jueves, 30 de julio de 2009

La Nueva Realidad de La Cabrera

La comarca leonesa de La Cabrera sugiere un relato de pobreza y abandono. Sin embargo las circunstancias en las que desenvuelve su vida han cambiado. La Cabrera tiene un presente homologable al de otras comarcas, con una calidad de servicios que muchos no imaginan, con aspiraciones y logros. La acción coordinada de un puñado de alcaldes durante años ha cambiado el presente cabreirés.
En primer lugar, la accesibilidad por carretera es incluso superior al de otras zonas, con firme y trazado de buena calidad. De los cinco puntos de entrada posibles, cuatro son colladas. Los puertos, que antes eran una tortura, se han transformado en un bello hito del camino que se traspasa, con escaso peligro, en minutos. La belleza de sus parajes, que están siendo ocupados por el bosque, es difícilmente descriptible. Las tres veces que he acudido en las últimas semanas a La Cabrera, he avistado animales salvajes desde el coche: ardillas, un venado, un zorro, un jabalí y variadas rapaces. Además, es de los pocos lugares donde las nutrias habitan el río.
La Cabrera ofrece recursos atractivos sin apenas apearse del automóvil. Una visita a Villar del Monte, cuajado de corredores, una ojeada a la deliciosa vista desde el puerto de los Carbajales, un paseo por el barrio viejo de Forna, una visita al coqueto museo de la cultura cabreiresa en Encinedo, una mirada lenta desde la atalaya contigua, el ascenso cómodo al collado de Fonte da Cova ¡a 1850 metros!, desde el que se aprecia un entorno montañoso de cientos de kilómetros, …
Es evidente que esta Cabrera renovada me ha sorprendido. Su singularidad se pone de manifiesto en cada rincón, más allá de un canto propagandístico banal, tan al uso en nuestros días. Sin embargo es necesario seguir mejorando. Hay que señalizar cada punto de interés. Es aconsejable que personas ajenas a la comarca indiquen lo mucho de valioso que hay que ver, evitando el velo con que la rutina ciega a los cabreireses. Por último, es imprescindible que los comarcanos mejoren su autoestima colectiva. Viven en un lugar excepcional y ningún pasado humilde debiera robar el orgullo por tanta autenticidad.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Hace 4 años que no piso por allí, pero a mi no me pareció tan bucólico... sin comunicación, sin servicios básicos, lejos de todo... hay que ser muy heroe para vivir allí. Ya sabes que los trabajadores de la pizarra viven en Ponferrada o La Bañeza, y además con la crisis de la construcción...

Para ir de La Baña a Pombriego, con la carretera en obras, me pareció que allí no había llegado ni tan siquiera el Siglo XX.

Cisastur dijo...

Es cierto, pero hay que estimularlos