miércoles, 8 de mayo de 2013

La Quiebra del Bipartidismo

Las últimas encuestas sobre el estado de opinión de la sociedad española ponen de relieve que se considera a los partidos políticos uno de los problemas más graves del país. La sociedad está reclamando soluciones a una crisis profunda que los países europeos al norte no sufren o sufren con mínima intensidad. Sin embargo los representantes de los partidos no dan respuestas plausibles y sus declaraciones siguen guiadas por el tacticismo político. A tal grado de desenfoque se llega que algunos proponen como líderes emergentes a personas que jamás han trabajado fuera de la política, un pecado que los votantes no perdonan ya. La gente no quiere caras simpáticas, sino mensajes claros, inteligibles y que concreten las cosas que hay que cambiar; cosas que pueden llevarse por delante a muchos afiliados a los partidos. Sin embargo el colectivo de profesionales de la política está atrincherado en sus cargos: nada de listas abiertas, nada de proporcionalidad en el voto, nada de suprimir instituciones de escasa utilidad… nada de cambiar nada en la arquitectura institucional. Los políticos se han convertido en lo que se llamó “el búnker” en la transición. Son los elementos retardatarios de la modernización del país. Estamos funcionando con una arquitectura institucional que se diseñó para una España diferente a la de 2013. Nuestro país en 1980 no tenía nada que ver con el actual. Sin embargo los partidos se han convertido en los defensores de la tradición institucional en el peor de los sentidos. Tenemos a la Federación Española de Municipios y Provincias cantando al municipalismo para que no se eliminen miles de alcaldes y concejales; tenemos al Consejo Consultivo contando que lleva ofrecidos más de 11.000 dictámenes; tenemos al Tribunal de Cuentas disculpándose por no auditar las cuentas de los partidos de los últimos años; tenemos … la verborrea del pillado “in fraganti” mientras no hacía lo que debía. La reacción de la ciudadanía ha sido inmediata: romper con los grandes partidos. Sin embargo no es suficiente. Hacen falta decisiones con visión de estado y no está claro que estos políticos miren el interés general.

No hay comentarios: