domingo, 30 de diciembre de 2007

Bembibre Sorprendente

De Bembibre existe una imagen de poblachón feo que perjudica su posible atractivo. Aunque Bembibre es la hermana pobre de nuestras cabeceras de comarca, cuenta con aspectos poco conocidos que es necesario preservar y divulgar.

De Astorga se aprecia su pasado romano, su muralla, su catedral y ese entorno singular que es el País de Maragatos. De La Bañeza se conoce su carnaval, y su centro urbano modernista y comercial, así como un contorno de agua y vegetación. De Cacabelos es famoso el paisaje de viñedos, la ribera del Cúa y, por supuesto, Prada. Villafranca del Bierzo es población decadente y postrada que muestra un bello casco urbano, capitalino otrora, venido a menos. De Villablino se recuerdan las montañas y los hórreos, y esos desfiladeros y precipicios inevitables para llegar a su seno. Valencia de Don Juan nos sugiere la silueta de su castillo, los goces de la juerga nocturna, el vino y, al fondo, el rumor del agua en esa vega abigarrada e inabarcable. Santa María del Páramo, Cistierna, Vega de Espinareda, Boñar, La Baña, Riaño, Toreno, Mansilla de las Mulas, La Pola de Gordón, Sahagún o La Robla traen a la cabeza otras imágenes positivas, cada uno las suyas, que los configura en nuestra mente como lugares más o menos atrayentes. Pero, ¿qué nos sugiere Bembibre?

Sin embargo existe al menos un aspecto sorprendente en esa población y su entorno. Es su desconocimiento lo que potencia el asombro. En ningún otro lugar del solar cisastur se encuentran lugares con un patrimonio etnográfico tan valioso y lindantes con una autovía. Salir del gran vial y desplazarse por los pueblos de la zona, por Bembibre incluso, es un placer para los sentidos. Por citar algunos, Rodanillo invita a un paseo a lo largo de calles flanqueadas por abundantes casas de corredor. Losada y Arganza, encaramadas a media ladera, conservan notables ejemplos de casas de patín. En Labaniego podemos visitar su iglesia rodeada de olivos viejísimos. No lejos está San Facundo, desde donde podemos acceder a pueblos sin carretera, como Poibueno y Matavenero, dos oportunidades para dar rienda suelta a la fantasía.

Es extraordinario escuchar a los ancianos cuando, al intentar disimularlo, se les escapa esa lengua que hablan con los vecinos cuando los visitantes no están presentes. En pocos lugares se oye hablar en leonés, su lengua materna, como aquí.

Recorrer los pueblos de la zona no es el objetivo de esta columna. Sin embargo sí lo es llamar la atención sobre las posibilidades que este carácter de reserva cultural otorga a Bembibre. Sobre este núcleo debería apoyarse cualquier esfuerzo para su aprovechamiento y conservación. Bembibre merece un proyecto que valorice esta oportunidad, un recurso tan valioso como poco apreciado hasta hoy por oriundos y extraños.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

A mi me gusta la ruta saliendo de Bembibre por San Román de Bembibre y su mini-conjunto monumental, seguir por la N-VI hasta Almázcara (casco antiguo con corredores y un miliario) y San Miguel de las Dueñas (barrio del otro cabo, monasterio)para más adelante seguir por Congosto (impresionante conjunto), con opción a Cobrana (la roja), y subir al santuario de la Peña para admirar todo el Bierzo alto.

Ahora, no sé qué opinarán los del Bierzo alto si les dices que hablan leonés...

Feliz fin de año y mejor comienzo de 2008

Cisastur dijo...

Hay un pueblo con una conservación arquitectónica espléndida que es Rodanillo. No obstante la carretera de Noceda (Arlanza, ...) es muy interesante.
Respecto a la lengua, no importa lo que piensen a la hora de describirlo. Las cosas son lo que son con independencia de lo que la gente crea. Otra cosa es el adoctrinamiento.
Respecto a este gran complejo de inferioridad, que impiede reconocer una expresión lingüística diferente al español, es una cuestión coyuntural, una cuestión de prestigio.
Mira cuanto se ha tardado en popularizar el Ramo de Navidad en la capital. ¿Sabes cuánto tiempo va a tardar en extenderse por toda la provincia?
Con la lengua es igual. Hubo un momento en que el gallego era "castellano corrompido y vulgar", justo lo que algunos dicen que es el leonés ahora.
Escucha y graba a los paisanos de Rodanillo, Noceda o Montealegre cuando creen que no los escuchas o que no te fijas. Óyelo en caso y luego hablamos.
Feliz Año Nuevo Alfonso.