sábado, 8 de septiembre de 2007

Zapatero y León

Se cumple el segundo año del Gobierno Zapatero y los partidos se afanan en emitir valoraciones sobre sus compromisos con León. En general, se ha podido escuchar lo esperable en una dinámica que se polariza en la alabanza del partido gobernante y en la crítica a ultranza del resto. Sin embargo los ciudadanos tenemos la oportunidad de expresar juicios ponderados.
Una cuestión previa relevante es que Zapatero ganó inesperadamente las elecciones, lo que influyó en la heterogénea conformación de su gabinete y en la inconcreción de sus directrices en el primer momento. La falta de liderazgo político sumada a la impericia ha evidenciado que más que ante un equipo nos encontrábamos ante una suma de ministros valiosos mezclados con otros de mediocridad extrema. Este punto de partida debilitó la buena imagen que el gobierno debería haber capitalizado en el primer tramo de su mandato.
Una consecuencia de este titubeante inicio es que hay quienes consideran caprichoso, entre otras cosas, el trato favorable que se ha dedicado a León. La deficiente política de comunicación del nuevo gobierno no fue capaz de divulgar el acusado desfase económico que acumula esta región.
De otra parte, la puesta en marcha de los proyectos se ha visto lastrada por la ausencia de cuadros técnicos, debido a la imprevisión. Tampoco los entresijos de la maquinaria administrativa eran conocidos para muchos de los recién llegados, pertenecientes a una generación nueva. Todo ello provoca que las promesas de Zapatero se retrasen.
Las propuestas del PSOE podrían clasificarse en tres grupos. El primero es el de las obras que vendrían a nivelar León con el resto de España. En este caso estarían el AVE o la comisaría de San Andrés. El segundo es el de los proyectos que mejorarían la economía de León a corto plazo mediante la fijación de sedes. El centro de atención al minusválido o la nueva unidad militar se incardinan en este grupo. El tercero reúne los programas que pueden suponer una ventaja competitiva para León a medio y largo plazo. El CIEMAT o el INTECO son las dos acciones más destacadas de este apartado.
Todas son propuestas importantes, pero se percibe una falta de interconexión, lo pone en evidencia que la falta de visión global del PSL es idéntica a la del PP o la UPL.
En conclusión, los socialistas han de asumir que sus propuestas son frágiles porque, aunque bienintencionadas, más parecen ocurrencias. Item más, es preocupante que no hayan percibido que son efímeras ¿Se imaginan a Rajoy, a Gallardón, a Bono o a de la Vega poniendo el CIEMAT en Ponferrada, por ejemplo? Cuando Zapatero se vaya, León tornará al abandono porque las raíces de la crisis están ancladas en la ineficaz estructura administrativa, y para dar una solución permanente habría que actuar sobre ella.

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