciéndose para trasladar el debate a la cámara. Por parte de Ciudadanos hubo una acogida correcta, aunque mostrasen su rechazo a la propuesta. La Unión del Pueblo Leonés recogió la petición y tendió su mano para ayudar en su impulso. Lo que resulta asombroso es que ni Izquierda Unida ni Podemos hayan querido recibir a la plataforma ciudadana León Constituyente. Eso contrasta con sus posiciones a favor del Pueblo Catalán, incluso saltándose la ley si fuese necesario. Por lo visto para estas fuerzas vale más el Pueblo Catalán que el Pueblo Leonés. Que ni Sarrión (IU) ni Fernández (Podemos) reciban a una plataforma ciudadana de León en las cortes de Valladolid mientras proclaman la defensa de la voluntad popular en Cataluña es de una contradicción. Hasta el momento han sido más respetuosos con los leoneses los otros partidos. ¿Serán tan demócratas como dicen?

REPOBLAR EL CAMPO

España ve concentrar su población en las urbes y sus entornos más próximos. El proceso viene reforzado por la acumulación de oferta laboral en los grandes centros urbanos. Solo Madrid supone el 15% de la masa laboral del país. Si sumamos la de Barcelona se alcanza el 25%. A otra escala, el fenómeno se traspone en cada provincia, aunque en algunas ni siquiera la capital es capaz de retener a las familias. Las del Sistema Ibérico (Teruel, Soria, Cuenca y Guadalajara) reúnen el área con mayor despoblación de Europa, incluidos los territorios de bosques cercanos al círculo polar. En la Provincia de León hay unos 10.500 kms cuadrados (vez y media el País Vasco) en los que viven apenas 50.000 personas. En consecuencia nos encontramos ante un fenómeno que, si se quiere combatir, no admite medias tintas. Se hacen declaraciones grandilocuentes sobre las medidas contra la despoblación rural, cuando en realidad no se actúa sustantivamente para corregir la tendencia. Hay que dar pasos inequívocos para actuar como convenga sobre un proceso que está reconfigurando la demografía de la Península Ibérica. En primer lugar tenemos que decidir si es necesario hacer algo. Hay quien opina que no es malo que la población se concentre en las ciudades. Otros piensan lo contrario y todos tienen sus razones. En segundo lugar, si se desea que quien quiera tenga la oportunidad de vivir en el mundo rural, se debe acometer cambios estructurales muy concretos. No hacen falta debates ni inacabables comisiones para conocer las principales necesidades de quien quiera asentarse en una zona marcadamente rural. En segundo término ha de existir una buena conexión de internet. Sin ese requisito solo un grupo marginal de pobladores permanecerá en el campo. Además ningún negocio puede prosperar sin conexión a internet; solo malvivir. En tercer lugar hay que permitir la venta directa al consumidor de lo que produce el campo para que la gente pueda ganarse la vida. En la campiña se producen fundamentalmente alimentos. También se genera energía con mucha facilidad (viento, sol, corrientes de agua, geotermia, biomasa, metano de fermentación, etc). En ambos casos la ley debería cambiar para que se liberalicen ambos sectores en las condiciones de ruralidad estricta y solo a escala familiar para evitar así fraudes. En tercer lugar ha de haber buenas carreteras para el acceso a los servicios en los centros comarcales y a la socialización. Por último se debe mejorar la calidad residencial dignificando los pueblos e imponiendo reglas estéticas que eviten núcleos espantosamente feos a los que nadie quiere ya ir.

viernes, 15 de septiembre de 2017

CATALUÑA NOS AFECTA

El proceso iniciado por las fuerzas independentistas de Cataluña hace correr ríos de pasión por las conversaciones de bar y los medios de comunicación. Eso impide evaluar y ordenar con sentido común las razones que asisten a este debate y que son aplicables a otros casos de discusión territorial -cada una con sus matices-. Se dice que los catalanes quieren la independencia y no es verdad, porque todos los sondeos han dejado por debajo del 50% el número de partidarios sobre la población total. En este sentido, un proceso constituyente (para realizar una secesión o crear un nuevo estado) democrático debería contar con un apoyo sustantivo (dos tercios, tres quintos…), que garantice la continuidad a pesar de las circunstancias. Si no es así y se pretende forzar la independencia, estamos ante un golpe de estado. Da igual que se juegue con el número de parlamentarios, porque eso no vale para un proceso constituyente legítimo. Solo pueden contar los votos directos de los ciudadanos. Sobre este particular hay que decir que en Cataluña el independentismo se ha hecho con casi todos los resortes del poder y ha condicionado a los medios de comunicación. En esa coyuntura el independentismo no ha sido capaz de alcanzar el 50% de apoyos ni de sacar en la Diada -con el ánimo por las nubes- más de un millón de manifestantes en un territorio con casi 7,5. Si ahora los independentistas no sacan más, ¿qué apoyo habrá cuando tengan menos recursos? Que nadie dude que, si el 75% de los catalanes apoyasen la independencia, los sucesos serían muy diferentes y la disposición internacional también, pero no es el caso. Por otra parte, la argumentación económica independentista tiene fundamento en las condiciones actuales, pero no en otras. En Cataluña hay una actividad económica mayor que en otras zonas de España. Sin embargo solo se justifica gracias al papel de Barcelona como sede de empresas multinacionales en España. Si esa región se segrega, muchos otros territorios españoles querrán alguna de esas sedes. Y llegados a una secesión unilateral sin negociación -como la que se pretende en Cataluña, ya que el referéndum es una cortina de humo, y las leyes de desconexión y órganos de desconexión están previstos)- se llegaría al bloqueo económico desde España y la UE a fin de recuperar las sedes empresariales. Al fin y al cabo el resto de España es el mayor consumidor de los productos catalanes, así que el papel de Barcelona, donde cientos de miles de nóminas se pagan gracias a las ventas en otras zonas del país, se debilitaría rápidamente. Y Cataluña sin Barcelona es poca cosa.

LA CIUDAD QUE CRECE

Esta semana la alcaldía de León ha divulgado los proyectos que espera concluir en la ciudad en este mandato. En seguida hubo contestación por el resto de grupos, como es lógico. Para los ciudadanos encontrar un momento para sustraerse a ese debate es importante a fin de evaluar la marcha de la ciudad. Es conveniente evitar que los proyectos clave se conviertan en armas arrojadizas de los políticos, porque eso los retrasa u obstruye. Así por ejemplo es necesario que el soterramiento del ferrocarril se concluya rápido. Después de conseguir que la estación no se mueva del centro de la ciudad, como sucedió con la desastrosa gestión de Burgos, ahora hay que fijar definitivamente ese centro de transporte en su actual ubicación urbana con una concepción moderna, de embarque y desembarque rápidos, sin armatostes como en Zaragoza, Sevilla o tantos otros. El tren mantendrá todas sus ventajas competitivas en León de esta manera. Otro elemento clave será la puesta en funcionamiento del tren de FEVE, que cerrará parcialmente la grieta urbana que conforman sus vías y coserá el área metropolitana por el Torío. Esa periferia desembarcará en el centro, condición esencial para nuclear el halo periurbano. Los avances de la autovía a Santas Martas son también fundamentales en este sentido. La inclusión de Mansilla de las Mulas como zona residencial en el perímetro urbano redondea el papel de centro de servicios de la ciudad, y facilita la conexión con Valladolid y Burgos. Pero hay obras pendientes que son decisivas para el desarrollo de la ciudad y su dinamismo interno, que aún no tienen fecha o proyecto. La primera es la construcción de la ronda norte desde la carretera de Asturias hasta La Virgen del Camino, que daría acceso rápido a barrios con más de 70.000 habitantes. Otra es el acceso al aeropuerto desde el polígono industrial de Trobajo del Camino, que pondría en valor la infraestructura y la propia ciudad. Pero hay muchas más oportunidades para la Ciudad de León: la apertura de la ronda interior, la peatonalización de Ordoño II, la recuperación de la carretera de los Cubos y la Plaza del Conde, la rehabilitación urbana de El Ejido, la integración de los municipios de San Andrés y León -que equilibraría las cuentas-, la unificación de las redes de autobuses en el área metropolitana, la organización del espacio en torno al Palacio de Congresos y la creación allí de un gran aparcamiento, el despliegue de un vial externo con acceso directo a todos los parques industriales, la construcción de un nuevo palacio de los deportes, la conexión de San Juan de Dios con San Andrés…

