sábado, 15 de septiembre de 2007

Prioridades en la Malla

La certeza de que en un futuro próximo será más difícil acometer la construcción de nuevas autovías ha provocado una eclosión reivindicativa. Conviene reclamar que la agitación no oscurezca las prioridades en las obras pendientes. Por eso, en la tupida trama viaria reivindicada en León destaca por su importancia una autovía: la Ponferrada-Monforte de Lemos.

Para entender su destacado papel es necesario hacer un poco de historia. Cuando aún no estaban construidos los accesos de gran capacidad a Galicia, Silva Muñoz –ministro franquista- presentó un trazado que, tras discurrir entre Madrid y Ponferrada, se bifurcaba para alcanzar La Coruña por un lado y Vigo, a través de Monforte, por otro. Aquél corredor se ajustaba a la alineación de las zonas más pobladas entre el noroeste y Madrid. Por lo tanto, venía a tender el itinerario principal entre las zonas que mejor podían aprovechar los positivos efectos de la autovía sobre la economía.

Terminó la dictadura y, tras el ingreso en el Mercado Común Europeo, se abordó la creación de una red de autovías que transformaría la faz de España. Para los accesos a Galicia se propuso, entre otras, la traza que Silva Muñoz había pretendido. La Xunta de Galicia, ya con Fraga al frente, se decantó por ese planteamiento. Por el contrario, el gobierno de González hizo constar que o se bifurcaba en Benavente o no se construiría. Esto suponía que el tramo Ponferrada-Monforte-Orense quedaba postergado a favor de un corredor que, durante doscientos kilómetros, atravesaba zonas prácticamente deshabitadas. Así, podemos hoy observar el irrelevante efecto de ese gasto ingente en el norte de Zamora.

No obstante, varios municipios gallegos entre Lemos y Valdeorras no abandonaron su reivindicación. Por eso, cuando en 1994 un grupo de leoneses intentó recoger apoyos a favor de la Ponferrada-Monforte, encontró un grupo de alcaldes en Galicia que llevaban años en la pugna y un gabinete de planificación en Santiago de Compostela que discurría cómo desdoblar esa nacional. Incluso la Xunta desarrolló una autoestrada complementaria: el corredor Monforte-Lalín-Chantada. Por el contrario, la alcaldía de Ponferrada se inhibía, como la Corporación para el Desarrollo del Bierzo.

Doce años después de aquel intento la situación resulta confusa ante tanto vial pretendido. Conceyu Xoven acaba de realizar un análisis de las necesidades leonesas de carreteras sin precedentes. Sin embargo hay que poner de relieve que la Ponferrada-Monforte es esencial para León. En esa vía concurren intensos tráficos interiores con los propios de un corredor transeuropeo entre la esquina luso-galaica y el centro continental. En consecuencia es necesario no perder la perspectiva: si todos los proyectos son importantes, la Ponferrada-Monforte lo es más.

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