viernes, 8 de diciembre de 2017

INVISIBILIDAD CONSTITUCIONAL

León ha desaparecido del mapa. Rajoy reconoció a May que la cuna del parlamentarismo estaba en Inglaterra. La Junta de Castilla y León difunde mapas donde se borran el aeropuerto de León o la autovía León-Burgos. Para hablar de la capitalidad gastronómica del año que viene hay periódicos que se refieren a la “ciudad castellana de León”. Ciertos escritores son motejados de leonesistas en diarios de Madrid simplemente por reivindicar cuestiones leonesas. Todo esto y más constituye la sintomatología de que León no existe en Madrid ni en el resto de España. Los datos que sitúan a la provincia leonesa como penúltima de España en tasa de actividad o que le ponen al frente en pérdida de población, junto con Zamora, sin que nadie se despeine, suponen que lo que no existe no preocupa. Entre las autoridades nacionales y autonómicas se ha pasado de la pasividad al desconocimiento. Es evidente que éste es el principal problema que hoy tiene León. Y de él derivan los demás porque algo que preocupa recibe atención y para León no existe preocupación alguna. Este país ha hecho algo mal con León y ha llegado el momento de decidir si nos movemos o lo dejamos morir. No basta con fiestecitas de consumo interno, como las celebraciones del Fuero de León, que no alcanzan el nivel de “discretas”, o con eventos que en cualquier lugar serían una pequeña parte del programa de promoción local, como la capitalidad gastronómica. Eso es calderilla. Si se quiere cambiar el curso histórico de León hay que dejar claro quiénes somos, dónde estamos y lo que queremos al máximo nivel. Los partidarios de no dejar morir a León creemos que hay que salir de la invisibilidad como primer meta. No puede volver a pasar algo como lo de Rajoy con Theresa May. Por eso el Pueblo Leonés (porque es el colectivo lo que importa) ha de ser reconocido al máximo nivel en nuestra legislación. Ese es el primer paso para salir del olvido y de la ocultación. Y el documento legal de mayor rango que existe en este país es la Constitución. Por eso, quienes creemos en León y queremos evitar su vaciado, su desplome, su caída en la irrelevancia y su abandono, queremos su inclusión en la Carta Magna española. El Pueblo Leonés debe figurar como una entidad diferenciada en la carta constitucional. Rajoy y sus olvidos lo han dejado claro. Ya no se puede andar con medias tintas. En este momento hay una creciente inquietud en numerosos círculos de León y de leoneses en el exterior, porque la percepción de la elipsis leonesa desde Madrid es todavía más clara. En consecuencia habrá que empezar por cambiar en Madrid algunas cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que fue de abel pardo?