jueves, 29 de diciembre de 2016

FIESTAS, COMEFCIO Y URBANISMO

En estos días prenavideños podemos apreciar cómo la liberalización de horarios permite que las grandes superficies abran en numerosos festivos. Si el pequeño comercio mantuviese sus mostradores abiertos las mismas horas, caería en la esclavización de sus trabajadores. Es inviable que un pequeño establecimiento abra el mismo rango horario que un hipermercado. Por lo tanto la liberalización excesiva tiene una consecuencia directa: la entrega de buena parte del mercado a las grandes superficies. Eso implica el cierre de muchos locales comerciales, que quedan vacíos y a la vista. El proceso se agudiza cuando las condiciones económicas del lugar son desfavorables, como es el caso de León ciudad. No vale como solución decir que “hay que adaptarse para sobrevivir”. La realidad es que León ha perdido potencia comercial, que el pastel a repartir es más pequeño y que las principales víctimas son los comercios pequeños porque así lo han decidido los políticos. La ultraliberalización horaria y laboral les ha rematado. A consecuencia de esto un paseo por León transmite la imagen de una ciudad venida a menos. La estética urbana se ha empobrecido y hay locales vacíos y comercios cutres con profusión. Eso por no hablar además de los miles de pisos en venta en una ciudad de bajos salarios que pierde población. En consecuencia la decisión de liberalizar las condiciones comerciales tiene incidencia en el vigor de la trama urbana, muy especialmente en esta ciudad. Pero supone también mermas en otros aspectos, como la desvitalización del mercado central de abastos, que ha reducido su importancia notablemente, o en el descenso de precio de los bajos comerciales y los pisos, o en la evacuación de recursos económicos hacia otros lugares –recursos que el comercio local hubiese recirculado en León-, o en la imposibilidad de los pequeños proveedores locales de colocar aquí todos sus productos. La ciudad se empobrece cuando la balanza se desequilibra hacia la hiperestricción o hacia la ultraflexibilidad. Existen otros modelos, más equilibrados, y más restrictivos que éste, con horarios comerciales y laborales humanizados, y remisos con el establecimiento de nuevos hipermercados. En el País Vasco no hay más que comparar su comercio con el de León para darse cuenta de los efectos de esa política, a pesar de que Euskadi ha sufrido la crisis y está decayendo año tras año. En definitiva por una parte la decisión de ultraliberalizar el comercio en León es puramente política puesto que hay otros caminos, y por otro lado tiene muchos efectos negativos inducidos.

No hay comentarios: