miércoles, 23 de febrero de 2011

León y la Crisis Alimentaria

La crisis que sufre el norte de África está relacionada con el incremento del precio de los alimentos básicos. Por esta razón hay que observar con cautela los movimientos en otros países del tercer mundo en las próximas semanas.
Me explicaba un amigo -experto en el análisis del mercado alimentario mundial- que asistimos a una situación comprometida. Los precios internacionales de los productos agrícolas han subido de manera muy notable los últimos meses. Eso ha venido provocado porque los pronunciados ascensos en el precio del petróleo han desencadenado la utilización de toda la capacidad en las plantas de bioetanol y biodiesel. En estos momentos la potencia transformadora instalada es capaz de absorber una buena parte de los alimentos mundiales para convertirlos en combustibles.
A esta circunstancia se han sumado las malas cosechas en Rusia, la sequía en China y algunas otras desafortunadas coincidencias. De esta manera los depósitos de regulación en todo el mundo, que amortiguaban las variaciones de precio, están en niveles mínimos; niveles que han provocado un repunte rápido de los precios. Por otra parte, este marco perjudica a los ganaderos, que han visto reducir sus márgenes por el alto coste del pienso. Sin embargo, en este momento los precios de la leche empiezan a subir, porque también la producción empieza a ser insuficiente y las reservas de leche en polvo se han desplomado.
En este marco de juego aparece ahora un factor nuevo. Algunos de los países clasificados como “tercer mundo” disponen actualmente de gran cantidad de dinero, debido a la producción de petróleo y a la exportación. En esta coyuntura los dirigentes de esos países pagarán lo que sea por comprar alimentos y evitar desórdenes como los vistos en África del Norte. La combinación resulta explosiva.
En este ajuste del mercado alimentario, León se encuentra en una importante encrucijada porque la producción de alimentos será esencial. León cuenta con enormes y modernizadas superficies de regadío y con una excepcional cabaña ganadera de leche, por lo que puede capitalizar estas tensiones con una apuesta adecuada por el sector primario.

miércoles, 16 de febrero de 2011

León y los Vinos de Aquí

De todos es conocido que en la ciudad de León existe la tradición de salir a tomar unos vinos a diario y en los fines de semana. De esa costumbre vive un amplio sector de la hostelería a los que se les supone conocimiento de la actividad y profesionalidad sobrada en la prestación del servicio que venden. Por otra parte, el sector atraviesa unos momentos muy difíciles por el aumento de sus costes, el descenso de afluencia de los clientes y, como colofón, la ley antitabaco. Podemos afirmar que los bares se encuentran en la peor coyuntura que han sufrido en muchos años.
La crisis provoca que el consumo medio por cliente haya bajado, pero en muchos establecimientos no se detecta que se hayan tomado medidas en contra de esa tendencia. No puedo evitar referirme a una concreta, que afecta a algunos de mis amigos y a mí. Es frecuente que los que trajinan tras la barra porfíen que el vino que se pide es el más barato, el de “chateo”. Y no es extraño porque son numerosos los locales donde es muy difícil saber qué vino te van a servir. Deberían ser conscientes de que aquéllos que consumimos caldos a partir de 2 euros la copa queremos saber lo que se puede pedir. Si no somos capaces de verlo o no nos quedamos en el bar o, directamente, pedimos otra cosa, generalmente más barata.
Más aún, si lo que queremos es un vino del país –Tierra de León o Bierzo- de gama más alta, resulta muy difícil saber lo que se ofrece en la mayoría de los bares. No hay un cartel o la simple exposición de botellas de lo que se sirve. Quienes no queremos un Rioja o un Ribera de Duero, porque tenemos nuestros motivos –sean cuales sean-, queremos un vino con madera, del país, y además aspiramos a elegirlo. Esto no parece estar al alcance del saber de cualquier propietario de bar. Las denominaciones de origen locales deberían empezar a pensar cómo se pueden exponer los vinos leoneses de gama alta que deben ofrecer en cada bar. No hay otra forma de venderlo y, habiendo crisis, eso puede ser una pequeña fuente extra de ingresos. Al fin y al cabo poner un vino de 1 euro cuesta lo mismo que ponerlo de 2 euros, pero el margen no es el mismo.

sábado, 12 de febrero de 2011

La Deuda del Ayuntamiento de León

Que el partido popular se eche encima del gobierno socialista del Ayuntamiento de León por un problema de contabilización de la deuda municipal pide a gritos un comentario. Se puede aceptar como cierto que los socialistas han tenido una gestión del urbanismo y la movilidad controvertida. Es cierto que son discutibles algunas medidas como la famosa subida del IBI y su tramitación de urgencia, terminada en desastre. Se puede criticar la gestión de la nómina de trabajadores municipales, que podría haberse realizado con otros criterios. Muchas de las actuaciones del gobierno municipal socialista pueden ser discutibles; no se niega.
Sin embargo que los populares la emprendan con el ayuntamiento leonés porque tiene mucha deuda es una incoherencia apabullante. El socavón contable en que se encuentra el Ayuntamiento de León tiene como origen los gobiernos del partido popular. La política errática de personal basada en contrataciones masivas e innecesarias que ha atascado las finanzas del consistorio es obra de gobiernos populares, en coalición o no, lo que no resta responsabilidad. Los populares nunca tomaron medidas de austeridad, como la racionalización de la plantilla, que era clave para restaurar la salud económica de la institución. ¿Con qué autoridad moral se presentan ahora a pedir cuentas a un equipo socialista que, con todos sus fallos, ha acometido una reducción de deuda con todas las herramientas a su alcance? Aún más, ¿qué piensan hacer los populares si ganan el ayuntamiento de León para reducir los gastos? Esa debiera ser la primera explicación que deben prestar a todos.

Carbón e Interés Nacional

El desbloqueo del decreto que proporciona ayudas para el consumo de carbón nacional es un respiro momentáneo para la minería leonesa. Sin embargo se trata de una mejoría que augura una posterior caída hasta quedar en niveles injustificadamente residuales, si no se actúa. Ese debe ser el escenario con el que trabajen las fuerzas vivas de León si pretenden defender esta actividad.
Las compañías eléctricas y grupos afines siguen esgrimiendo que el carbón es incompatible con una previsión de emisiones de anhídrido carbónico a la baja. En este aspecto hay que incidir contra los voceros interesados, que no es excluyente y que tras su pretendida misión ecológica esconden otros objetivos.
Como cuestión previa hay que establecer que los intereses de España en lo que a producción energética se refiere pasan por disponer de la mayor diversidad. Eso aporta independencia y amortigua las variaciones en los precios internacionales de los combustibles. Cualquier pretensión de reducir esta flexibilidad de suministro abriga otros intereses.
Así por ejemplo, que se esté transmitiendo la idea de que el gas es la alternativa nace de una nefasta gestión de las compañías generadoras. Éstas han firmado contratos cerrados por unos consumos que ahora son innecesarios, pero que tienen que pagar. Sólo errores empresariales explican el uso como argumento recurrente de las bondades del gas como combustible casi exclusivo.
Otra moda apoya la generación nuclear, que para algunos debería ser casi única porque, según dicen, es muy barata. No contabilizan cuáles son los costes recurrentes de esas centrales y sus residuos en los próximos siglos. Tampoco que los alemanes y franceses, nuestros tutores, están interesadísimos en vendernos la tecnología.
En definitiva, el carbón tiene sus problemas y limitaciones, como cualquier fuente energética, pero, por puro interés nacional, no debería quedar eliminado del mix de generación. Dedicar una parte de los derechos de emisiones a ese fin es lógico. Para eso están. Otra cosa es que nuestras minas no avancen hacia la competitividad. Es ahí donde hay que ser inflexibles en el medio y largo plazo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Una Apuesta Arriesgada

La presidenta del Partido Popular en León ha elegido el candidato a las elecciones municipales del próximo mayo por la capital. Lo ha hecho en una apuesta que puede considerarse atrevida por renunciar a otras alternativas que, a priori, parecerían más ventajosas.
Que los populares están en todo el país en línea de ascenso y los socialistas en una de descenso no se le oculta a nadie. Que esa tendencia se trasladará a León en mayor o menor medida también. En tal coyuntura proclamar candidato popular a alguien con un alto nivel de conocimiento en la calle hubiese puesto muy cerca la victoria por mayoría absoluta. Hay encuestas que así lo contemplaban con Silván como cabecera de cartel.
En su lugar la nominación de Emilio Gutiérrez se interpreta como una decisión personal de Carrasco. Se trata de un candidato con perfil político bajo y poca capacidad para transmitir mensaje y atraer el voto, que pasó casi desapercibido por la alcaldía de Cistierna. Según dicen, es un hombre de corte técnico y trato afable, pero con poco tirón para captar los apoyos que restan para alcanzar la mayoría absoluta. En esas condiciones y visto que en el segundo puesto de la lista irá la propia Carrasco, que aparece mal valorada en las encuestas y que destaca, en contraste, por su notoriedad, parece que el escenario de victoria absoluta se complica para el PP.
Es sorprendente cómo con esta decisión es la presidenta de los populares quien se pone a prueba ante el resto de su partido. Más aún si se tiene en cuenta que el Movimiento Alternativo Social de Guada podría lograr representación. El MAS es una formación cuya razón de ser es la oposición a Carrasco desde una óptica conservadora, ya que su núcleo principal son expopulares. Poner a Carrasco en primera línea sería por tanto una posibilidad menos para pactar la alcaldía de León, aunque la política hace extrañas amistades.
En todo caso parece que, con esta candidatura, la alcaldía de León queda como una opción más abierta que con cualquier otra. Será interesante observar cómo mueven ficha las dos principales fuerzas y cómo el resto de invitados podrían condicionar futuros pactos.

Crisis y Distracción

En los tiempos que corren, de agudos apretones económicos, de humo para tapar las vergüenzas, de hombres de honor que mienten y sirenas que nos distraen de las rutinas diarias, conviene no perder el norte. La crisis está ahí, aunque no nos guste y lo que hay que hacer en estos casos es centrarse con especial dedicación en las cuestiones realmente importantes.
No es de recibo que la diputación le pague la nieve a quien no debe cuando se está despidiendo a trabajadores con familia e hipoteca. No es admisible que el ayuntamiento de León eche el resto en la Cultural mientras el cuidado y poda de los jardines está peor que bien. No caben 40 miembros en el consejo de la nueva caja cuando está al borde de ser nacionalizada. No se puede tolerar que haya obstáculos para la Ciudad de la Energía cuando el Bierzo sufre un parón económico de vértigo.
Algunas veces los ciudadanos nos acostumbramos a ver actuaciones que rebasan los principios elementales. Nos confundimos si pensamos que es tolerancia cruzar la línea roja que separa la falta de criterio de la postura flexible. La tolerancia es tolerancia sólo cuando hay un criterio de referencia y estamos empezando a acostumbrarnos a actuaciones inaceptables.
La crisis puede ser una oportunidad para todos. Una puerta para el rearme moral de una sociedad que había querido hacer de los principios una antigualla. Y para empezar debemos rebelarnos contra la desvergüenza en lo público. Sólo cuando los deshonestos tengan que esconderse para serlo volveremos a ser una sociedad íntegra. En crisis quizás, pero rearmada para volver a ser una de las primeras potencias del mundo en prosperidad y buen vivir.