miércoles, 26 de septiembre de 2012

El Prerrománico Leonés

Cuando acaba de conocerse la negativa evolución del número de turistas y pernoctaciones del mes de agosto en León, conviene dar un repaso a algunos de nuestros recursos y el uso que se está haciendo de ellos. Uno de los aspectos en los que poner el énfasis porque apenas se valora como reclamo es el del patrimonio prerrománico leonés. Si preguntásemos a cualquier viandante de la capital o la provincia qué nos puede contar de este tema, podríamos comprobar que el desconocimiento sobre lo que hablamos es la tónica general. La Provincia de León reúne un puñado de los pocos edificios europeos existentes anteriores a la etapa del románico. Se trata de construcciones levantadas hace más de mil años, cuando aún no se conocía cómo sostener auténticas cúpulas, y cuando los pilares o columnas apenas podían distanciarse unos metros porque no se sabía cómo soportar las techumbres. Una peculiaridad de estos grupos arquitectónicos –asturianos, serrablenses, otonianos, visigodos, suevos, carolingios, etc- es que son bastante diferentes entre sí y que no responden a un estilo compartido con el resto de los de Europa o con los de África. Los pocos edificios prerrománicos que existen pertenecen a pequeños grupos tipológicos; nada que ver con los posteriores del románico, el gótico … que guardaron cierta unidad formal. Por tal razón esas construcciones son como pequeñas joyas, reminiscencias de un pasado remoto, irrepetibles. León cuenta con un importante grupo de estos edificios, que está entre los mejores en su género -Escalada, Peñalba, Palat, Santo Tomás- y otro donde se aprecia la transición entre este prerrománico y el románico, que llegó a partir del año 1000 -Vizbayo, Villarmún …-. Parece increíble que un elemento tan diferencial pase desapercibido para muchos visitantes. Sin infravalorar el resto de nuestra oferta, hay un estrato de turistas que desearía verlo porque no existe en ningún otro lugar con el nivel de calidad y contextualización que se puede disfrutar aquí. Va siendo hora de que el prerrománico leonés sea capitalizado como lo que es: un patrimonio único y sorprendente que el visitante debe apreciar.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Independentismo y Cupo

La manifestación de la Diada, celebrada en Barcelona por la independencia de Cataluña, ha tenido una repercusión superior a la esperada. La alta participación ha desencadenado todo tipo de especulaciones. Es significativo que los medios de comunicación nacionales estén evaluando las consecuencias de un proceso de segregación de Cataluña. Tanto interés demuestra que es un número creciente de personas dentro y fuera de la región el que considera que ese paso es posible y probable. El planteamiento del Artur Mas, presidente de la Generalitat, es que hay que avanzar en la negociación con el Gobierno Central hacia un pacto fiscal similar al del cupo vasco. Se trataría de que la Hacienda Catalana recaudase todos los impuestos y que luego pactase con el Gobierno Central las transferencias por los servicios recibidos. En el fondo de esta propuesta subyace que los catalanistas no desean transferir fondos de solidaridad al resto de regiones, pero tampoco perder el acceso a los mercados. Las reacciones han sido múltiples, pero se echa de menos que quienes tienen responsabilidades al mismo nivel que Mas en esta autonomía no se expliquen al respecto. Como ciudadano español me consta que cada euro de más que vaya para una región irá de menos para otra y, en este caso, vendrá de menos a León. Que los responsables de defender mis intereses no se pronuncien me ofende. Es una dejación de sus deberes inadmisible. El cupo vasco me parece un robo, pero contextualizado por la Constitución del 78 es como el aceite de ricino, que está malo, pero finalmente te lo comes. No oculto mi deseo de que se liquide tal tropelía en cuanto la Historia lo permita. Sin embargo que ahora haya quien se quiera sumar a esas condiciones en las que abrimos nuestro mercado a sus productos, pero ellos se quedan con toda la recaudación fiscal me parece digno de una respuesta firme. No proporcionarla para evitar la supuesta “algarabía” es un síntoma de debilidad, una prueba más de que en este invento de Castilla y León no cree nadie más que los que cobran de él, suscritos a la conocida actitud de que da igual todo mientras no toquen “lo suyo”.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La Rentabilidad del Museo Catedralicio

