jueves, 27 de diciembre de 2007

Ponferrada y el PEIT

Con motivo de las alegaciones al Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) está desatándose un sonoro debate acerca de las comunicaciones en El Bierzo. Resulta poco alentador la inconsistencia con que se está argumentando la cuestión en las instituciones locales.

Es notorio que no se lleva la iniciativa, lo que deja patente que no existe un proyecto en el Consejo Comarcal para hacer de El Bierzo un polo de referencia. Quizás falten años y madurez para trazar una planificación ponferradocéntrica sin complejos. Sin embargo Ponferrada es una pieza fundamental para el equilibrio territorial de León y aún de todo el noroeste. En consecuencia, es inevitable reclamar la racionalidad a todas las instituciones en la debatida autovía hasta La Espina para que sea apoyada sin fisuras.

Además hay que añadir que lo que se ha propuesto es una solución parcial, por cuanto Ponferrada se encuentra en mitad de un doble bloqueo territorial. Por una parte era ilógico que el arco entre el Túnel del Negrón y Mondoñedo no se viese roto por ningún vial de gran capacidad. La red de carreteras ha de cubrir esta carencia y la vía de La Espina, con un túnel en Leitariegos, vendría a paliar el problema. Por otra parte existe un bloqueo similar en el arco entre Benavente y Orense desde el cual es difícil la comunicación con el norte. Por esta razón la ruta completa, de importancia estratégica para Ponferrada, iría desde la costa asturiana hasta dicha ciudad para seguir, bajo los Aquilianos, hasta La Cabrera y desembocar, tras perforar la Sierra de igual nombre, en la Autovía de las Rías Bajas, cerca de Puebla de Sanabria. El último objetivo sería poder llegar a Braganza, en Portugal.

Aunque esto pueda parecer un dislate, la perspectiva cambia cuando se consultan los mapas. La distancia que hay entre Ponferrada y Puebla de Sanabria en línea de aire son sólo 55 kilómetros, menos que a La Bañeza. Una autovía como esa completaría la malla vial, abriría las puertas de Portugal al oeste leonés y asturiano, y reforzaría enormemente el papel de la capital berciana en el sistema de ciudades del norte; un paso necesario si los leoneses aspiramos a ser relevantes en el concierto peninsular durante los próximos decenios.

Como ya se expuso la semana pasada, el PEIT supone el último esfuerzo para completar la red básica de transporte. Es posible que ni siquiera se construya todo lo proyectado en él en un plazo medio. Por esta razón autovías como la que aquí se ha expuesto van a ser decisivas para mejorar nuestra posición relativa y la competitividad de León en el Siglo XXI. Acertar con propuestas viables, que añadan mucho valor al territorio con relativamente poca inversión, nos ha de impulsar a un nivel superior del escalafón de la prosperidad.

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