jueves, 16 de marzo de 2017

SAHAGÚN Y EL ROMÁNICO RARO

Sahagún es una población que explota insuficientemente aquellos elementos que le hacen diferente. Cabecera de una comarca tradicional que compartía el nombre con otra (el Páramo) con desventaja, se asoma a la promoción con timidez. La villa de San Facundo no tiene grandes montañas ni desfiladeros profundos, pero sí cuenta con un cambio del paisaje que solo el buen observador percibe porque nadie allí le da una explicación: en la comarca paramesa, desde los Payuelos, descienden un ramillete de riachuelos que conforman una densa red hidrográfica llena de vallejos, bosquetes, umbrías y sotos. Ahí escondidos suelen encontrarse los pueblos de la comarca. Más allá del Cea y, sobre todo, del Valderaduey se inicia una planicie cereal: la Tierra de Campos, que poco tiene que ver con el Páramo de Payuelo en paisaje, ganadería, vida concejil, tradiciones, arquitectura noble, estratificación social, comunalidad o relación con el agua. Sahagún permite la visita de ambas comarcas y todo facundino debería poder explicar estas diferencias al visitante: el monocultivo terracampino frente al minifundismo sin especialización del Páramo de Payuelo. Si los aspectos antropológico y paisajístico ya son interesantes, hay uno más estimulante para el turista: en Sahagún está el origen de un románico “raro”. La provincia de Palencia está llena de iglesias románicas de piedra porque lo más común es que sean de piedra. Por eso los templos de Sahagún son diferentes: son los primeros de románico de ladrillo en España. En Sahagún nació un estilo y una forma de construir el románico, mal llamada “mudéjar” (esa especie de batiburrillo donde se mete todo lo que huela a ladrillo). Y desde Sahagún se crea un núcleo que llega a varios pueblos de alrededor (Gordaliza del Pino, Renedo de Valderaduey, San Pedro de las Dueñas, Santervás…) y luego se extiende por el Reino de León (Toro, Braganza, Alba de Tormes …) y, tangencialmente, por el de Castilla (Olmedo, Arévalo, Talamanca…). Sahagún es un importante protagonista artístico en Europa ya que en términos relativos no es mucho el románico de ladrillo que existe. Es necesario ponerlo en valor. Por ello la recuperación de los restos del monasterio, en el que nace el románico de ladrillo hispano, es un pilar central para esa estrategia. Cuando los propios comarcanos sepan explicar esto y pongan una pizca de entusiasmo en hacerlo, Sahagún tendrá muchas posibilidades de crecer. Es una población bien comunicada, un hito en el Camino de Santiago, con buen trasfondo gastronómico, cercana a varias capitales de provincia. Hace falta voluntad y un plan.

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