sábado, 15 de diciembre de 2007

Elecciones y Tendencias

Las próximas elecciones generales se celebrarán unas semanas tras las Navidades. La oferta de las fuerzas mayoritarias es aparentemente parecida en el fondo, aunque diversa en la forma. Esta evidencia se apoya en que no parece existir diferencia en los planteamientos de política económica más allá de cuestiones puntuales de la fiscalidad o del gasto social. Tampoco la planificación de la obra pública -en la que coinciden-, el gasto en defensa -que crece a la par que la relevancia internacional-, o la gestión del gasto -que se privatiza selectivamente-, parecen distintos.

Por el contrario, la verbalización de esa oferta es diferente, ya que mientras los socialistas ofrecen un mensaje blando y complaciente, los populares presentan un temperamento más severo, adversativo y basado en ideas simples, aunque fuertes en apariencia.

Pese a ello, hay aspectos de fondo que permiten descubrir dos formas de concebir el gobierno y el liderazgo. Por una parte se halla una oferta política basada en ideas concretas y preconcebidas -como la postura cerrada frente a ETA o la adhesión a Estados Unidos-, en una reducida capacidad de cesión en el diálogo y en la adopción de valores absolutos, como la Constitución de 1978 u otra declaración política de valor totémico. Esta plataforma electoral se sustancia en el Partido Popular, aunque ciertos partidos de ámbito local, como ERC, el núcleo ideológico de la UPL o el PNV también podrían identificarse con estas grandes líneas.

Por otra parte estaría la opción política fundamentada en ideas difusas, cuya línea central vendría marcada preferentemente por el pulso tomado de la opinión pública. La plasticidad de este ideario ante el debate es mayor porque no se afianza en muchos aspectos inamovibles. Además, en este planteamiento cabe la revisión de condiciones previas, con lo que hay pocas premisas en su posición negociadora. El icono de esta postura es el Partido Socialista de Zapatero, aunque otras fuerzas, ligadas a la coyunturalidad, como el PAR, la línea populista de la UPL, el PRC o el Partido Andalucista se podrían identificar con este perfil.

Las elecciones de marzo darán un resultado del que emanará la disposición del gobierno central en algunos aspectos fundamentales. Por ejemplo, existe un clamor creciente para revisar la Constitución. Se trata de un texto elaborado entre 1977 y 1978, cuando España era muy diferente. Aquellos que tienen 47 años o menos no votaban todavía y comienza a aflorar falta de identificación con la Carta Magna. Otras facetas en cuestión son, entre otras, la resolución del problema vasco, la unidad de España o la asimetría autonómica. En definitiva, estamos ante unas elecciones que abrirán sendas diferentes para la conclusión de algunos de los grandes debates del estado.

No hay comentarios: