jueves, 21 de junio de 2007

Cambios de Estrategia

Los acontecimientos preelectorales están provocando tempranos replanteamientos de las estrategias en algunos de los partidos políticos. Así el PP analiza los pobres resultados de la utilización mitinera de la política antiterrorista. La manifestación convocada en León, con notable despliegue de medios, apenas logró reunir a la mitad de participantes que el último acto por la autonomía leonesa. El colofón ha sido el llamativo resbalón de la protesta de Madrid, donde sólo acudieron trescientas cincuenta mil personas, pese a ser utilizados todos los recursos de convocatoria al alcance de los populares para intentar inducir una crisis del gobierno.

El paso de primer a segundo grado de prisión de un convicto es una noticia de cuarto o quinto orden, y el PP no ha conseguido que cale la sensación de alarma en la sociedad más allá de ciertos sectores radicalizados. Por ello la estrategia electoral para las elecciones municipales va a sufrir retoques que apreciaremos en las próximas jornadas. De lo contrario, el descalabro del PP en León y en otros territorios podría ser notorio, ya que, sin captar nuevos votos por el centro e incluso perdiendo una parte, sus expectativas pueden ser desalentadoras.

Mientras tanto el PP de Valladolid va a inaugurar el complejo de Villa de Prado con el edificio de las Cortes, el macroauditorio y el centro de artes escénicas, lo que supone una carga de profundidad para sus desmadejados compañeros de León. Con el Bierzo roto por los críticos y la denuncia contra el alcalde ponferradino, el alfoz capitalino fracturado por candidaturas alternativas, la zona de Cistierna sumida en el descontento, Astorga y La Bañeza sin candidatos sólidos, la capital sin equipo, y Laciana y Sahagún haciendo aguas, queda casi todo por arreglar. Las acciones tendrán que precipitarse en aras a resolver los conflictos ante unas elecciones que se antojan problemáticas.

Por su parte, la UPL sigue mostrando un perfil bajo en la provincia, que debe romperse en fechas muy próximas. Tras liquidar su estructura en el Bierzo con la operación del MAS, los dirigentes han perdido al alcalde de Sariegos, al de Toreno, puede que pierdan el más importante que tenían, en La Virgen del Camino, y el descontento y la descoordinación bullen en sus filas. Una declaración de crítica al segundo grado del etarra ha servido para desmarcar acertadamente a la UPL del PSOE, pero la peregrina propuesta para trasladar la delegación del gobierno a León deja explícita la falta de ideas y de trabajo: sólo hay ocurrencias sin continuidad en el grupo director.

La UPL, muy lenta, va a tener que apresurarse si quiere igualar el número de listas que presentó en la anterior convocatoria electoral en León. Además necesita recuperar la iniciativa, puesto que el PSOE va desgranando propuestas que ocupan su espacio cada semana, y su militancia cae presa del desconcierto. La próxima semana se intuye decisiva para fijar su destino, pues aún puede reaccionar con la confirmación de sus listas, pero el tiempo se agota.

Pacto de Regeneración

La discusión más importante que ha tenido lugar en la sociedad leonesa en los últimos años es la relativa al desacuerdo con la autonomía en que encorsetaron el Reino de León. Si se repasa las hemerotecas se concluye que este debate es el único que aparece constantemente en los espacios de opinión desde 1978. En consecuencia el documento de acuerdo firmado por la UPL y el PSOE capitalinos constituye el avance político más notable del último decenio leonés.

Las estipulaciones políticas pactadas recogen el derecho del Pueblo Leonés a decidir su estatus jurídico en la España autonómica, lo que ya se deducía de la Carta Constitucional, aunque dicha facultad haya sido hurtada a la voluntad popular. También reconoce que esta comunidad lesiona los intereses de León, cuestión de todos conocida. Además resalta la necesidad de promocionar los aspectos característicos de nuestra cultura, ahora marginados. El texto explicita que el marco autonómico puede cambiar y que, mientras se logra, el Ayuntamiento de León ha de ser depositario de tantas competencias como sea posible.

Una parte destacable es la que acota la territorialidad de la Región sumando a la Histórica, de 1833, con León, Zamora y Salamanca, el distrito de Braganza, un fragmento de Cisasturia que quedó inserto en Portugal. Eso no obsta el pragmatismo, por lo que se pretende el reconocimiento estadístico del País Leonés en Europa. Por último, las estipulaciones fijan la creación de un órgano de estudio que aconseje sobre la ruta político-administrativa para la segregación.

En definitiva, el acuerdo reconoce una región histórica con características e intereses propios, que ha visto atropellados sus derechos y que obra en consecuencia reclamando su equiparación con el resto de territorios, tal y como marcó la Norma Constitucional. Por lo tanto nos encontramos ante una apelación a la lógica, a la Constitución, a la voluntad popular, a la democracia y al sentido común que suscribirían la mayoría de los leoneses.

