jueves, 26 de diciembre de 2013

BUENOS DESEOS E INTEGRISMO

Es curioso cómo la idea de la Navidad, que es la celebración del advenimiento de la luz, puede dar soporte a teorías religiosas o morales positivas o negativas para el espíritu humano. La ceremonia pagana que celebraba el cambio en el ciclo solar, en las fechas en las que el día va avanzando sobre la noche, fue absorbida por teorías morales sobrevenidas. Las ceremonias del ramo en las que se hacía una ofrenda al dios sol fueron solapadas por otras en las que advenía Jesús de Nazareth, el símbolo cristiano de la luz. Los ramos debieron pasar entonces a llevarse hasta los altares eclesiales, con sus cirios encendidos, por mujeres vestidas de negra noche. Pero en la misma ceremonia cabían significados paganos y cristianos. Por eso es la pérdida de perspectiva la que daña ideas como la cristiana; es la elevación a la categoría de mandatos legales de sus preceptos religiosos o de las interpretaciones de sus exégetas. La ley del aborto de Gallardón, más allá del debate sobre el valor del embrión y el feto, que daría para hablar mucho, es la erección a norma legal de las creencias de una minoría ultracatólica. En otras palabras, se pretende que la creencia de unos pocos se imponga a todos los ciudadanos sin que entiendan que están en minoría, que sus ideas son discutibles, que están en la libertad de cumplir con lo que ellos crean, pero que en ningún caso tienen la legitimidad de imponernos a los demás sus creencias. De proseguir en este camino los ultracatólicos no se diferenciarán de los defensores de la ley islámica, de los que también hay sectores moderados e integristas, como los cristianos de aquí. No nos engañemos, los que compran en Serrano, van a misa diaria y salen en las manifestaciones provida, que quieren imponernos a los demás sus comportamientos por ley, no difieren de los alumnos de cualquier escuela coránica integrista. Empiezan con el aborto y seguirán … quién sabe con qué. Por eso estos colectivos son un grupúsculo a reeducar en valores ciudadanos universales. En definitiva, nadie quiere imponerles nada, nadie quiere impedirles que hagan nada, pero hay que evitar que tomen el estado de derecho como quien conquista una nueva Jerusalén. Si actúan así son dañinos para la convivencia y sería bueno que alguien se lo dijese desde las más altas instancias de la sociedad democrática que nos hemos querido dar. Si los integristas cristianos quieren tomar el aparato del estado por la vía de trocar las leyes a su gusto serán considerados un peligro para la convivencia.

jueves, 19 de diciembre de 2013

LA UNIVERSIDAD Y LA REFORMA PENDIENTE

La Universidad de León es una entidad afectada por la crisis económica. Sin embargo no es ésta la única crisis que sufre. Tras el ruido de los ajustes presupuestarios se esconde una aguda desorientación en cuanto a planteamientos. La falta de dirección efectiva de que adolece, como una parte amplia del aparato público, hace que los cambios que se acomenten vayan más en la línea de mantener las cosas como están en la medida en que se pueda, que en aprovechar la ocasión para que, tras este episodio febril, surja una institución de referencia en el mundo académico, social, empresarial e institucional. Es indudable que se están produciendo unos recortes presupuestarios que provocan por sí mismos cambios. No es menos cierto que la Universidad de León es una entre un millón y no se ha constituido en referente ineludible de nada. Ni siquiera de aquellos temas en los que su entorno territorial y social, León, le facilita campos de estudio inmediatos y con menos costes. Incluso alguna de sus facultades más famosas, como Veterinaria, ha caído en cierto grado de descrédito por la pasividad ante el lamentable episodio del cierre del Hospital Veterinario, medio imprescindible para dotar de validez europea a los titulados. Este y otros sucesos no más edificantes discurren en medio de una modorra que preocupa. El título universitario en el mundo desarrollado ha pasado de ser un elemento diferencial del currículo a una base que muchos tienen sobre la que adicionar otras cosas para acceder al mercado laboral. Hay millones de ingenieros, de médicos, de abogados en el mercado global y en España, proporcionalmente muchos más. Las universidades han de aspirar a una diferenciación a la que se llega a través de criterios de dirección claros, pero el campus sigue pareciendo una reunión de bandas de ilustrados donde cada uno defiende sus intereses sin que nada le pueda pasar. No es lo que podríamos llamar una situación ejemplar. Los leoneses aspiramos a una universidad que opine, a una universidad que marque la diferencia en dos o tres temas, que trabaje con ritmos de esfuerzo de la economía privada, que tenga objetivos claros, ambiciosos y medibles, y que los alcance en términos generales. Los ciudadanos no aspiramos a proletarizar a los docentes, pero a cambio queremos el nivel de excelencia exigible –no sujeto sólo a la voluntad individual- para unas condiciones de privilegio. Y si esto no se logra es que alguien está mintiendo a los alumnos, a los ciudadanos y, lo que es más triste, a sí mismo.

viernes, 13 de diciembre de 2013

LEÓN Y EL PALACIO DE CONGRESOS

El futuro Palacio de Congresos de León constituye la mayor obra de construcción que se desarrolla en la ciudad en este momento. Situado sobre los restos de la antigua Fábrica Azucarera Santa Elvira, despliega su costillar de hierro y ladrillo más allá de las vías de la RENFE. Se trata de un proyecto arquitectónico de autor, una estructura que evoca singularidad y magnificiencia. Con él la ciudad completará un ramillete de edificaciones modernas de primer nivel en el que se encuadran el auditorio, el MUSAC, el EREN, el tanatorio de SERFUNLE, la cúpula del edificio de la Junta y el Centro del Fuego, un conjunto con el que muy pocas ciudades españolas podrían competir. Sin embargo no es el avance de las obras del Palacio lo que más puede preocupar en este momento, ya que parecen haber recibido un impulso decisivo en estas últimas semanas. Lo que más incertidumbre genera es la gestión futura del complejo, de la que nadie parece preocuparse aún. La explotación del llamado “palacín”, anejo a las obras, no invita al optimismo, puesto que parece desocupado e inhábil la mayor parte del año. Del Palacio de Congresos depende la sutura de los barrios de la ciudad en esa zona creando un nuevo centro de actividad. Sin embargo si ese recinto se convierte en un enorme cascarón vacío el efecto es justo el contrario. Por esta razón, si se quiere dar actividad a un equipamiento tan grande, que debería estar terminado dentro de dos años, el ayuntamiento debe empezar a pensar en cómo dotarlo de una programación de actividades adecuado a su rango. Y se ha de tener tanta previsión porque para llenar un espacio así se requiere unos niveles de organización de cierta complejidad, sin precedentes en nuestra ciudad. Item más, la institución municipal debería ir formando el equipo que se responsabilizará de la puesta en marcha y el funcionamiento del Palacio de Congresos, tanto si se realiza una gestión directa como si se subcontrata a un tercero. No se puede esperar a que la obra esté terminada para decidir lo que se va a hacer con ella tras la enorme inversión que supone. Es previsible además que quienes rijan los destinos del Palacio requieran una primera fase de formación y posteriormente un periodo de inmersión en el campo de la organización de congresos que requieren tiempo. De esta manera se llegaría a la inauguración con un cronograma de partida con el que el Palacio no pasaría a engrosar la lista de infraestructuras de propósito fallido que salpican el mapa de este país.

viernes, 6 de diciembre de 2013

PONFERRADA Y EL PLAN ESTRATÉGICO

España se ha modificado en los últimos años por sus habitantes. La población ha abandonado amplias zonas del campo, que han devenido semidesérticas, para concentrarse en torno a centros urbanos de cierta dimensión. Esas concentraciones humanas son capaces de ofrecer servicios a los ciudadanos de sus áreas de influencia. A veces existen agrupaciones de núcleos de este tipo con ciertas relaciones de jerarquía (León, Astorga, La Bañeza, Benavente), pero entre un área poblada y otra quedan grandes vacíos. Esto permite considerar las aglomeraciones urbanas como unidades independientes, más allá de divisiones que tuvieron sentido en otros momentos como el partido judicial o incluso la provincia. En el caso de la provincia leonesa existen dos aglomeraciones urbanas con un evidente vacío en el medio, que ocupa desde Astorga hasta Bembibre. Por esa razón es conveniente empezar a pensar estrategias urbanas para Ponferrada y para León -coordinadas, pero separadas-, que permitan garantizar la población de ambas aglomeraciones, que ahora se halla en franca regresión. Y es que si León sigue perdiendo población globalmente corremos el peligro de convertirnos en definitivamente irrelevantes. Ponferrada tiene una serie de intereses que debieran reflejarse de una manera ordenada y priorizada en un plan. Ese plan tendría unos objetivos concretos en un marco temporal de unos 10 años. Hay que encajar la colmatación de su casco urbano, la puesta en valor de la puebla vieja, la ronda sur, la consolidación hacia Cacabelos, la valorización de sus entornos culturales (ENE museo, las Médulas, Villafranca, Peñalba …), la atracción sobre Valdeorras y Becerreá, el impulso a sectores emergentes, la consolidación y especialización del campus, las vías a Sanabria y Asturias … En resumen, habría que concretar en un documento de compromiso de todas las fuerzas políticas y sociales, unas líneas de trabajo para los próximos años con el fin de avanzar juntos hacia una ciudad soñada, pero posible. Todo eso cabe en un plan estratégico, que tendría que ser redactado por personal ajeno a la Autonomía, desprejuiciado, con experiencia en estas lides y abierto a todo tipo de planteamientos. Eso podría dar a Ponferrada un horizonte necesario ahora que ha llegado el temido final del carbón tal y como siempre lo concebimos. Ponferrada ya configuró un espacio urbano amable en los últimos años. Hay que ir un paso más allá y desarrollar un concepto metropolitano ambicioso y realista.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Ponferrada y el aeropuerto

Los leoneses hemos conseguido lo más difícil de lograr en temas aeroportuarios: tenemos un aeropuerto civil con una pista de tres mil metros de longitud, una terminal moderna con capacidad para acoger el tráfico de medio millón de pasajeros y los sistemas de aproximación y asistencia para aeronaves más proporcinados y recomendables para estas dimensiones. En consecuencia de lo que se trata ahora es de dar utilidad a esa inversión más allá de discusiones fuera de lugar sobre lo adecuado de la obra, que ya está hecha. Además, hay una cifra incontestable: en este aeropuerto ya se registró un tráfico de más de 160.000 pasajeros al año y oportunidades claras de crecimiento en aquel momento. Entonces hay que preguntarse por qué no se hace lo necesario para que el servicio aeroportuario leonés mantenga aquella tendencia. En primer lugar está AENA, compañía que vende servicios aeroportuarios y que tiene casi 50 tiendas, a las que se llama “aeropuertos”. Me pregunto en qué estará pensando su director comercial para admitir que un aeropuerto como éste, con ese historial, vaya a quedar este año con poco más que treinta mil pasajeros. Si yo fuese empleado de AENA, con una gerencia así estaría muy preocupado por mi puesto de trabajo. León, Logroño, Badajoz … tienen tráfico aéreo potencial, pero no hay aviones. Hay personas en AENA que tienen problemas o de capacitación o de integridad moral o, simplemente, de rendimiento. Alguien tendría que resolverlo. Por otra parte está el Consorcio de Promoción del Aeropuerto, cuyas gestiones no parecen muy atinadas, ya que el soporte principal, que es el vuelo León-Barcelona, ha caído en el descuido, dejado de la mano de Dios y de la Junta, que para este aeropuerto es como Lucifer. Ahí tenemos cuarenta o sesenta mil pasajeros anuales si el horario es adecuado y el precio también. Los chárter también son necesarios, pero representan migajas. En este sentido cabe pensar qué se ha hecho para que todo el tráfico aéreo del mundial de ciclismo pase por la Virgen del Camino. Éste es el aeropuerto de Ponferrada, que está a una hora (igual que Barajas de Getafe o que Stansted de Londres), y pocas ciudades de ese tamaño pueden ofrecer algo así. ¿Están trabajando AENA, el Consorcio, el Ayuntamiento de Ponferrada y la Junta en esa línea? Para mejorar el acceso habría que ejecutar un vial directo desde la malla de autovías que lo circundan. Bueno, yo, por si acaso, dejo caer todo esto, aunque puede que lo tengan ya preparado ¿o no?

martes, 26 de noviembre de 2013

El aeropuerto y sus defensores

El último ataque al Aeropuerto de León desde el Ayuntamiento de Valladolid ha dejado claro la tenue capacidad de las fuerzas vivas de León para defender los intereses de la sociedad. Sin entrar al detalle de lo que significa la instalación de la Virgen del Camino para los leoneses, una hostilización tan directa como la que opera el alcalde de Valladolid requiere una respuesta proporcionada. El refugio en el “no vamos a entrar en esa discusión” no sirve cuando se facilita una oportunidad de tal calibre para resaltar esta infraestructura. La lánguida respuesta de la Diputación, el Ayuntamiento, las asociaciones empresariales o los sindicatos son una buena muestra de que quienes las dirigen frecuentemente no están a la altura de sus puestos de representación. Si, por el contrario, consideramos los datos del aeropuerto leonés y la falta de argumentación de éstos entre nuestros representantes, sólo se puede concluir que no conocen las cifras. Nuestros representantes no manejan los guarismos más significativos del aeropuerto, opinan sobre impresiones peor o mejor fundadas y demuestran una falta de profesionalidad que ofende. No conocer que nuestro aeropuerto alcanzó los 160.000 pasajeros anuales y que eso es más de lo que trasladan los Alvias de RENFE es lamentable. No conocer que durante 2 años los vuelos a Barcelona trasladaron más pasajeros desde León que desde Valladolid es imperdonable. No saber que los horarios y los precios son decisivos para el éxito de un vuelo y, por ende, del aeropuerto en que se oferta es inexplicable. No saber que el aeropuerto de León tiene una oferta de horarios y precios en vuelos regulares que parece hecha por su peor enemigo, con la Junta como responsable de fondo, es reprobable. Por último, no saber que los vuelos desde Villanubla llevan subvencionados hasta en un 90% de su coste (Valladolid-París en los años noventa) desde sus inicios clama al cielo. Y lo más triste es que en estas ocasiones se pierde la oportunidad de explicar la realidad negro sobre blanco por incompetencia. Por eso es necesario que alguien les explique a estos próceres que el Aeropuerto de León no es una quimera, sino una infraestructura que, si se hubiese gestionado correctamente, tendría hoy más de 300.000 pasajeros por año, pero que por no hacerlo va a pasar escasamente de los 30.000 en diciembre.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Congreso de UPL: voluntarismo sin plan

Este domingo se celebra el congreso de la Unión del Pueblo Leonés que decidirá quiénes quedarán al frente de la formación durante los próximos años. Y digo quiénes porque, una vez leídas sus cartas de intenciones (llamar “programas” a eso me parece un atrevimiento), no hay lugar para la reflexión ideológica, para saber qué se va a hacer y por qué. Cierto es que una de las candidaturas está encabezada por un personaje cercano a Chamorro que ha demostrado carecer de cualquier objetivo concreto para León, como se puede corroborar en sus escritos. De la candidatura alternativa se puede decir que representa algo parecido en tanto que son personas que llevan tiempo en política y se han relacionado con la dirección anterior. En ambos casos las manifestaciones previas se han desenvuelto entre propuestas como “potenciar las juventudes” (¿es que no habría que potenciarlas en cualquier caso y partido?) o “acercarse al leonesismo social” (¿es que hay otro leonesismo en este momento?). Por no quedarme en la simple crítica, voy a exponer -en realidad reescribir- algo expuesto varias veces; lo que la lógica dicta. El leonesismo tiene tres patas: 1-Cultural: trabaja en el estudio, mantenimiento y recreación de las tradiciones y singularidades que nos hacen sentir como un grupo. Son la base del sentimiento de orgullo colectivo leonés. 2-Económica: trabaja en el estudio, defensa y promoción de nuestros intereses económicos, así como en la planificación de lo que ha de ser la economía leonesa en el futuro. Es la base de la prosperidad económica proyectada que ofrece la alternativa leonesista. 3-Política: el leonesismo político debe trabajar en dos vertientes. La primera es en trazar un camino que haga posible nuestro progresivo reconocimiento político, a fin de lograr la prosperidad y el bienestar en el marco que más nos convenga. La segunda es trasladar al campo legal la mejor acomodación de nuestros intereses culturales, sociales y económicos, así como dar soporte financiero a la estructura leonesista que se halla fuera de las instituciones públicas. Por esta razón el leonesismo político no puede subsistir en el campo de la vaguedad, de la inconcreción y, en consecuencia, de los medros personales. El leonesismo político está para ser incómodo y quien no esté dispuesto a serlo debe quedar fuera de los puestos de representación. Un partido político leonesista ha de tener un decálogo que aplicar innegociablemente en cada institución donde gobierne y ha de forzar pactos que avancen fehacientemente hacia nuestro reconocimiento político independiente. El grado de independencia es algo a debatir internamente en función del bienestar de los leoneses, fin que ha de presidir todas las acciones. En resumen, León tiene intereses propios que han de ponerse de manifiesto en las instituciones y las leyes. El leonesismo político, el partido leonesista, es la herramienta para conseguirlo. Por eso si la UPL continúa siendo un fin en sí misma para repartir fama y regalías más vale enterrarla.

lunes, 11 de noviembre de 2013

El mercado laboral provincial: León y las autonomías

La Encuesta de Población Activa, cuyos datos empezamos a comentar la semana pasada, nos muestra que el conjunto de España experimentó una expansión del 15% en su mercado laboral entre 2000 y 2013. De esta manera se avanzó desde los poco más de catorce millones seiscientos mil empleados hasta los más de dieciséis millones ochocientos mil -con datos al tercer trimestre del año-. Sin embargo esta expansión no se distribuyó de manera uniforme. Se viene observando cómo en términos generales las provincias con capitalidad autonómica de facto avanzan por encima de las que no lo tienen desde el inicio del proceso autonómico. Este fenómeno se traduce en que para el periodo antedicho las sedes autonómicas aumentaron su número de empleados un 17,5% mientras el resto de provincias sólo lo hacía en un 11,5%. Como esta tendencia ha sido continua en los últimos 32 años (periodo en el que dispongo de datos), las provincias sin sede autonómica pierden peso sin cesar. Por el contrario las sedes autonómicas representan cada vez un mayor porcentaje del empleo. No obstante, podemos establecer dos categorías entre las provincias con sede autonómica: las que lo son de una uniprovincial y las que lo son de una multiprovincial. En esta comparación las diferencias son muy abultadas: las sedes de uniprovinciales crecen quince puntos más que las de multiprovinciales. Éstas se quedan en un 11% para el periodo 2000-2013, lo que supone que siguen la trayectoria de las provincias sin sede autonómica y que han perdido el impulso inicial. Sólo Asturias entre las uniprovinciales está un poco por debajo de esa cifra. Y en este panorama ¿cómo se ha comportado León? Mal; pierde -al igual que Zamora- un cuatro y medio por ciento de su masa laboral. León es la cuarta peor demarcación por su evolución, sólo superada por sus vecinas Orense, Lugo y Zamora, por este orden. Se diría que estas 4 provincias forman el área más deprimida de España en términos laborales, acentuado esto por el hecho de que las lindantes Pontevedra y Palencia también están en el reducido grupo de provincias que perdieron empleo entre 2000 y 2013. Pienso que cifras y conclusiones tan evidentes han de estar en manos de los gabinetes técnicos de todas las instituciones locales. Me llama la atención la tranquilidad con que se manifiestan los dirigentes políticos en estas provincias y la levedad de sus reflexiones. A mi juicio nos encontramos ante un problema de estado que afecta a territorios amplios de dos autonomías. En ambos casos los gobiernos autonómicos sucesivos no han sabido resolver el capítulo de promoción económica, bajo su responsabilidad. Por este motivo debo concluir que se trata de autonomías fallidas y considero que el gobierno central, atendiendo a sus obligaciones, debería dar una solución para invertir estas tendencias decadentes y sostenidas. Probablemente modelos de gestión basados en nuevos marcos autonómicos más pequeños podrían dar respuesta a este problema. En todo caso no es aceptable que se mantenga una estructura pública que ha fracasado en sus objetivos económicos más elementales: la garantía del progreso económico, el bienestar y la igualdad de oportunidades con el resto de los españoles. Hay que cambiar lo que no funciona o funciona mal.

domingo, 3 de noviembre de 2013

El mercado laboral de León en España

Todos los años por estas fechas suelo tabular los datos del tercer trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA) a fin de saber cuál es la posición relativa de León en España. Las cifras que tomo son las de población activa ocupada, que he seriado desde 1981. La cifra de empleados que hay en cada provincia según esta encuesta nos da una idea de la vitalidad económica de la misma. Además aporta un dato objetivo al que, pese a haber sufrido cambios metodológicos desde entonces y a ser una información indirecta (es una encuesta, no un registro individual), se le pueden poner pocos “peros”. En primer lugar hay que concluir que el mercado laboral español está polarizado en Madrid y en el arco mediterráneo. La provincia de Madrid supone algo más del 15% de la ocupación y crece cada año en participación. Le sigue el mercado de Barcelona, que cuenta con un 12% del empleo, aunque va perdiendo peso muy lentamente. Las provincias que siguen, hasta completar la mitad de los trabajadores ocupados españoles son Valencia, Alicante, Sevilla, Murcia, Málaga y Mallorca por este orden. Como se aprecia, el predominio mediterráneo es claro (31%), frente a Madrid (15%) y la provincia de Sevilla (3,5%). Hay demarcaciones con un avance muy claro durante este siglo como Alicante, Málaga y Mallorca, incremento que resulta llamativo. En lo que respecta a León, durante los 13 primeros años del siglo ha perdido peso relativo, bajando del 1% del total de empleo detectado. Está en el puesto trigésimo tercero y ha sido adelantada en este periodo por Lérida, Ciudad Real y Huelva. El próximo candidato al adelantamiento será Burgos, que en 13 años ha pasado de estar 30.000 puestos de trabajo por debajo a sólo 3.500. Por el contrario, León no ha adelantado a ninguna otra provincia en esta tabla. Ante una evolución tan negativa cabe preguntarse si habrá pasado ya todo lo malo que tenía que pasar, si las autoridades han hecho lo que debían y si los líderes empresariales, sindicales e intelectuales actúan de acuerdo con lo que esta situación requiere. Y sobre todo dejo una pregunta para la reflexión: ¿estamos en la actitud adecuada para cambiar esta trayectoria?

