jueves, 1 de diciembre de 2016

LA BIOMASA Y LO SUBYACENTE

El Ayuntamiento de León no ha podido sacar adelante el proyecto de central de biomasa. La razón de fondo no es la oposición de ningún grupo político, como se quiere dar a entender. La causa fundamental es que es imposible situar a una distancia prudencial de las zonas residenciales del casco urbano una central térmica (que no es otra cosa lo que se quiere construir). Y eso sucede porque la ciudad de León está fragmentada en varios ayuntamientos. No es normal que el espacio municipal de León esté prácticamente colmatado por edificios porque es minúsculo. No es lógico que los 50.000 habitantes que son ciudad de León, pero residen en barrios con ayuntamiento (llamados san Andrés del Rabanedo y Villaquilambre) no tributen en la ciudad que les da buena parte de los servicios. No es aceptable que los proyectos de la ciudad se bloqueen porque el que tiene espacio para hacerlo no tiene el tamaño ni la iniciativa, y el que tiene el tamaño y la iniciativa no tiene espacio. No se entiende una ciudad con 3 alcaldes, con tres cuerpos de policía municipal, con dos redes de autobuses superpuestas, con 50 concejales y decenas de puestos políticos de confianza. No hay justificación para que lo mismo que Burgos (175.000 habitantes) resuelve con 1400 empleados necesite en esta ciudad trimunicipal 2500. No hay forma de explicar que los pisos de San Andrés valgan menos porque no son de León y los de dos calles más allá valgan más porque sí son León. O no se explica el abandono de muchos parques en Villaquilambre por falta de recursos, mientras León cuenta con un equipo experto de jardinería. Lo que ha pasado con la central de biomasa es lo mismo que con muchos otros proyectos, como grandes avenidas que quedan cortadas al cambiar de municipio, o riberas de río cuidadas hasta que se llega a un límite municipal absurdo, o patrullas de policía que no pueden seguir al delincuente por una calle que termina en otro ayuntamiento. La auténtica urbe de León son los 200.000 habitantes que viven en un radio de 10 kms de la Catedral. Mientras que eso no se traduzca en una autoridad municipal única, esta ciudad verá cercenado su futuro por falta de operatividad, porque todo es muy difícil de desarrollar aquí, porque hay un millar de reyezuelos que influyen en cada decisión. En esta ocasión hemos podido ver cuáles son sus efectos: una iniciativa positiva, pero imposible por lo constreñido del espacio municipal. Y la solución es muy fácil conceptualmente: fusionar los municipios y usar los espacios. Es un beneficio para todos los ciudadanos, aunque algunos ediles se quedarían sin sillón.

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