Hay que deducir que el texto es inteligente y acertado, porque la reacción de los vallisoletanistas ha sido furibunda. Los jefes pucelanos de los partidos nacionales han llamado a la disciplina de militantes y cargos públicos para ahogar la aspiración de los leoneses. Así se pone de manifiesto la catadura de estos cuatreros de la política, dispuestos incluso al secuestro de la voluntad popular. Por añadidura algunos mandatarios se atreven a proclamar que la reforma estatutaria, pactada sin debate público por cuatro beneficiados, “fue aprobada por las fuerzas sociales”.

En conclusión, los grandes partidos están cayendo fuera del juego democrático. Sin embargo su desconcierto ya ha tenido una consecuencia: el traslado de este debate al resto de España. Por tanto el camino escogido por el leonesismo es el correcto.

martes, 19 de junio de 2007

2007: Buenos Deseos

La llegada del nuevo año es siempre un tránsito sugerente que nos permite soñar con los mejores escenarios para nuestra tierra. El ciclo solar toma impulso y la mente fantasea sobre lo que puede ser un año de prosperidad para todos. Por un momento accedemos a un nuevo escenario imaginado, donde el futuro aparece prometedor y la alegría nos contagia.

En ese momento feliz la Junta de Castilla y León ha sido intervenida por el Gobierno de España ante la aguda crisis administrativa que León padece. El gobierno se ha hecho cargo de todas las competencias, que son entregadas al equipo provisional que rige el Consejo General del País Leonés. La gente baila en las calles entre abrazos, champán y banderas que ondean. Los jóvenes vocean el triunfo colectivo y la masa recorre las calles en una celebración como nadie recuerda.

Los leoneses se aprestan a ordenar sus servicios públicos desde los cuatro nodos urbanos del país: León, Salamanca, Zamora y Ponferrada. Comienzan a planificarse las grandes líneas de acción para crear el gran centro metropolitano del sur con la unión de las ciudades de Zamora y Salamanca por una autovía de seis carriles y un metrotren. En el norte se prepara todo para convertir la línea León-Ponferrada en el corredor imprescindible de acceso hacia y desde el noroeste. Ponferrada verá su área urbana unida al mar asturiano por autovía y, de igual manera, León alcanzará Braganza a través de La Bañeza.

Nuestros centros de poder quedarán distribuidos por el territorio. El tribunal superior de justicia en Salamanca, el poder ejecutivo en Astorga y el legislativo en Benavente. Los centros de excelencia investigadora se centrarán en Ponferrada (energías limpias), León (biotecnología y seguridad informática), Zamora (restauración y patrimonio) y Salamanca (medicina).

El Consejo General del País Leonés potenciará la red de poblaciones intermedias para prestar numerosos servicios en todo el territorio. Las cabeceras de comarca cobran sentido de nuevo, recuperando su papel original. Las juntas vecinales se preparan para recibir fondos y competencias. Se ha preparado un plan de urgencia para aquéllas que, debilitadas por la despoblación, carecen de ejecutividad real.

También se elaborará un plan de choque para poner en valor las principales poblaciones de alto valor patrimonial. Villafranca del Bierzo, Grajal de Campos, Ciudad Rodrigo o Toro ven el final del periodo de ruina y escasez para sus monumentos. Los talleres permanentes de restauración entran en funcionamiento en varios lugares.

Por fin se ve avanzar la Autovía de la Plata y se desbloquean las conexiones con Asturias a través de todos los puertos. Los corredores logísticos Gijón-León-Salamanca-Madrid y Gijón-Oporto empiezan a recibir apoyo público. León, en este sueño, ha ganado.

Construcción: ¿Crisis o Ajuste?

Los indicadores de la construcción de viviendas parecen mostrar una desaceleración. Algunos opinan que eso no augura una crisis, pero la calle desconfía de su diagnóstico porque en ocasiones las autoridades económicas sostienen el optimismo para contener una caída de la actividad. Ante esta circunstancia podemos tomar perspectiva para extraer conclusiones propias.

Los últimos años el aumento del empleo, la inmigración y la tendencia a la soledad propiciaron el crecimiento de compradores de primera vivienda. Además la estabilidad laboral permitió a muchas familias concluir el pago de su morada, lo que impulsó la compra de otra residencia como hucha, o la adquisición y el traslado a una casa mejor. Por añadidura, el irregular comportamiento de algunos valores en la bolsa y la baja remuneración de las cuentas de ahorro apoyaron el traslado de los fondos hacia la compra de pisos. A causa de todo lo expuesto el sector de la construcción ha crecido desaforadamente.

La construcción masiva de viviendas propició una acumulación de fortunas sin precedentes. Se ha alcanzado un punto en que los mayores empresarios deciden diversificar. Consecuentemente unos entraron en nuevos sectores y otros optaron por invertir en la construcción en otros países. Esto sin olvidar que la mayor parte de los pequeños y medianos continuaban con su actividad clásica normalmente.

Tal panorama se mantuvo varios años, pero las circunstancias parecen haber cambiado. Los tipos de interés de las hipotecas han subido y los medios alertan repetidamente de cada aumento del precio del dinero. Pocos se han atrevido a responder que, en realidad, cada subida registraba aumentos decimales, es decir, poco significativos. En resumen, nos encontramos aún ante tipos bajos: en torno al 5%. Esto podría explicar las dificultades para llegar a fin de mes de quienes ya tienen una hipoteca y la suscribieron al límite de sus posibilidades hace unos años, pero no esclarece por qué se compran menos pisos nuevos. ¿Dónde está entonces el problema?

El precio de las viviendas, que aumentó porcentajes de dos dígitos anualmente, resulta ya disuasorio para una cantidad creciente de consumidores en España, puesto que los salarios han crecido menos que los beneficios empresariales y el poder adquisitivo decae.

Los ayuntamientos -que subastan el suelo para financiar su derroche- y las ganancias de los constructores -que no han ponderado prudentemente sus límites- han sobreelevado el precio de los pisos, pero los ellos mismos se alarman por un movimiento que contribuyeron a crear.

Por su parte, los consumidores empiezan ahora a buscar destinos alternativos para sus ahorros. En definitiva, no hay crisis; estamos sólo ante un ajuste, puesto que el dinero terminará por recalar en otros sectores productivos beneficiándolos.

El Proyecto Prada

Alumnos de la Escuela de Empresariales de León desarrollaron recientemente una clase práctica en las instalaciones del Palacio de Canedo a iniciativa del profesor Julio Lago. El caso de José Luis Prada, creador de la marca “Prada a Tope”, es de una gran singularidad. La dedicación de Lago permitió a los estudiantes apreciar una de las iniciativas empresariales mas peculiarizada del panorama económico nacional.

En primer lugar hay que citar el intenso de trabajo que la empresa ha dedicado a la creación de una marca potente bajo el lema “Prada a Tope”, sumado a su imagen facial en negativo. El emblema es mucho más conocido que el de otras compañías más grandes, pese a que esta firma presenta una facturación deliberadamente moderada.

La causa de su alto nivel de conocimiento reside en que siempre ha intentado separarse de las grandes corrientes de consumo mediante una producción artesanal, un etiquetado infrecuente y una marca reforzada hasta el máximo en cada faceta. El camino para alcanzar tal grado de diferenciación se debe, por una parte, a la dedicación del equipo a los detalles, que quedan sujetos a la acción personal y a la creatividad.

Por la otra asoma una cuestión sorprendente: Prada se ha basado en la recuperación de lo autóctono y en su tratamiento estético para lograr la diferenciación de sus producciones. Las interpretaciones que provoca son enjundiosas: la primera se traduce en que nuestra tierra tiene características que la hacen atractiva. En segundo término podemos deducir que para alcanzar una caracterización en los negocios no hace falta ir a buscar aspectos más o menos exóticos en lugares lejanos.

Además nos muestra que tendemos a minusvalorar las manifestaciones autóctonas y pone de manifiesto que el complejo de inferioridad que aquejó y aún desalienta a nuestras gentes carece de fundamento: lo leonés puede ser bello, selecto y tentador. Las comarcas cisastures ofrecen una trama cultural que resulta novedosa y sugerente para los que nos visitan. En consecuencia la línea marcada por Prada tiene un potencial suficiente como para ser aprovechada por buen número de empresas.

Otro aspecto que Prada no ha descuidado y del que se pueden extraer productivas lecciones es el afán por innovar y mejorar los productos. Sumar la denominación de origen, la producción ecológica, la recuperación de viejas técnicas tradicionales ya perdidas, el evidente perfeccionamiento de sus productos o el tratamiento publicitario de los procesos de producción artesanal son cuestiones que Prada está gestionando desde Canedo.

En consecuencia, no es necesario ir lejos para encontrar casos en los que la estrategia empresarial aborda la excelencia y que pueden aportar ideas innovadoras al entorno económico cisastur para ganar importantes espacios del mercado.

viernes, 15 de junio de 2007

Barreras y Vacíos Urbanísticos

Con el paso de los días se van conociendo los requisitos para consagrar el pacto de gobierno en León. Entre las vertientes que se tratan para hacer “una ciudad de primera división” existe un vacío en los aspectos de urbanismo. Sin embargo la ciudad adolece de limitaciones que impiden un mejor desarrollo comercial, desequilibran los barrios y devalúan las zonas centrales.

Se insiste en la necesidad de recuperar las murallas, haciendo hincapié en su valor patrimonial. Sin restar importancia a dicha faceta, éstas delimitan un espacio representativo: el casco antiguo. Se trata de uno de los más importantes de la España medieval. Por ello las murallas, que tienen valor intrínseco, deben ser reparadas para configurar un contenedor de algo valioso.

De lo contrario el lienzo del recorrido murado continuará siendo un mero obstáculo para la intercomunicación, barrera que bloquea la integración y que convierte su interior en un conjunto de zonas marginales, sin valor comercial, aisladas, escasamente pobladas y poco agraciadas. Las murallas han de poseer atractivo por sí mismas y los espacios intramuros necesitan acompasar su transformación ennobleciendo fachadas, recuperando paveses y peatonalizando calles que canalizan un tránsito casi inexistente.

Hay que transformar el recinto amurallado de León en una estructura de obligada visita para el viajero; en un modelo de recuperación que otras ciudades copien. Es posible que para eso haya que abrir nuevos accesos a través o por encima de sus lienzos. Quizás el uso de ascensores integrados o de pasos superiores no resultaría descabalado.

Otros problemas evidentes son las discontinuidades que originan el tren de FEVE, el de RENFE y el río Bernesga. En el caso de los dos ferrocarriles no basta escudarse en el soterramiento porque los viales que vuelen sobre ellos han de estar meditados y decididos ya, si se quiere actuar para abrirlos. No es de recibo que en pleno centro no se pueda transitar en un vacío entre Padre Isla y Álvaro López Núñez. Un puente monumental podría acabar con ese bastión. Lo mismo puede decirse del espacio entre los Maristas y la iglesia de Las Ventas. La marginalización de los barrios de esa zona deriva del confinamiento que supone el ferrocarril. Abrir un paso intermedio a los automóviles aliviaría tal situación.

Por último está el paso del río Bernesga, que no se ha resuelto con los puentes tendidos hasta la actualidad, como demuestran los atascos en sus alrededores. La oportunidad que supone un paso hasta el sector “Azucarera”, aún sin edificar, debería ser aprovechado. Los cincuenta mil habitantes del área metropolitana que viven al otro lado del río podrían acceder al centro de una manera más racional mediante un nuevo puente. Una estructura con valor representativo, más propia de esta ciudad.

León y las Autonómicas

Las elecciones al parlamento autonómico se presentan definidas por tres fuerzas que tendrán representación en las cortes de Valladolid: el PP, el PSOE y la UPL. Nada parece indicar que los leoneses den entrada a otra formación en el legislativo autonómico.

En consecuencia la evaluación de lo que defiende cada partido respecto a León resulta sencilla, puesto que son grupos conocidos; pero aún facilita más este examen la observación de su actitud en la reforma estatutaria, donde se muestran las pretensiones que para León tiene cada uno.

Las elecciones autonómicas, a diferencia de hace veinte años, revisten mucha importancia, ya que estos ejecutivos gestionan más presupuesto que el gobierno central. Asimismo cuentan con más recursos humanos, y los principales servicios al ciudadano (educación, sanidad, etc) así como las políticas de desarrollo reposan mayoritariamente en su campo de decisión. Por esta razón la política autonómica es hoy mucho más relevante que la nacional en lo que a calidad de vida del ciudadano toca.

En primer lugar el PP mantiene la tesis de que nada debe cambiar. Según los populares León está bien como está y su visión del futuro es que esta tierra continúe en la senda actual, marcada en los últimos veinticinco años por un declive.

Si se tiene en cuenta que se trata de una de las etapas más negras de León, causa perplejidad tanta complacencia. Por ello son corresponsables de la falta de inversiones en sanidad, en patrimonio, del boicot al desarrollo industrial, de frenos al despliegue del aeropuerto, del desvío de fondos autonómicos de las zonas mineras, del bloqueo de transferencias al Consejo Comarcal o del borrado de referencias a León en la documentación educativa, económica, industrial, etc.

Los socialistas, desde la oposición, se han atrevido a dar tímidos pasos en defensa de la diferencia de León y de la necesidad de políticas específicas. Sin embargo no existe unanimidad interna en estas actuaciones y se desconoce el apoyo real a dichas iniciativas. Con todo es alentador que se hayan retirado algunos elementos retardatarios de los puestos decisorios.

Por último, los leonesistas defienden con claridad la necesidad de recuperar el poder de decisión de los leoneses sobre sus asuntos. Un proceso de transición interna inacabado aún transmite al elector cierta confusión por la ambigüedad de algunos miembros, pero a priori las intenciones son positivas y sin interferencias de Valladolid. Sin embargo suscita dudas el nivel de madurez de la formación, que parece caminar al rebufo de los acontecimientos en demasiadas ocasiones.