domingo, 27 de octubre de 2013

La redistribución de la pobreza

Uno de los aspectos que más debate está generando a lo largo de esta crisis es el concepto de austeridad. La austeridad de la que se habla públicamente supone una reducción notable de recursos para intentar hacer lo mismo que se hacía antes o un poco menos. En otras palabras, se transmite la idea de austeridad ligada a las de eficiencia (utilizar sólo los recursos necesarios para una acción) y eficacia (lograr los objetivos propuestos con los medios disponibles). No obstante los ciudadanos podemos ver cómo la austeridad se ha traducido, tras una primera etapa de ajuste en que se eliminaron ciertos vicios, en una reducción efectiva de servicios públicos de sanidad (copago, listas de espera, reducción de cartilla vacunal …), de educación (reducción de unidades escolares rurales, recorte de servicios de transporte escolar, defectos de mantenimiento de inmuebles, subida de tasas universitarias …), de prestación de pensiones o de paralización de obras públicas y deficiencias de mantenimiento en éstas, por ejemplo. También en un descenso de salarios inducido por la reforma laboral, así como en un aumento de los impuestos indirectos, los que afectan al consumo. Por el contrario no se ha producido ajuste en la estructura de cargos públicos y puestos de libre designación en las instituciones públicas, que han seguido creciendo en términos de coste, como se ha sabido recientemente. Tampoco se ha aplicado ninguna reforma fiscal de relevancia a las grandes empresas y capitales. Cabe preguntarse si no existe otro camino económico que no sea la redistribución de la pobreza y la exención de impuestos a las grandes acumulaciones de capital. Personalmente no lo creo porque entonces hablaríamos de una austeridad selectiva y fundamentalmente inaceptable. Por eso, dado que entre las fuerzas políticas no se hacen propuestas, sino críticas continuas al que gobierna, creo que se debe afirmar que existen otras fórmulas que han de ser exploradas. Por ejemplo, sería conveniente una elevación del salario mínimo interprofesional al menos hasta los 1000 euros mensuales. Esto supondría que quienes trabajen perciban una remuneración diferencial respecto a quienes reciben ayudas sociales y reforzaría fuertemente el consumo entre las clases populares, ya que en estas capas de ciudadanos cualquier incremento salarial ha de ir destinado a la compra diaria. Tal incremento podría ser negociado a cambio de una reducción –pequeña ya- de las indemnizaciones por despido, lo que contribuiría a su vez a presionar más sobre la productividad de los trabajadores (presión dolorosa, pero imprescindible) y de los empresarios, que deberán contratar de forma más meditada (no se puede contratar porque sea barato, sino porque sea necesario). Otra medida sería fijar abanicos salariales según las dimensiones de las empresas e instituciones, de forma que quien más gane no pueda superar el salario del que menos, multiplicado por un factor establecido. Así para un salario mínimo de 1000, con un abanico de 6, por ejemplo, habría un máximo salarial de 6000. Esto permite contener los salarios más altos, a veces absurdos e injustificables, que desvían parte de los ingresos a inversiones en derivados financieros, uno de los problemas que está en el origen de esta crisis. Otra posible medida sería la desaparición de la figura del asesor asalariado en las administraciones públicas. Existen numerosos profesionales especialistas a los que consultar cuestiones concretas a cambio de honorarios. También la reducción de cargos públicos y su existencia en función de la población administrada, considerando los cotizantes a la seguridad social, debería ser una norma. En todo caso la fijación de un techo en la masa salarial para estos cargos en función de la recaudación fiscal también sería una medida a tomar. En el plano impositivo habría que homologar la tributación de las PYMES con la de las grandes empresas, que ahora pagan mucho menos, acogidas a exenciones hechas a medida. Lo mismo debería suceder con los capitales que operan en los mercados financieros, que deberían pagar impuestos por cada transacción, como hacen los ciudadanos y empresas normales. Hay que tener en cuenta que estos colectivos –grandes empresas y capitales- suponen el 70% del total de la bolsa de fraude según el sindicato de técnicos de Hacienda. Una subida impositiva vendría a paliar tan lamentable marchamo antisocial. No se trata de perseguir al capitalismo, sino de actuar con equilibrio. Si las grandes empresas e inversores redistribuyesen una parte mayor de las ganancias que extraen del sistema -sistema que sostenemos entre todos-, éste no se deterioraría como lo está haciendo. No se puede pretender el mantenimiento de los servicios públicos con los impuestos del trabajo, los autónomos y las PYMES, cuando sus ingresos –y en consecuencia su tributación- bajan. Además, estas grandes acumulaciones de capital no encuentran productos de inversión productiva (acciones fundamentalmente) porque la baja demanda no invita a la fabricación. Esto provoca que busquen productos alternativos de inversión financiera (futuros, derivados…) que no son más que apuntes contables en un ordenador, una sustracción de recursos de los torrentes convencionales de la economía. El desvío masivo de recursos a este fin supone que una enorme cantidad de riqueza desaparece, aplicada en juegos improductivos. Es similar a lo que sucede en una guerra. Por eso la limitación a las grandes acumulaciones de capital, mediante impuestos, sumada al control del gasto en políticos y al aumento de la capacidad de consumo de los estratos medios y bajos de la sociedad debe aportar aliento a una economía que está languideciendo por falta de consumo, que prescinde de garantías sociales y que convierte a la Europa del bienestar en un territorio desconocido. Hay un último aspecto que matizar: he hablado de subida de salarios mínimos, lo que parece estar en contra de los criterios de competitividad. Sin embargo, para producir barato lo que se debe buscar es la eficiencia organizativa, que se puede lograr con poco personal, organización y mecanización. Que existan empresarios sin la preparación necesaria o con falta de ambición es un problema de cada uno, y no se puede convertir en el del conjunto de la sociedad. Los panaderos daneses ganan salarios daneses haciendo lo mismo que los españoles. ¿Por qué será?

martes, 22 de octubre de 2013

León, Arquitectura y Revolución Industrial

León fue durante siglos la capital de un territorio recóndito, aunque muy poblado, de la Península. La revolución industrial, que supuso la llegada de las máquinas de vapor, la producción masiva de hierro y el trabajo mecanizado sobre él para obtener piezas terminadas, la producción masiva de ladrillos y la incorporación del carbón como fuente rutinaria de calor, llegó a estas tierras más tarde que a otras. Fue la llegada del ferrocarril lo que rompió con un pasado vetusto, aristocrático, y pasado de tiempo y moda, tras un primer intento fallido menos de un siglo antes, una gran fábrica de tejidos, propia de la primera etapa industrial, que fracasó. La casualidad y una ubicación geoestratégica hicieron coincidir la llegada de los trenes en torno a 1860 con la ruina y el proyecto de restauración de la Catedral. Los efectos sobre la ciudad fueron espectaculares. Un villorrio polvoriento que contaba apenas 10.000 habitantes en 1800 había alcanzado los 17.000 en 1900. Las obras de ferrocarriles, que se prolongaron hasta bien pasado el inicio del siglo vigésimo por el este y el oeste, hicieron surgir una economía cada vez más poderosa, que requería comercio y nuevas burguesías de comerciantes; grupos de recién llegados a la élite deseosos de emparentar con las familias de más abolengo, aunque en muchos casos menor fortuna. La ciudad vivió este proceso sustituyendo edificios de corte medieval y rural por otros más acordes con los de la todavía lejana capital del país, como muchos de los del casco antiguo. La llegada de arquitectos de prestigio para restaurar la catedral y su competencia con otros traídos para hacer obras de encargo, como Gaudí, dejaron un abundante catálogo de casas distinguidas y sobre todo muy bellas. La creación del Ensanche como área de expansión urbanística de la ciudad dejó en herencia un trazado de calles magnífico y plagado de edificios plenos de detalles modernistas. A su lado las zonas ferroviarias e industriales, cercanas a la azucarera, lucen todavía numerosos ejemplares de ladrillo con fachadas reconocibles y singulares, con arquillos y galerías, con tiradores decó y detalles florales, como el de esa delicada Villa Felicitas, que nos observa más allá del cruce de Michaisa. Todo ese patrimonio enorme, ese escenario de película donde nuestros abuelos corrieron sus juergas, donde tuvieron lugar declaraciones de amor en oscuros portales con azulejos de Zuloaga, se encuentra ahora ante nuestros ojos. Es un patrimonio que merecería ser descrito e identificado con carteles, con indicaciones para que todos gocemos de un conjunto que no muchas ciudades reúnen con tanto valor y número, y que puede asombrar también a quienes nos visiten. León tiene una deuda con todo ese parque inmobiliario que recrea escenas de blanco y negro, como la calle Astorga, y que en estas fechas podemos decir que ha pasado de viejo a antiguo. Por eso la labor de catalogación, que ya se ha realizado en su mayor parte, debe ser rematada con la señalización y descripción de las casas para que quien quiera disfrute de una ruta valiosa, romántica y preñada de recuerdos para muchos leoneses, algo que nos hará más felices y orgullosos de vivir en León.

domingo, 13 de octubre de 2013

León, España y la Negación del Proyecto Colectivo

Acaba de terminar la Fiesta del Pilar, que es la fiesta de España como colectivo, y me sorprendo del impulso autodestructivo que anida entre la población. Se trata de una habilidad para la autolesión que se engendra en cada una de las iniciativas colectivas peninsulares –estado, nación, ciudad, barrio…- sin que a estas alturas de nuestra historia reciente pueda yo encontrar una explicación. Personalmente me siento antes leonés que español, pero eso no me impide reconocer los logros históricos que España, o las Españas, si se quiere, consiguieron juntas. No me importa reconocer la realidad de un continuo histórico, de una personalidad histórica de la que León ha sido parte hace muchos siglos. España fue primero agrupación de reinos, luego corona ya consolidada, más tarde, en el Siglo XIX, nación o patria en multitud de escritos y ya en el Siglo XX un estado internamente diverso de pleno reconocimiento internacional. España es una presencia constante en la historia de los últimos siglos de León. Y en ese marco me cuesta comprender que se dude gritar ¡Viva España! en el desfile del Pilar en Madrid. Y se me atasca desde un pasado familiar arraigado en la izquierda, en la clandestinidad política y en el victimario de la represión de la dictadura. No hay justificación para la debilidad de una reivindicación legítima. Franco murió hace 38 años. Los cadetes de las academias militares de 1975, con toda su carga de tardofranquismo, hoy tienen al menos 61 años, muchos hijos de izquierdas y muchas experiencias y discursos esclarecedores sobre el papel deletéreo de la dictadura en la historia reciente de España. No puedo permitir como ciudadano que las minorías minúsculas que pueden representar el recuerdo de la Guerra Civil secuestren lo que significa España: la conquista de derechos ciudadanos de los últimos 30 años y la evolución de la plataforma hispana como país en que se imbrica mi patria profunda y primera: León. En resumen: “España” no puede significar fascismo porque lo digan cuatro melancólicos. No me da la gana. Aunque no esté dispuesto a que León ceda algo a España a cambio de nada (ya nos robaron la cartera demasiadas veces en nombre del “interés general”) comprendo que la plataforma España nos beneficia si hacemos valer nuestros intereses. Por eso los leoneses necesitamos reconocimiento de nuestra personalidad política, porque tenemos que ser sujetos de interlocución y no comparsas, como ahora. Esa es la lucha del leonesismo, salvo que alguien consiga demostrar que otro camino es mejor, cosa que se me antoja difícil. Comprendo que el territorio de conquista de los logros sociales es España y que dentro de él ese colectivo que se llama León tiene mucho por decir y mucho por ganar. Pues bien de la misma manera que cuesta jalear a España, parece que en algunos colectivos cuesta dar vivas a León. Y esto lo entiendo menos porque el colectivo leonés siempre ha sido sujeto histórico en los últimos 1000 años; mucho antes incluso que España. Primero como territorio del Reino Asturleonés y Leonés, luego como reino con cortes propias dentro de la corona castellanoleonesa, más tarde como reino reconocido en el proceso de consolidación peninsular de la Corona Española. Hasta el Siglo XIX los Reyes de España juraban ante el Pendón Real de León. Aún después León siempre ha sido reconocido como territorio singularizado, hasta el proceso autonómico, que no pudo evitar la “y” a pesar del hurto de la autonomía a la voluntad popular de los leoneses. León y su plataforma política y social, España, pueden vivir momentos de aguda crisis, pero no se puede perder la perspectiva: el triunfo colectivo nace del compromiso individual, del ánimo y de la gestión tras la reflexión. Si queremos un futuro próspero no hay más que una dirección, la afirmación de lo que somos y lo que queremos; y eso incluye corear los vivas a León primero y a España después. Y el que se quiera marchar de este patio de vecinos, que libremente lo haga, pero que no nos haga dilapidar las energías que ahora nos faltan para labores improductivas; ni él, ni los contrarios, que acostumbraron a derramar mucha sangre, pero de los demás. Quien reclama respeto ha de empezar por demostrarlo. Contra quienes anulan el proyecto común a base de capitalizar la atención para sí, sean del bando que sean, sólo cabe una respuesta, la declaración pública de nuestro compromiso y la manifestación expresa de que quien esté en contra ni nos anula, ni nos asusta. Por eso no proclamar los vivas correspondientes demuestra que quienes debían no han estado a la altura del momento ni en Madrid ni en León. Porque alzar las banderas no tiene por qué significar imposición, sólo afirmación de derechos tan legítimos o más que los de los adversarios.

domingo, 6 de octubre de 2013

El Descuido del Patrimonio en León Ciudad

Aprovechando estas fiestas he querido dar una vuelta por las parroquias más antiguas de la ciudad de León. No ha sido por un interés religioso -que no tengo aunque lo respeto-, sino por intentar ver estos edificios por dentro, labor sumamente difícil para quienes tenemos un horario laboral extenso y partido. Confieso antes de nada mi preferencia por lo más antiguo, que suele ser lo más raro y singular, y en consecuencia valioso. Por eso considero todo lo medieval y especialmente altomedieval de mucho más valor que lo posterior, sin que esto conlleve desprecio. Simplemente pienso que el adocenamiento resta valor a las cosas. En primer lugar acudí a la iglesia de Santa María del Mercado, un edificio que se arruinó tras sus orígenes románicos y que fue reconstruido en diversas etapas. Esa superposición de estilos le da un aspecto algo desaliñado y hace que se le preste poca atención. Sin embargo una visita pormenorizada permite ver varias cosas que se salen de lo común en cualquier otra iglesia de la ciudad. La primera es el conjunto de rejas románicas, diez en total, que cubren todas las ventanas menos una de esa época. Dudo mucho que se pueda ver algo parecido en demasiados lugares de España. Los muros de la iglesia relatan una historia agitada de ruinas y reconstrucciones. Su portada románica aún sobrevive, pero escondida tras las puertas de entrada y oculta en parte tras el pastiche que se añadió en el Siglo XVI y el XVIII. Incluso cuenta con un camarín, tras el altar mayor, completamente pintado. Si bien es cierto que son pinturas de escasa calidad y del XVIII, no es menos cierto que están perfectamente conservadas y que son muy curiosas. Nada de esto se puede apreciar sin una explicación previa y sin que se abra la iglesia, pero lo normal es encontrarla cerrada a cal y canto, y que casi nadie sepa contarte más allá de cuatro obviedades. Después estuve en la iglesia de San Martín, un auténtico fortín inexpugnable porque me di cuenta de que era la primera vez en mi vida que conseguía entrar allí en un momento que permitiese apreciarla. Lo que más me llamó la atención es el conjunto de tres ventanales góticos -o quizás románicos muy tardíos- tras el altar, un conjunto del que no conozco réplica por aquí cerca. Me recuerda algo a unas ruinas en la ciudad de Orense o al ábside de una iglesia de Oporto. En resumen: una rareza. Es posible que correspondan a la época de construcción de la Catedral. Nada de eso está indicado en el lugar. Nada se explica en ningún cartel de la historia de esta antiquísima parroquia, esencial para entender los orígenes del famoso Barrio Húmedo. Luego intenté visitar Santa Ana, la única edificación que podría haber sido sinagoga en la ciudad y que luce unas pinturas góticas interesantísimas. Sin embargo la entrada a Santa Ana es tarea para héroes, así que no lo conseguí, por lo que me conformé con los recuerdos de un funeral de hace 6 años, cuando, con no poca sorpresa por mi parte, observé lo que allí se guardaba. Si se quiere obtener información sobre ella en el entorno próximo es imposible. No es ya que no existan carteles; es que nadie sabe orientarte sobre nada. Me queda una parroquia fundamental, la de Palat del Rey, que es sin duda la de contenido más valioso, sobre todo si alguien te lo explica. Palat conserva una cúpula de gallones grande del Siglo X, un prodigio de la protoingeniería de la época, de los jefes de obra que sólo sabían llenar de columnas los espacios cubiertos con techos de piedra. Roma y Constantinopla eran otra cosa, pero quedaban lejillos. Aquí se hizo lo más lujoso y avanzado del momento porque fue el primer panteón de los reyes de León. La cúpula que cubrió los restos de lo monarcas sigue ahí mil años después, pero las guías del lugar, quienes, por cierto, son muy atentas, no le dan prioridad, aunque sea una de las tres o cuatro edificaciones más valiosas de la ciudad. Una capilla palatina del Siglo X, con cúpula, y nadie te lo explica como se merece. Asombroso. En definitiva, esta ciudad necesita un replanteamiento de cómo vender su historia y lo que ésta dejó. Sin desmerecer a las ciudades del entorno, no existe un conjunto tan complejo –por la amplitud temporal en que se edificó- y valioso –por el valor intrínseco de cada obra- en ningún lugar. No es ya la importancia de Palat, San Isidoro, la Catedral, la muralla o San Marcos. Es que la segunda línea monumental es interesantísima y además el área metropolitana está salpicada de detalles singulares: la ventana trífora del Conde, el vanguardismo de La Virgen del camino, el conjunto modernista del Ensanche, el paseo de Las Cercas, Marialba, Escalada, Sandoval … León tiene que poner en valor todo esto con guías apasionados que permitan visitar y saber. No podemos seguir perdiendo el tiempo haciendo lo de siempre: cuatro ferias, dos folletos y ya está. Esta ciudad necesita en turismo gestión y pasión.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Laciana y el Presente de León

Reclama la alcaldesa de Villablino la atención de todas las instituciones sobre la crítica situación que atraviesa su municipio-comarca. La actividad económica depende fundamentalmente de las empresas del grupo de Victorino Alonso. Como la pugna de este empresario con las empresas eléctricas y con el Ministerio de Industria parece llevar a un desenlace corporativamente fatal para él, el presente y el futuro laboral de Laciana y Ribas del Sil se torna oscuro. Esta situación era conocida hace tiempo, ya que algunas personas dijeron con claridad lo que podía pasar. Aún recuerdo, por ejemplo, una cena, tras el nombramiento de lacianiego del año, donde expuse lisa y llanamente a esta alcaldesa y al resto de comensales que quisieron escuchar que el ayuntamiento tenía una plantilla insostenible porque el declive laboral era imparable y la recaudación fiscal y las transferencias del estado se desplomaban. Poco se hizo desde entonces, me parece a mí. Ahora falta el dinero para las nóminas. Los fondos mineros se gastaron con poca inteligencia. Fueron varias las veces que se advirtió de la necesidad de abrir un túnel a Cangas de Narcea para consolidar una unidad poblacional de 40.000 habitantes por aquel entonces. Eso hubiese permitido fijar servicios públicos y expectativas empresariales nuevas, fuera del ámbito minero de Alonso. Murias fue refractario a esas indicaciones y lo que vino después poco más o menos parecido. En definitiva es la propia gestión municipal, que debiera haber sido un factor de liderazgo, la que ha llevado a la comarca a la encrucijada actual con una falta de perspectiva clamorosa. Si la actividad minera no se mantiene, Laciana y Ribas del Sil permitirán sostener una población de tres mil personas aproximadamente (hoy ronda las diez mil sólo Villablino, aunque está descendiendo rápidamente). De todas las zonas no urbanas de León es la que más tarde va a llegar a una realidad de práctico despoblamiento como la que se registra en la mayor parte de la provincia, si no se evita. Podemos decir que tal situación está consolidada en Babia, Omaña y Valdesamario, Luna, los Argüellos, el Porma alto y el Curueño, Riaño y Picos, Ancares, Fornela, Balboa, Valcárcel, Barjas, en la cuenca del Selmo, en las Cabreras, la Somoza, Cepeda, Ordás, el Páramo de Payuelo, la Requejada y en el Alto Cea. Comarcas todas con menos de 8 habitantes por kilómetro cuadrado: desiertos poblacionales. ¿Qué se puede hacer en Laciana y Ribas del Sil para paliar esta situación? Habría que actuar antes de que se llegue a una dimensión poblacional de no-retorno, que puede estar en unos cinco mil habitantes. Para ello hay que buscar fórmulas que mantengan algo de actividad minera, lo que podría suponer que Alonso salga de la misma para dar satisfacción a las eléctricas y al ministerio. En segundo lugar hay que aprovechar la repercusión social que aún existe –mientras la población no descienda demasiado- para reclamar la recuperación paisajística cuanto se pueda. La rehabilitación y embellecimiento de los pueblos, las áreas residenciales donde la gente debería quedarse, es fundamental. Nadie vendrá a vivir o visitar pueblos feos y descuidados, empezando por Villablino y San Miguel. En tercer lugar hay que recuperar actividades tradicionales y transformar las producciones en el Valle, para venderlas después fuera de él. En este sentido lograr alguna marca de calidad para el chosco, algún embutido, frutos del bosque, la mantequilla o queso sería un objetivo importante a medio plazo. El nombre de Laciana debe quedar ligado a una producción de calidad que podría ser incluso no comestible, como las maderas o algún tipo de piedra. En definitiva, la solución no puede ser únicamente que las instituciones se impliquen con Laciana. Son los lacianiegos quienes tienen que proponer las soluciones. Hay que romper con una pasividad emprendedora que puede terminar por dejarnos una comarca como las de Cistierna y Boñar en la actualidad. No hay más que echar una ojeada a Sabero para saber lo que esto significa.

lunes, 23 de septiembre de 2013

El Aeropuerto ante una Nueva Encrucijada

El Aeropuerto de León vive uno de los momentos más bajos de los últimos años. La causa hay que buscarla en la interacción de los diferentes agentes que influyen sobre su marcha. Comprender cómo opera cada uno ayuda a saber por dónde hay que retomar el apoyo a esta infraestructura. Primer actor: el Consorcio del Aeropuerto. Es importante no olvidar que León tiene un aeropuerto civil gracias al apoyo social que recibió esta iniciativa. La materialización de ese apoyo es hoy el Consorcio para la promoción del Aeropuerto de León. Este organismo lleva años operando bajo el influjo de personas que no conocen el mercado aéreo, que no entienden el mundo de la empresa y que no se han molestado en aprender ni lo uno ni lo otro. El Consorcio tiene, si quiere, la potestad de marcar destinos, de evitar contraprogramaciones de vuelos entre compañías, de poner límites a los precios de las empresas esponsorizadas y de proteger las rutas clave, que son las que aportan el grueso de los viajeros. Nada de eso se ha hecho, y alguien debería asumir la responsabilidad y permitir que otros hagan ese trabajo marchándose del Consorcio. Segundo actor: Air Nostrum. Esta compañía aérea intenta por todos los medios ahogar cualquier iniciativa empresarial de vuelos regionales para trabajar en una situación de monopolio u oligopolio y mantener precios altos en todo el país. La contraprogramación de Air Nostrum sumada a otros contratiempos y fallos de gestión ha tumbado a diversas empresas, sin que eso justifique los fallos de las mismas. Tercer actor: AENA y Aviación Civil. Aunque se trata de dos entidades diferentes, su actuación en los relativo a no garantizar la competencia entre compañías poniendo límites a la ejecutoria de "dumping" y contraprogramación de Air Nostrum, o a no intentar incrementar el tráfico aéreo a precios progresivamente más bajos -sin sacrificar la seguridad- las hace culpables directas del declive de numerosos aeropuertos regionales. Es un caso de mala gestión por ambas partes. Alguien debería poner orden en esas casas. Cuarto actor: las compañías regionales pequeñas. Todas ellas hasta ahora han intentado utilizar el apoyo del Consorcio para establecer una base de negocio sobre la que crecer inmediata y rápidamente. Ese ha sido su error. León tiene una ruta cuya ocupación está garantizada: León-Barcelona. Si se mima este vuelo se obtiene 40.000 pasajeros/año. Puede que con el tiempo más. Es la de mayor cobertura de la autonomía, incluyendo los vuelos desde Villanubla que tienen una ocupación un 10% inferior. En el resto de rutas se debe huir de las contraprogramaciones y duplicidades. No se puede volar a Tenerife porque ya va Air Europa, que lo hace bien. No se debe ir a Palma porque ese destino lo hace perfectamente Air Nostrum. Hay que buscar alternativas que no haya en el entorno, como Dublín, o apuestas seguras, como Londres. Finalmente estas compañías no deberían escuchar a la Junta de Castilla y León, cuya presencia hasta ahora ha resultado letal en La Virgen del Camino. Entonces ¿qué debe hacer el Consorcio? Volver al principio y reconstruir poco a poco: -Hay que garantizar un vuelo a Barcelona a las 8 para volver a las 21 a precios razonables. -Hay que atar los vuelos de verano de Air Europa, que vende León como destino turístico. -No hay que olvidar que el aeropuerto se hizo para traer gente a León, no para que los leoneses viajasen. -Hay que buscar un vuelo de bajo coste con destino sin competencia en los aeropuertos de alrededor. -El resto ya se irá viendo. ¡Ah! Y hay que poner un profesional –preferiblemente que no sea familiar de ningún político- a dirigir el Consorcio del aeropuerto y el de turismo simultáneamente. Y nunca se debe olvidar que ser alcalde de un pueblo leonés no proporciona la ciencia infusa. En estos temas siempre es preferible consultar a un técnico.

domingo, 15 de septiembre de 2013

León: un vacío informativo.

La etapa que estamos atravesando puede quedar como la de la desaparición de León del debate público peninsular. Quienes tienen la función de dar el contraste para que el nombre de nuestro territorio aparezca más allá de nuestras lindes han abdicado de esos deberes. León se hunde no ya en la irrelevancia informativa, sino en la práctica inexistencia. La presencia de un territorio a través de su nombre en los espacios públicos le hace visible. Lo que no se ve no existe y por eso León y sus problemas pasan desapercibidos, no le importan a nadie fuera de León en estos momentos. Esta manifestación de abulia representativa de nuestros próceres debe ser compensada cuanto antes. Quienes tienen responsabilidades públicas no pueden constituirse sólo en gestores de la rutina. Han de saber marcar un tempo para la impostura, para la llamada de atención, para lanzar ideas nuevas, contracorriente, ilusionantes e incluso excéntricas. Nada de eso está sucediendo en León. Y no es esta entrada una crítica velada a los partidos o a las personas, sino a las actitudes. El abandono del deber de representación de nuestras autoridades trasluce debilidades que no son admisibles en esos puestos. No caben los complejos de inferioridad, ni el desconocimiento del territorio administrado, ni la pasividad porque sí, ni incluso la deficiencia formativa. Representar a una provincia o a una ciudad es un reto a la creatividad y una invitación a sacudir modorras, además de gestionar basuras, jardines o asfaltados. Las actitudes pasivas hacia la información pública no caben en León, que ha sido históricamente un colectivo con ciertas vocaciones de liderazgo más allá de sus fronteras. Puede haber diferencias en cuanto a la interpretación de lo que signifique ese liderazgo, pero ninguna que justifique la postración en la que viven nuestras dignidades públicas. Es posible que a todo esto subyazca una razón de fondo: la falta de una idea de cómo debe ser León y de qué papel tiene que representar. La solución en ese caso es sencilla: pregunten. En León hay personas que tienen un modelo (cada una el suyo) de lo que León deber ser en los próximos 10 años. Contrasten pareceres y definan un modelo propio. A partir de ahí saldrá todo lo demás: el camino a seguir, la defensa de los intereses territoriales, las aspiraciones en cuanto a servicios públicos, las ambiciones de desarrollo económico ...

martes, 30 de julio de 2013

La Conciencia del Leonés

Dice la Real Academia de la Lengua que “conciencia” es la propiedad del espíritu del individuo de reconocer sus atributos y las modificaciones que experimenta. Esta es mi última columna en La Crónica y considero que es un momento para tomar conciencia de lo que es León, de los cambios que ha sufrido, para así abordar la idea de hacia dónde queremos ir. León es una provincia que perdió el tren autonómico y cayó en una comunidad con un agresivo competidor en posición de superioridad. Eso ha sido un factor decisivo para explicar los cambios de esta provincia. Hemos perdido el medio millón de habitantes, varias de las actividades primarias más importantes dejaron de serlo tras dramáticos cierres, no se ha actuado para sustituir estas actividades, se oculta o devalúa cualquier elemento diferenciador aun a costa de mentir desde las instituciones, quienes debieran defender nuestros intereses se volvieron mansos unos y mercenarios de lo público los otros. León está en una posición de la que cabe decir que, por su dimensión humana, cultural y económica, no puede caer más en términos relativos a España. Quienes se empeñan en decir que León importa lo que en realidad no importa dañan el proceso de posible recuperación, si ésta llega. León tiene lo que tiene y en este momento no puede tener ya menos. Es mejor tomar conciencia. Además, sabiendo dónde estamos, podemos hacer planes para mejorar nuestra posición relativa. El futuro ya no es de las regiones, sino de las ciudades con sus áreas de influencia. Aprender a jugar con esas reglas es imprescindible. Cuanto antes lo hagamos, mejor nos irá. León no ha perdido posibilidades, sino logros. Podemos llegar a ser el corredor de interconexión entre el noroeste y el centro peninsular, un lugar interesante para asentarse. Podemos ser una referencia en gestión integral de recursos patrimoniales y naturales. Podemos ser el ejemplo de una gestión eficaz de los vacíos poblacionales. Podemos desarrollar un centro de influencia biotecnológica y farmacéutica. Posibilidades tenemos muchas, logros pocos. Revisemos lo que podemos mejorar. Hay que cambiar nuestro relato.

martes, 23 de julio de 2013

La Liquidación del Estado Servidor

Los continuos recortes que sufren la sanidad, la educación y, según se prevé, las pensiones hacen que el estado vaya cambiando su papel. La administración central, concebida como la gran redistribuidora de riqueza mediante la prestación de servicios a la mayoría de los ciudadanos, se deteriora. El estado da menos asistencia y de peor calidad. Hay casos extremos en que servicios públicos como los del Consejo Superior de Investigaciones Científicas o el del ejército, se sitúan al borde de la inoperatividad. Y ello a pesar de que ambos son cruciales. En el CSIC ya se ha comunicado una paralización casi total en breve plazo por falta de fondos para sostener la actividad. En el ejército, imprescindible para que ocupemos un lugar relevante en el mundo y para disuadir de posibles agresiones a potenciales adversarios, no hay dinero para mover los vehículos, para que los aviones vuelen o para mantener la flota. Con esta perspectiva el país se aproxima abiertamente al perfil de estado en desarrollo, de economía de las llamadas con paños calientes “emergentes”. Lo doloroso del caso es que, cuando uno examina qué sacrificios han realizado los políticos en paralelo a los recortes, concluye en que prácticamente ninguno. Hay los mismos asesores, enchufados, secretarios y demás tropa de carnet político. Todos ellos cobrando de la misma administración que se muestra incapaz de bajar del 10% su déficit presupuestario. La publicación ahora de las leyes de ordenación de las administraciones públicas central y autonómica sirve para corroborarlo: no se suprimirán ayuntamientos ni instituciones; las autonomías decidirán lo que les convenga; se seguirá gastando lo mismo con el dinero de todos y el de la deuda pública, que ya se aproxima al 90% del PIB. La sensación de que a los afines a los grandes partidos políticos les importa un bledo el país y de que están dispuestos a salvar como sea lo suyo, aunque nuestra economía quiebre, empieza a ser una certeza. Que los juzgados actúen contra sus desmanes sobre todo -aunque no solo- cuando la prensa presiona es un síntoma más. ¿A dónde nos conduce esta cuadrilla de irresponsables?

martes, 16 de julio de 2013

Ponérselo Fácil al Poder

León tuvo dos periódicos durante muchos decenios. Eso ha marcado una diferencia cualitativa fundamental respecto a otras provincias, donde sólo se podía encontrar una cabecera. El hecho de que existan dos líneas editoriales obliga a los poderes locales a mantener un cierto equilibrio en sus decisiones. Es mucho más difícil contentar a dos, que compiten entre sí, que a uno. En aquellos lugares donde el periodismo de rotativa es practicado por un solo equipo de redacción, se hace con el ronzal tenso por la mano del poderoso local, con el que hay que llevarse bien. El periódico único es la mula dócil del cacique. Y León no debe entrar en esa dinámica. La desaparición de La Crónica de León debe ser parcial porque más allá del ramillete de sueños que ha representado para todos los que colaboramos en el proyecto, ha sido una garantía de diversidad, un desafío extra dentro del complejo panorama informativo de León, un coro que no cantaba al son de otras cabeceras. La Crónica ha sido para mí en estos últimos trece años un ejercicio de libertad de pensamiento, y la expresión escrita de mis inconformismos y propuestas. Y como para mí, para resto de los que aquí se expresaron. Puede que la noticia de estos días sea el cierre del periódico, pero se siente latir nuevos proyectos en ese útero intelectual que es la mente del periodista. En León casi nada es fácil y mandar sin ataduras tampoco debe serlo ahora, cuando más se necesita la auditoría de los medios sobre la acción de los poderes establecidos. Los titulares disonantes de cada mañana son la mejor garantía de que alguien no hará lo que le da la gana, violando las leyes y el interés común, bajo un manto de silencios y aquiescencias. Periodistas de La Crónica: nunca dejéis de hablar con esa tinta que dibuja la realidad sobre el papel, que inunda las calles y los bares, que detiene a los paseantes ante el kiosco por la necesidad irrefrenable de conocer lo que nos pasa. Y nunca olvidéis que La Crónica fue un bonito proyecto, pero nada más que eso: una etapa en la vida profesional, porque lo importante de La Crónica sois vosotros, que seguís aquí. Y León os necesita.

viernes, 12 de julio de 2013

Actividad y Palacio de Congresos

La obra pública más notoria que se desarrolla en la ciudad de León es la construcción del palacio de congresos. Es relevante por los importantes recursos que se dedican a ella y también porque su posición, rodeada vías del ferrocarril, descampados y avenidas, produce gran impacto visual. Además el palacio de congresos, junto con la estación de tren, actúa como enlace entre dos zonas bien diferenciadas: la ciudad primigenia y los barrios del municipio de San Andrés del Rabanedo. Del ritmo vital que se imprima a esa zona depende que el espacio urbano quede unificado a través de una zona marginal o bien de un área de abundantes actividades. En consecuencia, que el Ayuntamiento de León esté preparando qué actividades va a desarrollar en el recinto congresual es decisivo para el futuro del barrio, hoy bastante degradado. Sin embargo los precedentes indican un camino poco esperanzador. Hace unos años se anunció con gran ruido la apertura del “palacín”, una nave de la azucarera recuperada como anticipo de lo que podría ser el palacio de congresos. Pues bien, la presencia del palacín en la vida urbana es prácticamente nula. No existe una programación, no se realiza una comercialización activa de ese espacio, no se atrae dinamismo a ese entorno con asiduidad. El palacín es hoy poco más que una instalación redundante para la ciudad, un espacio que cuesta mantener, pero que no genera vida social. Esa circunstancia parece indicar que nadie en el Ayuntamiento de León se preocupa de la explotación de ese espacio y, lo que es peor, no tiene en cuenta su importancia en el desarrollo del esquema urbano hacia San Andrés. Al igual que la estación de ferrocarril, de la que ya hablamos hace unos días, el espacio palatino parece dormir en las agitadas conciencias de quienes programan los cambios urbanos de León. Al palacín y luego al palacio hay que buscarles programación; convertirles en centros de encuentro en la ciudad; hay que hacerlos atractivos. En realidad el palacio y la estación tienen un destino común: o la ocupación de un área marginal que seguirá siéndolo, o la transformación y valorización de todo su entorno.

martes, 2 de julio de 2013

El Censo de Población como Síntoma

Según las cifras del censo de enero de 2013 facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística, León descendió hasta los 490.000 habitantes. En este proceso, que viene registrándose desde hace más de dos décadas, es importante que se conozca cómo van resistiendo la erosión las ciudades. Sabemos que el campo se vacía en toda España, pero el futuro de cada provincia se cifra en que las áreas metropolitanas mantengan o incrementen su población. Si la red urbana se debilita, es inevitable el decrecimiento a largo plazo. La actividad económica y humana se concentra en las ciudades. Su declive marca el declive de todo el territorio, que perderá servicios, oportunidades de negocio, empresas, atractivo y finalmente calidad de vida. La diputación y los ayuntamientos urbanos deberían ejercer una estrecha vigilancia sobre estos parámetros para actuar en consecuencia y no permitir su degradación. En este censo se observa que además León se encuentra inmerso en un entorno provincial depresivo: La Coruña, Lugo, Orense, Asturias, León, Palencia, Zamora y Salamanca pierden población con rapidez. La configuración del poblamiento está cambiando deprisa. Vamos hacia una amplia zona con grandes espacios vacíos, con una orografía a veces complicada. Cada cierto trecho encontraremos ciudades rodeadas de otras poblaciones más pequeñas formando una nube de puntos. Si esas zonas más pobladas no se protegen, como se protegen áreas con otras cualidades, el destino es la desertización. En otras palabras, por ejemplo, el debate ya no es si Villablino o Guardo resistirán, sino que lo es si se mantendrán Palencia y León ciudad. Como se aprecia estamos en un debate de visión de estado a largo plazo; debate en el que no parece estar presente ningún partido. Por eso los servicios técnicos de cada institución (ILDEFE, gabinete de planificación de la diputación …) deben pronunciarse, ganar visibilidad. Este debate supera con mucho si el cabeza de lista de un partido será fulano o perantana. Es el futuro de todos lo que tenemos que intentar arreglar. Si las cosas terminan por ir bien, algo nos llegará a cada uno de los que aquí vivimos.

