martes, 18 de septiembre de 2007

Horizonte Electoral

Las próximas elecciones municipales y autonómicas tendrán lugar en mayo de 2007. La cercanía de esta convocatoria está provocando los primeros movimientos dentro de los partidos políticos para definir listas y estrategias. En consecuencia cabe esperar que los próximos meses asistamos a una crónica política aún más intrigante y abigarrada que la actual.

En el PSOE parece que, salvo excepciones, las líneas maestras y los candidatos van a venir marcados preferentemente por la continuidad. Los más tempraneros, como Martínez, empiezan a elaborar el programa electoral. De eso trata el cuestionario que el alcalde de San Andrés del Rabanedo ha remitido a los ciudadanos para recoger sus sugerencias, tal y como se hizo en la capital en su momento. La recogida de datos se prolongará hasta el verano y, así, el programa quedará rematado el último trimestre del año.

El PP parece un mar de dudas y especulaciones. La división interna, la ambición por el poder y por determinados puestos, y la creciente inquietud ante la extraña situación de la calle Génova están condicionando la prerredacción de las listas. Una posible pérdida de la alcaldía de la capital y la necesidad de pactos para gobernar en Ponferrada podrían acrecentar la inquietud que ahora se percibe. Atemperar el adverso horizonte va a ser una labor compleja y poco gratificante. Sin embargo abre la posibilidad de que alguien -quizás un novel- pueda realizar una faena de altura.

Entre los leonesistas parece existir tensión, pero no deja de ser lógico en un periodo de estabilización y madurez tras los sucesos del año pasado. Entre la militancia prevalece la opinión de que en la UPL de hoy no sobra nadie. No obstante, se cuestiona el orden de prelación en la cúpula, dado que quienes dan portavocía principal a ese partido no han demostrado la ejecutoria esperable en un primer nivel.

Sin embargo existen recelos sobre la posibilidad de que esa terna procure excluir a una parte de la formación. Las negociaciones que, sin contar con nadie, intentaron realizar hace unos meses con otros partidos sembraron la desconfianza sobre su aptitud. Se teme que podrían rellenar las listas con amigos sin historial o aportación alguna en el leonesismo. Les costará trabajo y transparencia recuperar la fe de los militantes.

Además, unas listas trufadas de paracaidistas llevarían a la UPL al desastre. Sólo diferenciando su mensaje del de la competencia podrá sobrevivir; mucho más cuando podría haber un nuevo concurrente. Para esa labor el camino es hacer leonesismo, una vía para la que el resto de formaciones ni tiene ideas, ni personas.

En definitiva, el próximo escenario electoral se presenta abierto e imprevisible en León. Las próximas semanas desvelarán los pactos y estrategias desplegadas en la tramoya política.

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