sábado, 29 de diciembre de 2007

León y el PEIT

Está de actualidad el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) redactado por el Ministerio de Fomento. Se trata de un borrador o documento de trabajo sobre el que se han presentado alegaciones para su mejora. Tal es la causa de su intensa presencia en los medios de comunicación.

Su lectura produce impresiones encontradas. Por un lado, cabe decir que es un documento que no alcanza, ni de lejos, el rigor del Plan Director de Infraestructuras de 1993. Es evidente que se ha realizado con precipitación y pocos recursos. Se trata de un cuadernillo breve, sin apenas datos de elaboración propia y carente de una descripción pormenorizada de las obras propuestas. Unos mapas con rayas y puntos es todo lo que podemos encontrar para saber lo que propone el plan. Casi nada se traduce desde los gráficos al texto, lo que deja como traído por los pelos su contenido. Con todo, supera de largo la casi inexistente documentación del famoso Plan Viaria, operación publicitaria de la etapa Cascos. Suerte que tanto ruido mediático vino acompañado en aquella ocasión de una profusión de obras públicas como no se recordaba desde el periodo previo a la olimpiada y la expo. Ya veremos si la ejecución del PEIT se le acerca.

Por el lado positivo se puede recoger diversas consideraciones que, pese a que son de sentido común, parecen ignorarse frecuentemente. Una de ellas es que está a punto de concluirse la malla básica de comunicaciones por carretera y que, a partir de ahora, cualquier nueva propuesta ha de ser estrictamente valorada antes de decidir su puesta en marcha. De lo contrario, una sobredotación de infraestructuras podría amenazar el progreso económico por un crecimiento excesivo de gastos de mantenimiento.

Por otra parte, se cita que las nuevas actuaciones deberán atender a la mejora del rendimiento de las ya existentes o previstas, lo que supone que los grandes corredores ya están trazados. Además se hace hincapié en la necesidad de mejorar la seguridad general, la calidad de la primera generación de autovías, ya anticuada, y la interconexión entre los sistemas de autopistas, ferrocarriles, puertos y aeropuertos.

Una aspecto destacable es la intención de conectar las ciudades a ambos lados de las fronteras española, portuguesa y francesa. Sin embargo la conexión de León y Braganza sigue sin estar resuelta. Esa es una de las cuestiones que el PEIT debería incorporar.

En definitiva, los leoneses deberíamos sugerir actuaciones complementarias a las ya previstas para mejorar su rendimiento. También los nexos con la vecina Portugal y los enlaces entre infraestructuras deben ocupar nuestra atención. De ello va a depender que consigamos obtener potenciales ventajas que otras regiones vecinas han tirado por la borda.

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