miércoles, 26 de junio de 2013

La Estación de Tren de León

Más allá de observaciones voluntaristas, aunque poco fundamentadas financieramente, parece asumido por todos que la estación de ferrocarril de la ciudad leonesa va a quedar ubicada donde actualmente está por bastantes años. No hay posibilidad de acometer el soterramiento proyectado ni de trasladar la instalación. Tampoco hay voluntad de revertir a su condición original las calles que se abrieron sobre las vías, dejando transcurrir los trenes sobre ellas. En consecuencia sería necesario revisar la idoneidad del entorno de la estación, concebido para la provisionalidad. Para empezar, la estación carece de muelles de embarque y desembarque de pasajeros desde automóviles y autobuses, con la salvedad de los taxis. Hay espacio de sobra para poder subsanarlo con una ampliación, incluso ocupando algunos terrenos baldíos anejos. Una estación como la leonesa debe tener al menos dos decenas de plazas para coches en espera y una decena para autobuses. Otro aspecto a tener en cuenta es el aprovechamiento de la antigua estación, hoy abandonada imperdonablemente. La zona entre la calle nueva y la marquesina es muy adecuada para ajardinar y soldar así el espacio urbano entre los barrios de la carretera de Zamora y los de la orilla del Bernesga. El resultado podría ser un corredor verde que enlazase el río con la zona popularmente conocida como la Plaza del Huevo. Otro aspecto relevante sería saber si las obras de soterramiento podrían ser sustituidas eventualmente por túneles de coste asumible en las actuales circunstancias, o por pasos elevados, aunque estas posibilidades causasen un encendido debate. En todo caso hay que estudiar con los técnicos –y el ayuntamiento debe impulsarlo- cómo acelerar el paso de los trenes por León en su camino a Asturias y bajo el supuesto de que todos deben parar en esta estación. Es conocido que el bucle de vías que discurre entre Onzonilla y Trobajo no permite velocidades altas. Eso hay que subsanarlo, de forma que los trenes accedan a la estación a toda la velocidad posible. En definitiva, una vez descartado el soterramiento en el corto plazo hay que tomar nuevas iniciativas.

martes, 18 de junio de 2013

Liderazgo y Economía en León

Los sindicatos manifiestan su preocupación por el posible cierre de la central térmica de Compostilla; la situación de la factoría de Antibióticos no es mejor; la minería del carbón en el occidente de la provincia apunta hacia la desaparición, si no se evita; gran parte de los ganaderos de leche de León se encuentran en una situación crítica; buena parte de las factorías que se habían instalado aprovechando el Plan del Carbón se encuentran cerradas; las iniciativas para completar la Ciudad de la Energía se han parado; el soterramiento del ferrocarril rápido en León y su extensión a Ponferrada y Asturias están paralizados; las autovías a Orense, a Braganza y al oriente de Asturias están olvidadas; el Aeropuerto de León se encuentra en una actividad de mínimos ... En conclusión, revisado el panorama general de la economía provincial se puede caer en el desánimo. En medio de ese marasmo hay unos líderes institucionales que deberían transmitir hacia dónde debemos caminar, qué es lo prioritario, qué peones podemos sacrificar, cuál es su visión de futuro –aunque podamos no compartirlo-. Esos líderes deberían actuar también como interlocutores en los casos que se puedan considerar graves por su dimensión o calidad. La gente reclama una dirección hacia la que ir y hay responsables de ese trabajo. El problema de León es que quienes ocupan esos puestos no están cumpliendo con su función. La presidencia de la Diputación y las alcaldías de León y Ponferrada deberían estar al frente del esfuerzo común porque tienen los conocimientos, los medios y la perspectiva para poder hacerlo. Ocupar esos puestos no puede significar ver pasar la crisis. Las primeras autoridades no pueden estar para resolver cuestiones de detalle mientras la economía provincial se desangra. Por eso hay que exigir a esas cúpulas directivas que desempeñen su papel de portadores de la bandera y que dejen de actuar como traellevas de lo que les dicen unos y otros. Queremos saber qué es lo que piensan, qué es lo que quieren para León con una visión global y a 10 años vista. Y, si no son capaces, puede ser necesario que se vayan para que vengan otros.

martes, 11 de junio de 2013

Salario Mínimo y Bienestar Europeo

La pasada semana una autoridad económica se manifestaba en favor del fin del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en determinados casos. La cuestión no parece inocente porque abre una puerta y llega cuando se replantea la cuantía de las pensiones públicas, la intocabilidad de paraísos fiscales, la reducción de la sanidad pública, la imposibilidad de aplicar la ley de dependencia … Europa en general, pero sobre todo la del sur está sufriendo un recorte social sin precedentes. Se viene justificando por la incapacidad para generar ingresos públicos simétricos. Sin embargo, cuando se proponen ajustes por la vía de los gastos, no se hace de manera compensatoria con medidas para aumentar los ingresos: aumentar la tributación de las grandes empresas y de las grandes fortunas. Es curioso que propuestas como la reducción del SMI vayan en la línea de reducir la tributación de los trabajadores (si ganan menos, pagan menos impuestos) sin que se proponga compensar por la otra vía. Todo hace pensar que hay la voluntad de que una parte de Europa se degrade. Los datos dicen que la participación de la renta de los trabajadores sobre la renta total está bajando en los últimos años, luego no es que los más ricos de Europa ganen menos por la crisis, como lo demuestra la inversión en derivados financieros (ante la imposibilidad de hacerlo en acciones porque las fábricas ya no crecen y desciende el consumo). Lo que sucede es que hay alguien que no quiere que Europa, el modelo de bienestar por antonomasia, lo siga siendo. Si los salarios suben, consumimos y hay servicios públicos; si bajan, no. Esto nos lleva a la conclusión de que la gran clase media europea tendrá que movilizarse contra una coyuntura que le castiga a beneficio de …, si quiere evitarlo. Veremos movimientos ciudadanos hostigados por los medios de comunicación de los grandes inversores; veremos diputados defendiendo derechos ciudadanos y otros justificando su pérdida; veremos autoridades voceando las virtudes del libre comercio mundial y organizaciones que exigen condiciones dignas a los empresarios del Tercer Mundo; veremos … ¿o lo estamos viendo ya?

martes, 4 de junio de 2013

Reivindicaciones y Juntas Vecinales

La batalla de las juntas vecinales contra el anteproyecto de ley que pretendía liquidarlas está entrando en una nueva fase. Como sabemos, la Provincia de León agrupa más de un tercio de estas instituciones en España. Las juntas vecinales son producto de la oficialización de los concejos. El concejo era la reunión de los vecinos de un pueblo para establecer normas de convivencia, ayuda recíproca, turnos de servicio a la comunidad, así como para administrar los bienes que el conjunto de los vecinos iba adquiriendo. Producto de siglos de actividad, los concejos, representados en sus juntas vecinales, son hoy los mayores propietarios de suelo de la provincia, así como de montes, edificios … En resumen, nos hallamos ante un elemento del patrimonio material e inmaterial de León sin parangón. La actividad de las asociaciones en su defensa se ha centrado en argumentar su carácter histórico y en defender la pervivencia para garantizar la propiedad que tantas generaciones consiguieron reunir. El blindaje de tales recursos para que queden en cualquier caso a beneficio de esos pueblos es fundamental. Sin embargo hay otros aspectos cruciales que conviene plantear. En primer lugar hay que ser conscientes de que la utilidad de las juntas vecinales tal y como las hemos conocido declinó. Las necesidades de los habitantes de nuestros pueblos son nuevas y debería avanzarse en la definición de para qué se las quiere. Que el tipo de servicios que hoy pueden prestar implica más cercanía al ciudadano y más eficacia que la del ayuntamiento es una realidad. Eso debería servir para emplazar a las juntas vecinales a la prestación del servicios en cofinanciación con los ayuntamientos, así como a una reducción del número de municipios sustancial, tal y como se registra en la vecina Portugal. En segundo lugar hay que afrontar que centenares de pueblos están despoblados en la práctica. No hay vecinos para mantener operativa la junta vecinal. En esos casos hay que buscar que los bienes concejiles reviertan en la zona. De lo contrario aparecerán oportunistas que maniobrarán para hacerse con las propiedades comunales a cambio de nada.

martes, 28 de mayo de 2013

Leche, Salud e Importación

España es uno de los países más deficitarios en producción de leche de vaca de Europa. Como resultado de esa situación nos hemos convertido en los importadores de leche sobrante de Francia, Alemania, Holanda ... Es una paradoja por cuanto nuestros ganaderos de vacuno se encuentran en una situación difícil a causa de los bajos precios. Y cabe preguntar ¿cómo es posible que el precio de la leche baje si la tenemos que importar y fuera no es más barata? La explicación está en que hace unos años se promocionó el consumo de la leche de larga duración, conocida como UHT, en contra de lo que se había hecho entre los consumidores europeos. Éstos consumen preferentemente aún hoy leche con tratamientos mucho más suaves, como la pasteurización. La duración de la leche UHT permite recoger excedentes de toda Europa -tratados además con estabilizadores químicos- y traerlos a bajo precio a nuestro país. En él penetran por debajo del coste de producción y con unas calidades ... Con el paso del tiempo se ha ido comprobando que el tratamiento UHT y la aditivación provocan en la leche sustanciales cambios químicos que hacen que a este producto algunos lo califiquemos como un subproducto de leche, pero no leche en sí. Las modificaciones químicas que sufre la leche UHT inciden en su digestibilidad, lo que está provocando problemas clínicos que se vienen diagnosticando como intolerancia a la leche. En consecuencia se está creando mala prensa hacia el producto lácteo en general. Sin embargo el fundamento es falso en muchos casos, ya que cuando se pasa a consumir leche pasterizada los problemas desaparecen. No se puede confundir la leche cruda o suavemente tratada (pasterizada) con un subproducto llamado leche UHT. En consecuencia el consumo masivo de leche UHT ha machacado el sector vacuno y lácteo y lo ha dejado a merced de los productores foráneos, ha rebajado la calidad del producto, está produciendo un rechazo injustificado a la leche sin tratar y conlleva problemas en ciertas personas. Convendría que las administraciones tomasen cartas en este asunto que afecta a los consumidores y a la supervivencia de todo un sector.

martes, 21 de mayo de 2013

El Leonesismo y El Vacío

Distintas organizaciones de León se han manifestado esta semana sobre el agudo declive de esta tierra con toda la razón. De una observación superficial se puede concluir que no existe liderazgo alguno para emprender el camino hacia algún objetivo esperanzador. Por otra parte, la segunda línea de líderes, la social, no parece ser capaz de trazar los vectores principales que harán salir de la crisis un León fuerte y reestructurado. La capacidad de interlocución de León para defender sus intereses se ha reducido fuertemente en los dos últimos años. León, no suena, no existe para muchos, es ignorado. La clave de este desconcierto está probablemente es que se ha dejado la solución en manos de despachos foráneos. A lo que estamos asistiendo es a la zamoranización de León, la conversión de esta provincia en un territorio sometido a intereses externos, una colonia de la que se sacan recursos y personas, y en la que se invierte lo justo para evitar una revuelta social. Eso sí, garantizando su declive con un tratamiento a la baja respecto a su entorno. La única solución a esta atonía es desplegar las capacidades que permitan conocer, como hasta hace poco sucedía, los intereses de León, sus posibilidades de futuro. La salida del declive pasa por una visión legiocéntrica, en la que primen los intereses de León, que sólo puede ser elaborada desde aquí. Si las gestiones con Antibióticos se hubiesen hecho desde León serían más estrechas, monitorizadas, presionantes y eficaces. Si León tuviese interlocución con Madrid no pasaría lo que con el ferrocarril, con la autovía a Orense, o con los regadíos pendientes. Somos moneda de cambio, un peón que sacrificar. León debe tener su propio plan porque tiene sus propios intereses, que en ocasiones son contrapuestos a los de Valladolid, o a los de Asturias, o a los de Galicia. Aunque haya quien no sea capaz de aceptarlo, a poner los intereses de León por delante y evitar que nos roben la cartera se le llama “leonesismo”. Lo que quieren para nosotros fuera de aquí ya lo estamos viendo: extracción de recursos a cambio de nada. Esa es la lección que, con sangre, estamos aprendiendo.

