lunes, 23 de septiembre de 2013

El Aeropuerto ante una Nueva Encrucijada

El Aeropuerto de León vive uno de los momentos más bajos de los últimos años. La causa hay que buscarla en la interacción de los diferentes agentes que influyen sobre su marcha. Comprender cómo opera cada uno ayuda a saber por dónde hay que retomar el apoyo a esta infraestructura. Primer actor: el Consorcio del Aeropuerto. Es importante no olvidar que León tiene un aeropuerto civil gracias al apoyo social que recibió esta iniciativa. La materialización de ese apoyo es hoy el Consorcio para la promoción del Aeropuerto de León. Este organismo lleva años operando bajo el influjo de personas que no conocen el mercado aéreo, que no entienden el mundo de la empresa y que no se han molestado en aprender ni lo uno ni lo otro. El Consorcio tiene, si quiere, la potestad de marcar destinos, de evitar contraprogramaciones de vuelos entre compañías, de poner límites a los precios de las empresas esponsorizadas y de proteger las rutas clave, que son las que aportan el grueso de los viajeros. Nada de eso se ha hecho, y alguien debería asumir la responsabilidad y permitir que otros hagan ese trabajo marchándose del Consorcio. Segundo actor: Air Nostrum. Esta compañía aérea intenta por todos los medios ahogar cualquier iniciativa empresarial de vuelos regionales para trabajar en una situación de monopolio u oligopolio y mantener precios altos en todo el país. La contraprogramación de Air Nostrum sumada a otros contratiempos y fallos de gestión ha tumbado a diversas empresas, sin que eso justifique los fallos de las mismas. Tercer actor: AENA y Aviación Civil. Aunque se trata de dos entidades diferentes, su actuación en los relativo a no garantizar la competencia entre compañías poniendo límites a la ejecutoria de "dumping" y contraprogramación de Air Nostrum, o a no intentar incrementar el tráfico aéreo a precios progresivamente más bajos -sin sacrificar la seguridad- las hace culpables directas del declive de numerosos aeropuertos regionales. Es un caso de mala gestión por ambas partes. Alguien debería poner orden en esas casas. Cuarto actor: las compañías regionales pequeñas. Todas ellas hasta ahora han intentado utilizar el apoyo del Consorcio para establecer una base de negocio sobre la que crecer inmediata y rápidamente. Ese ha sido su error. León tiene una ruta cuya ocupación está garantizada: León-Barcelona. Si se mima este vuelo se obtiene 40.000 pasajeros/año. Puede que con el tiempo más. Es la de mayor cobertura de la autonomía, incluyendo los vuelos desde Villanubla que tienen una ocupación un 10% inferior. En el resto de rutas se debe huir de las contraprogramaciones y duplicidades. No se puede volar a Tenerife porque ya va Air Europa, que lo hace bien. No se debe ir a Palma porque ese destino lo hace perfectamente Air Nostrum. Hay que buscar alternativas que no haya en el entorno, como Dublín, o apuestas seguras, como Londres. Finalmente estas compañías no deberían escuchar a la Junta de Castilla y León, cuya presencia hasta ahora ha resultado letal en La Virgen del Camino. Entonces ¿qué debe hacer el Consorcio? Volver al principio y reconstruir poco a poco: -Hay que garantizar un vuelo a Barcelona a las 8 para volver a las 21 a precios razonables. -Hay que atar los vuelos de verano de Air Europa, que vende León como destino turístico. -No hay que olvidar que el aeropuerto se hizo para traer gente a León, no para que los leoneses viajasen. -Hay que buscar un vuelo de bajo coste con destino sin competencia en los aeropuertos de alrededor. -El resto ya se irá viendo. ¡Ah! Y hay que poner un profesional –preferiblemente que no sea familiar de ningún político- a dirigir el Consorcio del aeropuerto y el de turismo simultáneamente. Y nunca se debe olvidar que ser alcalde de un pueblo leonés no proporciona la ciencia infusa. En estos temas siempre es preferible consultar a un técnico.

1 comentario:

Carmen dijo...

El tema del aeropuerto de León es como otros tantos, y van incontables.Por estos días he visitado el aeropuerto de Ávila, y Santander. En ambos, hay destinos europeos y lo mejor, con una afluencia de pasajeros, al menos en días de semana,con aviones al 90 y 100%. Originando desde un movimiento en la cafetería del lugar, en taxis, en guías turísticos, en fin todo el gasto indirecto que originan estas actividades. Y los destinos Madrid - Barcelona hacen coincidir en horario de salida/llegada con otros destinos internacionales.Por tanto la oferta es amplísima. Es muy difícil averiguar cómo lo hacen? O es inoperancia de los nuestros?