SEQUÍA Y PLANIFICACIÓN

Abordamos el fin del verano con una preocupante falta de lluvias y unas reservas de agua cada vez menores. Por otra parte sabemos ya que el mes de julio ha sido el más caluroso desde que existen registros. Es un dato extremo que se suma a muchos otros y que dice que el clima de Iberia, sea por la causa que sea, está evolucionando hacia la aridez. Se puede argumentar que es puntual, pero cuando consideramos periodos de diez años la tendencia se confirma. Entramos en una etapa con menos lluvias, escasas nevadas y más calor. Cuando a eso sumamos el abandono de numerosas zonas agrícolas, aparece la extensión del bosque con una rapidez cada vez mayor. El tipo de bosque predominante va a depender de la combinación de lluvias, calor e intensidad de los cambios estacionales. De todo ello se colige que el paisaje está transformándose y que lo hará más, como los cultivos o el poblamiento. En definitiva, las previsiones basadas en ciclos de precipitaciones invariables son incorrectas. Por eso tenemos que readaptar nuestra planificación con arreglo a aquello que esperamos que suceda, y reescribir estrategias locales, regionales y nacionales que se han elaborado sin contar con esos cambios. Por ejemplo se debería replantear la estrategia del agua, que está basada en los trasvases. Las zonas frente al mar deberían abastecerse con desaladoras, puesto que dedicar el agua excedente del interior (que puede existir o no) al consumo de la costa, cuando el océano tiene cuanta se necesite, carece de sentido. Por otra parte, el interior de este país semiárido debe contar con más embalses. Quizás más pequeños que los construidos hasta ahora en las cabeceras, puesto que no nieva, pero sí más numerosos. Todas las ciudades y regadíos del interior deberían depender de embalses de las subcuencas que les correspondan. Por ejemplo pensar que no habrá tensiones si se continúa trasvasando agua del Esla al Pisuerga en tiempos de escasez es irresponsable. Lo mismo se diría de las pretensiones de Barcelona sobre el lejano Ebro. Otro aspecto crucial en el caso de León es el cambio en la gestión del regadío, que debería penalizar todo lo que no esté modernizado sin justificación. También en la gestión del monte, porque lo sucedido en La Cabrera es producto de una mentalidad y unas leyes ancladas en un presupuestos nada realistas. O se cambia la gestión del monte en León o los paisanos sin implicación y la Junta en su ignorancia de lo leonés nos llevan al desastre. Si la mitad de lo quemado en la autonomía en los últimos años es de León es que hay un problema propio y como tal se debe tratar.

INCENDIOS Y REGIONES

Este verano se reaviva el problema anual de los incendios. Es un hecho que el noroeste de la Península Ibérica es la zona más afectada de forma sistemática. De hecho en Galicia y en León tienen lugar algunos de los peores incendios cada año. ¿Qué causas son claves de este fenómeno? Las grandes extensiones de bosque en Galicia y León están estrechamente ligadas a los fenómenos de comunalidad, de propiedad en común de las personas que viven en el campo. En León existe una organización peculiar del sistema de poblamiento: una ocupación del territorio basada en aldeas con iglesia, cementerio y órganos de gobierno propios. Dentro de esa estructura poblacional, que se extiende desde más allá de Valdeorras -en Galicia- hasta el río Cea -en el borde de la provincia leonesa- casi la mitad del suelo es propiedad de los concejos, hoy devenidos en juntas vecinales. Muchas de esas fincas, propiedad del común de los vecinos del pueblo, son hoy bosques. Sin embargo la falta de adecuación de las normativas autonómicas a esa realidad ha provocado un progresivo distanciamiento entre la explotación de los bosques y los habitantes de los pueblos. Antes de que las leyes autonómicas interfiriesen en la gestión del monte comunal, los propios vecinos limpiaban y ordenaban el monte. Los particulares y el común percibían beneficios, por lo que se implicaban en el mantenimiento de la masa forestal. Un incendiario habría sido denunciado. La actuación de la Junta de Castilla y León ha destruido buena parte de esos vínculos y hoy los montes van por un camino y los paisanos por otro. Eso explica la existencia de incendiarios y de una densa red de silencios que les encubren. En Galicia, más allá de Valdeorras, no existen los concejos. El sistema de ocupación del territorio se basa en parroquias, iglesias que actúan como centros de organización de 3, 10 o 20 entidades de población. En torno a la parroquia existía un grupo de cofrades que mantenían y gestionaban los montes en común. Esa figura se oficializó con las juntas de montes creadas desde el ente autonómico. El proceso de desconexión ha sido similar. La multiplicación de incendios en el noroeste es un síntoma más de cómo la administración no ha respetado las estructuras tradicionales, que habían funcionado bien. La intervención de estas relaciones entre los vecinos y la propiedad colectiva da resultados malos y contribuye a explicar en parte el proceso de despoblación rural. La Junta de Castilla y León debe tomar nota al respecto. La Ley de Montes falla en León y Zamora porque no respeta la tradicional estructura concejil.

LA INAGOTABLE CATEDRAL

Ayer he vuelto a la Catedral de León. Es un edificio que concita muchos comentarios tópicos y típicos. Esa forma de aproximarse a él puede resultar pesada en algunos casos. Los que hemos visto el templo desde pequeños llegamos a considerarlo una parte del paisaje; perdemos la capacidad de asombro y lo percibimos como un elemento más de la ciudad. Solo la iluminación nocturna de esa mole amarilla es capaz de sacar nuestros ojos de la observación apresurada para llevarlos al asombro. Personalmente estoy redescubriendo el edificio. Para mi sorpresa falta mucho por saber de él. Siempre creemos que estas grandes obras han sido objeto de profusos estudios y que todo o casi todo se conoce. Pues no. Me ha pasado con el prerrománico, especialmente con el leonés, que es objeto de mi afición y que constato que está en mantillas. Me ha pasado también con la iglesia de San Isidoro, tan insuficientemente explicada al visitante, y me pasa ahora con la Catedral. La lectura de los libros más conocidos sobre ella no ha resuelto muchos de los desconocimientos de ese edificio. Y es que muchos estudiosos solo hablan de la documentación y no de cómo está hecha la obra, algo que está a la vista de todos. Mi primer sorpresa fue darme cuenta de que la nave principal del edificio está desconectada de las torres. Eso es muy arriesgado en la arquitectura medieval porque las torres soportaban las tensiones laterales de la estructura. De hecho no hay ninguna catedral de la época con las torres separadas del cuerpo principal. Hacer una nave exenta del tamaño de la de la Catedral fue una locura. Lo de la Santa Capilla de París ya debió ser arriesgado, pero es mucho más pequeña. De hecho la catedral de León es la nave exenta más grande del gótico. Fue tan original que los constructores de la de Astorga lo copiaron tiempo después. En ningún lugar más se atrevieron con la hazaña. La otra peculiaridad que me ocupa estos días son los extraños contrafuertes que tienen las torres en sus esquinas. No los he visto similares en ningún sitio. Creo que se deben a que la torre norte es anterior al resto de la obra y se reaprovechó para recrecerla con lo que hoy es el campanario y la fea aguja herreriana. Como la torre no estaba preparada para soportar tanta altura y tanto peso, se reforzaron sus esquinas, configurando una solución singular. Así que en la torre aledaña al seminario, que es posterior a ésta y a la nave principal, no les quedó más remedio que copiar para que no pareciese raro. Y hay más aspectos curiosos, como la pared prerrománica del museo, el pórtico principal hecho de dos veces…

PUEBLOS DE ÉXITO

Las vacaciones nos permiten visitar pueblos y pequeñas ciudades que constituyen historias de éxito, por ser capaces de mantener población joven residente y una cierta actividad económica. Los casos más llamativos son los de pueblos que han hecho de su patrimonio o su autenticidad los motores de un movimiento turístico. Gracias a él se crean puestos de trabajo en la hostelería, en los servicios de guía al visitante, en la conservación del entorno, en la distribución de comida y bebida, en la elaboración de productos locales como repostería o mechandising, … Alrededor de una historia de éxito turístico en un pueblo hay una labor de promoción y venta de la singularidad, de valorización de lo local capaz de fijar población joven en la zona. Y tras esa proyección al exterior hay un punto de rupturismo con el pasado que puede resultar una paradoja. Ninguno de los pueblos con éxito mantiene el aspecto que tuvo hace años en la vida diaria. Todos ellos han tenido que cambiar. Es lógico. Si un pueblo era capaz de vivir de la agricultura, la pesca y la ganadería de antaño, hoy es imposible que lo haga. Los pueblos de éxito vuelcan sus fuerzas en las nacientes actividades turísticas, se adaptan a la nueva realidad y transforman la vida de sus calles para comerciar (porque el turismo como medio de vida se basa en el comercio). Por eso quienes pretenden hacer atractivo un pueblo manteniendo sus esencias se confunden. En primer lugar es imposible mantener el espíritu de la vida de siglos en pueblos que ya no pueden subsistir de las actividades que los dieron sentido en otras épocas. Por eso la idea de la autenticidad parte de premisas falsas. Las poblaciones son un todo continuo y han de evolucionar de acuerdo con los cambios económicos que facilitan la vida a las personas. En segundo lugar, hay una parte de cada pueblo, las propias personas y su aspecto, que han cambiado inevitablemente, porque ha de cambiar. Cuando uno visita Combarro, en Pontevedra, que es un antiguo pueblo pesquero, comprende lo que es la conciliación de lo antiguo y lo nuevo. Lo mismo pasa en Santillana del Mar o en Astorga. Estas tres historias de éxito contrastan con las de Castrillo de los Polvazares o Villafranca del Bierzo. Ambas poblaciones experimentan un fracaso como modelo económico. Este declive conduce a ambos núcleos a convertirlos en decorados vacíos. Villafranca o Castrillo necesitan comercio, hostelería en cantidad, gentío en las calles, consumo, que es lo que genera trabajo e ingresos, sin sacrificar ni el aspecto de sus casas ni el relato de lo que fueron durante siglos. Por esa vía aún se pueden salvar.

