sábado, 2 de diciembre de 2017

LEÓN, PORTUGAL Y CASTILLA

Este fin de semana concluyeron los encuentros en torno al desarrollo y la cohesión territorial que convocó la asociación Rionor. Se trata de una agrupación de municipios cercanos a la frontera hispano-portuguesa, que ha indagado durante este año sobre las alternativas de crecimiento del área. La reunión de clausura, en la población portuguesa de Vila Flor, contó con una conferencia elaborada por un ponente español, lo que habla del carácter transfronterizo de la iniciativa. De los numerosos análisis que se han expuesto en los seis encuentros se concluye que el lado portugués tiene entre sus problemas fundamentales el efecto de “fondo de saco” de la frontera -que resulta infranqueable en muchas zonas para camiones articulados y para el transporte masivo de viajeros-, las carencias de transportes públicos en Tras os Montes –que dificultan los movimientos de proximidad- y la necesidad de potenciar un centro urbano que actúe como locomotora de esa área –apoyado en la notable red de cabeceras comarcales-. Por el lado español las provincias de León, Zamora y Salamanca se ven afectadas por las malas comunicaciones: de cercanías con los municipios vecinos y de media distancia con la costa portuguesa. Esas conexiones pasan necesariamente por Tras os Montes. Sin embargo existe una manifiesta falta de implicación de las autoridades autonómicas y nacionales en resolver un problema que limita al desarrollo económico de la zona. De hecho la Junta de Castilla y León no respondió a la invitación a esta jornada de clausura. Para León, Zamora y Salamanca resolver las conexiones con Portugal es decisivo para el desarrollo de todas sus ciudades y de los territorios cercanos a la frontera. La administración autonómica tendría que actuar de oficio sobre un problema tan evidente. Sin embargo en este caso la Junta se muestra casi exclusivamente castellana. Para Valladolid o Burgos la conexión con Portugal es secundaria. En consecuencia la Junta trata con una desigualdad ofensiva a la región histórica leonesa, lo que se traduce en un trato de favor intolerable hacia la castellana. Es inaceptable, por ejemplo, que no se implique el propio presidente en la conexión Braganza-Puebla de Sanabria-León, con un tráfico potencial de miles de vehículos pesados al mes. Mientras tanto lo hace con la Autovía del Duero en zonas bien comunicadas pero despobladas, donde las previsiones de tráfico son muy bajas. En resumen,en la región histórica leonesa hay un millón de habitantes minusvalorados por la administración autonómica, que ignora sus intereses propios. Habría que buscar fórmulas para subsanarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tu crees que es viable y racional economicamente un cacho de carretera orograficamente chungo pa unir braganza con sanabria y la bañeza y quiza leon capital?....habiendo vias buenas a verin, a porto, a zamora capital por alcañices y las comunicaciones por salamanca a tordesillas y centro portugal, mas las salidas por vigo...Me temo que a los de zamora y salamanca les da bastante igual el tema, pero igual me equivoco. no es por joder, es que me parece asi. estas cosas estan bien pa consumo interno, pero mas alla no se yo....Yo apuesto mas por el crecimiento de los proyectos socialistas, despues de arrasarlos los del pp, ahora los desarrollaran ellos y quiza eso si sea futurible pa leon, ponferrada.....Y el cazurrete tragando, viva la pepa!! jaja pero en version fernandina.