De todo ello se concluye que los leoneses no tienen una alternativa claramente ventajosa para el voto. Sólo el día a día en la pugna electoral va a mostrar los rasgos decisivos de cada partido.

martes, 12 de junio de 2007

El Síndrome de Grajal

Durante los últimos días se suceden las noticias en torno a la mudanza de unas monjas desde Grajal de Campos a Toledo. Se trata de una agrupación conventual que decidió trasladar su residencia al experimentar el antiguo edificio que ocupaban una plaga de termitas, según sus explicaciones.

Con el equipaje las monjas se han llevado varias tallas que reposaban en la iglesia aneja a sus dependencias, templo éste propiedad del pueblo. La imágenes presuntamente hurtadas y ahora reclamadas se encontraban en dicha iglesia, y pertenecían, según se argumenta, a una cofradía muy antigua conformada por vecinos. El pueblo ha respondido al polémico traslado con la reclamación de las esculturas y, ante la falta de respuesta del grupo religioso, con una demanda por lo que consideran un robo.

Para entender este proceso hay que estimar que la orden religiosa fue creada durante el Siglo XIX. Al hilo de su fundación se fijó una comunidad en Grajal de Campos. En otros casos, a falta de saber cómo fue en éste, solía ser común la cesión de edificios por parte del pueblo a la comunidad religiosa que pretendiese asentarse en él. Por añadidura, aparte de la existencia o no de termitas, se comenta que las monjas podrían haber vendido el edificio, lo que indicaría que no estaba en tan mal estado como se pretendía difundir.

Con independencia de lo que cada uno pueda opinar sobre cómo debería actuar cada una de las partes hay algunas cuestiones menos discutibles. En cuanto a los iconos desaparecidos, se encontraban fuera del espacio conventual. Además se trata de tallas anteriores a la existencia de la orden religiosa y consta su permanencia en Grajal de Campos previa a la llegada de las monjas.

Comentaba el Obispo de León hace unos días en las páginas de este periódico que ha faltado diálogo por parte de los vecinos. Por el contrario parece más bien que son las monjas las que deberían responder, evitando personas interpuestas. No es una cuestión baladí que esté calando en la sociedad la impresión de que un grupo de monjas pueda haber robado bienes a un pueblo.

Y es por tal deterioro del buen nombre por el que el papel desempeñado por el Obispo debiera ser más activo, ya que con este asunto la Iglesia está sufriendo un grave daño en su imagen. Cabría esperar que se exigiese a la comunidad religiosa argumentos y documentación fehaciente para justificar este acto. Sin embargo da la impresión de que se pretende dejar las cosas como están, lo que podría concluir con una sentencia de los juzgados.

Si el dictamen del juez acusa a las monjas, el perjuicio a la imagen de la institución eclesial será aún mayor. ¿No merece la pena explicarse con claridad? ¿No es mejor abandonar los silencios y las dilaciones cuando lo que se ventila es el buen nombre de la institución?

domingo, 10 de junio de 2007

León: Pacto y Estrategia

Según parece, la alcaldía de la ciudad de León recaerá en el PSOE. Lo que se dilucida en estos momentos es si la UPL, cuyo apoyo es imprescindible, se incorporará o no al equipo de gobierno. La cuestión no deja de causar asombro porque ninguna previsión hacía pensar que la UPL pudiera ganar. Además parecía improbable que hubiese mayorías absolutas. En consecuencia esta posición debería haber sido meditada antes de las elecciones, más en una plaza que es clave para los leonesistas. Por otra parte, si ahora que pueden no gobiernan ¿para qué se presentan a las elecciones?

Las dudas de Chamorro para participar en el equipo de gobierno nacen del temor a que los socialistas canibalicen sus votos hasta llevarles en las próximas elecciones a la desaparición. Esta cautela tiene su fundamento, puesto que en las elecciones generales de 2004 sólo reunieron 14.160 votos en la provincia, frente a los 45.791 que habían recibido en las municipales de 2003 y los 60.057 de las autonómicas. El trasvase de apoyos fue a parar al PSOE, lo que define la tendencia ideológica de la mayoría de los votantes leonesistas que, salvo los incondicionales, podrían trasladar su voto en ciertas circunstancias. Por consiguiente la diferenciación del mensaje de UPL frente al del PSOE se ha vuelto un factor decisivo para la supervivencia de esa formación.

Si analizamos las dos posibles posturas de UPL tendremos que concluir que su relevancia pública es radicalmente diferente. Si UPL permanece en la oposición sus oportunidades de convocar ruedas de prensa serán menos que si asumen concejalías, ya que cada una de ellas ofrece un flujo continuo de noticias a los medios que, orientadas adecuadamente, transmiten posicionamientos bien definidos. Esa presencia continua consigue incluso corregir la percepción de los ciudadanos en pocas semanas en caso de necesidad. En resumen, las concejalías dan muchas posibilidades.

