jueves, 20 de diciembre de 2007

Fiscalidad y Autonomía

España acomete en estos días un debate sobre la fiscalidad de las autonomías que resulta crucial para su futuro y para el de León. Para entender mejor la coyuntura en la que se encuentra esta discusión debemos hacer unas consideraciones previas. En primer lugar hay que tener en cuenta que existen dos comunidades autónomas -el País Vasco y Navarra- que accedieron a un régimen foral en la estructura autonómica. Ello ha propiciado que contribuyan menos que el resto a los gastos generales y que sean también menos solidarias. Además el régimen foral permite la recaudación de la mayor parte de los impuestos en esos territorios. Así se explica las diferencias en la liquidación que existen entre el gobierno vasco y el central. Ese ajuste contributivo es lo que se denomina “cupo”, cuyo cálculo se efectúa por un sistema preestablecido.

Las reivindicaciones del gobierno catalán inciden en que también quiere regirse por un sistema similar al de cupos, parecido, por tanto, al foral. Sin embargo el sistema foral es socialmente insolidario y, en realidad, rompe la unidad de mercado de España. Es por tanto conveniente o tender hacia su desaparición o generalizarlo. Extenderlo parece lo más lógico a fin de evitar una discusión inacabable sobre su extinción, en cuyo caso habría que renegociar un cálculo igualitario en todas las autonomías. De esta manera se incrementaría la cohesión del estado a pesar de que nos encontraríamos ante uno de los más federalizados del mundo.

Si se aceptase la pretensión catalana de acceder en exclusiva a un sistema menos contributivo con el resto de España, otras comunidades autónomas se verían perjudicadas y León, con su peculiar problema de vampirización pucelana, vería aún más mermado el gasto público. Por esta razón las catorce comunidades autónomas amenazadas deberían hacer un frente común para negociar una foralización generalizada. A partir de ahí la negociación de cómo se repartirían los fondos y en qué condiciones sería transparente. El debate entraría en una fase de madurez que contribuiría a su estabilización.

No es hoy admisible que el gobierno vasco pretenda quedarse con el Impuesto de Sociedades de IBERDROLA o del BBVA cuando son corporaciones que hacen sus ventas en todo el país. Lo mismo cabe decir para el impuesto sobre la renta, que afecta a los empleados de las sedes centrales, o del IVA. Por lo mismo no es permisible que Cataluña siga también ese camino sin más. O se reparte lo recaudado de forma consensuada, manteniendo la apertura de mercados y la caja común, o las autonomías perjudicadas tendrían que reaccionar. ¿Debería poder vender en el resto del territorio español una empresa domiciliada en un reducto fiscal?. En definitiva, no se puede ceder el mercado propio a cambio de nada.

4 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Las balanzas fiscales son un sin sentido, desinforman claramente. Por ejemplo, no se entiende que consideren un expolio a Cataluña, la retención del IRPF en la nómina de un trabajador de La Caixa de La Bañeza... eso no es un ingreso que aporte la Generalidad al opresor Estado Español... además, pagan las empresas, pagan los ciudadanos, no las autonomías... ¿por qué no se provincializan las balanzas fiscales?, o mejor, ¿por qué no se municipalizan?, nos llevaríamos unas sorpresas "morrocotudas".

Por otro lado, Nestlé, Unilever, Danone, Matutano, Lidl, Aldi, Henkel, Sara Lee, Sony, Panasonic, etc, son un ejemplo de las numerosas multinacionales extranjeras cuyas filiales en España tienen su sede en Cataluña...¿van a recaudar los catalanes el IVA que generen en toda España?, si finalmente es así, yo haré boicot sin tapujos y sin miedo a que me llamen cualquier cosa.

Y aquí nos quitan hasta los fondos míner, es la España de las tres velocidades

Cisastur dijo...

¿Te das cuenta de que nunca se plantean abiertamente estos temas porque parece que hay miedo a romper la unidad de España? Yo creo que hay que plantear estos temas claramente y sin tapujos por todas las partes. Quien no quiera estar aquí, en este país, que se vaya ... pero con todas las consecuencias: final de la caja única de la seguridad social, fuera de la unidad de mercado española y sin posibilidad de comercio libre con el resto de España.
Esto sería malo para todos, pero lo sería más para tanto "sobrao" como anda por el mundo autonómico adelante.

Alfonso Mielgo dijo...

Absolutamente de acuerdo. Si se diera el paso de facilitar un referendum de independencia en el País Vasco, y saliera positivo (que no lo creo) los más beneficiados serían los polígonos industriales de Burgos, Miranda, Logroño...
El mismo paso en Cataluña, beneficiaría a Madrid (sedes para España y Portugal de las multinacionales) y Valencia (su puerto absorvería parte del tráfico barcelonés, con lo que se consolidaría como primer puerto del Mediterráneo).
No hay miedo a que se independice el País Vasco (no aportan recursos, sólo absorven), pero Cataluña... lo pasaríamos mal una temporada, pero luego nos recuperaríamos (desde luego ellos tienen mucho más que perder).
Las mercancías pasarían por Zaragoza en vez de La Junquera, perderían turismo nacional, conexiones de vuelos en El Prat, mucha imagen, y sobre todo, que tendrían que negociar desde cero su inclusión en la U.E. (y mientras, a pagar aranceles y negociar contingentes).
Ganaríamos el 80% del tiempo de los informativos, se hablarían de problemas reales, incluso de NUESTROS PROBLEMAS, ya que ahora no existimos. Es triste, pero hay politicuchos con cuatros votos (por no hablar de algunos futbolistas o personajes del corazón) que tienen anualmente más tiempo en pantalla que toda la información concerniente a varias comunidades autónomas "no problemáticas"

Alfonso Mielgo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.