jueves, 25 de junio de 2015

LEÓN EN EL EXTERIOR

La semana pasada coincidí en una reunión profesional con algunas personas que habían estado en León recientemente. La causa era -¡cómo no!- una despedida de soltero. La apreciación que me transmitieron de la ciudad es que es muy agradable y que tiene mucha marcha. Estaban sorprendidos de lo que encontraron. En realidad me dijeron que era un pueblo mucho más grande de lo que pensaban. Tuve que dar explicaciones para que supiesen que es un área metropolitana de 200.000 habitantes. De hecho la de Vitoria, donde me hallaba, tiene solo 80.000 habitantes más. Lo que me transmitieron mis contertulios es la percepción de la capital leonesa que hay en el resto del país. León ha pasado en estos 4 años a ser invisible y por eso la ciudad no es ni puede ser candidata a nada. Para el resto del mundo León es irrelevante. Y eso limita las posibilidades de crecimiento de la ciudad, ya que no resulta atractiva para ninguna iniciativa exterior. Una de las funciones más importantes del nuevo equipo de gobierno es restaurar la presencia pública de León en el exterior, hacer presente la ciudad en telediarios y foros, en medios profesionales y tertulias. Como se ha pasado de un alcalde que rehuía la presencia pública -como se aprecia en la actividad que desplegó en cuatro años- a otro que acostumbra a acumular fotos en sus actividades, estamos ante un punto fuerte que debería ser aprovechado. Hay que tener en cuenta que Silván tiene un perfil público destacado en el ámbito autonómico. Su segundo, Salgueiro, está acostumbrado a trabajar los pasillos de la Junta. Por último está Margarita Torres, una mujer ambiciosa, buena comunicadora, que goza con su proyección pública, lo que no es bueno ni malo en sí mismo, pero que para el tema que nos ocupa resulta óptimo, si se combina con capacidad de trabajo y rigor. Este equipo de gobierno tiene en la terna de salida los elementos suficientes para hacer un plan de proyección exterior de la ciudad. Y no tenga miedo Silván a que se le acuse de la fe del converso, que muchos lo haremos porque ese es su perfil ahora mismo; lo que importa es que se mueva con éxito, porque más adelante reclutaría muchas confianzas que hoy no tiene. La proyección exterior tiene tres vectores que deben ser trabajados: el turístico, el político y el económico. Además la acción se ha de desarrollar en tres ámbitos: el entorno próximo, el nacional y el europeo. Para realizar una acción eficaz sería bueno disponer de un plan estratégico, pero eso tarda en hacerse y hay que empezar ya a trabajar. Vamos a ver de qué son capaces.

jueves, 18 de junio de 2015

LOS RETOS DE LEÓN

La nueva corporación de la capital tiene ante sí grandes retos que, bien resueltos, pueden cambiar la trayectoria declinante de la ciudad. Son tan visibles estos desafíos que a nadie se le escapan; pero no por eso han de caer en el descuido, que es el peligro de convertir en rutinario lo muy visible. Uno de los retos es capitalizar la fortuna invertida en la línea de FEVE, a fin de hacer efectivo un corredor de transporte urbano que hace llegar a la población metropolitana del norte al centro de la ciudad. Es muy probable que, si no se resuelve el bloqueo del tranvía, el propio ferrocarril desaparezca. La transitoriedad perpetua en que ha quedado, desplomó la cifra de pasajeros. Esta corporación, o recupera, o probablemente cierre la FEVE, y la entregue a los matojos y las ratas. Otro de los retos es la integración de León oeste, con 60.000 habitantes, en la ciudad mediante tres actuaciones: el soterramiento del ferrocarril, la conclusión del palacio de congresos y la programación anticipada del mismo, así como el aprovechamiento eficaz de la plataforma ferroviaria, que ahora fractura la ciudad sin aportar actividad e impidiendo el despliegue del callejero sobre ella. Un reto importante para situar León en el mapa es que no se pongan más obstáculos al desarrollo del aeropuerto. La instalación tiene un potencial de 250.000 pasajeros y sólo una pésima gestión, como la realizada hasta ahora, puede detenerlo. El Aeropuerto de León es una pieza fundamental para el liderazgo urbano regional. Otro aspecto importante es la integración municipal del espacio metropolitano, algo que tendrá que llegar cuando aparezca un líder con la suficiente entidad, si no se hace antes manu militari desde el gobierno central. Es inaudito que los 200.000 habitantes de León sufran dos redes de transporte superpuestas, varias policías municipales, diversos contratos de servicios para lo mismo, decenas de concejales ... donde otras ciudades tienen una sola corporación, un solo servicio en cada cosa y mucha más calidad de gestión. El lío metropolitano leonés supone una desventaja que pagamos entre todos en forma de decadencia económica. La segunda área metropolitana de la autonomía figura como la cuarta ciudad. ¿Será que nos gustará ser invisibles? Por último, si de verdad se quiere cambiar la trayectoria de León, hay que encargar un plan estratégico que comprometa a todos en objetivos a diez años. Solo así empujaremos en una sola dirección. Si los nuevos ediles consiguen parte de esto, los buenos resultados estarán garantizados desde el inicio.

jueves, 11 de junio de 2015

ÁRBITROS Y ALCALDÍAS

El sábado conoceremos a los integrantes de la nueva corporación municipal de León, de la que va a salir un equipo de gobierno, según parece, del Partido Popular. A esa conclusión se llega tras la intervención de un partido que viene con vocación de árbitro: Ciudadanos. Sin embargo no debiera creer este nuevo grupo que su postura es de observar y ver. Pese a la bisoñez de sus miembros, se les va a exigir poco menos que a los gobernantes. Cualquier error que cometa el equipo líder podrá ser inmediatamente imputado a la pasividad del partido que permite gobernar. Por eso a la agrupación acompañante se le pide algo más que medidas anticorrupción y propuestas de participación ciudadana –que ambas están muy bien, pero no son suficientes-. De cualquier grupo político se espera una idea de ciudad, unos porqués de sus apoyos o desacuerdos, y una coherencia interna en sus decisiones. Eso no es posible si no se tiene una visión de ciudad. En consecuencia van a comprobar que “dejar que gobiernen” no les va a salir gratis. Mucho menos cuando el partido que va a mandar ha protagonizado los años más catastróficos para la economía y la sociedad leonesa del Siglo XXI. Incluso puede ser peor si quien está al frente del ayuntamiento es la misma persona que ha bloqueado proyectos relevantes para la ciudad y la provincia desde una consejería. En definitiva hay que preguntar a Ciudadanos qué piensan de la vía rápida entre León y Braganza, o sobre el corredor logístico atlántico que tenía que pasar por León y que la consejería del exconsejero no propuso a Europa. Porque eso también se va a evaluar; y es que en diciembre hay lecciones generales y en Ciudadanos quieren un diputado. Por otra parte, y en un plano más constructivo, urge redefinir el papel de la ciudad de León en tres vertientes: la calidad como ciudad del ocio, la calidad como ciudad de asentamiento de actividades industriales y la calidad como ciudad de liderazgo en la organización del sistema de ciudades del noroeste de España. Y este último aspecto es relevante porque las principales ciudades del noroeste están en los márgenes de ese cuadrante: La Coruña, Vigo, Gijón, Oporto, Valladolid, pero la más grande de las que ocupan una posición centrada es León. Por lo tanto el papel que aporta la geoestrategia a esta ciudad es crucial y requiere una alcaldía a la altura de las circunstancias. Y ya sabemos que hay que recoger las basuras, mantener los jardines o proporcionar agua de grifo, pero eso se da por hecho. Ser alcalde de León es mucho más y ya hemos visto lo que pasa cuando no se está a la altura.

viernes, 5 de junio de 2015

EMPLEO Y SUICIDIO POLÍTICO

Hay veces que a ciertos partidos las cosas les salen mal porque ponen todos los elementos necesarios para que así salgan. Hay veces que insisten en argumentos que al público le parecen una burla. Es el caso del Partido Popular en este momento. Se han hecho públicos los datos de paro y cotización a la Seguridad Social con gran júbilo por parte de los conservadores. Que el paro baje y que el número de cotizantes crezca parecen condición suficiente para decir que el país va bien. No ha sido bastante la pérdida aguda de apoyo en las últimas elecciones locales y autonómicas como para que sean conscientes de que es un error creerlo. Pese a que se acaba de votar en buena medida en clave nacional no se dan por aludidos. El hecho es que para que el mes de mayo haya sido uno de los mejores de la serie histórica han tenido que firmarse miles de contratos con condiciones laborales degradadas. Se tienen que haber tramitado tantos como crecimiento registrado más otros muchos más que han venido a sustituir a todos los empleos que se han destruido en el periodo. Y es que el balance laboral es el saldo entre los despidos que se producen cada mes y los contratos generados en el mismo mes. Eso quiere decir que si hay por ejemplo cien mil cotizantes más es consecuencia de que se han firmado unos doscientos mil contratos. En los tiempos que corren cualquier nuevo contrato tiene peores condiciones que aquellos que se han destruido. Por eso el fuerte repunte del empleo en este mes se traduce paradójicamente en un rápido deterioro de las condiciones laborales de los españoles. Y decir que es mejor trabajar que estar en el paro es verdad, aunque también quiere decir que la gente que lo destaca está en la posición del “todo vale”. Sin embargo el ciudadano normal piensa que no todo le valdría. Debido a esta dinámica se está completando un proceso acelerado de proletarización de la mayor parte del país. Las clases medias están pasando a ser clases bajas. En esas condiciones afirmar que la economía española va bien es una temeridad. Irán bien las cifras macroeconómicas, pero las finanzas familiares van de pena. Que un partido insista en que todo va bien en esta tesitura refleja una profunda falta de perspectiva, una interpretación errónea de los datos, una insensibilidad social insultante y una completa falta de conciencia sobre el empobrecimiento general, algo que a la mayoría afectada le desagrada. Y en esas condiciones dicha mayoría piensa que es mejor que sean relevados en el poder por otros con más valores humanos y menos ceguera social.