lunes, 13 de mayo de 2013

Austeridad y Gestión Turística

Se aproxima el verano y puede ser un buen momento para revisar el estado de todo lo que debe funcionar adecuadamente para atraer y atender a los turistas, fuente de recursos fundamental en momentos de grave depresión económica como los que atravesamos. En primer lugar habría que ver si el aeropuerto tiene los horarios adecuados para que vengan los turistas. Lo lógico es que pudiesen llegar desde Barcelona, nuestro principal proveedor de viajeros, por la mañana y que se pudiesen ir por la tarde. Eso hoy no es posible y los vuelos no son atractivos ni para los leoneses ni para los visitantes. Además los precios son poco competitivos. La Diputación, responsable del Consorcio de Turismo, dirige el consorcio de promoción del aeropuerto. Algo debería decir y hacer al respecto. Otro aspecto a revisar es la facilidad para encontrar oficinas de turismo y la capacidad para atender en ellas en portugués, francés, inglés y alemán con soltura. De nada sirve tener oficinas si no se pueden comunicar con los visitantes, como ha sido el caso durante muchos años. Además hay que revisar la utilidad de la información que se facilita en dos vertientes: ¿permite fijar la atención del visitante en lo más valioso? ¿Le atrae como para quedarse varios días? Ha habido mucha documentación ambigua y poco eficaz en destacar las cosas auténticamente excepcionales de León y en explicar por qué lo son. Los viajeros deberían tener también información sobre cómo combinar distintos medios de transporte. Ahora no hay folletos específicos dedicados a esto. Además es necesario disponer de mapas provinciales y locales donde se pueda visualizar una oferta compuesta por varias poblaciones que sugiera planificar estancias de varios días. También sería necesario tener guías orientadores en los principales monumentos para que puedan dar recomendaciones al visitante con explicaciones breves. Y para hacer todo esto no se necesitan nuevas partidas presupuestarias. Las instituciones tienen las personas –porque sus plantillas son amplias- y los medios –folletos, casetas, carteles, que ya se hacen-, luego sólo se requiere voluntad y planificación.

miércoles, 8 de mayo de 2013

La Quiebra del Bipartidismo

Las últimas encuestas sobre el estado de opinión de la sociedad española ponen de relieve que se considera a los partidos políticos uno de los problemas más graves del país. La sociedad está reclamando soluciones a una crisis profunda que los países europeos al norte no sufren o sufren con mínima intensidad. Sin embargo los representantes de los partidos no dan respuestas plausibles y sus declaraciones siguen guiadas por el tacticismo político. A tal grado de desenfoque se llega que algunos proponen como líderes emergentes a personas que jamás han trabajado fuera de la política, un pecado que los votantes no perdonan ya. La gente no quiere caras simpáticas, sino mensajes claros, inteligibles y que concreten las cosas que hay que cambiar; cosas que pueden llevarse por delante a muchos afiliados a los partidos. Sin embargo el colectivo de profesionales de la política está atrincherado en sus cargos: nada de listas abiertas, nada de proporcionalidad en el voto, nada de suprimir instituciones de escasa utilidad… nada de cambiar nada en la arquitectura institucional. Los políticos se han convertido en lo que se llamó “el búnker” en la transición. Son los elementos retardatarios de la modernización del país. Estamos funcionando con una arquitectura institucional que se diseñó para una España diferente a la de 2013. Nuestro país en 1980 no tenía nada que ver con el actual. Sin embargo los partidos se han convertido en los defensores de la tradición institucional en el peor de los sentidos. Tenemos a la Federación Española de Municipios y Provincias cantando al municipalismo para que no se eliminen miles de alcaldes y concejales; tenemos al Consejo Consultivo contando que lleva ofrecidos más de 11.000 dictámenes; tenemos al Tribunal de Cuentas disculpándose por no auditar las cuentas de los partidos de los últimos años; tenemos … la verborrea del pillado “in fraganti” mientras no hacía lo que debía. La reacción de la ciudadanía ha sido inmediata: romper con los grandes partidos. Sin embargo no es suficiente. Hacen falta decisiones con visión de estado y no está claro que estos políticos miren el interés general.

martes, 30 de abril de 2013

Recortes Públicos Donde no se Debe

No soy de los que creen que la austeridad en el gasto público sea un pecado. Este país ha realizado una transferencia enorme de recursos hacia otras economías y ahora el aparato productivo ya no produce un excedente suficiente para mantener el sector público que se creó. Lo que estamos viviendo es una simple acomodación entre lo que la economía privada es capaz de aportar y lo que el aparato del Estado puede gastar en función de eso. No vale como contraargumento decir que tenemos una economía sumergida grande porque incluso los países nórdicos tienen un porcentaje similar. Sí se puede esgrimir que los impuestos a las grandes empresas y a las no menores fortunas son bajos. Y en la discusión no vale decir que entonces se irán. Quien quiera estar en este país que se ajuste a las reglas del juego. Si se van, que se vayan, pero sepamos en qué equipo juega cada uno. Finalmente, sepamos con qué y con quiénes contamos. Sin embargo lo más doloroso no está siendo eso. Lo más lamentable es descubrir que se cierran plantas de hospitales públicos, comedores escolares o se rebaja las coberturas sanitarias mientras los gastos prescindibles se mantienen. En este país se podrían reducir en un 75% los ayuntamientos, se podrían eliminar la mitad de los canales de televisiones públicas, se podría reducir el número de diputados autonómicos, se podría eliminar la figura del asesor en nómina, se podría acabar con los defensores del pueblo autonómicos, con los consejos autonómicos de todo tipo, con el 90% de las empresas públicas. Se debería reducir drásticamente los escalones profesionales de la función pública y restringir los niveles jerárquicos, además de eliminar los puestos de libre designación por debajo del segundo o tercer nivel. Todo eso ahorraría miles de millones de euros, pero no se acomete aunque la economía del país se derrumbe. Luego habrá quien se queje de los escraches. Lo que me sorprende es que aún no haya habido alguno de esos padres que no pueden comprar comida para llevarles a sus hijos que le haya dado una paliza a un político. Lo más sintomático de cómo están las cosas es que mucha gente lo comprendería.

martes, 23 de abril de 2013

23 de Abril: Luto en León

La fiesta del 23 de abril es un día para el olvido en León. Las cosas han ido muy mal desde que esta provincia, junto con Zamora y Salamanca, fueron incorporadas a una autonomía ajena (fue una anexión, no se engañen). Eso a pesar de reconocerse hasta entonces como una región propia en la documentación oficial y libros de escuela. Por tanto no se puede negar lo evidente: la incorporación de León a la autonomía se hizo en contra del criterio histórico. Por otra parte, es conocido que las mayores manifestaciones que se han convocado en la capital son las que reclamaron la salida de León de la autonomía; las mayores porque la ciudad era más pequeña que hoy y el número de asistentes apenas se ha conseguido igualar en otra ocasión. En este sentido la voluntad popular está clara. Respecto a las decisiones que tomaron los ayuntamientos para afirmarse en la adhesión a la actual autonomía, se sabe por los que eran concejales entonces que en varias de estas instituciones se revocaron los acuerdos a favor de una autonomía sólo leonesa por orden de los jerarcas de los partidos. Sin esas revocaciones no se hubiese obtenido una mayoría a favor de la integración con los castellanos. En otras palabras, se hizo trampas. Se puede decir que la integración de León en la autonomía se consigue gracias a un pucherazo en los ayuntamientos. Debatía hace poco con un amigo sobre la tibieza de las autoridades leonesas en aquel momento, si se compara con lo sucedido en Cantabria o Logroño. Él me decía que no se echó el resto. Si contextualizamos lo que sucedió resulta que nadie en este país sabía lo que iban a ser las autonomías. Los más beligerantes lo eran porque suponía un avance hacia la independencia para ellos, no porque lo supiesen. Lo que Logroño y Cantabria no se encontraron, y nosotros sí, fue la oposición a la autonomía leonesa de un ministro de interior tardofranquista (estamos en los ochenta), y un jerifalte del PSOE que pactó con el ministro, además de la subordinación de los ciudadanas que se produce en una democracia recién nacida tras una dictadura. En resumen, a León le robaron la cartera y encima alguno lo celebra.

martes, 16 de abril de 2013

Cuando Caen los que Valen

La crisis está provocando la caída de numerosos proyectos y entidades. Contrariamente a lo que se suele decir, no siempre desaparecen los que menos valen. De hecho el tamiz de esta crisis es tremendamente injusto y hará declinar proyectos punteros para esta provincia. Para empezar citaremos el ADEMAR el equipo deportivo que ha puesto en el mapa a León. El Club de Balonmano, con un presupuesto moderado si se compara, se mantiene en las primeras plazas de la liga, es considerado un grande del deporte nacional y se cuenta con él en los torneos europeos cada año. León no dispone de ningún otro equipo con el nivel de relevancia mediática de éste y, sin embargo, existe el peligro de que se pierda o malbarate. La mala gestión de las administraciones públicas ha llevado a recortar, incluso con efectos retroactivos, el patronazgo, poniendo en peligro la continuidad del proyecto. Otro caso, en esta ocasión un evento deportivo, es el Campeonato Mundial de Ciclismo de Ponferrada, una convocatoria capaz de dar a conocer esta provincia como muy pocas. El cambio en el Ayuntamiento de la ciudad, cuyo exalcalde se comprometió con la planificación técnica y financiera, podría poner en dificultades la celebración de esta cita excepcional. Sería catastrófico que la ambición política truncase el primer mundial ciclista leonés. La crisis de la minería podría llevarse por delante también a la Hullera Vasco-Leonesa, una empresa que, de haber contado con el marco financiero previsto antes de la llegada de este gobierno, sería viable, dando así continuidad a un proyecto nacido en 1893. La Vasco ha sido el alma de la sociedad, la cultura y el poblamiento de la cuenca del Bernesga durante el último siglo. Ahora el incumplimiento de compromisos por parte del Ministerio de Industria pone en peligro el futuro de la entidad. En resumen, esta crisis se puede llevar mucho: malo y bueno. Por esta razón los ciudadanos no debemos ser condescendientes con los políticos sin examinar el trasfondo de sus cuestionables decisiones. No todo vale y hay que discriminar entre lo admisible -porque no quede más remedio- y lo definitivamente inadmisible.

martes, 9 de abril de 2013

Ley de Instituciones Suyas

La Junta de Castilla y León, preocupada por la crisis –como suponemos que se encuentra-, acaba de aprobar en cortes el anteproyecto de Ley de Instituciones Propias. A la tramitación se le ha dado un trato de urgencia y pocas enmiendas han sido incorporadas al texto, como las pactadas con el PSOE relativas a las dietas, según informa la prensa. Esta ley intenta proteger aquellas instituciones que en toda España se juzgan como prescindibles, ya que reproducen el esquema del gobierno central sin necesidad. Se trata del Consejo de Cuentas, del Procurador del Común, del Consejo Consultivo y del Consejo Económico Social. Como es palmario, se trata de instituciones donde unos señores aconsejan, lo que equivale a opinar sin compromiso. Ninguna de sus recomendaciones son vinculantes y la mayoría de los ciudadanos no saben para qué sirven en la práctica. Lo que sí se conoce es que los cuatro foros podrían desaparecer mañana mismo sin que pasase nada negativo ni a corto ni a largo plazo. Son un coste sin retorno, un sumidero de recursos, un lujo sin justificación cuando cientos de miles de personas están en la pobreza o a punto de entrar en ella en la autonomía. También se sabe que son un colocadero de afines, lugares donde se reparten jubilaciones de oro, hogares de la “dolce vita” y la visa oro, donde se trufa la vida diaria con recepciones y canapés, con viajes y palmaditas, y con informes irrelevantes –por poco leídos, no por malos- redactados por cuatro para dar sentido al sueldo de cincuenta. Que la Junta de Castilla y León se preocupe de blindar estos islotes hace que la Ley de Instituciones Propias lo sea más que ninguna otra: son instituciones suyas y sólo suyas, aunque el dinero sea de todos. Así que hablemos de la Ley de Instituciones Suyas, para que no haya equívocos. Y llegados a este punto en que la Junta protege esas instituciones, en que no elimina ayuntamientos porque apoya el municipalismo (vaya usted a saber qué quiere eso), en que la ratio de altos cargos sobre el personal de servicio directo al ciudadano no baja, cabe preguntarse ¿van ustedes a tocar lo suyo o solo pagamos la crisis los demás?

lunes, 1 de abril de 2013

Riaño y la Ordenación del Territorio

La Junta de Castilla y León lleva decenios hablando de una ordenación del territorio que garantice la sostenibilidad y la calidad de los servicios públicos. De esa pretensión surgieron el Modelo Territorial de 1996 y todas sus secuelas, Directrices Esenciales, Planes Regionales de Ámbito Territorial y la documentación posterior que, como morrillos, van acumulándose y formando una montaña de papel que apenas nadie lee y pocos toman en consideración globalmente. Sin embargo los documentos de política estratégica debieran ser la luz que guiase el gasto público, luz dimanante de sus objetivos: prestación sostenible de servicios de calidad suficiente y similar para todos los ciudadanos. Los alumnos de 11 –si cumplen a fin de año- y 12 abriles empiezan la ESO en el instituto. Aún son niños a esa edad e incluso después, por lo que está convenido que es inaceptable que sus desplazamientos superen tiempos de unos cincuenta minutos como máximo. Mucho más si se hace por carreteras que entrañen algún peligro. La Junta ha anunciado el cierre de las unidades de educación secundaria en Riaño y su desplazamiento a Cistierna. Esto supone admitir que los alumnos de Riaño hacia el norte habrán de sumar 35 kms más de desplazamiento por una carretera de montaña que las guías más conocidas estiman en 44 minutos. En resumen, cualquier alumno del propio Riaño, que no se desplazaba hasta ahora, deberá añadir hora y media diaria en desplazamientos. El resto pasarán largamente de los 50 minutos de ida y otro tanto de vuelta. En consecuencia la medida dispuesta por la Junta es inaceptable. La Junta debe aclarar si es capaz de garantizar los servicios públicos que le encomienda el Estado -el mismo Estado que construyó el embalse de Riaño y contribuyó al vacío poblacional de la zona- o no. Y los ciudadanos debemos exigir esa prestación aquí, en La Cabrera o en Laciana –si no al tiempo-. La Junta ha de entender que la Provincia de León tiene una orla de montañas que ocupan 10.000 kms cuadrados con todo lo que eso implica. Que se atienda a esa realidad es imperativo. Así que, cuando haya que recortar, están los coches de los consejeros.

martes, 26 de marzo de 2013

Ayuntamientos y Planes de Futuro

Acabamos de saber que el Ayuntamiento de León ha solicitado ayuda a más altas instancias ante lo que considera que es la imposibilidad de atender a los pagos de los créditos pendientes. Por su parte el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo ha visto cómo el equipo de gobierno veía rechazado su plan de saneamiento económico. En ambos casos se ha llegado a una situación de práctico bloqueo, ya que la gestión a partir de ahora se haría en la plena conciencia de que no se respetan los términos de la nueva ley de sostenibilidad de las administraciones públicas. Sin duda ningún equipo de gobierno puede aceptar esa situación sin proponer medidas alternativas y drásticas. Se da el caso de que León, con sus 132.000 habitantes y San Andrés del Rabanedo con sus 32.000 son poblaciones contiguas y, en muchas zonas de límite, fusionadas. Los habitantes de San Andrés hacen uso habitualmente de los servicios de la ciudad de León y son muchos los leoneses que trabajan en las empresas de San Andrés. Los servicios que prestan ambos ayuntamientos se parecen mucho, ya que el de San Andrés ha alcanzado una dimensión poblacional notable. En resumen, León y San Andrés del Rabanedo forman una sola unidad funcional urbana. En estas circunstancias y viendo el bloqueo de los planes de saneamiento de ambos municipios sería lógico proponer soluciones comunes que garantizasen importantes ahorros por la vía de las economías de escala. Uno de los más interesantes sería que ambos ayuntamientos tuviesen el mismo alcalde e, incluso, los mismos concejales. Eso por no hablar de tener los mismos arquitectos municipales, el mismo contrato de limpieza, la gestión común de servicios informáticos ... Nadie duda de que se produciría un cuantioso ahorro. ¿Por qué esperar? Para que nadie se sienta herido podría empezarse porque el ayuntamiento de León pidiese su absorción por el de San Andrés del Rabanedo. De esa manera los vecinos de la capital pasarían a depender del ayuntamiento vecino, que colocaría su sede en la calle Ordoño, tierra conquistada. Al alcalde de León siempre le quedaría la honrilla de ser pedáneo, no fuese a molestarse alguien.

lunes, 18 de marzo de 2013

El Concejo Leonesista

El sábado pasado tuvo lugar un concejo abierto leonesista para hablar de las alternativas del movimiento en el futuro. La sesión se articuló en torno a seis ponencias en las que diversas personas del movimiento expusieron su punto de vista sobre la situación actual y cómo estimaban que podría potenciarse la presencia leonesista. Al final se desarrolló un interesante e intenso turno de intervenciones que avivó el debate. Entre las conclusiones más evidentes quedó que existe una corriente amplia y multilineal del leonesismo sociocultural y del económico que está asentada. No hay más que ver cómo actos y reivindicaciones de todo tipo siguen existiendo cuando han desaparecido las ayudas públicas, cosa que no puede decirse de otros ámbitos de la actividad ciudadana. El leonesismo es visto con simpatía por una mayoría social, algo impensable hace veinte años, y como la normalidad en León a nivel de calle y de medios de comunicación. Los espacios pancastellanistas o projuntistas –llámese como se quiera- son generalmente producto de subvenciones y se califican de “frikis” en el lenguaje coloquial. El problema convenido por la casi unanimidad del concejo es la desconexión de los partidos sedicentemente leonesistas de la corriente social que les sirvió de sustrato. Los tres partidos leonesistas o no existen prácticamente (PREPAL) o no funcionan como tales (UPL y PAL). Los dos mayores se han convertido en playas de desembarco de oportunistas en la política. Carecen de compromisos con el leonesismo y reclaman manos libres para que haga lo que quiera quien los dirija en cada momento; eso sí, siendo lo menos molestos y lo más amables que se pueda con todas las instancias del poder. Sin embargo es un hecho que esta autonomía se sustenta sobre un grave problema constituyente, lo que está reñido con las posturas de comodidad. La voluntad popular era manifiestamente contraria a esta autonomía tal y como se configuró y, a pesar del adoctrinamiento de 30 años, la herida sigue abierta. En conclusión, es necesario que el leonesismo tenga presencia en las instituciones con programas, compromisos y calendarios. Lo demás …

martes, 12 de marzo de 2013

Ponferrada, el Fin y los Medios

La moción de censura que acaba de presenciar el municipio ponferradino da pie a reflexiones más allá de la ira o el júbilo. Por eso conviene más la mesura que la verborrea fácil que el contexto mediático ha puesto como premisa para hablar del lío a tres bandas en la ciudad del puente, con el fondo de un juicio por acoso sexual acaecido hace unos años. Porque estos sucesos de hoy atañen más a la política y a la ética que a la justicia. En primer lugar hay que preguntarse por qué Folgueral se ha planteado lanzar esta moción de censura. Más allá de vaguedades del estilo de “la ciudad está paralizada”, no se le conoce propuesta concreta alguna. Cuando uno quiere acceder a una alcaldía debe tener una idea global, pero luego debe ser traducida en actuaciones concretas, algunas de ellas de calado grande, que sean transmitidas al ciudadano. Nada o poco de eso ha comunicado Folgueral. Sólo se puede concluir que él quiere ser alcalde, como Concha Velasco artista. Poco bagaje es ése para ilusionar a una ciudad de 70.000 habitantes. En segundo lugar está Álvarez, que cambia el alcalde y se va. Si en la maniobra no tiene beneficio, hay que pensar que estamos ante una pura venganza y si lo hay ... Poco fuste da esa motivación para tanta arrogancia. Álvarez transformó en otro tiempo la ciudad negra en una urbe agradable, una labor de altura, pero ahora ha terminado cayendo en lo trivial, en debates de corrala. Riesco ha mantenido la ciudad pulcra y deja la herencia del Mundial de ciclismo –crucial para la proyección de la ciudad-, que a su gestión le debe todo. Sin embargo le faltó impulso para mojarse en batallas mayores, de ciudad grande, como la Ponferrada-Orense, con la entrega que merecen. También la nobleza de no haber arremetido contra su partido en este momento amargo. El espectáculo del PSOE causa tristeza porque para ellos, en el fondo, nada importa Ponferrada. Importa la imagen, las luchas de familias, si éste es de los míos o no. ¿Qué quiere el PSOE para Ponferrada? Este es el drama imputable a todos los actores: el fin es una alcaldía, no unos ideales de gestión. Y los medios ... todo vale. Lamentable.

martes, 5 de marzo de 2013

Un Engaño de 20 Millones

La noticia de que entre 2004 y 2012 la Junta pagó a Ryan Air 20 millones de euros por volar desde Valladolid corre el peligro de quedarse encasillada en el debate entre los aeropuertos de Valladolid y León. El trasfondo de esta actuación es mucho más grave que eso, y atañe a la forma oscura y caprichosa en que se gestionan y destinan una parte de los fondos públicos autonómicos sin que por ello se exija responsabilidades. Además pone a exposición pública la catadura moral de los implicados por acción u omisión, algunos de ellos abiertamente mentirosos, circunstancia ésta que debería traducirse en dimisiones. La cuestión es que la Junta ha entregado estos 20 millones de euros a una empresa. La empresa ha resultado ser pública, pero ha suscrito por su cuenta y riesgo, con ese dinero de todos, un acuerdo confidencial con otra empresa, privada en este caso. ¿A cuenta de qué puede la Junta destinar ese dinero ni ninguno a acuerdos secretos entre terceros? ¿Qué clase de publicidad se le da entonces al destino del dinero de todos? ¿Quién audita a SOTUR? Por otra parte, ¿sabía la Junta que SOTUR se comprometía solamente con Villanubla? ¿A cuenta de qué se da trato de favor a un aeropuerto de la red autonómica? ¿Hizo algo el consejero, al que se le llena la boca de León, para corregir esa situación? ¿Conocía el alcalde de Valladolid el trato de favor? Cómo es probable que sí ¿quiere esto decir que ha estado mintiendo con cada declaración en la que decía que en igualdad de condiciones los pasajeros iban a Valladolid? ¡Y que decir del papelón de las autoridades provinciales! Si el alcalde de Valladolid conocía el acuerdo ¿cómo es que el de León no lo conocía? ¿O sí lo conocía? ¿Y el consorcio lo conocía? Y si lo conocía el consorcio de Valladolid, ¿es menos importante el consorcio de León? Pero vamos a ver, ¿no eran fondos públicos de los que todo el mundo ha de saber cómo se gestionan? Nos han estado restregando por la cara que este aeropuerto tenía menos pasajeros que Valladolid ¿Ayuntamiento y consorcio dicen algo ahora? ¿Es así como se ganan el sueldo? No quiero epítetos, como ciudadano quiero respuestas.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Ayuntamiento e Inactividad Cultural

León es una ciudad conocida por su sorprendente actividad cultural. Hay muy pocas ciudades en España de las dimensiones de ésta que se puedan comparar en convocatorias musicales, conferencias, presentaciones de libros, coloquios, recitales poéticos, concentraciones folclóricas, exposiciones y toda especie de agitación que entrañe despliegue de las artes y de la razón. Sin embargo la entrada del actual equipo de gobierno ha apagado buena parte de esta actividad. Si bien es cierto que la reducción de ayudas públicas ha propiciado el languidecimiento de la marea cultural leonesa, no es menos cierto que el ayuntamiento no se lo pone fácil a quienes desean desarrollar sus iniciativas. Es cierto que la falta de recursos por la política de ahorro impide cofinanciar muchos actos culturales, pero tampoco deja de serlo que el ayuntamiento es titular de numerosas instalaciones en las que las iniciativas populares pueden ser acogidas; instalaciones que, por otra parte, son de todos los leoneses. Si una cosa es no subvencionar, otra es obstaculizar o prohibir el uso de esos edificios. El ayuntamiento leonés debiera plantearse que, ante la escasez de recursos, haya que abrir las puertas a todo aquel capaz de organizar un acto de agitación cultural en la ciudad. Se echa en falta que quienes rigen las concejalías no inviten al mundo asociativo y a quien pudiera acercarse a la institución a hacer uso de cuanta instalación esté disponible. Y ya que no ayudan económicamente, al menos que no cobren por dicho uso. El ayuntamiento no se puede convertir en una gestora de espectáculos a comisión. De lo contrario, cuatro años con esta forma de hacer de la alcaldía pueden ser devastadores para una ciudad que fuera famosa en años anteriores por su ambiente de calle, por la calidad de su ocio y por su oferta de entretenimiento. El equipo municipal tiene que salir de la retórica de la crisis y poner a disposición de quien lo necesitare sus recursos, que son personal y locales, que van a estar ahí en cualquier caso. No todo se justifica con un “no tenemos dinero”. No se puede permitir la reducción de León a la categoría de pueblón.