sábado, 29 de julio de 2017

REPENSANDO EL CONDE

La Plaza del Conde Luna fue uno de los espacios más nobles de la ciudad legionense durante un siglo, cuando allí se encontraba el Palacio Real. Desde aquel tiempo, hace 1000 años, este espacio urbano ha sufrido una progresiva evolución hasta su degradación actual. La construcción del Mercado del Conde Luna en 1929 colmató ese hueco de la trama urbana y dotó a la zona de unos servicios necesarios en aquel momento. Sin embargo el paso del tiempo y los cambios en el comercio de proximidad redujeron la importancia comercial. A ello se ha sumado la pérdida de monumentalidad del conjunto, que ha devenido en el aspecto actual. Ni el Mercado del Conde Luna es un auténtico motor de la vida ciudadana ni es posible desarrollar el potencial estético de esta plaza mientras ese volumen continúe allí. Se ha buscado la revitalización con algunos cambios, pero los problemas de fondo tienen difícil solución. En el casco antiguo vive poca gente, hay un nivel de consumo bajo y los servicios que presta este edificio son peores que los de sus competidores. Por eso hay que asumir que ha llegado el momento de dar un nuevo tratamiento a la plaza en su conjunto. En otras ciudades se ha modificado parte de la superficie comercial de los mercados de abastos para abrir gastrobares y tiendas de comestibles de gama alta, con importantes zonas de acristalamiento. Cuando el edificio en cuestión tiene un valor monumental es más fácil, como en el Mercado del Val de Valladolid o en el de San Miguel en Madrid. En el caso que nos ocupa el valor de la edificación es limitada. En consecuencia todo hace pensar que la Plaza del Conde Luna constituye una oportunidad para revitalizar el casco histórico con una actuación radical en su entorno. Una de las posibilidades sería la demolición del actual edificio del mercado y la reubicación de los negocios en un espacio acristalado, moderno y semienterrado en el centro de la misma plaza, que permitiese apreciar las interesantes fachadas. Con eso se recuperaría la monumentalidad, reducida hoy por la triste condición del pasillo circular en torno al feo edificio. La valorización pendiente de la obra prerrománica de Palat del Rey vendría a reforzar esa actuación. Otra posibilidad sería dejar libre el espacio de la plaza, recuperando una zona central empedrada, como la que aparece en las fotos de principios del Siglo XX, con algún elemento monumental en el centro. La Plaza del Conde Luna en esas condiciones tendría todos los elementos para volver a convertirse en un icono de la ciudad. No dejemos escapar tan buena oportunidad.

LEÓN Y EL EMPLEO PÚBLICO

Cada año se edita el Boletín Estadístico de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas por el ministerio del ramo. El más reciente es de junio de 2016. Como una cantinela anual, se repite en diversos medios los comentarios acerca de que en León hay mucho empleo público. Para saber si esto es verdad no hay más que acudir al dicho boletín y comparar. En primer lugar vamos a desdecir a los que insisten en que en León solo hay funcionarios. En realidad los empleados públicos suponen un 19% del total, lo que significa que el 81% de los trabajadores no cobran de los fondos públicos. En consecuencia hay que replicar que en León hay una inmensa mayoría de gente que trabaja para el sector privado. Decir lo contrario es incorrecto, dañino y malintencionado. Si la media española de empleo público es de un 13,5% sobre el total, hay provincias que difieren sustancialmente de este guarismo. Por ejemplo, Barcelona solo cuenta con un 8.5% de empleo público. Por el contrario Badajoz tiene un 22.5% de trabajadores de la administración. Por lo tanto el rango en el que se mueve el empleo público por provincias es amplísimo y León no es un caso raro. De hecho se puede observar que determinadas condiciones amplían el número de empleos públicos de forma casual en ciertas provincias. Por ejemplo, si cuentan con campos de maniobras (normalmente las más extensas, como León), tienen también bases militares, lo que aumenta el número de nóminas públicas. Y eso no quiere decir que haya demasiado empleo de este tipo, porque los campos militares han de estar en algún lugar. Sucede algo parecido con las grandes universidades, como la de Salamanca, que empuja el empleo público provincial por encima del 20% del total. Sin embargo ambas actividades son normales y necesarias. Lo que sí resultaría muy gráfico para conocer de verdad el peso de lo público es conocer el peso de los salarios públicos sobre la masa salarial provincial, o incluso la ubicación de las empresas adjudicatarias de la administración pública. En ambos casos las sedes autonómicas ganarían por goleada al resto. Hay que tener en cuenta que las sedes autonómicas concentran los salarios más altos de la administración y que mantienen a muchos trabajadores de empresas privadas a las que se adjudican contratos. Si acudiésemos a una estadística al respecto veríamos cómo no es tan importante el número de funcionarios como cuánto ganan en conjunto y cuántos empleos privados genera la administración pública en cada provincia. Cuando lo sepamos podremos hablar con mucha más propiedad del papel del estado en cada economía provincial.

jueves, 27 de julio de 2017

LEÓN Y LAS AUTOVÍAS

Uno de los aspectos que mayores ventajas puede reportar a la provincia leonesa es su red de autovías. Se trata de un territorio grande (la sexta provincia española por extensión) y las comunicaciones para intercomunicarlo y atravesarlo son un argumento fundamental para quienes busquen un lugar para el asentamiento empresarial, para el turismo o para el tránsito. En todo caso esos tres papeles suponen la llegada de ingresos económicos a la economía local. Además elevan el papel desempeñado por León en el conjunto del país. En definitiva, poner de relieve la red de autovías de León contribuye a que la economía vaya mejor. Los documentos que emiten tanto la Diputación como el gobierno central reflejan fielmente el conjunto de autovías, autopistas y redes de comunicaciones de León. Por el contrario, la Junta de Castilla y León viene publicando mapas incompletos en los que se incluyen todas las autovías, salvo la León-Burgos. Se ha comunicado a esta administración que no incluir la Autovía León-Burgos en los mapas es falsear la realidad y perjudicar a León. Sin embargo los mapas que se remiten a Bruselas ocultan por sistema esta autovía. Es evidente que existe el interés de algunos por ocultar su existencia. La autovía León-Burgos es un pasillo rápido que constituye el mayor corredor de mercancías de titularidad autonómica de la Junta. Por él transitan unas 70.000 toneladas de mercancías por día. Solo en los puentes y festivos toma importancia como corredor para el desplazamiento de turismos. De la León-Burgos dependen decisiones de implantación de empresas en León, ya que deja a la provincia dentro del corredor este-oeste más eficiente de la Península. La actitud de la Junta con la exclusión de la autovía León-Burgos de todos los mapas, especialmente los que remite para solicitar ayudas europeas, perjudica los intereses de León. El ayuntamiento de León, el de Ponferrada y la diputación deben exigir que la autovía León-Burgos quede reflejada en toda la cartografía de la Junta con absoluta claridad. Si la Junta tiene las competencias para la promoción industrial, es inaceptable que oculte la ventaja competitiva de León en el campo de las comunicaciones. Y resulta incomprensible también la pasividad de las cámaras de comercio, de las organizaciones empresariales, de los sindicatos y de todas las fuerzas vivas. León debe figurar en los papeles como lo que es: el distribuidor principal de tráficos del noroeste a través de los nodos de León, Astorga, Benavente y Ponferrada. Porque Benavente funciona como un nodo secundario dentro de la red leonesa.

CARBÓN Y ESTRATEGIA

El anuncio de que las instituciones europeas consideran necesario mantener la producción local de carbón ha desconcertado a gran cantidad de ciudadanos. Sin embargo este anuncio pone de manifiesto que las claves estratégicas están claras en los grandes países europeos, que marcan el paso del conjunto de la UE. ¿Y cuáles son algunas de esas claves que dejan tan descolocado al gobierno español?: Energía, agua, salarios, sistema social y producción industrial, entre otros. España ha llevado una política energética absurda en los últimos años. En vez de seguir potenciando las renovables, en las que fuimos líderes, se abandonaron. Incluso se cambió las reglas del juego con las primas a las solares a mitad del partido. Esa inseguridad jurídica está siendo derribada por los tribunales europeos y nos va a costar un riñón. Además no se consideró la posibilidad de mantener en el mix el carbón nacional, que aporta algo de soberanía energética. Ahora este gobierno sin criterio debe cambiar radicalmente de posición. Mientras tanto seguimos importando gas y petróleo para compensar el carbón, el viento, el sol y las mareas que no aprovechamos. ¿A quién beneficia? A España no. En la política del agua este gobierno paralizó el desarrollo de desaladoras, tecnología española líder, para entregarse al hormigón de los trasvases. El agua del mar nunca falta, pero la de la lluvia sí. Ahora, en un país semiárido, tenemos muchos canales y trasvases, pero no agua. En cuestión de salarios, que toda Centroeuropa mantiene por encima de unos mínimos, España ha rebajado su masa salarial un 10% desde 2010 para el mismo número de trabajadores. Los salarios mantienen el consumo, que a su vez soporta la producción industrial. Y no se dé el pretexto de la competitividad. Un panadero de Alemania gana el doble que uno español por el mismo trabajo y no pasa nada. Es decisión política garantizar los mínimos salariales, y todo ese caudal económico genera consumo. El sistema social que está basado en educación, sanidad y pensiones ha sido erosionado seriamente por este gobierno. El único fin que se me ocurre es empujar hacia la privatización, que deja de garantizar la universalidad de estos servicios, es decir, sacrificando el estado del bienestar. Y es que la demolición de los salarios ni genera impuestos ni cotizaciones que mantengan el sistema. Y la producción industrial se cuida en nEuropa con inversiones en I+D+I para que se base en productos más valiosos. Aquí el gobierno ha machacado la investigación. Por lo tanto seguimos produciendo bienes de tecnologías medias y bajas: un país de camareros.

LEÓN GEOESTRATÉGICO

Las posibilidades de desarrollo de León pasan por el papel que sus dos ciudades puedan jugar en la economía peninsular. Para ello han de trabajar de una manera conectada. Y eso es así porque cada una de las dos representa una función que no es sustituible por ninguna otra. No hay una ciudad que pueda jugar el papel de Ponferrada respecto a León. Tampoco hay una ciudad que pueda jugar el papel de León respecto a Ponferrada. Por eso lo más eficiente sería estudiar estrategias conjuntas que permitan proyectar ambas ciudades y su corredor intermedio como un lugar geoestratégicamente óptimo para la actividad económica, cultural, etc. La clave de ambos nodos está en una buena comunicación con el exterior, la disponibilidad de suelo y oficinas en condiciones adecuadas, y la existencia de personal formado a costes competitivos. Y también su buena comunicación con el entorno próximo, sus rururbanos, donde proyectarán las áreas residenciales y nuevos espacios empresariales. Respecto al resto del espacio, si estas ciudades no son capaces de proyectar su efervescencia económica sobre él, aparecerán zonas de sombra, es decir, de pobreza y despoblamiento. Por eso es necesario que alguien con la entidad necesaria examine las condiciones de este sistema territorial para el crecimiento y el bienestar. Tiene que ser una entidad con visión legiocéntrica y que pondere lo que León se juega con cada decisión política o económica. En este caso creo que tanto el Círculo Empresarial Leonés como la Federación Leonesa de Empresarios serían los foros adecuados. Las cámaras de comercio están tan determinadas por las necesidades de corrección política que nunca estarían dispuestas a salirse del guión de la Junta. Como los resultados de la gestión de la Junta en Fomento son públicos y lamentables, no se puede contar con ella, por paradójico que parezca. O no saben o, si saben, tienen muy malas intenciones con esta tierra. Merece la pena que alguien independiente, lejos del Consejo Económico Social y de los dictados de la Consejería de Fomento, realice análisis periódicos de la trayectoria global leonesa, de las dos ciudades y de las subáreas correspondientes. Pero sobre todo es importante que establezca las prioridades y las propuestas de lo que es necesario para que León recupere el medio millón de habitantes, avance hacia los niveles medios de renta española y aumente su población activa ocupada hasta los niveles de Cantabria, por ejemplo. Cualquier otra cosa sería engañarse, como nos han engañado hasta ahora.

jueves, 22 de junio de 2017

LEÓN Y EL PESIMISMO

Un aspecto que llama la atención en los comentarios de los leoneses es el pesimismo en general. Bajo mi punto de vista esto se debe a la mezcla de dos elementos: el declive económico largo y pronunciado de León, del que todos somos conscientes, y la falta de medidas para reconducir esa situación. El declive económico se palpa más crudamente desde 2012, cuando León entró en una pérdida anual de entre cinco y seis mil habitantes, lo que le aleja con rapidez del más de medio millón que mantuvo durante decenios. La falta de medidas correctoras es consecuencia de que León está descabezado. No hay políticos que defiendan y proyecten sus intereses como prioridad máxima. La calle es plenamente consciente de este abandono y se descorazona. En síntesis esta provincia tiene sectores productivos y singularidades que necesitan una atención directa y una óptica leonesa para abordar medidas, negociaciones, incentivos y acción política. Quien tendría que hacer eso es la administración autonómica, pero ha demostrado que no existe sino para garantizar los servicios mínimos. La Junta es una simple gestoría de servicios públicos. La promoción, el impulso, la peculiaridad y los recursos económicos proporcionales no existen para esa institución. Si a León llegasen los 1800 millones de euros anuales que le corresponden por su población y extensión, procedentes de los presupuestos autonómicos, tendríamos bastantes problemas menos, aunque la gestión estratégica seguiría siendo mala y no nos iría del todo bien. Quiero aportar un dato de mis tablas que no he utilizado hasta ahora en las columnas del jueves. En las cifras sobre la evolución de los cotizantes a la Seguridad Social entre un mes y el mismo del año anterior comparo los datos de España y los de León desde el año 1999. Pues bien, siempre han sido bastante peores los datos de León que los de la media española, salvo en un lapso de tiempo: entre 2007 y 2010. ¿Qué pasó en ese momento? La situación se revirtió porque las instituciones hicieron llegar más dinero a León (en realidad el que correspondería en condiciones normales), se creó un ambiente propicio a la inversión, se visualizaron una serie de obras y existía un conjunto de proyectos para dar a León un perfil superior. Después de ese periodo se ha producido un desplome sin precedentes. Lo que cambió en esa época es que hubo autoridades que, con todos sus defectos (inconsistencia intelectual, frivolización de la política …) apostaron sin rodeos por León. Lideraron. Ahora no las hay y León anda descabezado. Por eso el pesimismo se adueña de la calle. Algo habrá que hacer.

AYUNTAMIENTO: MEDIO MANDATO

Se cumple en estas fechas la mitad del mandato de los alcaldes emanados de las pasadas elecciones municipales. Es bueno realizar una evaluación de sus logros, ya que en los dos años que restan deben definir la herencia de su etapa municipal. En el caso de León está todo por definir. La obra más sonada es la de la Plaza del Grano, que resulta problemática en tanto que atenta contra el patrimonio. Otra cosa es que termine siendo más que una plaza histórica una amplia terraza mona para los bares aledaños. De las grandes obras en curso que se encontró el actual equipo municipal no se ha resuelto ninguna. La integración de FEVE era uno de los grandes proyectos para la ciudad en términos de permeabilidad urbana y sostenibilidad ambiental, así como de regeneración de las áreas por las que discurren las vías. No se ve avance práctico alguno y obras son amores y no buenas razones. Respecto a la integración del ferrocarril de vía ancha, no hay avances sustanciales a la vista. Todo esto va retrasado o prácticamente parado. Aunque no sea el ayuntamiento quien hace estas obras, es parte principal en su impulso. Un éxito podría ser la reciente aprobación del plan León 21 XXI con una dotación europea de varios millones de euros dentro de las estrategias de “Desarrollo Urbano y Sostenibilidad”, pero ¿será capaz el ayuntamiento de hacer visible algo práctico con ello antes del fin del mandato? Se habla también de la posible redacción del Plan Estratégico León 2020-2027. Esta sería una labor crucial, pero debe ser bien vendida para que la gente lo acoja como algo importante, ya que pocos conocen lo que es un plan estratégico. En el orden de la proyección de León en el exterior se tenía este año la celebración de los mil años del Fuero de León, un documento fundamental en la historia medieval de Europa. Parece que los fastos se están quedando en una serie de actos de consumo interno, sin proyección en Madrid, Barcelona, Valencia…. donde se mueven las grandes tendencias del país. Ni hay dinero municipal, ni autonómico, ni estatal en las cantidades proporcionales a la importancia de lo celebrado. Sí lo hay para las conmemoraciones en torno a Zorrilla, escritor romántico de segunda fila de Valladolid cuya obra cumbre es el Tenorio. El carro delante de los bueyes, qué le vamos a hacer. Por último hay que hablar del mantenimiento de la ciudad, con árboles mal podados, maleza en solares, isletas y aceras, grafitis y un casco antiguo descuidado. En conclusión el equipo municipal de León se tiene que dar prisa si quiere dar una cara positiva al final de mandato.

sábado, 10 de junio de 2017

PATRIMONIO OLVIDADO LEGIONENSE

Hablábamos la semana pasada de la posibilidad de considerar León una ciudad patrimonio. Todos conocemos una serie de monumentos de primera línea que no hace falta enumerar. Sin embargo, esparcidos por la trama urbana hay un grupo de edificios con valor histórico e interés para el visitante que resultan desconocidos hasta para los propios leoneses. Este conjunto sería relevante en muchas ciudades que no cuentan con un San Isidoro, una catedral como ésta, o un San Marcos. ¿Por qué no se completa una ruta para ponerlos en valor y hacer así una oferta del León ciudad total? Por ejemplo pocos leoneses conocen que la iglesia de San Martín, en pleno Barrio Húmedo, cuenta con una cabecera de estilo gótico probablemente de la etapa de la catedral. Solo lo puede apreciar quien entre en el templo. Da para una breve visita con la anécdota incluida de su “absorción” en el falso consistorio de la Plaza Mayor, que se construyó mucho después. Otro ejemplo de iglesia interesante y olvidada es la de Santa Ana, con unos tramos góticos y pinturas interesantísimas en sus paredes. También da para una explicación hablando del mercado que hubo al lado, de Buenaventura Durruti… Y por qué no mirar a la iglesia del Mercado, un edificio románico que se derrumbó y reconstruyó de otra manera en época posterior. Tiene unas celosías románicas de hierro que forman un conjunto impresionante, y una portada románica oculta, y el camarín con los techos pintados, y el barco del Conde de Rebolledo, y… Pero quedan más cosas que ver, como la olvidada iglesia de Palat del Rey, la primera capilla palatina de los Reyes de León, cuya techumbre debería ser visitable por encima(hay una escalera para subir y asomarse) porque está coronada por una cúpula de gallones con 1100 años aproximadamente. ¿Y qué me dicen de San Pedro de los Huertos? De estilo popular de las que ya no quedan en ninguna gran ciudad. Pero es que las saeteras orientadas para la fusilería en Puerta Moneda también merecen una breve visita. O la torre de los Ponce, a la vera de la Plaza Mayor, última torre romana a la vista. O el patio del Palacio de Jabalquinto para saber lo que fue la baja nobleza leonesa . Hay docenas de lugares curiosos por los que darían dinero muchas capitales españolas sin apenas patrimonio reseñable. El ayuntamiento debería redactar un catálogo, adecentar los entornos de estos lugares y poner en valor la ciudad como un todo donde la ruta callejera sea algo divertido y ameno además de artístico. Eso es lo que hace a una ciudad atractiva: mostrarse a sí misma como es: remarcando su identidad.

jueves, 1 de junio de 2017

PATRIMONIO E INCOHERENCIA

El lanzamiento del turismo como uno de los elementos centrales del desarrollo de León implica la atracción de visitantes para disfrutar de un lugar diferente. Si León llegase a ser como cualquier ciudad, tendría la misma incidencia turística que Ciudad Real o Huelva: muy poca. Lo que puede dar una ventaja a León en el campo turístico es su condición de ciudad patrimonio. Desde un planteamiento puramente economicista interesa preservar todo aquello calificable de raro o infrecuente. Mucho más si tiene el valor de lo antiguo. Sin embargo las últimas actuaciones en el campo del patrimonio en la ciudad legionense son incoherentes con la pretensión de convertirla en destino turístico. Al margen de las despedidas de soltero y del chateo en los bares del Barrio Húmedo -que es turismo necesario, divertido, pero económicamente de medio pelo-, existen otros segmentos de público. Quien pueda venir con un poder adquisitivo superior quiere ver normalmente cosas valiosas y peculiares. Y en ese sentido, puramente contable, es destructivo lo que se está haciendo con la Plaza del Grano, o con el derribo de una casa de cinco siglos en la Calle de los Cubos, o, yendo más lejos, la destrucción de Sublantia, el yacimiento arqueológico a los pies de Lancia. Por más que todo esto pueda no interesar a mucha gente, los que más pagan por viajar sí quieren verlo. Y la economía es cuestión de números, por lo que si se aspira a una ciudad turística hay que redactar un inventario de patrimonio, una reglamentación estricta -dentro de la lógica- para cumplirla y un plan de valorización de todos los recursos, tratados éstos como parte de un conjunto que se va a ofrecer. Lo que se ha hecho hasta ahora es declarativo pero poco real. Las cosas van saliendo más o menos porque el AVE trae gente, y es rápido y barato. Si pretendemos un turismo potente y comprador hay que hacer algo más. A este respecto y por empezar la casa por los cimientos, habría que plantearse el papel de la comisión de patrimonio. O falla la comisión o fallan sus miembros porque el funcionamiento en los casos citados ha sido lamentable. Permitir una autovía sobre una zona arqueológica fue una pifia. Dejar que la obra del Grano continúe es otra. El derribo de la casa de los Cubos es un episodio más. Hay que cambiar la comisión o los miembros, si se quiere actuar en serio para ser una ciudad patrimonio. No se trata de culpabilizar a nadie, sino de gestionar algo que no funciona como debe. Pero en definitiva, se debería hacer un inventario rápido de patrimonio y un programa de valorización urgente. ¿Habrá voluntad y coherencia para ejecutarlo?

jueves, 25 de mayo de 2017

EL SECTOR ALIMENTARIO EN LEÓN

León es una de las provincias con identidad gastronómica más acentuada del país. La fuerte compartimentación de nuestras comarcas durante siglos, marcada por las nevadas, los ríos y arroyos torrenciales, el duro clima invernal y las montañas se ha traducido en una diversidad de singularidades alimentarias difícil de igualar: chorizo picante, mollejas de vacuno, botillo y chosco, castañas, peras asaderas, quesos, costilla adobada, cecina de vaca, morcilla de cebolla, pimientos morrones, pimientos embotados, uva de prieto picudo, vinos, mantecadas, lengua curada y ahumada, cecina de chivo, etc. Eso se traduce en que la tercera parte de las marcas de calidad de la autonomía proceden de León y que es una de las regiones que más singularidades reúne del país. En función de esta peculiaridad y del volumen de productos las instituciones leonesas deberían implicarse decididamente en la promoción de los alimentos locales. Es tanto el potencial que no se requiere ir en compañía de nadie. Hay un alto número de productos, de fabricantes y, si se promueve, de producción. No hay duda de que este sector puede impulsar la casi globalidad de la provincia por sí solo. Son dos las instituciones responsables de esa promoción: la Diputación y la Junta. Por parte de la institución provincial se creó en su momento un sello: “lo bueno, de León”. A juzgar por su escasa presencia fuera de nuestras fronteras se ha abandonado la diferenciación de nuestros productos. Por otra parte la Junta no apoya los productos leoneses diferenciados. Sigue promoviendo el sello “Tierra de Sabor”, que consiste en un batiburrillo de alimentos cuyo denominador común es su envasado en la autonomía. En las últimas semanas las diputaciones de León y de Valladolid han realizado un desigual hermanamiento gastronómico. Siendo León un lugar con diversidad de productos con marca de calidad, Valladolid apenas tiene. Salvo que se pretenda promocionar los alimentos de León en los restaurantes de Valladolid (donde ya se encuentran), no se entiende el esfuerzo en tal acción publicitaria. Valladolid y León podrán hermanarse en otras cosas, pero sus producciones alimentarias son como la noche y el día. En definitiva, más valdría potenciar la imagen diferenciada del producto leonés que estas zarandajas. Y además la diputación tendrá que vigilar que el desarrollo del gran parque industrial alimentario que se quiere hacer en Valladolid, donde hay pocos productores, no vaya a llenarse incentivando a los industriales de León a marcharse para allá. La Junta ha sido desleal tantas veces que no nos podemos fiar.

CARRERA DE AEROBSTÁCULOS

El Aeropuerto de León está sometido a una carrera de obstáculos que impiden su desarrollo. Y llama la atención porque son problemas que se repiten anualmente sin que se ponga remedio. Vaya por delante que nuestras instituciones públicas no tienen la obligación de promover el aeropuerto. Vaya también por delante que no tienen esta obligación en ninguna provincia, pero el hecho es que en muchas lo hacen: unas con más éxito y otras con menos. Para tener una visión general debemos recordar que León, Pamplona y Santander eran ciudades a un nivel similar hace 30 años. Hoy existe un abismo entre León y las otras dos citadas. Es por la calidad de gestión y todo lo que incide en ella. No hay otra explicación. Y el peso del desarrollo aeroportuario es una de las explicaciones más evidentes. Dentro de lo que es necesario para poner una ciudad en el mundo está un aeropuerto. Quien no cuenta con aeropuerto no puede ser destino de grandes inversores. Por eso resulta estratégico no perderlo ni debilitarlo. Además el transporte por esta vía es el más barato, considerados todos los costes. Sin embargo hay quien piensa que es un pecado dar ayudas para mantener los aeropuertos, mientras se subvenciona los pasajes de tren, las autovías o los puertos en cuantías muy superiores. Son juicios de valor que no están basados en las cifras. Un aeropuerto requiere el desarrollo de vuelos concretos, que se mantengan en el tiempo, a costes razonables y en horarios adecuados. Esto se logra diversificando el número de operadores y apostando por ciertos destinos que aporten muchos pasajeros con horarios invariables y exitosos. Además hay que controlar que no haya discontinuidades en la oferta de vuelos. Bien, pues pocas de estas condiciones se cumplen en León. Se deja como único operador a uno que ha demostrado poco compromiso con León. Se evita atraer a otras compañías. No se ata el vuelo principal con horarios fijos y adecuados, y costes competitivos: el de Barcelona. No se trabaja con el aeropuerto como un elemento estratégico en el futuro de la provincia. La última desgracia, que se repite un año más, es que el operador principal deja de volar a Barcelona -destino totalmente rentable sin ayudas- durante mayo porque se acaba el periodo del concurso del consorcio provincial que promueve los vuelos. No puede ser más evidente la necesidad de buscar nuevos operadores, de poner a un profesional del sector al frente del consorcio, de rastrear nuevos destinos, de buscar acuerdos con rutas de aerobús que lleguen a León, como la que vuela desde Braganza a Portimao. Solo hace falta voluntad.

jueves, 11 de mayo de 2017

LAS FACETAS DEL GRANO

La Plaza del Grano está siendo objeto de un debate encendido que alcanza a numerosos colectivos e instituciones. Se puede comprender tanta pasión en algo que afecta a un espacio característico y que todos consideramos nuestro. Sin embargo, si queremos desentrañar las vertientes del debate y desposeerlo de su cara más pasional, hace falta enfriar la discusión. Personalmente creo que hay tres elementos que ponderar en la obra que se está haciendo. El primero es la necesidad de reparar la plaza. No era lógico mantener ese espacio público en el estado de deterioro en que se encontraba. Por lo tanto la reparación y rehabilitación era necesaria. El segundo elemento a tener en cuenta es el mantenimiento de la estética de la Plaza del Grano, que es un elemento de singularidad de la misma. La estética hace alusión a la colocación de los materiales para repararla, al color de éstos, a sus volúmenes, a las técnicas que se aplican. En un espacio con cierto valor histórico el buen gusto aconseja ser conservadores y dejar las cosas más o menos como estaban. En este caso hay que decir que lo que se está poniendo en las calles laterales de la iglesia es un empavesado de adoquines azules a la manera aproximada del que hay en san Isidoro, pero de otro color y aspecto. En otras palabras, a ese entorno le queda como a un Cristo dos pistolas. No caben matices. Peor gusto es imposible. Y la forma en que se están rehaciendo las aceras es similar. Sin embargo hasta el gusto es discutible. Personalmente me parece lamentable estéticamente lo que se ha hecho hasta el momento, pero acepto que haya quien disienta porque tiene otro gusto. Lo que no es discutible es el valor histórico-patrimonial de la plaza. Y aquí es donde la actuación en la Plaza es un desaguisado sin paliativos porque se ha impuesto una modificación drástica de su aspecto. Se ha afectado al bien patrimonial. Yo entiendo que todo el mundo se puede confundir. A estas alturas de la obra de la Plaza del Grano es evidente que es un error monumental (nunca mejor dicho). Hasta la base de los adoquines, aquel mortero bastardo que decía el proyecto, es simplemente hormigón. Se está modificando radicalmente la plaza. ¿Qué problema hay en detener la destrucción de su monumentalidad? ¿No es mejor repensar la actuación, detener los trabajos y modificar algo que (ya no hay duda) está mal? Por otra parte, destruir el valor patrimonial de la plaza es perjudicar a la ciudad en su conjunto. Merece la pena detenerse un rato, calmarse y parar la obra. Seguro que se puede hacer mejor y restañar los daños que ya se han producido.

jueves, 4 de mayo de 2017

NUESTRA INSERCIÓN EN LA ECONOMÍA

Hace unos días revisaba alguno de mis documentos de análisis donde se aprecia cómo se inserta León en los flujos de la economía mundial. En un mundo crecientemente urbano las áreas metropolitanas de más de 100.000 habitantes son los lugares donde se concentra la economía y el conocimiento. Es allí donde se producen más intercambios de información y donde se generan más oportunidades de negocio. Alrededor de estas urbes se encuentran espacios bastante poblados, pero menos urbanizados que orbitan en torno a las ciudades. Y los intersticios están casi vacíos. Entre un área metropolitana y otra suelen existir ciudades más pequeñas que actúan como enlaces y definen corredores de comunicaciones poblados. Cuando dos áreas metropolitanas distan entre sí menos de 100 kms tiende a establecerse una mayor interrelación, alcanzando cierto grado de cohesión interna. En esos casos estamos hablando de la creación de una región económica, cuyos límites suelen no coincidir con las divisiones políticas. Las regiones económicas se configuran como las referencias para la integración de sus ciudades y territorios en la economía mundial. Por eso intentar publicitar áreas que carecen de conexión interna es un error, ya que se pierde la inversión o no llega a algunas de sus partes. En España hay regiones económicas muy consolidadas como la vasco-cantábrica (que incluye Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Burgos) o la atlántica (incluye Coruña, Pontevedra y el arco costero portugués hasta Aveiro) que se promocionan de manera continua. Por el contrario hay otras como la asturleonesa (Asturias y León), la vallisoletana (Valladolid y sur de Palencia) o la salmantina (Salamanca y sur de Zamora) que no se consolidan por una deficiente visión de sus necesidades económico-políticas . Existe la idea de que la política construye la realidad y eso no es acertado, como demuestran los datos de evolución de población, renta y mercado laboral de las ciudades. Donde se promocionan las áreas regionales, el conjunto crece. Donde no se reconocen y se promueve otra cosa, se entra en declive. Así lo ha mostrado una vez más la actualización del padrón municipal que ha publicado el INE. León, Zamora y Salamanca van muy mal, pero es que Valladolid tampoco va muy bien a pesar del chorro de dinero público que recibe. El sistema de trabajo de la administración pública aquí está fallando inequívocamente. Por esa razón hay que cambiar muchos planteamientos políticos. Nuestras ciudades se debilitan y perdemos posición competitiva. O se cambia ahora o más tarde será aún más difícil y todo el noroeste quedará debilitado y, finalmente, pobre.

EL EJIDO ANTE EL FUTURO

El barrio de El Ejido nació a los pies de la Catedral de León de una manera súbita, puesto que hasta entonces siempre había sido un conjunto amplio de prados y sebes, com se aprecia en cualquier foto de 1940. A mediados del Siglo XX se edificó casi a la vez para configurar una zona de expansión de la ciudad hacia el Torío que, curiosamente, se encuentra al lado del casco histórico y a pocos minutos a pie de la Plaza de Santo Domingo. Como cualquier barrio que se levanta de esa forma, se pobló con familias de similar edad y eso está determinando su presente. Las generaciones que adquirieron entonces sus pisos en El Ejido llevan allí medio siglo largo y son por tanto gente mayor. De hecho hay una gran cantidad de pisos vacíos por el fallecimiento de sus propietarios. En numerosos edificios quedan casi la mitad de las viviendas vacías. Por esta razón se puede afirmar que El Ejido se haya en una encrucijada histórica que va a definir su futuro. Muchos edificios que integran el barrio han de pasar por reformas relativamente importantes, si no lo han hecho ya (tejados, conducciones de agua, redes eléctricas…). De lo contrario se convertirá en un área de infravivienda a las puertas del centro de León. Y este fenómeno se podría extender a otros barrios colindantes que han seguido un modelo similar de crecimiento: Santa Ana por un lado y San Lorenzo, San Mamés y Mariano Andrés por otro. Nos encontramos por tanto con una amplia zona del espacio urbano, con centro en El Ejido, que requeriría una acción urbanística municipal en aras de garantizar la renovación urbana en positivo. Además se prevendría la creación de bolsas de suburbialización, que alcanzarían al centro de la ciudad en algún caso. Para ello se pueden combinar medidas de dignificación de los espacios públicos (parques, calles principales, calles secundarias, locales públicos…) con incentivos para la renovación de los edificios (fachadas, ascensores, tejados, portales) y la modernización del comercio (señalización, cartelería, escaparatismo, promoción del centro comercial abierto…) El Ejido podría ser un modelo sobre el que aplicar planes de renovación urbana que luego pudiesen trasladarse, ya mejorados y afinados, al resto de espacios de la ciudad con una casuística similar. Solo así se puede afrontar la reocupación de los barrios y combatir una inevitable pérdida de actividad económica por la caída de población. A tal fin se puede acudir a convocatorias para captar fondos europeos que aliviarían la estrechez económica del decadente municipio leonés, que ya ha perdido los 125.000 habitantes según el INE.

jueves, 20 de abril de 2017

EL MOMENTO DE LAS CONVICCIONES

Dentro del calendario conmemorativo de la Junta de Castilla y León encontramos eventos como los del bicentenario del nacimiento de Zorrilla, el autor del Tenorio, el séptimo centenario de la unión bajo la Corona de Castilla de los Reinos de León y Castilla o el quinto centenario del nacimiento de Teresa de Ávila. En unos casos lo hace a través de sus propios organismos y en otros participando con generosas subvenciones en la organización. En esa agenda no hay nada relativo al Reino de León, a la Región Leonesa o a sus territorios, costumbres y prioridades. Hay quien dice que eso es lógico porque la Junta se ocupa de aquello que afecta a todos los territorios y no solo a una parte. Sin embargo eso no es correcto porque es la Junta quien dispone de los fondos para eventos culturales supraprovinciales. Por lo tanto los leoneses tenemos motivos para la celebración propia con fondos autonómicos, pero esos recursos se encuentran secuestrados por la Junta. De hecho sucede igual que en otros capítulos como la promoción industrial o el turismo de montaña: León carece de administración autonómica que lo represente porque o no existen fondos o se aplican con criterios hechos para otros territorios. Un ejemplo fue el noveno centenario del Reino de León, celebrado con sordina gracias a la intervención de la Junta. El Fuero de León de 1017 es ya otro ejemplo porque nada hay hecho para su conmemoración a nivel autonómico o nacional este año. Si hablamos de los Decreta, emanados de las Cortes de 1188, fue del todo vergonzoso en 1988, cuando incluso se rebautizaron como de Castilla y León. Hay que tener cuajo. Por esa razón, entre otras, el sábado 22 de abril a las 12 de la mañana un grupo de intelectuales capitaneado por Juan Pedro Aparicio y José María Merino va a rendir homenaje a los Decreta y a las Cortes que los dictaron, en el exterior de San Isidoro. Se trata de un levantamiento cultural en contra de la ignorancia deliberada de la Junta y de sus corifeos hacia lo leonés. Es una voz elevada contra la maldad, porque solo pueden ser malos o tontos quienes quieren extinguir la huella de León, y tontos no son. Así la sociedad civil, a través de algunas de sus mentes más brillantes, es quien va a poner de manifiesto algo de lo que en León consideramos importante. Porque los leoneses tenemos intereses colectivos propios en el orden cultural, económico, social y político, pero es en la Junta donde el eco de la calle leonesa se merma y eso hay que evitarlo. No se trata de una cuestión de triunfos o violencias, sino de defender las convicciones por encima de los represores.

jueves, 13 de abril de 2017

SEMANA SANTA INTERCLASISTA

La Semana Santa leonesa se muestra con una foto estereotípica en la publicidad. Se transmite un mensaje religioso que poco tiene que ver con lo que se palpa en las calles. Hasta ahora sirvió para atraer al turismo y parece que el reclamo va en alza. Sin embargo cualquiera que acuda a esta Semana Santa descubrirá otras facetas que la convierten en diferencial. Son los aspectos paganos que impregnan hasta la médula esta celebración los que hacen de la ciudad un conjunto sugerente. El primero y más sonoro es la procesión de Genarín, uno de los iconos de esta ciudad. Es una convocatoria que eleva a León a los telediarios nacionales cada año y que comunica fielmente el espíritu golfo que se esconde en el ciudadano capitalino en mayor o menor medida. Que nadie se sienta ofendido. La expresión “matar judíos” es irreverente y absolutamente incorrecta en lo político, pero ¿alguien se plantea eliminarla? Las tapas, la limonada, el alterne en las calles, las cenas de cofrades o el travestismo de entorchados de las bandas procesionales es parte de un espectáculo con un punto religioso y otro carnavalesco. No hay majorettes, pero cada vez hay más manolas de tacón alto y media de cristal, una extemporaneidad con guiños a la altura de esta ciudad de literatura y farra en pleno Siglo XXI. Por otra parte las procesiones son una catarsis colectiva, un esfuerzo común, una inmersión en el espíritu de grupo que actúa como un cemento social en la ciudad. Observad a los procesionantes y, especialmente en aquellos que llevan el rostro descubierto, veréis al currito compartiendo línea con el notario, al ama de casa que acompasa el ritmo con el funcionario de Hacienda o al parado que arrima el hombro bajo el paso delante del empresario. Las procesiones son un elemento de cohesión social que da cuerpo a esta ciudad y su visualización causa un placer íntimo. Y además esa falta de solemnidad, esa riada de niños paponines, esas conversaciones entre cofrades y esas imágenes horrorosamente malas de algunas procesiones nuevas muestran el lado más humano de la ciudad legionense. La heterogeneidad social de una banda de Semana Santa de León es el espectáculo de una ciudad en marcha, con un objetivo, con una ilusión y con todos los defectos y virtudes cazurras. Eso es lo que convierte nuestra Semana Santa en un unicuum, en una página de la 13 Rue del Percebe, plagada de contradicciones entre lo sacro y lo pagano, entre lo ilustre y lo villano, entre lo pobre y lo rico. Nuestro espectáculo semanasantero es la tapa ideal para una estancia mundano-religiosa en una ciudad moderna que hunde sus pies en el barro medieval.

jueves, 6 de abril de 2017

FEVE: FIN DE OBRA

Hace unos días que recorrí el paseo por el trayecto del ferrocarril de vía estrecha en la ciudad de León. Acudí un tanto desesperanzado, puesto que pensaba que la obra estaría a medias y pendiente de concluir en muchos aspectos. No es así. Se puede apreciar perfectamente lo que puede suponer esa obra para la ciudad: una acción transformadora del área entre Padre Isla y Navatejera. En estos momentos la trinchera del ferrocarril ya no existe. Es una línea perfectamente urbanizada que se encuentra al nivel de las calles laterales en la mayor parte del trayecto. Eso permite el acceso sin ningún problema, por lo que ha dejado de ser una división radical de la ciudad, una separación infranqueable entre barrios, una cicatriz en el espacio urbano. Las vías del tren se acompañan ahora lateralmente de grandes piezas de hormigón que impiden el acceso de los coches al recorrido del tren, salvo en los cruces. Los márgenes son completamente planos y, donde cabe, se presentan con unas calzadas aptas para los peatones y vehículos de dos ruedas. Ambos circularían sobre un paseo que se acompaña con farolas cada pocos metros. El repintado de las paredes a los lados del vial ha dignificado gran parte del itinerario, apto para los murales artísticos. Todo el trayecto está dotado de amplitud y luminosidad, y no hay rastro del barro, la mugre y el desnivel que lo ocupaban en otro tiempo. Por esta razón el ayuntamiento debería forzar su apertura inmediata, puesto que se trata de mucho más que una línea del ferrocarril. A eso se suma la importancia de aportar un transporte público eficiente y necesario para consolidar el área metropolitana hacia el Valle del Torío. En contraste se está trabajando de manera evidente para su cierre. Dejar durante años a los viajeros en la Asunción o no vender billetes para que parezca que no hay viajeros es simplemente dar mal servicio, provocar el abandono y dar argumentos –aunque falsos- para el cierre. El Ayuntamiento de León, que va a terminar la legislatura con pocas obras relevantes que presentar como balance de gestión, debería aprovechar el calado de esta obra, integrar el tren de Matallana en la red de transporte metropolitano y transformar rápidamente los barrios en torno a Mariano Andrés y San Mamés con la puesta a pleno servicio de esta gran obra. El tranvía de FEVE cambiará la fisonomía de estos barrios, fortalecerá la red comercial del declinante Ensanche, donde ya no llegan los habitantes del Torío, y aportará una avenida peatonal, sostenible y moderna en una zona que está pidiendo un salto hacia el futuro.

viernes, 31 de marzo de 2017

VERDADES QUE SON MENTIRAS

Hace unos días en un acto público escuché la frase “lo que es bueno para Castilla y León es bueno para León”. No pude por menos que intervenir para afirmar que eso es falso, que es una frase hecha divulgada de manera interesada y que no por repetir una mentira mil veces se convierte en verdad. Lo cierto es que esa falsedad aparece como un mantra entre los políticos de esta autonomía con honrosas excepciones y pone en evidencia el escaso rigor de ese colectivo, que ni se atiene a los datos ni a las impresiones de los ciudadanos. La frase en cuestión está inventada para acallar pensamientos divergentes en esta comunidad autónoma, y el más sonoro de ellos es evidentemente el de León. Para contrarrestar la disidencia autonómica leonesa se inventó la Fundación Villalar, una entidad dedicada a adoctrinar a los ciudadanos a favor de las tesis que todo lo convierten en Castilla. Y es que suele oírse en los medios afines a la Junta que, cuando algo es de León, dicen que es de “Castilla y León”, pero cuando algo es de Castilla es simplemente castellano. El objetivo a medio plazo está claro: que todo sea Castilla. No se trata de un problema de corrección lingüística, sino de una operación de lavado de cerebros al más puro estilo de los nazis, de los estalinistas o de los macarthistas: convierte una mentira en una verdad aparente con la aquiescencia de la mayoría. Y esta pretensión se sustenta en el beneficio económico particular, algo tan elemental y poco ideológico. Los datos que definen la marcha de un territorio son el censo de población, los trabajadores que cotizan y el nivel de renta. Es posible que la creciente diferencia entre León y Valladolid no tenga comparación en ninguna otra autonomía por lo mal que va la primera provincia y lo bien que evoluciona la segunda. Eso demuestra que lo que es bueno para Valladolid puede ser incluso malísimo para León. Las capitales de esas provincias son competidoras en muchos aspectos y desde la Junta se trabaja activamente para que la ganadora de esa competición sea la urbe del Pisuerga. Hacer desaparecer la autovía León-Burgos de los mapas que se mandan a Europa, redactar un plan director de promoción industrial a la medida de Valladolid, aunque sea para toda la autonomía o apoyar los vuelos low cost solo desde Valladolid son actuaciones de la Junta que contradicen el mantra: atentan contra los intereses de León. En consecuencia lo que beneficia a una provincia no tiene por qué ser bueno para todas y de hecho los incontestables resultados tras tres décadas dicen que no lo es.

viernes, 24 de marzo de 2017

BRAGANZA, VÍA LIBRE

La Asociación en pro de la Autovía León-Braganza acumula ya ocho años de actividad. Su objetivo es lograr al menos una vía rápida que cubra el itinerario a través de Santa María del Páramo, La Bañeza y Puebla de Sanabria. Todos los miembros de la asociación: ayuntamientos, sindicatos, asociaciones y particulares, tienen conciencia del alcance estratégico de esta vía. La apertura de ese corredor daría inicio a una zona de actividad económica sin precedentes hasta ahora, ya que rompería una frontera prácticamente impermeable. De hecho la comunicación entre Braganza y Puebla de Sanabria puede cambiar la configuración de los tráficos de mercancías y personas en todo el noroeste. La reducción del kilometraje en ruta es sustancial respecto a sus alternativas para ir desde Oporto a los puertos del Cantábrico y a Francia. La aparición de nuevas actividades económicas a los bordes del trayecto por Sanabria, La Carballeda, la Valdería, el Órbigo, el Páramo y el alfoz de León sería un alivio a años de abandono por parte de la promoción empresarial autonómica. Que la comarca con mayor renta per cápita de León, el Páramo, productora excedentaria por antonomasia, pueda hacer llegar sus productos a Portugal sería excelente. Que La Bañeza se convirtiese en un cruce de vías rápidas abriría nuevas posibilidades a esta ciudad. Que en Rionegro del Puente o en Puebla pudiesen afincarse nuevas actividades ligadas al transporte sería esperanzador. Pero más interesante es que el área metropolitana de León, con sus 200.000 habitantes, se abra a la capital de la Terra Fría. Braganza es una ciudad en cuya universidad estudian 7.000 estudiantes de los que casi una cuarta parte proceden del programa Erasmus. Desde su reciente conexión por vía rápida con Oporto se han fijado allí numerosas empresas. Su área de influencia tiene los mismos habitantes que la provincia de León, pero en menos superficie. Braganza es un objetivo preferente para los intereses de León por muchas razones y León lo es para Braganza. Actualmente existe el compromiso del consejero de fomento para abrir la vía rápida entre Braganza y Puebla, incluyendo un puente internacional sobre el río Onor. Las instituciones leonesas deben hacer un seguimiento de esta infraestructura para que nada retrase su ejecución y apertura. En estos momentos puede ser, de las obras pendientes, la más barata y la que mayor impacto positivo tenga sobre la economía de todo el área. Por eso es conveniente que nuestros políticos hagan visible su apoyo y compromiso en este momento en que atravesamos la mitad de la legislatura.

jueves, 16 de marzo de 2017

SAHAGÚN Y EL ROMÁNICO RARO

Sahagún es una población que explota insuficientemente aquellos elementos que le hacen diferente. Cabecera de una comarca tradicional que compartía el nombre con otra (el Páramo) con desventaja, se asoma a la promoción con timidez. La villa de San Facundo no tiene grandes montañas ni desfiladeros profundos, pero sí cuenta con un cambio del paisaje que solo el buen observador percibe porque nadie allí le da una explicación: en la comarca paramesa, desde los Payuelos, descienden un ramillete de riachuelos que conforman una densa red hidrográfica llena de vallejos, bosquetes, umbrías y sotos. Ahí escondidos suelen encontrarse los pueblos de la comarca. Más allá del Cea y, sobre todo, del Valderaduey se inicia una planicie cereal: la Tierra de Campos, que poco tiene que ver con el Páramo de Payuelo en paisaje, ganadería, vida concejil, tradiciones, arquitectura noble, estratificación social, comunalidad o relación con el agua. Sahagún permite la visita de ambas comarcas y todo facundino debería poder explicar estas diferencias al visitante: el monocultivo terracampino frente al minifundismo sin especialización del Páramo de Payuelo. Si los aspectos antropológico y paisajístico ya son interesantes, hay uno más estimulante para el turista: en Sahagún está el origen de un románico “raro”. La provincia de Palencia está llena de iglesias románicas de piedra porque lo más común es que sean de piedra. Por eso los templos de Sahagún son diferentes: son los primeros de románico de ladrillo en España. En Sahagún nació un estilo y una forma de construir el románico, mal llamada “mudéjar” (esa especie de batiburrillo donde se mete todo lo que huela a ladrillo). Y desde Sahagún se crea un núcleo que llega a varios pueblos de alrededor (Gordaliza del Pino, Renedo de Valderaduey, San Pedro de las Dueñas, Santervás…) y luego se extiende por el Reino de León (Toro, Braganza, Alba de Tormes …) y, tangencialmente, por el de Castilla (Olmedo, Arévalo, Talamanca…). Sahagún es un importante protagonista artístico en Europa ya que en términos relativos no es mucho el románico de ladrillo que existe. Es necesario ponerlo en valor. Por ello la recuperación de los restos del monasterio, en el que nace el románico de ladrillo hispano, es un pilar central para esa estrategia. Cuando los propios comarcanos sepan explicar esto y pongan una pizca de entusiasmo en hacerlo, Sahagún tendrá muchas posibilidades de crecer. Es una población bien comunicada, un hito en el Camino de Santiago, con buen trasfondo gastronómico, cercana a varias capitales de provincia. Hace falta voluntad y un plan.