La permanencia en la oposición permite criticar, pero no realizar acciones propias. El resultado de esta estrategia se ha apreció en San Andrés del Rabanedo donde la UPL, que ha ejercido un ataque acerado a Miguel Martínez, vio frustradas sus expectativas. Sin propuestas y sin programa no hay posibilidad de transmitir un mensaje positivo o de ser alternativa, por lo que el votante asiente, pero no apoya.

El PSOE, por su parte, desea la entrada de los leonesistas en el gobierno municipal para ganar en estabilidad durante todo el mandato. Conocido el proautonomismo de Fernández y su equipo, en cualquier caso van a intentar ocupar el espacio de UPL. Sólo una acción diferenciada de ésta, desde concejalías propias, maximizando el leonesismo, frenaría las pretensiones socialistas de ganar en 2011 por mayoría absoluta... con los votos que ahora reúne el partido leonesista.

Una Oferta Distinta

La Semana Santa que conocemos tiene su origen en las convulsiones religiosas que vivió el cristianismo durante el Siglo XVI. Fue entonces cuando nació el protestantismo, que privaba de valor religioso a las estatuas e interiorizaba el sentimiento religioso convirtiendo a cada individuo en un templo de Dios.

La reacción de Roma y de sus partidarios fue llamada “Contrarreforma”. Entre los aliados papales se encontraba el gobernante de la primera potencia del momento: el Rey de las Españas. Fue en sus territorios donde se desató la respuesta más furibunda a las tesis de Lutero.

Con ella llegó el enaltecimiento de los iconos creando una de las mayores escuelas de imaginería de la Historia en la Corona de Castilla. Frente a la interiorización evangelista se desarrolló la representación esculpida de los pasajes bíblicos, que llenó las iglesias de retablos y recargadas decoraciones alusivas. Las calles se llenaron de procesiones que mostraban el realismo brutal de las tortura crística a la luz de las velas. El populacho pudo entonces compartir aquel éxtasis colectivo con la autoridad establecida.

La dramatización del dogma religioso, indisolublemente unido a las representaciones de autoridad, tomó las calles de las principales poblaciones del reino. Sin embargo, donde más fulgor alcanzó esta manifestación fue en los principales centros del momento: Sevilla, capital económica del Imperio, y Valladolid, centro político donde la nobleza se acercaba al Rey.

Este preámbulo nos indica que cuatro siglos y pico más tarde León, que entonces era una ciudad pequeña y decadente, no puede aún hoy pretender rivalizar con otras semanas santas como las citadas utilizando los mismos recursos. La calidad de la estatuaria, la suntuosidad, la poderosa tradición y la economía superan lo que las cofradías leonesas pueden ofrecer.

La Semana Santa fue un fenómeno religioso en su origen, pero en la actualidad se vuelve crecientemente festivo, asociativo y turístico. No hay contradicción en ello. El reconocimiento de esta realidad debería ser el primer paso para reelaborar la Semana Santa leonesa y hacerla más nuestra, más diversa, más heterodoxa.

En estas fechas la ciudad despliega la mayor movilización colectiva de sus ciudadanos. Por eso es importante que ese caudal humano que reúne los silencios con el bullicio de la sangría, que mezcla la solemnidad con el golferío, que reúne, en fin, todo lo que la personalidad de esta ciudad ha sido y es, se transmita al exterior con buena dosis de creatividad autóctona. Sólo así lograremos que nuestra Semana Santa procesione con un ritmo propio

viernes, 8 de junio de 2007

En pos del nuevo León

El resultado electoral en la ciudad de León va a suponer un cambio en cualquier caso. El aprovechamiento de esa nueva etapa podría dar un impulso a la ciudad, que en los últimos años ha perdido importancia y actividad relativas, en comparación con nuestro entorno y con el conjunto del país. Por esta causa los pasos que se tengan que dar deberían ser premeditados, firmes, rápidos y concatenados. Gracias a una actuación resolutiva León podría recobrar parte del aliento perdido.

Un primer paso podría ser el encargo de redacción de un plan estratégico para la ciudad a una empresa externa. Si examinamos los efectos que esta medida ha tenido en muchas otras ciudades (Valladolid, Córdoba, Sevilla, Barcelona, etc) concluiremos que siempre ha supuesto un impulso y que ha permitido a las fuerzas vivas conocer las posibilidades del núcleo urbano y las herramientas para convertirlo en un lugar próspero. Además un plan estratégico permite alinear la acción de las instituciones y grupos sociales para lograr más y mejores avances.

