martes, 28 de mayo de 2013

Leche, Salud e Importación

España es uno de los países más deficitarios en producción de leche de vaca de Europa. Como resultado de esa situación nos hemos convertido en los importadores de leche sobrante de Francia, Alemania, Holanda ... Es una paradoja por cuanto nuestros ganaderos de vacuno se encuentran en una situación difícil a causa de los bajos precios. Y cabe preguntar ¿cómo es posible que el precio de la leche baje si la tenemos que importar y fuera no es más barata? La explicación está en que hace unos años se promocionó el consumo de la leche de larga duración, conocida como UHT, en contra de lo que se había hecho entre los consumidores europeos. Éstos consumen preferentemente aún hoy leche con tratamientos mucho más suaves, como la pasteurización. La duración de la leche UHT permite recoger excedentes de toda Europa -tratados además con estabilizadores químicos- y traerlos a bajo precio a nuestro país. En él penetran por debajo del coste de producción y con unas calidades ... Con el paso del tiempo se ha ido comprobando que el tratamiento UHT y la aditivación provocan en la leche sustanciales cambios químicos que hacen que a este producto algunos lo califiquemos como un subproducto de leche, pero no leche en sí. Las modificaciones químicas que sufre la leche UHT inciden en su digestibilidad, lo que está provocando problemas clínicos que se vienen diagnosticando como intolerancia a la leche. En consecuencia se está creando mala prensa hacia el producto lácteo en general. Sin embargo el fundamento es falso en muchos casos, ya que cuando se pasa a consumir leche pasterizada los problemas desaparecen. No se puede confundir la leche cruda o suavemente tratada (pasterizada) con un subproducto llamado leche UHT. En consecuencia el consumo masivo de leche UHT ha machacado el sector vacuno y lácteo y lo ha dejado a merced de los productores foráneos, ha rebajado la calidad del producto, está produciendo un rechazo injustificado a la leche sin tratar y conlleva problemas en ciertas personas. Convendría que las administraciones tomasen cartas en este asunto que afecta a los consumidores y a la supervivencia de todo un sector.

martes, 21 de mayo de 2013

El Leonesismo y El Vacío

Distintas organizaciones de León se han manifestado esta semana sobre el agudo declive de esta tierra con toda la razón. De una observación superficial se puede concluir que no existe liderazgo alguno para emprender el camino hacia algún objetivo esperanzador. Por otra parte, la segunda línea de líderes, la social, no parece ser capaz de trazar los vectores principales que harán salir de la crisis un León fuerte y reestructurado. La capacidad de interlocución de León para defender sus intereses se ha reducido fuertemente en los dos últimos años. León, no suena, no existe para muchos, es ignorado. La clave de este desconcierto está probablemente es que se ha dejado la solución en manos de despachos foráneos. A lo que estamos asistiendo es a la zamoranización de León, la conversión de esta provincia en un territorio sometido a intereses externos, una colonia de la que se sacan recursos y personas, y en la que se invierte lo justo para evitar una revuelta social. Eso sí, garantizando su declive con un tratamiento a la baja respecto a su entorno. La única solución a esta atonía es desplegar las capacidades que permitan conocer, como hasta hace poco sucedía, los intereses de León, sus posibilidades de futuro. La salida del declive pasa por una visión legiocéntrica, en la que primen los intereses de León, que sólo puede ser elaborada desde aquí. Si las gestiones con Antibióticos se hubiesen hecho desde León serían más estrechas, monitorizadas, presionantes y eficaces. Si León tuviese interlocución con Madrid no pasaría lo que con el ferrocarril, con la autovía a Orense, o con los regadíos pendientes. Somos moneda de cambio, un peón que sacrificar. León debe tener su propio plan porque tiene sus propios intereses, que en ocasiones son contrapuestos a los de Valladolid, o a los de Asturias, o a los de Galicia. Aunque haya quien no sea capaz de aceptarlo, a poner los intereses de León por delante y evitar que nos roben la cartera se le llama “leonesismo”. Lo que quieren para nosotros fuera de aquí ya lo estamos viendo: extracción de recursos a cambio de nada. Esa es la lección que, con sangre, estamos aprendiendo.

