sábado, 2 de diciembre de 2017

CARBÓN SIN CRITERIO

Una vez más ha estallado el debate sobre el carbón leonés. Esta vez con más violencia verbal de la que solía. El parlamento autonómico ha sido escenario de un enfrentamiento entre los distintos partidos a cuenta del mineral leonés. El PP y el PSOE fueron atacados porque dicen una cosa aquí, otra en Valladolid, otra en Madrid y otra en Bruselas. Ciudadanos y Podemos también porque carecen de un criterio maduro en esto, como en casi todo. Destaca la falta de datos que esgrimen ambas formaciones cada vez que abren la boca. Les sobra palabrería y les faltan cifras. La UPL ha estado donde tenía que estar: inequívocamente con los intereses de León, se esté o no de acuerdo con esa formación. Y esto con un relato de fondo en el que todos esgrimen una leyes medioambientales crecientemente importantes, aunque algunos olvidan que las leyes se cambian y adaptan. También con la mirada atrás de la desastrosa gestión de las ayudas mineras durante estos años por parte de alcaldes, sindicatos y empresas de las cuencas carboníferas. Es difícil ponerse de parte de alguien en este escenario. Sin embargo es fácil ponerse de parte de un territorio, León, que está en una situación lamentable, aunque Ciudadanos no se entere y repita una y otra vez consignas, lo único para lo que parece estar preparado. No le anda a la zaga Pablo Fernández. El debate del carbón se inscribe en un plan de producción y garantía energética del país. Normalmente se siguen los criterios de suministro suficiente, diversificación de fuentes de energía, mantenimiento de cierta soberanía energética, sostenibilidad medioambiental y precio razonable. El carbón de León cumple en este momento todos los criterios salvo el medioambiental. Y éste no lo cumple porque a las empresas generadoras no les apetece depender de suministradores locales ni invertir en las centrales para rebajar la huella ambiental, ni continuar con muchas centrales de gas -que construyeron debido a una planificación errónea- apagadas. Lamentablemente los intereses generales del país vienen definidos por los de las compañías eléctricas. No se ve un gobierno capaz de hacer de “gobierno”. Todo queda a merced de estas empresas cuyos consejos están plagados de políticos. Por eso la reivindicación del carbón debe hacerse con criterio, lo que significa trabajar con datos, previsiones y análisis. Solo así puede haber un encaje del carbón nacional, fundamentalmente el leonés, en el mix energético nacional. Por eso el debate de las cortes autonómicas más parecía el de un mercado de frutas que el de representantes cualificados de la ciudadanía.

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