Otra cuestión central es recuperar la capacidad de inversión del Ayuntamiento, ahogada ahora por el gasto corriente, y hacer la institución más ligera, eficaz y productiva restaurando su papel central como distribuidor de actividades en la urbe. Este aspecto estaría plenamente apoyado por el Plan Estratégico, que comienza por realizar una labor de diagnóstico y propone medidas correctoras inmediatas para los principales problemas.

Un reto destacado del nuevo ciclo que se abre en la ciudad es la reocupación del casco antiguo y de las zonas más vacías del Ensanche. Que se empiecen a tomar pedidas para recuperar el núcleo de la ciudad para el ciudadano, en compatibilidad con los nuevos centros periféricos (Chantría, Eras de Renueva, Palomera, etc), es apremiante para conseguir un casco urbano más consistente, estructurado y atractivo.

Los hitos fundamentales del patrimonio monumental de León deben mostrarse, ya recuperados, como un todo integrado, con un relato atrayente que el visitante pueda recordar. La creación de rutas respaldadas por transportes públicos y guías puede cambiar la apocada imagen de la ciudad.

Otro de los aspectos que constituye una oportunidad es la integración de León y su área metropolitana, especialmente con el tercer y el cuarto municipios de la provincia, que son partes de la misma unidad. Sobre este particular, la elección de áreas de especialización industrial y el diseño concertado de una nueva red de accesos a la malla urbana serán cuestiones decisivas para el futuro de León.

Por último, una de las vertientes que no debe quedar en el olvido es la forja de la marca “León”, en torno a la que se pueda cohesionar el magma social y que proyecte al exterior un concepto prestigiado y reconocible.

Política y leonología

Una de las vertientes en las que el perfil de los políticos se ha ido transformando más notablemente es la del conocimiento de su circunscripción electoral. Cuando digo “conocimiento” no me refiero tanto a un perfil sociológico de la zona por la que cada candidato será elegido como a la comprensión de cuál es su estructura económica, poblacional o geográfica.

La preferencia de los políticos en cuanto a la indagación en sus zonas gira en torno a la pretensión de voto de los electores. Además se centran en los periodos preelectorales, dejando el resto del mandato para sondeos que dejan entrever cómo evoluciona ese parámetro.

El progresivo acentuamiento de esta conducta ha derivado en una curiosa actitud que se observa en la actualidad: los políticos inquieren ya a los ciudadanos para redactar el programa electoral. Esta maniobra, que comenzó en las filas socialistas, se ha extendido a los populares y a los leonesistas. Todos ellos se reúnen con colectivos diversos para pulsar sus opiniones y preferencias, y ponen a disposición del público una especie de “buzón de sugerencias” con el que arman sus programas.

Si la medida fuese un elemento complementario a la redacción fundamentada sobre ideas propias del programa, la cuestión no pasaría de ser una anécdota. Lo preocupante es que estas encuestas se han convertido en la base principal para el enunciado de los programas, lo que denota un desconocimiento profundo del territorio, de sus posibilidades y de sus necesidades; una falta preocupante de criterio.

Por añadidura, si los candidatos carecen de una visión elaborada de su circunscripción, nos encontraremos con acciones políticas desarrolladas por impulsos, inconexas. El gobierno se desenvuelve entonces entre tópicos y prejuicios falsos; las decisiones se basan en vaguedades e impresiones, y las consecuencias son la ineficiencia y, en el extremo, el declive.

Además, esa ignorancia de las autoridades conduce a una pose de seguidismo, por lo que se arriman a cualquier idea que se vislumbre, con la subsiguiente pérdida de liderazgo. Este pensamiento blando bloquea la posibilidad de adoptar proyectos innovadores, capaces de actuar como movilizadores de los ciudadanos, con independencia de su popularidad.

En resumen se ha pasado de una situación en la que los políticos constituían un colectivo con un alto nivel formativo, desde el cual se pilotaba el progreso social, a formar, con excepciones, un conglomerado variopinto de perfil intelectual bajo, sin visión propia y cuyo argumento es la ocurrencia. Si los leoneses aspiramos a mejorar, sería conveniente elevar el nivel formativo de los políticos y exigir que sean, además de gestores, auténticos leonólogos; gente capaz de aprovechar nuestras ventajas con un proyecto innovador para esta tierra.

domingo, 3 de junio de 2007

León necesita un plan

Una vez se va apagando el debate sobre los integrantes de las listas electorales con la difusión de las selecciones definitivas es tiempo de empezar a pensar en cuestiones como los contenidos de los programas electorales.

Podemos distinguir las propuestas según su finalidad. Por un lado están las que se incluyen con la pretensión de ser cumplidas, que suelen ser producto de la elaboración de los líderes de cada grupo. Éstas son las que van a diferenciar unos programas de otros. Un ejemplo sería el proyecto del tranvía leonés realizado por los socialistas.

Otro grupo reuniría aquellos enunciados que han sido recogidos entre colectivos y ciudadanos ajenos a los partidos. Ello hace pensar que se adoptan para atraer votos y dar cuerpo a la redacción programática, pero también que tienen pocas probabilidades de verse cumplidos. Determinados parques, ciertas dotaciones zonales o medidas de apoyo al asociacionismo se encuadran en esta calificación.

Una última categoría vendría caracterizada por cuestiones que son necesarias desde el punto de vista de una mayoría social y que, en consecuencia, todas o casi todas las formaciones podrían incluir. Se trataría de propuestas en las que debiera haber acuerdo entre todas las fuerzas, sea cual sea el resultado electoral, aunque, paradójicamente, corran el peligro de caer en el olvido al suscitar poco debate.

En este apartado se integrarían las vertidas por los ciudadanos haciendo un alarde de razones y argumentos. Es el caso, por ejemplo, de la liberación del espacio que ocupa el Instituto Juan del Encina como zona verde, expuesta por Cecilio Vallejo, que vendría a paliar el agudo déficit de áreas de esparcimiento abiertas de que adolece el casco antiguo y sus aledaños.

Otra propuesta que entraría dentro de la categoría de las imprescindibles es el encargo y formulación de un Plan Estratégico para la ciudad de León. La capital de esta provincia ha perdido categoría en los últimos años en el marco de la red española de ciudades. Una de las causas reside en la falta de objetivos comunes de sus fuerzas vivas, producto de un análisis técnico y sosegado sobre lo que es posible y, además, aconsejable para esta ciudad. León debería definir su vocación y sus ambiciones futuras de la mano de exégetas ajenos a la pugna política diaria.

Si León fuese capaz de tomar un camino con criterios propios podría recuperar parte de la relevancia perdida. Dado que nuestra clase política ha defraudado las expectativas sobre su capacidad de visión global es conveniente subsanar esta carencia cuanto antes. En consecuencia ésta puede ser una propuesta asumible por todos: León requiere un plan para acometer un futuro de liderazgo regional. La formulación de un Plan Estratégico puede ser la solución para salir del estancamiento.

Elecciones: todos pierden

No hay duda de que hemos vivido unas elecciones en las que ningún partido ganó claramente. Por esta razón choca escuchar una vez más cómo se arrogan la victoria ante los medios de comunicación.

Se ha insistido en que el PP ha vencido en el conjunto de España porque reunió más votos que el PSOE. Dicha afirmación es absurda porque en tanto el voto no se traduzca en más poder político resulta inútil, y éste es el caso. Tampoco el PSOE ha ganado por tener más concejales, puesto que, al tener menos votos, ha debido vencer en poblaciones de menor entidad.

A más abundamiento, en ningún caso estos resultados pueden resultar un indicador, ya que los partidos mayoritarios han recibido entre 7 y 8 millones de votos cada uno, mientras que en las elecciones generales rebasan los 10 millones. Es decir, existe una bolsa de más de cinco millones de votos cuya distribución resulta desconocida y que podría modificar totalmente los resultados en unas elecciones generales.

En todo caso la participación ha descendido. Ello viene a poner de manifiesto que la gente se encuentra hastiada de las discusiones que dominan entre los políticos, que provocan cada vez más indiferencia. Este aspecto es grave y debería ser combatido, mucho más cuando los partidos mayoritarios habían puesto todo para movilizar a los votantes.

En cuanto a los resultados locales, el PP ha caído derrotado, ya que ni siquiera Silván ha conseguido igualar los votos de las elecciones anteriores. Ponferrada y Valencia de Don Juan son las excepciones a un panorama de resultados populares decrecientes. A partir de ahora las fracturas del grupo, ocultas durante unos días, aflorarán ante la búsqueda de culpables.

En el PSOE se manifiesta alegría por el triunfo en León ciudad, pero no es una victoria total porque ni con todos los recursos posibles -incluido el presidente del gobierno- se ha logrado la mayoría absoluta. Tampoco se ha vencido en la Diputación, pese al derroche de medios en la Provincia. Además la derrota de Villalba resultó abultada, por lo que dará paso a un nuevo candidato socialista que podría no ser leonés, lo que supondría una pérdida de influencia del PSL.

También la UPL maquilla como victoria una coyuntura que ha sido producto de la casualidad, no del trabajo propio. La aguda pérdida de votos salta a la vista, pero si se descuenta la contribución del MAS, que ya ha manifestado que va por libre, es aún mayor.

La irrelevancia electoral del tránsfuga confirma que el descenso leonesista obedece a errores propios y no a una división. La caída del 27% en las elecciones autonómicas merecerá un análisis profundo. El derrumbe en León y su alfoz es otro aspecto digno de examen.

Por último, la práctica desaparición del bercianismo remata una campaña que, en realidad, no ha dejado títere con cabeza.