jueves, 6 de diciembre de 2007

León en el PEIT

Pese a lo mucho que se está hablando de las comunicaciones y del cansancio que pudiera inducir, es inevitable ahondar en las consecuencias de su desarrollo; programa que va a venir descrito por el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte, que acaba de hacerse público. Este documento va a pautar las actuaciones que definirán el mapa del crecimiento en los próximos 25 años. Extraer de él conclusiones es necesario para aventurar el futuro de los leoneses.

Hay que tener presente que la red básica de autovías está construida en buena medida. Además, somos el país europeo con más kilómetros de autovía por cada millón de habitantes. Por el contrario, es la red de ferrocarriles la que tiene pendiente su renovación. Otra cuestión previa importante es la pérdida de la mayor parte de la financiación europea en los próximos años, lo que limitará el ritmo del gasto en las obras públicas.

Atendiendo a estas premisas podemos inferir que en los próximos años los recursos económicos se concentrarán en concluir la obra en curso en carreteras -como la Autovía de la Plata o la conexión de Cantabria con la meseta-, cubrir ciertos compromisos –como las obras del Plan Galicia o la autovía Málaga-Almería- o iniciativas puntuales de directriz política –como la autovía León-Valladolid o la Oviedo-Grado-. El resto, ante la contracción presupuestaria, se verán acometidas, quizás, en el largo plazo.

Ese panorama dejaría la red primaria de gran capacidad para León completa, a falta de la conexión con Portugal por Puebla de Sanabria, que la Junta mantiene en suspenso. Lo más relevante en tal situación es que el único corredor este-oeste del norte peninsular atraviesa nuestra provincia de lado a lado.

Por el contrario, son los ferrocarriles los que van a recibir cantidades crecientes de dinero. En este sentido, las perspectivas leonesas son buenas, dado que parece confirmarse que el compromiso de Zapatero con León es bastante más que una declaración de intenciones.

El acceso de los trenes de mercancías a Galicia y Asturias tendrá lugar sólo a través de la Provincia, sin que esto penalice en exceso a los viajeros. Además, la acertada decisión de incorporar la velocidad alta y no el AVE en todas las líneas españolas -salvo las de Barcelona, Galicia y Valencia- abre la posibilidad de mantener algunas estaciones ferroviarias más que las de León y Ponferrada en nuestro territorio. Ello contribuye a esclarecer el futuro de varias cabeceras comarcales.

En definitiva, abordamos ahora una época de esperanzadora transformación. Sólo el déficit de autogobierno y de inversión pública autonómica emborronan una expectativa favorable. Esta coyuntura reclama un esfuerzo de publicidad y promoción que muestre León fuera de nuestras lindes en todo su actual atractivo.

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