Hace unos días los gestores del Museo de la Catedral de León advertían de las dificultades que se avecinan ante la fuerte bajada de visitantes a este espacio expositivo. Se atribuye una parte importante de esta caída al cobro de entrada en el templo catedralicio. Desde que se comenzó a pagar por entrar a la Catedral, se ha concluido que la medida ha sido un éxito. El número de visitantes es enorme, la valorización del templo para el visitante mucho mayor, se han creado puestos de trabajo y además se recauda para su mantenimiento. La entrada de pago en la Catedral era una necesidad hace muchos años, por más que el cabildo se resistiese, y no debe tener marcha atrás. Lo sucedido con el museo es parte de un proceso normal en la creación de negocio –porque de eso se debe hablar sin tapujos-. No se puede comprender cómo se ha estado mendigando subvenciones mientras la entrada era libre. Eso se hace ya en pocos sitios: los más retrasados en la gestión de monumentos. Ahora hay que dar al producto “Museo de la Catedral” un nuevo valor. Quizás se puede hacer una entrada conjunta con la Catedral, o vender aspectos destacables que ahora no se ponen de relieve en absoluto. Hay que decir que en mi última y reciente visita al museo, magnífico por la calidad de las piezas, nada se dice del edificio donde se muestra. Conviene recordar que son contadas las construcciones medievales de uso no religioso que se pueden visitar en este país. Una de ellas es el espacio que ocupa el Museo de la Catedral de León, por más que haya sido modificado para habilitarlo. Quizás se debería ofrecer una explicación del continente y el contenido. Otra posibilidad es dar acceso a las zonas más antiguas del Palacio Episcopal para completar la exposición. Y, por supuesto, hay que desmontar el armatoste de colorines que afea el claustro. En resumen, estas son un par de ideas, pero puede haber muchas más para que el Museo de la Catedral atraiga más visitantes. Recursos tiene sobrados, pero una vez cubierto el aspecto histórico hacen falta técnicas de ventas. Y si no se quiere oír hablar de esto quizás se tenga que pedir dinero a una ONG.

martes, 4 de septiembre de 2012

El Fab Lab y la Nueva Mentalidad

León dispone de uno de los cinco Fab Lab que hay en España. Los Fab Lab son talleres donde cualquiera que lo desee –particulares, empresas o asociaciones- puede crear diseños u objetos con maquinaria y soporte informático que, de otra manera, sería difícil de conseguir. Para ello se deja libre accesibilidad al local donde están las máquinas y al grupo de personas que proporcionan la ayuda para manejar tanto los soportes informáticos como los aparatos de fabricación. De esta nave han salido desde sillas a ceniceros, desde piezas decorativas hasta circuitos electrónicos de la mano de la inventiva particular y de los asesores. La iniciativa del Fab Lab partió del Instituto Tecnológico de Massachussets y, poco a poco, se ha extendido por todo el mundo. Actualmente los talleres Fab Lab forman una red mundial que permite el intercambio de ideas, de aprendizajes y de procesos. Que en León exista un grupo de personas con la inquietud suficiente como para impulsar esta iniciativa es una noticia excelente. La crisis económica que atravesamos está obligando a cambiar las mentalidades. La creatividad individual puede transformarse en una fuente de riqueza si los leoneses sacamos partido de esta infraestructura, sita en Onzonilla. Aparte del interés que para los estudiantes o los “manitas” pueda tener el Fab Lab de León, las empresas –especialmente las pequeñas y medianas- disponen de capacidades a las que no podrían tener acceso de otra forma. Por esa razón es muy importante que Fab Lab se conozca e impulse por toda la provincia. León ha conseguido reunir en estos últimos años una serie de recursos como el aeropuerto, las autovías, el tren rápido, el supercomputador Caléndula, el politécnico de la universidad, la fundación Ciudad de la Energía … y ahora el Fab Lab, que pocas provincias de su rango pueden ofrecer. Es tiempo de que los leoneses demuestren de qué son capaces porque gran parte de los recursos necesarios ya están aquí y, a día de hoy, se encuentran infrautilizados. No parece un tiempo adecuado para las excusas, sino para poner en valor tantos medios como los que ahora tenemos y que completa el Fab Lab.