lunes, 13 de mayo de 2013

Austeridad y Gestión Turística

Se aproxima el verano y puede ser un buen momento para revisar el estado de todo lo que debe funcionar adecuadamente para atraer y atender a los turistas, fuente de recursos fundamental en momentos de grave depresión económica como los que atravesamos. En primer lugar habría que ver si el aeropuerto tiene los horarios adecuados para que vengan los turistas. Lo lógico es que pudiesen llegar desde Barcelona, nuestro principal proveedor de viajeros, por la mañana y que se pudiesen ir por la tarde. Eso hoy no es posible y los vuelos no son atractivos ni para los leoneses ni para los visitantes. Además los precios son poco competitivos. La Diputación, responsable del Consorcio de Turismo, dirige el consorcio de promoción del aeropuerto. Algo debería decir y hacer al respecto. Otro aspecto a revisar es la facilidad para encontrar oficinas de turismo y la capacidad para atender en ellas en portugués, francés, inglés y alemán con soltura. De nada sirve tener oficinas si no se pueden comunicar con los visitantes, como ha sido el caso durante muchos años. Además hay que revisar la utilidad de la información que se facilita en dos vertientes: ¿permite fijar la atención del visitante en lo más valioso? ¿Le atrae como para quedarse varios días? Ha habido mucha documentación ambigua y poco eficaz en destacar las cosas auténticamente excepcionales de León y en explicar por qué lo son. Los viajeros deberían tener también información sobre cómo combinar distintos medios de transporte. Ahora no hay folletos específicos dedicados a esto. Además es necesario disponer de mapas provinciales y locales donde se pueda visualizar una oferta compuesta por varias poblaciones que sugiera planificar estancias de varios días. También sería necesario tener guías orientadores en los principales monumentos para que puedan dar recomendaciones al visitante con explicaciones breves. Y para hacer todo esto no se necesitan nuevas partidas presupuestarias. Las instituciones tienen las personas –porque sus plantillas son amplias- y los medios –folletos, casetas, carteles, que ya se hacen-, luego sólo se requiere voluntad y planificación.

miércoles, 8 de mayo de 2013

La Quiebra del Bipartidismo

Las últimas encuestas sobre el estado de opinión de la sociedad española ponen de relieve que se considera a los partidos políticos uno de los problemas más graves del país. La sociedad está reclamando soluciones a una crisis profunda que los países europeos al norte no sufren o sufren con mínima intensidad. Sin embargo los representantes de los partidos no dan respuestas plausibles y sus declaraciones siguen guiadas por el tacticismo político. A tal grado de desenfoque se llega que algunos proponen como líderes emergentes a personas que jamás han trabajado fuera de la política, un pecado que los votantes no perdonan ya. La gente no quiere caras simpáticas, sino mensajes claros, inteligibles y que concreten las cosas que hay que cambiar; cosas que pueden llevarse por delante a muchos afiliados a los partidos. Sin embargo el colectivo de profesionales de la política está atrincherado en sus cargos: nada de listas abiertas, nada de proporcionalidad en el voto, nada de suprimir instituciones de escasa utilidad… nada de cambiar nada en la arquitectura institucional. Los políticos se han convertido en lo que se llamó “el búnker” en la transición. Son los elementos retardatarios de la modernización del país. Estamos funcionando con una arquitectura institucional que se diseñó para una España diferente a la de 2013. Nuestro país en 1980 no tenía nada que ver con el actual. Sin embargo los partidos se han convertido en los defensores de la tradición institucional en el peor de los sentidos. Tenemos a la Federación Española de Municipios y Provincias cantando al municipalismo para que no se eliminen miles de alcaldes y concejales; tenemos al Consejo Consultivo contando que lleva ofrecidos más de 11.000 dictámenes; tenemos al Tribunal de Cuentas disculpándose por no auditar las cuentas de los partidos de los últimos años; tenemos … la verborrea del pillado “in fraganti” mientras no hacía lo que debía. La reacción de la ciudadanía ha sido inmediata: romper con los grandes partidos. Sin embargo no es suficiente. Hacen falta decisiones con visión de estado y no está claro que estos políticos miren el interés general.